Poemas :  Memoria del polvo
MEMORIA DEL POLVO
(Experimental Neosurrealista)


Natural
de
la
tierra
en los surcos
del agua
en las esquinas.
Del viento.
Del cielo.
¡Misteriosa!.
Frontera nocturna
De
Las olas
Tatuadas en las nubes.

¡El polvo recuerda su polvo!.

Porque al desnudar al tiempo se llega tarde,
a la cortina de las nubes dentro,
de la noche vestida de verde,
sin rumbo, cenizas de nieve, amarilla,
la sonrisa, que vive fuera de la fosa,
con el terciopelo del olvido esbelto.

Por el complicado sistema de diques,
estanques y canales,
que atienden los más mínimos sentimientos,
del suspiro,
cuando está demasiado duro,
y enfriarlo cuando está caliente,
bajo los dedos,
y sus compuertas y depósitos.

Del mismo modo, que su actitud hacia la muerte,
es una clave, para comprender las brumas,
escalonadas junto a sus hermanas las sombras, demostrando la existencia de la luz,
que mantiene sus restricciones a las pétreas retinas.

Con el rostro nuevo,
de los viejos versos azucarados,
con los limones salvajes inquietos.
¡Por los cántaros llenos de sueños!.
En el polvo que muere confuso.

Con los ingredientes invisibles,
que entran en la fabricación,
de la salida,
de la vida del cuerpo,
que ha saltado el aliento,
en un esfuerzo gigantesco,
para comprender, que el polvo
es solo polvo, en la memoria,
liberado de los caprichos,
de la producción natural,
que sirve de garantía a las divinas especificaciones.

Del control de calidad,
del olvido, de todo lo negado,
de todo lo callado, de todo lo omitido.

El ser,
del engaño un privilegio,
del embuste glorificado.
Al atardecer.
¡Qué viejo reaparece!.
Como el ganado, de siglos,
con la ruda voz de los milenios,
del tiempo de sol a sol, solo pasando.

¡Del polvo de la vida recordada,
al polvo de la muerte olvidado!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de reflexíon :  Inmadurez o nada... (Neosurrealista)
INMADUREZ O NADA...

Si
No
Te
Ahogas
Verde
¡Del pelo al hueso!.
Tinta seca sin seso, solo dedos.

Al placer del escritorio,
en la jerarquía de la humildad gelatinosa.
¡Que a la nueva realidad no se resigna!.
Porqué los años se destejen,
al interior extremo.

Ladrones de las heridas del vacío,
de la hipotética actitud ignorada.

Inalcanzable de los desiertos en un grano,
de arena que se rebela con el único lenguaje.
¡Seco en las ruinas de la playa!.
Viviente, inmadurez que nada alberca,
inmadurez verde, más que cualquier verde.
Nada sobre la misma nada.
¡Verde!.

Donde al eco ladra, aterrando al silencio.
De ningún modo hecho frase, y brilla.
¡Angustiando al horizonte!.
En el fulgor que desconfía, decorativa inercia,
del inevitable falso, hueco de gotas rabiosas,
en la comunión del armadillo al fragmentarse,
en el vertical fecundo, del soplar al fondo.

Una misma energía, verde nada, ó se ahoga,
entre cualquier diferente alberca, envidiando.
¡En la falsa dimensión, indiscutible verde!.
Inmadurez....¡Que deja indiferente cualquier luz!.
Derramando la pálida miseria que corroe,
a la ínfima pasión hecha de huecos.
¡Por la misma pasión frenética del vértigo!.

Al condenar la exaltación
Del tabaco despreciado por el plomo
Del amor entre la pólvora riqueza
Del hambre infinita del bolsillo
Inmadurez o nada... ¡Verde gris!
Al deseo sin imprevistos ni riesgos
Donde caminando se detiene la impostura.

Entre los millares de anhelos calcinados,
defensores de la masa informe,
de los aplausos del jumento.
¡Iluminado portabotellas unánime!.
¡Nada verde nada... Con la inmadurez del viento!
Con esa nada sobre nada o se ahoga.
¡De los rugidos en cierto modo!. Gris albura.

Donde el coro elegante, tortura los lamentos,
con el asombro inalcanzable,
tal vez inexplicable, en la concreta realidad.
¡Minúscula insignificancia!. Por el suplicio,
del tapete abierto... De la desnudez fugaz.
¡Del relampaguear temeroso!.
Haciendo de la mentira un mártir.


¡Qué al secreto enfría, frágil flama falsa!.
Con todo lo excesivamente del escarabajo,
altivo... Saltar del pantano al soplo imberbe.
Entre,
la pestaña verde, pupilo del cepillo.
Verde feroz, inmadurez rabiosa.
¡Nada de seso alumbra!___ Nada verde ya.


Verde gris, más gris que el inagotable sueño.
¡Nada es más frágil que la púrpura impureza!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta