|
AL SUEÑO Autor : Lupercio Leonardo de Argensola ( 1559-1613) Selección de Menéndez y Pelayo en : Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellana. Biblioteca Mundial Sopena. Editorial Sopena Argentina, S.R.L.
AL SUEÑO
Imagen espantosa de la muerte, Sueño crüel, no turbes más mi pecho, Mostrándome cortado el nudo estrecho, Consuelo solo de mi adversa suerte.
Busca de algún tirano el muro fuerte, De jaspe las peredes, de oro el techo, O el rico avaro en el angosto lecho Haz que temblando con sudor despierte.
El uno vea el popular tumulto Romper con furia las herradas puertas, O al sobornado siervo el hierro oculto.
El otro sus riquezas, descubiertas Con llave falsa o con violento insulto, Y déjale al amor sus glorias ciertas.
|
Poeta
|
|
SONETO ACRÓSTICO Autor : Antonio Bastidas. ( Ecuatoriano ).
A DOÑA TOMASA VERA, ESPOSA QUE FUE DE DON JUAN BORJA, GOBERNADOR DE POPAYAN, Y A SU TEMPRANA MUERTE, QUE LE EXPRESA ESTE ANAGRAMA DE SU NOMBRE; NACE Y MUERE ROSA; Y PUBLICAN LAS PRIMERAS LETRAS DE ESTE.
S O N E T O
N o rompe aún el botóm, cuando desvela A la atención la rosa, y la aprisiona C on nieve, que aun oculta no blasona, E n la grana, que aún vírgen encarcela.
Y quien aún tierna triunfa, en vano anhela M ayor trofeo, en púrpura y corona, V ano, si del vergel bella Amazona, E n flechas de oro al vencimiento vela.
R inde en fin, mas al punto que avasalla, E n su oriente ¡ay dolor! su muerte halla, R uina del sol, envidia de su lumbre;
O y, pues, Doña Tomasa, de su cumbre (H) S e ufana flor. Mas ¡ay! que, lastimosa, A l vivir nace y muere como rosa.
Antonio Bastidas ( Ecuatoriano ).
|
Poeta
|
|
TRASOÑAR SOPICALDO (Texto Neosurrealista)
Como fiera mariposa afiebrada, espera caminar como una cobra. Allá donde el cobre vale oro. Porque...
Respecto a la relación interindividual de los automóviles, con base humanista, se ha estado logrando la manipulación marginal de los guantes, después de tomar las distintas luces y posiciones amorosas, en las situaciones de los techos inclementes, y las opresivas teclas ricas en aminoácidos esenciales, lentejas con gran responsabilidad social, ajonjolí tímido, habas de buena fe, y el mejor garbanzo en gotas para evitar los asaltos de sabiduría con leche.
Aunque ahora, la gran preocupación se debe a los refrescos injustamente embotellados con el plan telúrico de los semáforos, que bien infestan con sus virtudes aromáticas, la destreza del patio para custodiar la basura por una membrana gris, y leñosa a la que se le agrega vinagre, sin alimentos, con cemento y limonada del cementerio de origen animal, ni preocupaciones por las dietas de las últimas encuestas encueradas, aplicadas en las rodillas de la abundante bibliografía del huevo.
También se ha considerado, y sobretodo, con el alto anuncio del trasoñar endemoniado, acabar con toda la falsedad compatible con las agendas del mercado, azulado y un poco ácido, con un paquete reductivo, y rejuvenecimiento plus después de pagar a crédito el aire respirado, con la amapola del primer cerillo con fiebre entre la gran venta monstruosa de diez pies cúbicos de ilusión, en el estómago de un tigre en compañía de cinco manos piramidales tapizadas en vinil en la cena de acero inoxidable.
¡Vaya sopicaldo!. Bien incrementa la capacidad lisa de la versificación rectangular, terminada en color de aceite en cuarentena con un poco de huracanes y espeso chocolate, incluidos los cojines decorativos por una noche descuidada, en ceremonias que se ven, y celebran desde hace siglos midiéndoles los isótopos a las conchas, cuando despiertan en las cuevas cubiertas con cobijas en el ámbito del parabrisas, y empañado por la cercanía más crítica de una lombriz apasionada.
Esta actitud da lugar a un cambio de planteamientos en los panteones de vegetales, cuando el hielo se torna tibio, y puede ser peor con el cultivo de la papa, y en el parque de diversiones anillado de langostas en las praderas angostas con manchas de artemisas atrapando los ojos de una calabaza sin semillas. Pero, desde una visión más técnica que carnívora, particularmente cuando se cierra el concurso de la revista que ha asumido la dirección en la producción de motocicletas, y escobas para los reportes del clima de las cavernas que solicitan participar como fotógrafos de las olas que podrían interrumpirse, cuando se cae de la cama por el mayor contenido de sal en el café.
De esta manera, no resta mucho que decir, salvo que si pueden venderse portafolios, después de la potencial e interminable relación de catástrofes, que se escuchan con la cara rolliza de los bosques impenetrables, que han sido visitados por un día diminuto, influidos por la moda de las últimas calles diseñadas entre los hielos polares, con la mayor trayectoria en el equipo editorial de los gatos, y sin causar graves daños al papel de baño. ¡Oh, trasoñar!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
A.T.E.S.T.A.D.A.
La voz del oro ha envejecido, la misma consciencia, haciéndola más que metálica, entre tan diferentes rostros, donde las pestañas enmudecen.
Atestada de vacío empetrolado. ...Y las retinas duelen ajenas. por la dulzura de este mar. ...¡Humano en apariencia!. Atestada de huecos degradantes.
¡Qué visten al tiempo de inconsciencia!. ¡Qué olvidan el valor de los valores!. Y la melancolía de las estatuas. Y la ignorancia de los libros. Y la inexistencia de la historia.
Del petróleo de la noche en los zapatos, de la Ética a su gusto, de diseño y de marca, por mayoreo y en abonos, que reparan hoy, los corazones en las puertas y ventanas hoy, en la incómoda fricción aceitosamente hoy.
Atestada... De la palabra esperanza que ayuda, a eliminar el origen del humo y la compasión, que acribilla fraternalmente la contaminación, del bolsillo expuesto a la bondad del hambre, como lo han comprobado unos rollos de arroz.
¡Qué son de microfilme honesto, humildemente!. En la médula espinal de la estrella más cercana. En la realidad prohibida del bravucón agusanado. Por la sangre y la sonrisa, que justamente vende. Dónde la muerte habita por cualquier parte.
Atestada, para sobrevivir con sigilo a las hienas, vacías y a los depredadores dadores que exhiben, las garras en las pestañas cinco minutos más tarde, después de rastrear los movimientos del universo, en expansión, y embalsamar los errores con la ley.
¡Sí, con esa ley de las ecuaciones inmutables!. Por el mudable y rebelde cenicero que siente, alivio con el vómito de respaldo solidario dos, semanas después de la fuga del dolor donde él, veneno perdió la vida al defender unas balas.
¡Sí, balas en peligro de extinción, y baja autoestima!. Atestada, cuando cayeron en una alcantarilla, las mejores palabras, y la sopa de letras acusadas de herbicidas friolentos tan tibios, en términos de sensibilidad a los nanogramos, del gusano dedo.
Dado por más de treinta minutos cuidando, estrangular las diferencias de las protestas, sin escrúpulos lo suficientemente listos hoy, para amenazar el aire con quejas enfermas, más allá de los cien metros irresistibles hoy.
Sin cabeza de pruebas llena cada línea. Entre aterrados enterradores terribles. Llena la cabeza de camarones sedientos. ¡Al favorecer el crecimiento del subsuelo! ¡Infestada la cabeza de vacíos llena!. Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
|
Poeta
|
|
BÁRBARA SABIHONDEZ (Texto Neosurrealista)
Porqué sabemos que pasó el futuro visto en la perpleja primavera añeja en el otoño sin presente sólo tránsito del tiempo plano del espacio retráctil invernal...
Así en Bromatología, las grasas se aproximan a las cremas, en la cabeza por la encina que llueve con hojas el otoño que regresa en los márgenes llenos de sombras, y por otros amarillos dónde se ven y se deslizan carreteras, y los tambores cuelgan el silencio en el bosque que alimenta la vida verde cuándo vive, vecino al helicóptero viril libélula en el equilibrio que facilita el oxígeno, oro y petróleo, con el sello del planeta todo. ¡Sí, mira!El futuro llegó, y se fue en una red amarillenta y superficialmente fugaz, que ablanda la carne y coagula la leche con las hojas aromáticas del olvido y la codicia... ¡Sí, mira! A lo lejos están, los lugares calientes, dónde se hace grumoso este tiempo, que se opone a la acumulación de reservas en los edificios de papel, cuando las ventanas ya no encuentran la puerta, y el amor resulta mentira en su clámide mortaja .¡Ah, sabihondez y barbarie! Excelso presente. Porqué las estatuas se desnudan, y provocan, y despliegan perturbaciones digestivas en el cerebro de los panes desde los tiempos prehistóricos. De tal manera, que otorgan sinsabores en abundancia, y más, cuándo se les agregan frutas frescas dónde se eligen hojas comprensivas, tallos compañeros firmes, y plantas en plena madurez, antes de que florezcan las indiferentes monedas que detienen la caída del cabello. Sabemos por el proceso de cocción de la consciencia, que se emplean envases cada vez más irresponsables, que se secan cuando están duros, y quebradizos abajo y a medida que se van cortando las manzanas pecadoras, las peras del olmo, los duraznos vigorosos en el césped y en el tratamiento por vapor de agua, por los minutos prudentes del aguante para evitar la combustión rápida. Aunque el jarabe diluido se calienta hasta que hierve, entre los sueños inquietos con agradable humedad dónde el sabor es redondo, y las semillas numerosas rosas, que van con una porción coloreada en rojo más o menos intenso según la variedad y ánimo del leñador... Pero antes de decir: ¡Te amo como a mi vida!, cuando ya es un cadáver llorando el infeliz destino del polvo, que es la esencia misma de un anhelo del más popular paraíso explotando al enjambre de insectos zumbadores... ¡ Y con esta sabihondez lo explican...!. Pues las escaleras están debilitadas, y ofrecen más esperanzas que curación, y la suerte es el mejor plan de argumentos amontonados en la sala de un hospital que surgen de la obscuridad, y creen saber lo que pasa en los ojos del animal que brilla y se agarra tan sólo una vez basándose en los baches del fuselaje, absortos y comiendo pedazos de recuerdos en la noche más buena... Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
PORVENIR ESPOLEADO
Por ser del futuro una colección perdida. Por el rostro frío del puñal encendido. El eco al astro ora plata siendo oro. Donde el viento tiembla su aliento. Y se templan las aspas de la brisa.
En el trasluz castaño de promesas. Porvenir. Entre trémulas montañas sin entrañas. Espoleado. En el féretro sombrío cargado de laureles.
¡Oh, frescor soñoliento de la nieve!. ¡Oh, balas, botas, entre gotas rotas!. Los ladridos del cobre fallecen. En los lomos de las brumas. En los lobos con la espuma.
Con el rostro erubescente de dúlcido turpial. Porvenir. De arpegios donde hierven las pasiones. Espoleado. Con el son del pasodoble de la muerte.
El futuro viene con sus ecos. Por el cuello con sus fiebres. ¡Un paso que pesa que peca que opaca!. La ensordecedora plegaria del bosque. La ribera que al labriego embate.
Siendo la ilusión pesarosa rosa. Porvenir. Tambores que a la suerte imploran. Espoleado. Siendo la respuesta quejumbrosa rosa.
El futuro ha regresado engrasado. Y se encuentra en el pasado. En el deseo insondable del secreto. En el fuego que anida el hielo hilo. ¡Oh, fragua del mañana hecho agua!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ODA A LA LÁGRIMA (I)
Vuelas cantando dentro y fuera acuoso duplicado de ríos, océanos, lagos de llamas alegrías dolorosas en cada día minúsculo a tus ojos.
Una vez de muchas que llenas lavando lluvias formando arroyos desiertos cosechando arenas tempestuosas a veces camino y voz, y canto, y llanto uno solo en una gota, una de muchas millares de infinitos en el párpado esencial.
Que vuelve en en sí, la sal, en dulce, ácido, amargo, fuerte, débil, que vuelve heridas que queman, las sonrisas, engañando, las ventanas escondidas, en el silencio, en el aire, en el hueso.
¡Huecos midiendo humedecidos, los perfumes agudos y esféricos!. Si, sí, humedecidos, en el recuerdo derribadas, el recuerdo derribadas las pestañas amarillas, del oro humo de pronto.
Mil veces cicatrices en los ojos invisibles de los latidos ajenos a la piel propia en el tela mecánica insensata en el bosque en la pradera en los fuertes pequeños gritos bajo la lengua porque seguiremos viviendo, recordando, la soledad inagotable, enredada en el pecho que se sumerge estéril navegante tejiendo islas al destino de corales cascadas de pétalos tiernos y secos en tus fantasmas hay peces desfilando de cabeza en un relámpago fragante bajando y subiendo relojes en la escalera del suelo que perforas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ODA A LA LÁGRIMA (I)
Vuelas cantando dentro y fuera acuoso duplicado de ríos, océanos, lagos, de llamas, alegrías dolorosas, en cada día minúsculo a tus ojos.
Una vez de muchas que llenas lavando, lluvias formando arroyos, desiertos cosechando, arenas tempestuosas, a veces camino y voz, y canto, y llanto, uno solo en una gota, una de muchas, millares de infinitos en el párpado, esencial.
Que vuelve en en sí, la sal, en dulce, ácido, amargo, fuerte, débil, que vuelve heridas que queman, las sonrisas, engañando, las ventanas escondidas, en el silencio, en el aire, en el hueso.
¡Huecos midiendo humedecidos, los perfumes agudos y esféricos!. Si, sí, humedecidos, en el recuerdo, derribadas, las pestañas amarillas, del oro humo de pronto.
Mil veces cicatrices en los ojos invisibles de los latidos ajenos a la piel propia en el tela mecánica insensata en el bosque en la pradera en los fuertes pequeños gritos bajo la lengua porque seguiremos viviendo, recordando, la soledad inagotable, enredada en el pecho que se sumerge, estéril navegante, tejiendo islas, al destino de corales cascadas de pétalos tiernos y secos, en tus fantasmas, hay peces desfilando de cabeza en un relámpago, fragante bajando y subiendo, relojes en la escalera, del suelo que perforas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Viviendo...
El sabor del viento. En la casa tibia. Hace la sangre. El hogar verdadero. Ser, varios, el huerto real. Amor filial. Oro del valor humano. Viento, aliento, divino. Entre paredes solitarias. Un techo amigable. Camas, mesas, sillas, abrigos. Por la vida. Lágrimas y risas. Consuelo, apoyo, flor y luz. En el mar atormentado. La existencia, nube fértil. ¡Dónde la raíz está en la hoja! Del otoño y primavera. El viento bien lo sabe. Del agua, tierra y fuego.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
TODO ACABARA __Autor: HAFIZ (c. 1320-1389)
Poeta lírico persa. De familia pobre en Shiraz, escribió muchos poemas breves (ghazals). Ha sido muy traducido desde el siglo XVII a lenguas europeas. Se llamó Shams al-Din Muhammad, su temática fué variada, entre la naturaleza, el vino, alegrías y sufrimientos del amor, a veces alegorías místicas.
TODO ACABARÁ
He recibido una felíz nueva: me anuncia que los días de mi tristeza están contados; no durarán siempre. Me han dicho que yo, objeto de indiferencia y de desdén para la Bien Amada, tendré la alegría de ver que mi rival no triunfó para siempre. El guardián de la puerta blandirá su espada y nadie se quedará para siempre en el harén. Oh, antorcha mía, considera como beneficio del Cielo el amor de la mariposa, pues antes de la noche, su deseo morirá para siempre. Un ángel bajado del Cielo me trajo este mensaje: ¨Nadie permanecerá sobre la tierra para siempre¨ Oh, rico, apresúrate a socorrer a tu hermano el pobre, pues tu oro y tu plata no te pertenecerán para siempre. Las estrellas escriben en letras de fuego sobre la bóveda celeste: ¨Nada durará siempre, excepto el acto justo¨. ¡Oh Hafiz, consérvate benévolo, porque el mal y la injusticia no triunfarán siempre!.
|
Poeta
|
|