Poemas :  Valse nocturno
En la paz de la alcoba sosegada,
bajo la media noche en agonía,
llega a mí, desde incierta lejanía,
una llorona música olvidada.

Entra en mi corazón como una alada
saeta de letal melancolía,
porque recuerdo que cuando eras mía,
si algo nos supo unir fue esa tonada.

El vals - lírica flor que se deshoja-
se va apagando al fin y una congoja
mortal deja en la noche difundida...

Yo un infinito desamparo siento,
y es que a veces un vals que va en el viento,
¡suele ser, más que un vals, toda una vida!
Poeta

Poemas :  Tus ojos
Estábamos a solas en el parque silente
la tarde en desmayadas medias tintas moría,
y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como ganas de besar el ambiente.

Primavera llegaba y el retoño incipiente
-anuncio placentero de la flor- verdecía,
y el alma contagiada del milagro del día,
florecía lo mismo que el jardín renaciente.

Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda,
que el verdor transparente de sus ojos letales
tomó de pronto un verde sensitivo de fronda.

Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos,
la dije ante los tiernos brotes primaverales:
-Esta vez ha empezado la estación en tus ojos.
Poeta

Poemas :  Tu palidez
Tu noble palidez forma tu encanto:
es como aquella palidez extraña
del lirio matinal de la montaña
que al reflejo del sol sufre quebranto.

A veces logra esclarecerse tanto
que tu sutil respiración la empaña,
y otras adquiere, si la luz la baña,
la transparencia rútila del llanto.

Todo en mí se ilumina al contemplarte,
y, arrobado en tu faz, pienso que alguna
noche la luna te nevó al mirarte,

o que por rara y singular fortuna,
sintiéndose mujer, quiso imitarte
y osó tomar tu palidez la luna.
Poeta

Poemas :  Tu boca
Escollo de buriles y pinceles,
es tu boca una vívida granada
que pide, tentadora y encarnada,
un beso audaz que la disuelva en mieles.

Cuando a la risa abandonarte sueles,
difunde en rededor tu carcajada
el grato olor a fruta sazonada
que hay en la intimidad de los vergeles.

Es abreviada gruta de frescura,
constreñido paréntesis de flores,
animado jardín en miniatura.

La besara con férvido embeleso
para sentir, muriéndome de amores,
la eternidad en lo fugaz de un beso.
Poeta

Poemas :  Silueta
Es tierno su mirar; su voz discreta;
del bohemio vivir tiene el encanto
y en el rostro de nácar el quebranto,
la marchitez de lánguida griseta.

Ilusiona mi vida y la completa,
y, una con mi sentir, canta si canto;
y si me ve llorar, corre su llanto
por mi abatida frente de poeta.

Ama todo lo que amo; el silencioso
vagar nocturno; el organillo errante,
el barrio extremo; el cafetín dudoso,

sólo ignora una cosa: su belleza,
y recibe, con plácido semblante,
el regalo casual de mi pobreza.
Poeta

Poemas :  Redes y sueños
Tejedora incansable que en la noche y el día,
tejes calladamente las más gráciles mallas,
dime: ¿en el ritmo lento de tus labores hallas
alguna consonancia con tu melancolía?

¿Los hilos que se engarzan con sutil armonía
van fijando en la tela los ensueños que callas?
¿Se parece el recuerdo tenaz con que batallas
al vaivén perezoso de la aguja tardía?

Tejedora incansable: su labor es la de una
araña que hace redes, como gasas de luna,
para encantar las horas entre encajes sedeños.

Y yo soy cual la araña -de tus manos gemela-;
yo también vivo hilando, como sobre una tela,
sobre el dolor sumiso de la vida mis sueños.
Poeta

Poemas :  Obsesión
Nunca te encontraré; nunca a mi lado
veré fulgir tu cándida silueta,
novia de mis ensueños de poeta,
que a través del vivir tánto he buscado.

Con insistente afán alucinado,
bajé a la sima y ascendí a la meta,
y en ninguna mujer te hallé completa:
en todas ¡ay de mí! te he eqnivocado.

Ya no te busco. ¿Para qué? Vendrías,
envuelta en engañosas fantasías,
a darme la ilusión de que ella eres,

mas al tocar tu frágil hermosura,
sentiré renovarse la amargura
que en mí dejaron las demás mujeres.
Poeta

Poemas :  Las manzanas del Edén (fragmento)
A ti viciosamente me encadena,
tu cuerpo insano en que la muerte aspiro:
eres sierpe o mujer, hada o vampiro,
o ángel con maleficios de sirena?

Da sopor como un vino tu melena;
quema como una brasa tu suspiro;
tu beso, que es voraz, quita el respiro,
y tu aliento, que es de áspid, envenena.

En el lecho te ciñes a quien te ama,
convulsa y frenética, lo mismo
que a seco tronco enardecida llama.

Y cuando amor en tus entrañas siembra,
se siente un frío vértigo de abismo
sobre el abismo de tus muslos de hembra.
Poeta

Poemas :  Iniciación
Sobre el busto de mármol se contornan los senos,
y apartando con nimias complacencias la bata,
succiono los erguidos pezones de escarlata:
pomos donde se acendran invisibles venenos.

Ella ciñe los muslos, vigorosos y plenos,
donde el sexo apremiado se defiende y recata,
mientras se contorsiona con lujurias de gata,
al roce de mis labios que la exploran obscenos.

A un desmayo de toda su belleza vibrante,
logra mi mano intrusa desligar un instante
de sus piernas esquivas el frenético nudo.

Y de todas mis ansias en el ímpetu ciego,
busco el cáliz virgíneo de su cuerpo desnudo,
y a una lenta tortura de puñales le entrego.
Poeta

Poemas :  Idilio columbino
Sobre el techo rojizo de la iglesia aldeana
se congregan en corte las palomas. El día
confunde con el d'ellas su blancor: se diría
que milagrosamente las brotó la mañana.

De súbito, ascendiendo, la legión se desgrana
en un vuelo vibrante que en el éter se amplía,
para tomar con una cadenciosa armonía
bajo la rutilante claridad meridiana.

Vibra el soplo fecundo del amor. El palomo
ronda a su compañera, que se le postra, como
dócil cojín de plumas que la luz tornasola.

Como al solio un monarca, sube en ella de un paso
y busca el sexo esquivo, desplegando la cola
a manera de un lúbrico abanico de raso.
Poeta