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Libertino
No trates de ponerme empalizadas. Ya sé que te alergian mis poemas. Te amo, mas no quiero cadenas. Jamás he soportado la rutina.
Me sabes desnudo de escondrijos fanático relator de historias viejas, vicioso de trabajo concienzudo, solitario o noctámbulo en amigos.
Administrador de sueños cotidianos, tolerante pastor de algún prostíbulo, enamorado del sol tras los postigos, entusiasta componedor de este desquicio.
No trates de competir, vente conmigo, planifica conmigo picardías, revolotea en tu beso fantasías.
No intentes ensortijar el alma. No impongas el Big-Ben de la apatía. No quieras ponerme empalizadas, acéptame tal cual: un libertino.
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Poeta
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Revienta los escrúpulos, sacude el raciocinio Olvida la majadera presión de calendarios Canta conmigo un susurro rojo Emborráchate en el remolino de un merengue Fúgate conmigo a volar un vallenato Saborea la nocturnidad del sudor Embarazadas de viento, las nubes van pariendo el arco iris Cabalguemos las auroras Sigamos los trinos desordenados de gorriones Nada quiero con la lógica Deja seducir tus muslos en el roce de mis labios Nademos en las espumas de un cometa verde Fluya el magma de la vida a borbotones Déjate llevar por el placer oculto Plasmemos fantasías en el tacto que explora Fusionemos nuestros cuerpos de milongas Libres de prejuicios, las vertientes rompen rocas Desconecta ya tu inteligencia Suficiente lumbre sugiere tu mirada Ascendamos entrelazados a la cima Violines gitanos serán nuestra antesala
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Poeta
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Mujer
Han hablado de tu invisibilidad y se equivocan. Eres el planeta que orbita a Dios Marmita roja donde fulgura la vida Te yergues hasta el cielo, vertiente enmarañada, Perfumas horizontes, traspasas socavones,
Mujer, Pleamar que inunda mi camino Abrigas en ternura los pies de las ciudades Eres suavidad y fuerza, volcán irreverente Mujer, Cabalgas en mis insomnios Te desean mis manos y mi boca Susurras pasión en tu mirada
Han hablado de tu invisibilidad y se equivocan Las playas que acariciaron tus pies La luna que ilumina tus caderas La flor que perfumó tu pelo acreditan tu presencia poderosa Eres paradigma de fuego fuente primaria de locuras
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Poeta
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Aprieta, Carpintero, con tus clavos etéreos el madero húmedo que quiere desmembrarse Átalo bien, sostenlo a ese otro madero recortado que puebla en viento el pináculo del mundo… Carpintero, obrero de la civilización, símbolo permanente del trabajo limpio. te prestaré hoy mi fuerza, enclenque fuerza de quien no tuvo nunca la devoción azul de tu martillo y tu esperanza pero déjame ayudarte igual a unir esos maderos Que no tiemble tu mano al martillar certero con tu frente sudando el impecable canto de tu esfuerzo ¡Une muy bien esos maderos! Son el faro que enfrentó mil sirenas, mil arrecifes de ojillos camuflados, dos mil capítulos que casi hoy lo desmembraron… Anda, ¡Vamos ahora! tiremos los dos juntos para levantar estos maderos ¡Así! con rabia y tiempo retrasado ¡tira! Que falta hacía reforzar algo esta cruz sobre el camino… ¡Gracias, gracias a ti, Carpintero amigo!
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Poeta
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PATRIMONIO Enfrentando a la isla de ojos múltiples, azorado ante mi imagen desambulada, vengo vendiendo los colores, desnudando los huesos asombrados, tiritando un verso humilde para correr y no llegar tarde. Quiero –no sé si quiero- Es necesidad –sí, eso- de levantar mi labio imberbe y ofrendarte mi único regalo que es racimo. La propiedad única que llevo: este amor, carne, fuego, sensaciones, un sueño común, mi verso. Entregarte lo que soy, tan sólo eso, aquí, extendido. Con el grito humedecido, con mi juventud tan breve, con esta tortura larga persiguiéndome cuando lejos de ti presiento el hijo. Todo lo que tengo eres tú, yo mismo y ese hijo que vendrá para el invierno. Casi siempre al decir algo, me lo encontré ya escrito. Tan sólo frente a ti se cuelan albos la página y el cielo Por eso, así, humilde peregrino mi verso llegue a ti llevándote esto: : ajuares tejidos en luna y rosas, todo lo que no pude callar y aquí te he escrito… Es mi patrimonio ínfimo. Te lo dejo… Para que en el grito primero de nuestro primogénito, mi tacto agradecido te acaricie en la brisa. Y si de algo estoy seguro es que ahora sí llegaré a tiempo.
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Poeta
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Con piedras redondas escribí sobre la arcilla tu nombre rimaba mariposas Escudriñé las mansiones de Neptuno siguiendo tu rastro de luciérnaga
Te supe extraviada en las arenas levantando jardines de contramano Cautivaste a los colibríes con tu voz entonada Alfombras de verdor rebelde tendiste en Atacama
Por fin, llegué a tu orilla con las manos sedientas esperando un remedo de amor que sellara mis ojos con un beso
Difusa te encontré hilando el huso de la primavera entre cactus agradecidos que cercaban tu aura, protegiéndote
He recuperado la vida en este agitado correr tras de ti atiborrado de frutas y vinos para seducirte una vez más como a una crédula doncella de los atardeceres de Caldera.
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Poeta
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Déjame recopilar besos antiguos
Ordenar esos carruajes de novios que nunca tuvimos
Retomar las mañanas festivas de cada domingo
Repasar chocolates con naranjas de inviernos
Déjame de nuevo
esperar madrugadas en el Tatio
para sortear fumarolas de espuma
Declararte mi amor en la calle del gato que danza
Energizarnos en la pirámide del Louvre
Crecer en tu impronta egipcia
Regalarte arcoíris en Saint Michel
Caminar la Feria del Libro en Madrid
Declamar a dúo en la Puerta de Alcalá
Coleccionar eclipses para decorar
nuestros apocalipsis musicales
Tirar las cartas para inventar amaneceres
Mojarnos los pies en las termas altiplánicas
Caminar cementerios extraños
en innovadora tertulia social
Recuperar los humedales
a punta de protestas
Déjame hurgar mis cajas de archivos
Diseñar con nostalgia un avión de papel cuadriculado
y embarcarme paseandero
en un planeador constelado
hacia tu regazo y tu pecho,
percibiendo latidos,
en pasión renovada,
envuelto para siempre
en la locura del amor.
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Caligrafías de Amor 2011, Valparaíso, 3 de abril.
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Poeta
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En el momento aquel, Ese...el del Magico Encuentro Me Doy a Ti, Te das a Mi Nos Entregamos, Y en delirio de Pasion Fundimos nuestros Cuerpos Se Cruzan las Miradas Se Aceleran Los latidos Se Entrecorta el Aliento Yo Palpo tus Pechos, Tu, Razgas mis espaldas y en Loca Danza de Tenaz Entrega sin Pudor Alguno, Amor nos damos y con Besos Intensos Sellamos este delicioso encuentro de Piel y deseo Porque asi Nos Amamos!!!
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Poeta
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Cuando el momento se apreste Cuando la hora del olvido grande llegue Gritare tu nombre y mi nombre con mas fuerza al Universo Y Solo para entonces Si Acaso nuestro encuentro sucediere Te contare mis deseos sin hacer mayor esfuerzo y como Eje medular Inspirador de estos versos Plasmare Alli en tus Adentros El Furor de Mil TE QUIEROS !!!
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Poeta
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¿Por qué me sobreprotegiste, madre? ¿Por qué anudaste mis zapatos y me entraste antes que el sol con tanto abrigo?
¿Acaso me temiste encandilado por las flores de organza? ¿Por las trenzas azabaches? ¿O me creíste bendito?
¿Acaso me temiste callejero, enredado en las pandillas, o pelotero? ¿Por eso me impediste gozar la trifulca genial de las pichangas?
¡De cuántas acequias me privaste! ¡De qué magulladuras de luna y río libraste mis rodillas escarchadas!
Absurdo, pues, madre, si me enviaste como un jilguero a la campiña para entender a diario, en mis costillas, que la vida es calle del medio, simulada.
Quisiste resguardarme de los Zurita, el cité, su bullicio y sus bravatas. soñaste para mí ser clase media, conviviente carnal de las corbatas.
Quisiste protegerme de esas sueltas que enseñaban la piel y que tuteaban. No entendiste que mis desvelos niños intuían sus pechos inflamados. No supiste que andaba atormentado intentando imaginar ninfa completa y que al medio siempre algo me faltaba.
Afortunadamente, madre, te confieso, mientras casto y ordenado me guardabas, el Kama Sutra, flameante de enseñanza, empañaba mis ojos demudados.
Compartiendo tan sabia geografía con primas y vecinas voluntarias, tras los sombreados aromos de la quinta, desentrañé mis dudas escoláticas.
El sortilegio libró mis ataduras. Kamasutré cama adentro, querubín desorientado. descubrí el anatema de la suave lujuria y tuve por harem, vecinas respingadas.
Así, practiqué mis artilugios con excusas de estudios esforzados y la única aritmética comprensible que los muslos de seda me inspiraron.
Y con tan mortal pecado a cuestas, me persigné con temor, con insistencia. Negocié con oraciones muy contritas un ingreso al Edén, con indulgencias. En las Novenas exploré junto a Patricia, Rosa, Carmen, Margarita, la alegría de vivir desorbitado.
Como ves, madre, no sirvieron tus recaudos, tus temores ni tus celos, Nada se saca con cerrar cada postigo, si la vida brinca igual como un tiovivo.
Y, tal vez, jamás sea caballero que procura aprobación contemporánea. Persistiendo, río arriba, torpemente, he ensayado ser persona relajada.
Eroscidio, amática contra el Desamor, 1988
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Poeta
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