Poemas sociales :  Dios, La Tierra Y Los 33
Harta de laceraciones en su garganta,
la tierra se engulló a los ‘responsables’
de tan antigua y sistemática tortura.
Con los labios prietos a toda súplica,
la tierra no quiere abrir la boca, fíjate.

Pero el hombre, el intrépido hombre
que la puebla y usufructúa, la somete
de nuevo; le abre un profundo respiro
entre sus trincados dientes, un hálito
a la vida de casi setecientos metros.

Orada y reza y llora, hasta que por él,
hiriéndola más, le arranca a la tierra
su caro bocado de treinta y tres almas.
“¡Viva Chile, mierda!” Muy bien dicho,
ya que harto cagazo se pegaron, weón.

¡Viva Chile, catastrófico y querido!
¡Chile, tembloroso pero firme esta vez
y cada vez que la vida lo demande!,
gritamos, mientras la tierra masculla:
“Yo no tuve la culpa, no tuve la culpa”

y nos mira con su único ojo de escape
con destino de hoyo turístico a explotar.
Agradezcamos todos: ¡Gracias, Dios
Todopoderoso por tu gran misericordia!
¡Gracias tierra por tu lenta digestión!

“¡Chi, chi, chi, le, le, le, los mineros de Chilé!”


Poeta