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Razonablemente solo....
Más qué miel suave vuela el dulzor de unas pupilas el palpitar enamorado desbordante anillo al dar a luz el mismo brillo al Dar De palabras ¡Lo qué escancia el vino! En el acto Sagrado Al ser Indivisible Irrepetible ¡Soledad fecundadora! Suave Vuela Y late El oro-plata ¡Ah, esencia! De la hierogamia La humanidad De la razón consagrada...¡Sólo, sólo, solo así!
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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TEMPORARIO
Por El Oro Orar Ahora Hora tras hora horadando hondo.
Temporario En esa irrealidad antigua han muerto congelados los relojes han muerto han muerto las viejas realidades los vientos defensores abandonando Temporario...¡Abanico del cántico amatorio!. Al fondo que girando propone. Al canto textual de la oruga. Al inequívoco placer del sombrero. Al trovador de las fechas idas. Al aumento del fallido sello. Al Ahora Orando Por el Oro ahorcado Hondo horada hora tras hora.Temporario temporario. Del dormir Un huerto un muerto unánime. Del sentir Un devenir un delirar anónimo. Del hablar Cada causa recordando repetida. Del callar Cada silencio suprimido clama. En La Clara Calma... ¡Solo clama sin calmar al mar!. Quitando la humedad al agua. Clama Temporario En La Marea enlunada, donde calmo cala claro. Ahora Por El Oro Orar Hondo ahorcado por el oro ahorado. Hora tras hora. ¡Ora y ora!. Llora Temporario temporario Al Ser sólo razonable el sable Del magnético bagaje un cordero Bala y bala, en su momento lúpico!. Áspid Y dragón, temporario hora tras hora Ora y ora... ¡Ah! Llora temporario el oro ahora.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AUREOVOIDE
C O ORO OVO O
Aovado caminar dorado Al vislumbrarlo silencio Al sueño sucumbir Del vulgo barro Ruleta trémula ¿Generosa? Ingratitud Gratuita.
C BRUMA MERMA OVA A M O R T A L
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Atronador atormentado
Va El cielo en un vagón atestado de estrellas Va Del presente principio sin pasado de nubes Va Haciendo huecos azules cada vez más sobrios Entre Los siniestros puertos de las sirenas Sin mañanas, sin ayeres, sin estar, con toda la imposible fe enferma, en los cuerpos húmedos de los rincones... ¡Desmesuradamente mundanales! Atronador Entre las masas grises y expresiones tenaces Atormentado Entre los párpados prudentes del silencio ¡Con todo! El pringue tropel exuberante El abundante vestíbulo malsano El oropel poluto y balumba
Atronador En la mirada blanca de las agujas Atormentado En la inmensa grieta de los campos ¡Aquí...! Opacos proliferan los fantasmas Asustados por el cielo extintos
¡Van viéndose! Los inmóviles colores en estupores Dónde están Los desconocidos alientos erizados Por el sillón sordo encorbatado Del albañal rayano Por dónde Las masacres amortajando latigueaban Los deseos emergiendo sinuosos
¡De la tabarra qué barrena! Las mantas de las sombras arrastradas Los encurtidos lenguajes del endriago
El cielo atronador Está En la urbanidad de las túnicas efímeras Está En la dignidad triturada cercenada vana Está En busca de más muertos bravucones céreos Está El cielo atormentado
¡ Vá de nuevo imparable! Por el cisma del reconcomio Celestial...¡Del trueno a la tormenta! Entre los magueyes tambaleantes
Con lo desventajoso voltizo Con el después diezmando la ceniza ¡Adorable petulancia despaciosa! Atada a los difuntos persistentes ¡Con el alma inteligible diseminada! En la cloaca mitigante pigricia Del remedio infalible monstruo amorfo Del oro sin decoro, vomitivo y revulsivo.
¡Así ha quedado por los cadáveres celestes! Agreste garrapatear de escarapela nublada La vida callejera levadiza barcarola funesta ¡Por el cuerpo adormecedor de las plegarias! Truena y truena. Entre los crueles méritos ¡Tormenta! Entre los perdones implacables El cielo... ¡En ruinas al amar las cadavéricas esencias!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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OSADO POLAR
C O ORO OVO O
Aovado caminar lejos dorado Al vislumbrale silencio Al sueño sucumbirse Del vulgo barro Ruleta trémula .¡Generosa!. Ingratitud Gratuita Osado Polar Osado
C Bruma Merma Ova A
La primera puerta paralizada Dónde la angustia se desinfla En la tela grotesca espinada El O Oro Ovo Salió al margen impaciente Donde lujosas violetas rumoran Los dientes de dalias y tulipanes Los remordimientos suavemente oro A la mesa de afeitar tocando plata A la enzarzada serpenteante garra Polar Osado Polar
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SUFRE PESCADOR DE SUEÑOS
En Ese Bello Valle Dónde Anida El cielo De ausencias inundado. Reverdecidas de ayeres qué nunca fueron ¿Dónde están?. ¡Me dices!.
En El Vientre De la tumba de los sueños Pendientes de auroras empedradas Acantilados Revestidos de exilios congelados. ¡Cielos arenosos!. Hay Oceános secos... ¡Adornados desiertas nubes!.
De preguntas contrariadas ___¡Moviéndote, lo escuchas, nada más, pez!.
¡Ahí, dónde está!. En El Teatro de memorias, danzas en miniatura. Encima de la espada, caprichoso de la duda.
Por eso. ¡Sufre de sueños__Vanos__el, pescador, al, ser, pez. (Pez también él en sí). ¡Enredado anzuelo fuera del agua!.
Y Preguntas Luego ¿Porqué?.
Escribo del lugar donde no existo vacías las letras del sonido con las manos fantasmales en la copa de un árbol de cristal las hojas y la en la memoria inevitablemente compañera al lado brizna de la nuez del olvido indomable ya al desconocido rostro en la simetría en la imposible asimetría que deliran formidables peces. Del oro desangrándose, sus lejanías. Y con extravíos negando su maldad infinita.
¡De sueños se sufre, pescador al ser pescado!. ¡Los sueños también sufren al ser apresados!.
Y mueren bajo los párpados de la noche. En los palpitares de las estrellas. ¡Qué están amurallando y exterminando!. Las esperanzas abnegadas de los autómatas. ¡Qué maduran solo sus quemaduras!. Carbonizados en la misma cruz. ¡De sueños con pesadillas!.
¡Sufre!. En las pupilas candentes de la noche. ¡Pescador!. En el sosiego del terror latente. ¡De sueños!. En el paladar de las monedas.
Sueños de pescador sufre, pescador de sueños.
Donde Se Devoran sueños hermanables Y Se Vomitan pesadillas enemigas. ¡Siendo así!. Y Por Eso.
¡Qué no sé a quién agradecer!. No haber nacido_____Inmortal. Y más por escribir__¡De la nada fugaz!. ¡Dónde no existo!. Permanente Pez ¡Dormido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Soy el hijo natural de no sé qué aberración y de cuya tradición puede hablar el arrabal; he sido la flor del mal, el tenorio del facón, el que ganó la elección cuando el caudillo imperaba y el malevaje buscaba para usarlo de escalón. Fue el que tuvo por bandera, como ley, como atavismo, reconocer en sí mismo a toda la hombría entera. No tuve quien se opusiera a mis odiosos antojos, por mí bajaron los ojos hombres que fueron muy machos y marqué muchos escrachos con largos barbijos rojos.
El comisario sagaz me tuvo por un aliado, fue mi tutor obligado en el barrio, el Juez de Paz, y fue mi apodo procaz un insulto que altivaba porque una historia guardaba que era para mí un laurel y me lucía con él cuanto más me degradaba.
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Poeta
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Yo amaba lo azul con ardimiento: las montañas excelsas, los sutiles crespones de zafir del firmamento, el piélago sin fin, cuyo lamento arrulló mis ensueños juveniles.
Callaba mi laúd cuando despliega cada estrella purísima su broche, el universo en la quietud navega, y la luna, hoz de plata, surge y siega el haz de espesas sombras de la noche.
Cantaba, si la aurora descorría en el oriente sus rosados velos, si el aljófar al campo descendía, y el sol, urna de oro que se abría, inundaba de luz todos los cielos.
Mas hoy amo la noche, la galana, de dulce majestad, horas tranquilas y solemnes, la nubia soberana, la de espléndida pompa americana: ¡La noche tropical de tus pupilas!
Hoy esquivo del alba los sonrojos, su saeta de oro me maltrata, y el corazón, sin pena y sin enojos, tan sólo ante lo negro de tus ojos como el iris del buho se dilata.
¿Qué encanto hubiera semejante al tuyo, oh, noche mía? ¡Tu beldad me asombra! Yo, que esplendores matutinos huyo, ¡dejo el alma que agite, cual cocuyo, sus alas coruscantes en tu sombra!
Si siempre he de sentir esa mirada fija en mi rostro, poderosa y tierna, ¡adiós, por siempre adiós, rubia alborada! doncella de la veste sonrosada: ¡que reine en mi redor la noche eterna!
¡Oh, noche! Ven a mí llena de encanto; mientras con vuelo misterioso avanzas, nada más para ti será mi canto, y en los brunos repliegues de tu manto, su cáliz abrirán mis esperanzas!
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Poeta
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EL FÓSFORO EXCLUSIVO
Viejo el pelo de la tarde lamenta. El esplendor brumoso del paisaje. Sin maldad hechizada la aurora. Exclusivo___El____Fósforo. Arriba del siglo degollado. En el espacio presuroso. ¡Ocupado promontorio!. Al marfil espantado. ¡A lo largo luz!. Ligera. Pluma.
El oro fosfexclusivo
Por abruptos cubiertos senderos. Ronco el tronco del rubor. ¡Oruga de bóvedas fragantes!. Al eclipsarse las riberas. ¡Entró una tormenta invitada!. Por diez puntos inclinada frente. Inflamado el desconocido tarro. En las huellas de la mesa belicosa. ¡Sabor qué decrece inmutable!. Agrietando el paso sonoro del granito. Bajo las cobardes espinas. ¡Qué las llamas encendían!.
Fosfexclusivo el oro Fosfexclusivo el oro
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Principios reptílicos
De Cuantos adolescentes arcaicos sumergen. Algo el cuello como lagartijas y azulejos. Que... Sepultan los oros, coros de loros y colmillos. ¡Siempre!. Suntuosas las oraciones, venosas y avellanas. Está. El ónix por turbias persianas. ¡Ah!. ¡Cuántos adolescentes balconeados sueñan!. Punto. En éste milenio de híbridos lagartos. De alfombrados y enrojecidos cielos. Ser. ¡En éste siglo de consciencia volátil!.
¡Príncipes reptiles!. Repetí___Dos___Principios.
Y desgranadas innúmeras cosechas. En los muchos invernaderos cobardes. El misterio de los incógnitos erizos. Universo. Por los muchos desencajados zopilotes. Infinito de ciegas brújulas, especulo, dátil y cúpula. De densa danza, lanza y diferencia.
¡Maldad qué tan armoniosa fluye!. Propia. ¡Crueldad qué tan simétrica carcome!. La vida, entre las muertes, rastreras y turbias.
¡Panreptílica enflautada!.
Entre telúricas desgracias. Donde La pattt...ria ríe ruidosa. La Salunivers___frac___ocasotajo. Luz vestida con lenguas funerarias. Sé Quito de Marr---Anos es ya... Enciende Lava y gime fabricándose huesos. Y Danzando vuelan pterodáctilos. A paga, el cadavérico inmundo náutico vacío. Como antes colectivo daño inconsciente. Los perfumes de cada presente adoloridos. Latidos sistólicas espinas, y diastólicos candados. Del nuevo reptilear principesco. ¡Coco!. Corazón.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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