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Inconcebible
Por dentro la sombra me alumbra el ojo sediento en la risa baldía del fulgor de la noche cerrada ningún día se escapa del luto ni el último rayo murmura del placer herido al beberlo.
En tanto un pañuelo machaca una lágrima de cien millares de ausentes alientos en las estrellas perdidos con miedo.
__¡ Ah, riqueza de muerte !. Aquí, allá, entre el aire, la tierra y el agua.
__¡ Oh, esperanza !, tú también eres fantasma perdida.
Perdida, esperanza, fantasma, en la mesa que la soledad habita, por las casas, del vacío, de los miles olvidados ; de lengua en lengua, en la mirada que calla su escarcha hasta el cuello del alma enferma.
¡ No, no !... A la muerte, no lleves tantos, ¿ A dónde se irá tanta vida perdida ? Tan inútilmente, como la pobreza se extiende, y el mismo olvido, vive entre calles y techos...
Inconcebible Donde solo vive más la ausencia abundante Inconcebible Con la muerte presente en la luz y la sombra Inconcebible... ¡ Para quien no lo sabe ni vive !
Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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Poeta
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Yo sabía
que este reflejo en el agua,
dispararía a mis ojos,
una luz buena y serena.
Pero, yo no sabía,
que después esta agua blanda y morena,
sería el mar de mis ojos,
un mar de lágrimas y penas.
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Poeta
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SOBRIO Y BENÉVOLO
El polvo de la nada espera comer la mesa, del hambre de la cuchara exiliada la tarde, del mimbre de la cáscara verde la silla, del timbre de la casa sola la ventana.
Porque ya el cansancio del agua corre, humedecido el camino del destino yerto, fiel entre la piel del viento alegre, miel entre la hiel del aliento amargo.
Con el silencio que teje las canciones, del sabor de las noches difíciles, del dolor de las espadas olvidadas, del tiempo de las piedras encontradas.
Por las manos de los martes, entre los lunes de las lluvias, que brindan los tibios luceros, a las noches atrapadas y asustadas.
¡Sí, sí!. Mira como vuela ese sueño, escondido en las campanas gastadas, en las lágrimas inútiles del recuerdo, del brazo que carga la luna.
Ya fosforece el palpitar de los huecos, de los tibios ecos de los laberintos, en las dulces pupilas que las palpan, en los viejos tiempos que no mueren.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ACALORADO
Sentado estaba el calor sobre ese día con el sudor del verano lejano el columpio balanceaba un otoño con las hojas del libro enojado corriendo entre letras y renglones capítulos de nieve en un frasco cansado miraba en su cara el espejo con el simple suspiro del tigre cuando tiene alguna idea del sombrero en la cámara oculta del ropero del niño que despierta en la escuela del tornillo que duerme en la tarde donde escapan los recuerdos del sueño entre los bosques angustiados y asustados por la comida sin apetito ni sabor que cultiva la sed en el agua y el mar en el corazón del viento y los relojes en el tiempo perdido por la eternidad de los tejidos ligeros con la música mortal del silencio cierro los ojos y te recuerdo que vienes de tonalidades misteriosas donde no hay alegría ni afán de sufrir por la nocturna pena que ofrece el día al calor que muerde una flama recibiendo los favores del desdén en el trasluz castaño de una promesa donde la noche germina como un guijarro encendiendo las estrofas del poeta...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COSECHANDO CAMÁNDULA
He sacado ese sueño de la cama, con la espada del bosquejo, del bostezar del almohadón, que prepara la sombra al sombrero, y los botones al bote del lago, y las botas a los brotes más largos, que protegen al sol del agujero, del alfiler del almidón del alfil, con la espuma del boceto, he soñado sacar esa cama dormida...
Cosechando, oye, oye. ¡Oye lo que no ha pasado!. Sembrando, palpa, palpa. ¡Palpa lo que sí ha pasado! Cosechando. Cosechando. Camándula tras camándula...
Ve lo que nadie ve... ¡Sonriendo!. Ni aplaude sin sueldo rastrero. Ni espera que le pase lo mismo. Cuando la tarde se fue quedando, como la cuchara come la sopa, y sopla cuando enciende el hambre, al agua del alma ahogada, en los versos. En la duda preparada, de las respuestas sin remedio del jardín, ladrón de las abejas y de miel de bala, de bolas de bastos de biombos de plomos, en las orejas de fusiles acostados acosados, en los minutejos ortejos de relojes yertos.
Por elegir pensar con la lengua. Por respirar alto con el pelo. Por caminar bajo con el pecho.
La cama del sueño me ha sacado, cosechando fabulosas pesadillas, cosechando rugosas hendiduras, al desenfrenarse la calma ardiente, al desempolvarse la muerte sonriente, camándula, camándula, camándula.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INMEMORIAL
El viejo futuro quedó olvidado. En el presente verde. Del aire. Con la tentación dulce. Del fuego. En el rincón silencio. Del agua. Con el alma reflejada. De tierra.
El humo se detuvo. Pensando en el dolor. De las nubes sin sueños. Entre las gotas duras. Sin vida. Con la muerte falsa sepultadas.
Por la voz del olvido. Por la risa del polvo. Por la palabra sin letras. Por la casa sin techo.
El viejo futuro pasó. Se fue sembrando presentes.
En el pasado vacío. En el bolsillo del viento. En el aliento del tiempo. El viejo futuro murió solo.
En el tiempo. Soñado. Por el humo. Inmemorial.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El amor verde
El amor verde pinta el cielo. Rosa la soledad teje. La fotografía camina lento. En el ritmo alegre del tiempo. Azul el sueño canta. Como el agua tibia danza. Al principio un maquillaje de noche.
El amor tibio y blando el tiempo lento. Los suspiros pasan y pesan. Los ojos brillan a lo lejos. Los pies dibujan alas y plumas. Con el tono que resalta las virtudes.
De los muslos de las nubes. De los pechos de los bosques. De los brazos de las brisas. De los ojos de los ríos. Con el tono que resalta las virtudes.
El amor verde sabe dulce. Blanca la esperanza bebe. Las pestañas en la luna. En la piel de los años. En la miel de los sueños.
El amor verde vuela. En el rostro de los relojes. En el canto de los latidos. Por la escuela de la vida. Pruebas, resistencia, éxito, fracaso, dolores, esperanza, ilusiones, realidad, creatividad, pasiones, elección, belleza, natural, humilde, descuidado.
¡El amor verde, no es azul, ni rosa, ni amarillo!. El amor es verde, y solo verde, cuando es amor natural.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Subi no trampolim da imaginação, e saltei no vazio... Lá embaixo nada espera por mim: uma piscina, um mar, um rio...
Nada...
Na imaginação não tem água. Quem mergulha na imaginação, tem quer ter asas como um avião ou como um pássaro...
E tem também que saber acrobacias para colher as ideias que flutuam no ar.
A.J. Cardiais
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Poeta
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OPULENTA MAJEZA (Neosurrealista)
Ayer el mar cayó, en la noche verde, aún penumbra en la semilla, del agua desprendida del cristal.
En los últimos años, y en el seno de una aurora, cenicienta, por un latido que florece, y asorda el pensamiento frágil, en la ciudad plagada de edificios, entre las costas árticas, de indiferencia implacable, y el hostigamiento arrinconado, en el aire de las esquinas, saturadas de vacíos en la ruina, que ocupan un lugar destacado, en las áridas pupilas.
Hoy que la espuma del viento, camina por detrás, del sol virginal fugaz, en el templo de la sombra.
Concebida de manera unilateral, y simplista, de aplicaciones estereotipadas, y artificiales de un mecanismo verbal. Siendo el fenómeno, por otra parte, mucho más frecuente, y más antiguo, de lo que lo dejarían, entrever los dedos de una mano. Como un regio tesoro, que se palpa, de tanto en tanto, apagado, y lejano, en el turbio oleaje, que bosteza en la empinada loma.
Por el cabello callado, en la piel de las palabras, en el clavel goteando, en la mirada pura de la brisa.
Con las marcas de cinceles, desnudos en la piedra, y poderosas cicatrices, vegetales, a tres metros de altura, de una gentil sonrisa, subiendo a tientas, por los obscuros corredores, de cabezas grises, esculpidas en el agua sin anteojos, dispuesta a retirarse por el humo, que viste sus atuendos cotidianos, enclavado entre las altas colinas, con ventanas sin vidrios, colgada de una jarra, y acusada de asalto.
Cuando el tiempo inventa, el corazón de los relojes, en el susurro de la sombra, que la sonrisa eterna deshace.
Entre las rocas sin hogar y las hojas salvajes del hielo civilizado del ninguno, en cualquier parte. ¡Qué empieza a ser olvido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESNATURALIZACIÓN
La madrugada teje la tarde. Con los hilos de la noche. En el silencio de las estrellas. Por el árbol de las nubes dulces. Sueños. Galaxias. Amores. Recuerdos. ¡Anhelos brillantes!. ¡Dolores agudos!. Los días... Se mezclan con sus ecos. En la sangre del alma.
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Desnaturalización. Artificial. Fantasía. La carne sueña el camino verde. La música pinta el perfume rojo. El sol acaricia el viento amarillo. El lago escribe el cuento azul. Porqué la tierra recuerda a su padre el fuego. La vida, el agua, la madre, el aliento del cielo. El tiempo medita en un círculo... ¡Absorto!-
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Porqué la humanidad no conoce. Desnaturalizada. Artificial. El principio del amor. Fantasía. Deshumanizada. El final del mal. Por la consciencia degradada de la luz. Por la inconsciencia del pelo al hueso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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