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HÁLITO AMARILLAR
Sol. Compañero de la ruta. Al borcellar, borceguí, adverso. Arriscada. Va por el océano una sandalia. ¡Abajo del horizonte!. Bañando lentas montañas. ¡Mil palabras dulces derramando!. Con diatriba, diafanidad, diadema. Al oído, luctuoso. ¡Mansa nueva imitación!.
Aún Hay Un Amarillar Hálito...
De viejas estrellas filtrando puertas. Tal vez, de esgrima eslabón. En los rotos puentes. En la sombra azul mortecino. En el valle de las hojas... Vierte al vientre.
De la frágil. Fragancia. Fontana. Del Sol... Hálito, hálito de últimas esperanzas.
Sin El Cristal del rostro alterno. En la ruta del desprecio ajeno. ¡Al descifrar las chozas del arrullo!. En la botella. ¡Al mar, tal vez, encuentre!. La ruta, la sandalia, el compañero. Sin Ser ¡Servil a Sileno!. Y Solo Ser... ¡Muérdago nacarino!.
Con Montañas de horizontes. Más Verticales En Una Sola palabra... Alba, cierta, honorable.
En el alba de honorable lengua. Único Amarillar al nuevo sol.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MORDAZ MOTÍN
El recuerdo, se abrió por la mejilla, amotinada, temblorosa, poco a poco, bajo la mesa templado fortín forzoso panoplia del trasoír y traspapelar en capas lisas empuñando el borde de los caminos donde se divorcian los trayectos de la manos de las lágrimas, briznas de pestañas de las numerosas emociones cansadas donde. ¡Quedó el motín amordazado!.
A Mor Da Zado. ¡Textual de tez tifón!.
Don De Se desprenden avenidas sonoras, por el rumor del verano, y la costa seca, del ilustre retiro, montaraz, y arena con blusa de pregonero, robusto dejando ver las retinas de frágiles, ataduras de una piel nueva. Matraz.
En El retorno, redondo, majestuoso de grises indolencias, fracturada fragua fragante, En el enjambre de torbellinos, llevando las rimas de gomas, lentas y disimuladas, sobre todo.
Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas, en la piel tostada del sol, que han dejado los amores soñando, en la ventana del silencio, que ha dejado de inquietar. Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas. Tempranal. Tenaz. ¡Del borbotón bordado!. Afable y afanoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ÁRBOLES ENCARNADOS...
De pie comían sándalos, álamos, góndolas, gárgolas, tréboles, en la puerta frágil, néctar, símbolos, cántaros y cúpulas del templo.
Templado Encarnado Enmaderado. Y Tiende las manos, por el árbol. Grácil, ágil, de todas las realidades, llenas de piedras preciosas. Presentes de la voluntad. Tomando cuerpo, en todos los transeúntes. ¡Enarbolados!.
En La encina Celta En El tilo Germano En El sicomoro Egipcio En El fresno Escandinavo Y La higuera Indú Y El olivo Israelí.
¡Árbol, árbol, del mundo, eje, de la bóveda, dádiva y música insólita!. Diciendo: __Tened corazón, hojas como raíces. Sin serlo Una parte Del monólogo asimétrico Sin serlo Una parte Del cuadriculado circunloquio.
Nada De Erotófago, albífago, micrófago. Nada En La impresión más difusa. Nada En La curva más derecha.
Solo Por el sentimiento algebráico. Solo Por el suspiro helicoidal. Solo En el balido desvalido e inválido.
Y Deja que todo sea claramente. ¡Un árbol invisible!.
Joyas... Joyas... Joyas.
¡Qué han puesto el alma enferma, y endurecido el corazón, sin poner de lo necesario, un mínimo, en el último antes, en el mayúsculo silencio, en el minúsculo vacío!.
Piedad, tened piedad. Y del ti mismo tomadlas, tomadlas, tomadlas. ¡Al menos un más qué antes!. Haced que sea como crear una nueva cuenta, haced que sea como una búsqueda avanzada, que al inicio cure otros contenidos, sin más trámites, ni modificaciones.
Y Donde Todo se desvanece por el nada pasa. Y Donde Peor es hacerlo antes que nada sea. Por El poco ayer fuera del mucho mañana.
Y Desde La raíz donde Son los árboles. Árboles. Árboles. ¡Encarnados en cada hueso del fruto humano!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Desierto incierto destino
Cuatro fueron los destinos______ Ebanistas De los meses alargados _______ Plomeros De las mesas angustiadas______ Cerrajeros Cuatro son los desatinos_______ Tarjeteros.
En los rencores rincones En las aureolas balando Hay elefantes paralelos Hay rumores atroces.
¡El veneno ha muerto envenenado! El venado en el columpio El ramaje en el regazo El pasaje en el olvido.
En El Oído A Las Letras... Mudo... Y cambio. ¡A sordo Música de fúnebres mañanas, añicos de esperanza... ¡Solo con las tumbas sin memoria, y la sangre de lodo!
En el oído embriagado, el odio ... ¡Oh, día! El... Lamento... ¡Sonoro calla! ¡Donde la muerte nace!.
En la memoria fatal del coro El interior henchido estruja ¡Donde la ceniza embelesa!.
Por el eco del silencio olor amargo Por Él La noche dura esponja espantos Esponja Espantos El futuro ensombrecido aguarda Ensombrecido Futuro... La noche nueva calavera cierta Por el verbo del atónito cosmético.
Por El Verbo... ¡Del atónito cosmético!.
En la espina de la tarde la colina sueña Una campana clavada en el camino Una Voz De Sandalia... De voz una... Una espina eterna. Y En La Esquina de la noche... ¡Se pulen las cadenas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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