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Libertino
No trates de ponerme empalizadas. Ya sé que te alergian mis poemas. Te amo, mas no quiero cadenas. Jamás he soportado la rutina.
Me sabes desnudo de escondrijos fanático relator de historias viejas, vicioso de trabajo concienzudo, solitario o noctámbulo en amigos.
Administrador de sueños cotidianos, tolerante pastor de algún prostíbulo, enamorado del sol tras los postigos, entusiasta componedor de este desquicio.
No trates de competir, vente conmigo, planifica conmigo picardías, revolotea en tu beso fantasías.
No intentes ensortijar el alma. No impongas el Big-Ben de la apatía. No quieras ponerme empalizadas, acéptame tal cual: un libertino.
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Poeta
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FIGÚRATE
Tú y yo
como arpas del Ártico
derritiendo el tiempo
Creando cataclismos rosas
con esta fuerza opuesta
que nos une
Imagínate, aislados,
recostados al margen de la historia
Prometiéndonos litorales de beso
sin inquietudes plásticas
sin comparecer ante nadie
suficientes en nuestra risa
para practicar nuestras porfías
Imagínate la libertad
bañando el crepúsculo,
nuestros cerros muy blancos
con las canas del siglo.
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Poeta
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¿Por qué me sobreprotegiste, madre? ¿Por qué anudaste mis zapatos y me entraste antes que el sol con tanto abrigo?
¿Acaso me temiste encandilado por las flores de organza? ¿Por las trenzas azabaches? ¿O me creíste bendito?
¿Acaso me temiste callejero, enredado en las pandillas, o pelotero? ¿Por eso me impediste gozar la trifulca genial de las pichangas?
¡De cuántas acequias me privaste! ¡De qué magulladuras de luna y río libraste mis rodillas escarchadas!
Absurdo, pues, madre, si me enviaste como un jilguero a la campiña para entender a diario, en mis costillas, que la vida es calle del medio, simulada.
Quisiste resguardarme de los Zurita, el cité, su bullicio y sus bravatas. soñaste para mí ser clase media, conviviente carnal de las corbatas.
Quisiste protegerme de esas sueltas que enseñaban la piel y que tuteaban. No entendiste que mis desvelos niños intuían sus pechos inflamados. No supiste que andaba atormentado intentando imaginar ninfa completa y que al medio siempre algo me faltaba.
Afortunadamente, madre, te confieso, mientras casto y ordenado me guardabas, el Kama Sutra, flameante de enseñanza, empañaba mis ojos demudados.
Compartiendo tan sabia geografía con primas y vecinas voluntarias, tras los sombreados aromos de la quinta, desentrañé mis dudas escoláticas.
El sortilegio libró mis ataduras. Kamasutré cama adentro, querubín desorientado. descubrí el anatema de la suave lujuria y tuve por harem, vecinas respingadas.
Así, practiqué mis artilugios con excusas de estudios esforzados y la única aritmética comprensible que los muslos de seda me inspiraron.
Y con tan mortal pecado a cuestas, me persigné con temor, con insistencia. Negocié con oraciones muy contritas un ingreso al Edén, con indulgencias. En las Novenas exploré junto a Patricia, Rosa, Carmen, Margarita, la alegría de vivir desorbitado.
Como ves, madre, no sirvieron tus recaudos, tus temores ni tus celos, Nada se saca con cerrar cada postigo, si la vida brinca igual como un tiovivo.
Y, tal vez, jamás sea caballero que procura aprobación contemporánea. Persistiendo, río arriba, torpemente, he ensayado ser persona relajada.
Eroscidio, amática contra el Desamor, 1988
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Poeta
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Hurguemos en tu historia la savia literaria Ya basta de abstenernos en torpe autocensura Rompamos etiquetas busquemos la cordura
Si fue civilizado ser acero del hambre, Políglota del genocidio, master del absurdo, saltimbanquis del odio o marionetas…
¿Por qué, entonces, no remontar los Andes y vociferar hastiados?
¡Dennos un siglo solo de mayas resurrectos. de incas persistentes, de fuerza mapuche irreverente¡
!Dennos apenas un minuto¡ para libar en greda de Atacama aquella ancestral promesa indiana…
Congreso de Panamá: Bolívar elocuente, pero era madrugada
Matriarcado adolescente de niña americana, intentando ingenua y flaca sentarse a la mesa veterana
Congreso de Panamá: Bolívar y su llama, Pero era madrugada
Y fue el viento del norte El que rasgó esperanzas
Mandaron emisarios A sofocar su fragua - peligroso emblema eso de aunar las chacras -
Quisieron sepultarla: usaron fratricidio los traficantes de armas Tras tórridas alianzas corrió sangre mestiza por desiertos, sierra y pampa
La moral del poder fue crema utilitaria que justificó doctrinas y almas derramadas
Hubo de aprenderlo en fuego la niña americana, tras muchos avatares la intuyo cabizbaja
América temprana, hoy bebo de tu historia que es fuerza renovada
¡Ya es tiempo de campanas! ¡Bolívar vive y clama por sacudir tus llagas!
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Poeta
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Saltas
Con tus alas fantásticas
todo el día
Eres sonrisa
Puente, campana
Me llevas a tu selva de intelecto
Me sorprendes con tu penúltima consulta
Sin dejar que te conteste, vuelas con otra
Escabulles, saltas, mariposa delgada
Tejiendo tus alas, en colores geométricos
Bordas, brincas y escabulles
emerges sorpresiva de tus libros de cuentos
Disfrutas el polen de tus días
y hoy te enamoraste, sonrojada
Delgada noviecilla de árbol navideño
Preciosa princesita que ríe porque ama
Tu sueño deambula y brinca
todo el día
vital y enmarañado
Disfrutando ser libre
Hasta que me preguntas
“¿Qué es libertad, papá?”
Y me sorprendes...
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Poema publicado en Libro Miedo al Miedo, 1983
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Poeta
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Odisea libertaria A Catalina de Los Ríos y Lisperguer
Urgentemente cruzo la plaza de San Pedro para presentar mi expediente azul reclamando por el oprobio que manchó tu historia, Doña Catalina de Los Ríos y Lisperguer
Para hacer sentir al Sumo Pontífice la crueldad perversa de sus inquisidores la calumnia ululante que cruzaba la Colonia amedrentando, pervirtiendo, codiciando, esclavizando indios, usando sus mujeres
Quiero decirle al Papa que fuiste su víctima, perseguida pelirroja de orgullo empedernido, y necesitas de él un mea culpa Porque quisieron apropiarse de tus bienes Descalificar tu impronta de mujer valiente Sepultarte en un claustro, como a tantas
Pero tu látigo sacudió sus dientes de oro Defendiendo lo tuyo, tu dignidad y tu albedrío Evitando que la codicia forrada en hábitos e inciensos se quedara con tus tierras No podía permitirlo tu prestancia rebelde
Te acusaron de maldita Que al propio Cristo de mayo habrías expulsado Murmuraron por el barroso campo de Santiago Sus dientes enrojecidos de odio te mordieron el alma Acusada de malvada, devoradora de esclavos Apenas humana, la Quintrala
Pero detrás de eso la ambición desbocada La fiera camuflada vestía sus hábitos de muerte Rastrera se escondía en los portalones Estirando los cuerpos sin misericordia Estampando la verdad en su cruenta historia
Impía te llamaron Basura de tu honra hicieron Hasta dejar establecidas en leyendas las mil misas redentoras que habrías ordenado para salvar tu alma
Indómita Catalina de los Ríos y Lisperguer, el puente de la ira se rompió a tus espaldas Has sido víctima desolada de la mentira oficial
Por eso cruzo la plaza de San Pedro Los orines del cenáculo se arremolinan recordando las voces del Santo Oficio, las torturas disfrazadas de piadosa espiga
Llego al Papa somnoliento El mismo que espera quinientos años para un perdón apenas susurrado en el ángelus
Y le grito desde la plaza hasta el balcón de las palomas Que sus mentiras ya no te alcanzan Que la vida te rodea y que la luz de la justicia abraza tu cabellera pelirroja
Y le exijo que te dejen volver a ser niña, Catalina, Libre, independiente, rebelde, conjura de mapuche y huinca Levantada como una espada para atravesar al verdugo
Y queda en el cielo tu nombre, tu honra recuperas Y la vida se cuela por tu historia hidalga Sin que nadie ose tocar tus bienes Sin que ningún obispo profite de tus tierras Sin que ningún zángano inquisidor beba el vino libre de tus campos
Eres heroica Catalina de los Ríos, la vida hoy te aplaude a la distancia y queda embelesada por tu coraje
Con tu verdad en ristre, luchando contra el sistema, revolucionando la colonia, sembrando semillas de libertad en la noche corrupta que vestida de muerte quiso pisotear tu dignidad inclaudicable.
Valiente y decidida mujer de laica estirpe, tu historia corrijan los escribas
Que fluya la verdad como un puño que sacude la bazofia de esos sarcófagos blanqueados que por cinco siglos mortificaron tu memoria.
Valparaíso, Comarca de los Poetas, 7 de abril de 2010
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