|
Es de noche, como costumbre es, no hay luna llena aun, hay que esperar su luz.
Solo manto de estrellas veo, alrededor del cielo, paso el atardecer, solo eso y nada mas.
Endulza mi alma, con tu beso envenenado, besoa mis labios, hasta agonizar.
Medianoche llega, el momento llego, besame con tu veneno mi amada Lilith, roba mi sangre esta noche.
Erick R. Torres
|
Poeta
|
|
Que esta poesia permanezca en tu corazón, que estas notas embriagen tus sentidos, esta podria ser tu ultima oportunidad para que te ilumines, con el fuego, antes de que el tiempo gire tu mente en negro. Trazos en negro, encajes y seda, cubren tu desnuda piel, acércate mas, mi viuda negra. Trazando en negro, acercándote mas a ella, besando sus labios, apunto de realizar tus fantasías, de las cuales soy tu cómplice. Recoje tus experiencias, antes de que tu energia debiliten en negro, grita tus ideas, antes de que tu voz desaparezca en lo negro, antes de que tu alma se inunde en lo sombrío. Mis musas, de blanco y negro, sus labios besan, una con la otra, mi dama blanca, tomas una copa de vino, mi dama negra, decides besarla, sin aviso alguno. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
|
Poeta
|
|
DEL FUEGO ANCESTRAL
Núbil Madre Virginal, del fuego primigenio, Tibia tierra en su maternal vientre Amor Del Fuego Ancestral Infinita... Ausente, la bella muchacha, ¡Cierra los ojos! En las flores, sus mejillas, pupilas inmensas, latidos, pétalo a pétalo, en todo corazón materno. ¡Sueño de los sueños nodriza, compañera eterna!.
Está. ¡Bordando están los perfumes!. La inmortal memoria, arrullo, cobijo, amor, amor. Está. El encanto cultivando, diáfana esperanza. El campo lúcido, próspero en la espera. Entre Los Tiernos y plateados labios enrojecidos oros.
Del fuego ancestral Es En la belleza interior Es El extraño espejo espléndido Es En la misma escritura sencillez Es El instante beso de una nube. ¡Inolvidable!. Con los tiernos paisajes que planta, de labios y mejillas. ¡La belleza queda!. En la muchacha, ausente, y del fuego ancestral renace, el amor, amor.
El amor, en los parpadeantes vientos, brisa, halago enretinado, mariposeo suspirante. El amor, donde los perfumes platean dorados.
Del Fuego ancestral. ¡Amor del principio al fin!. Del Fuego ancestral. Flores bordando, flores pulsando, sencillez, modestia y humildad.
Es Al Visible silencio, del cristalino mensaje, una campana, noble. ¡Qué acompaña!. Lejana. ¡Su ausencia transitoria!. Cercana. ¡Como el sonido a su letra, y la sangre al cuerpo!. ¡Solo, hasta el regreso, del primer fuego!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
El cielo se pone gris, gotas de lluvia caen, te veo ahi sentada, en espera de ser besada.
Caen lagrimas del cielo, tocan tu piel, te abrazo lentamente, beso tus hermosos labios.
Un beso bajo la lluvia, un beso quieto, suave y silencioso, abrazada a mi tu estas.
Estas conmigo, besandome bajo este cielo, cubierto de nubes grises, tocando tu hermosa piel, rozando nuestros labios, estamos bajo la lluvia, besandonos y enamorados estamos.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
|
Poeta
|
|
Cada segundo que pasa. cada respiro que das, esperas el beso de mis labios, el roce de tu piel con la mía.
Noche tras noche, segundo a segundo, espero verte una vez mas, amada Alondra.
Mi bienaventurada musa, mi suspiro por ti, mirando tus bellos ojos, besando tus labios rojos.
Seductora, inocente y tímida, espero verte otra vez, al llegar la luna llena.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
|
Poeta
|
|
*Frutas profundas*Como Llamas frías Las brechas Indomables
Almidonan Implacables... Una tormenta de ramas, ríos, Derramando sin escamas una leyenda, ¡Frutas profundas frutas!.
En la sombra sábana tierna, en la risa que relampaguea. Esperanzadoramente Un Recuerdo. Alegremente... Victorioso entretejido en el tiempo, amalgamado, fundido el reflejo en el espejo, perfume, brillante rubí esmeralda en él. ¡Diamante monolítico, menos que líquido!.
¡Profundas frutas profundas!. Quedándose... ¿Qué dándose?... De todo, lleno del mismo temple. ¡Al que contempla su fondo!. ¡Al debatirse que llueve y arde sus tormentas!.
Lleno del mismo temple ¡Qué llueve y arde!... A veces, vuelo y pluma, ave y viento, nube bajo el lago, un océano de volcanes arrullando entre las pieles del aliento,
fruto, raíz de hojas, fragancias a lo lejos, perfumes en cada codo, código indescifrablemente sencillo, un suspiro de latidos corazones del alma.
¡Profundas... Frutas! Son A veces Muchas Puntas Redondeadamente afiladas, blandamente. Y Del plumaje el desconsuelo.
¡Brilla la balanza justa!. Del alado vestido, más allá de fuegos fríos, en dos. ¡Miradas, miriadas, emocionadamente templadas!.
Abrazados, los humildes momentos eternizados. Por... ¡El mismo mundo compartido! Y Quedan... Dándose... Jugos soñados, despiertos.
¡Frutas...Profundas! Cuando El lecho se vuelve vestido. Estando, en la tierra viendo el cielo. Los frágiles tiempos en torno. Las primaveras del espejo. ¡El mismo reflejo, desnudo, imaginado, amado!.
Con El ¡Arrullo del porvenir que palpita!. Remontando, cabellos, caballos, anhelos, triángulos, túneles abrigadores, y montañas.
Con ¡El corazón de un beso, en el fondo del sabor, suave ternura, que fusiona el tiempo y su eternidad, cultivan las pieles de relojes, desconocidos, en la distancia que evaporan!.
Las Frutas Profundas De La Raíz Al Tallo El Polen Un camino Labrando Son De firmeza La casta Dinamita. ¡Frutalmente inundadas, con la vida del amor, un mañana, llamas, frías, y una leyenda, arde, amando!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Yo ya me despedía.... y palpitante cerca mi labio de tus labios rojos, «Hasta mañana», susurraste; yo te miré a los ojos un instante y tú cerraste sin pensar los ojos y te di el primer beso: alcé la frente iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente mientras tu te asomabas a la puerta mirándome encendida y sonriente. Volví la cara en dulce arrobamiento, y sin dejarte de mirar siquiera, salté a un tranvía en raudo movimiento; y me quedé mirándote un momento y sonriendo con el alma entera, y aún más te sonreí... Y en el tranvía a un ansioso, sarcástico y curioso, que nos miró a los dos con ironía, le dije poniéndome dichoso: -«Perdóneme, Señor esta alegría.»
|
Poeta
|
|
Si supieras, niña ingrata, lo que mi pecho te adora; si supieras que me mata la pasión que por ti abrigo; tal vez, niña encantadora, no fueras tan cruel conmigo.
Si supieras que del alma con tu desdén ha volado fugaz y triste la calma, y que te amo más mil veces, que las violetas al prado y que a los mares los peces;
tal vez entonces, hermosa, oyeras el triste acento de mi querella amorosa; y atendiendo a mi reclamo, mitigaras mi tormento con un beso y un "yo te amo".
Si supieras, dulce dueño, que tú eres del alma mía el sólo y único sueño; y que al mirar tus enojos, la ruda melancolía baña en lágrimas mis ojos;
tal vez entonces me amaras, y con tus labios de niño mis labios secos besaras; y cariñosa y sonriente a mi constante cariño no fueras indiferente.
Ámame, pues, niña pura ya que has oído el acento del que idolatrarte jura; y atendiendo a mi reclamo, ven y calma mi tormento con un beso y un "yo te amo".
|
Poeta
|
|
Si tu alma pura es un broche que para abrirse a la vida quiere la calma adormecida de las sombras de la noche;
Si buscas como un abrigo lo más tranquilo y espeso, para que tu alma y tu beso se encuentren sólo conmigo;
Y si temiendo en tus huellas testigos de tus amores, no quieres ver más que flores, más que montañas y estrellas;
Yo sé muchas grutas, y una donde podrás en tu anhelo, ver un pedazo de cielo cuando aparezca la luna.
Donde a tu tímido oído no llegarán otros sones que las tranquilas canciones de algún ruiseñor perdido.
Donde a tu mágico acento y estremecido y de hinojos, veré abrirse ante mis ojos los mundos del sentimiento.
Y donde tu alma y la mía, como una sola estrechadas, se adormirán embriagdas de amor y melancolía.
Ven a esta gruta y en ella yo te daré mis desvelos, hasta que se hunda en los cielos la luz de la última estrella.
Y antes que el ave temprana su alegre vuelo levante y entre los álamos cante la vuelta de la mañana.
Yo te volveré al abrigo de tu estancia encantadora, donde el recuerdo de esa hora vendrás a soñar conmigo...
Mientras que yo en el exceso de la pasión que me inspiras iré a soñar que me miras, e iré a soñar que te beso.
|
Poeta
|
|
Decir adiós... La vida es eso. Y yo te digo adiós, y sigo... Volver amar es el castigo de los que amaron con exceso. Amar y amar toda la vida, y arder y arder en esa llama. Yno saber por que se ama... Y no saber por qué se olvida... Coger las rosas una a una, beber un vino y otro vino, y andar y andar por un camino que no conduce a parte alguna. Sentir más sed en cada fuente y ver mas sombra en cada abismo, en este amor que es siempre el mismo, pero que siempre es diferente. Porque en el sordo desacuerdo de lo soñado y lo vivido, siempre, del fondo del olvido, nace la muerte de un recuerdo. Yen esta angustia que no cesa, que toca el alma y no la toca, besar la sombra de otra boca en cada boca que se besa...
|
Poeta
|
|