Cuentos :  Corazón transgénico... (Anticuento Fantaciencia)
CORAZON TRANSGENICO

Discutían en aquella astroconferencia
varias confederaciones de fotones
y directivos multipotenciales plasmas
marginales de las primeras nebulosas,
latiéndose microscópicamente incómodos.

Para el común de los retrofuturos era cada vez
más abstracto y difícil vivir de recuerdos
congelados en el humo cósmico. En el mismo
tórax del metaloide gaseoso de las aurículas
eran en realidad un obstáculo cada vez más
lento de pasar por el oxígeno radioactivo.

Pues en los colalveolos los cristales se adherían
a cada enzima de restricción, deformándola a
su vez, y alteraban los radicales apasionados
marcándolo todo con infrarrojos deseos inter-
mitentes, lo señalaban como lluvia de estrellas
rodeando un agujero negro.
El flujo de energía hacía y deshacía tejidos
funcionales convirtiéndolos en celuloides fan-
tasmagóricos... Al penetrar pupilas y dejar
su marca indeleble en las retinas desmontables.

¡Oh!___Este nuevo corazón transgénico me ha
traicionado. ¡Me ha traicionado, me ha trai-cionado, el alma me duele el amor de ha ido!
¡Oh!___Este nuevo corazón transgénico de mí
y de ti se ha olvidado, se ha olvidado.

Resonabaaún, en los rincones apartados de planetas nuevos y viejos sistemas solares, pantallas telemétricas y programas teledirigidos, era una ancestral canción cibernética muy popular en su tiempo reverso, de transformación, semiespacial, con tintes de sentimentalismos.

En el corazón transgénico, tardaron mucho en aceptarlo. La regeneración espontánea y las
hojas embrioplásticas helicoidales no tenían
ys significado, la masa de datos qué se manejaban
en la circulación periférica es amorfa y fortuita.

En un campo de fuerza danzaban las notas, unas
palabras transmembranales y la luz vibrante de
un corazón original en su silencio absorto.

Pensaban con estricto apego a una lógica matemá-
tica, y en la interpretación ontológico-estética
de un suspiro...¡Era la misma confederación de
la ignorancia más radicalmente artificial en los
sillones flexibles e invisibles bajo el trasero!.

El resto del cuerpo no estaba más sensibilizado,
y ella.. ¡Oh!__Qué bella con sus extensos valles,
es como siempre la memoria, que solo quedaba en
la piel grabada unos milenios instantáneos.
En cada constelación, los millones de cálculos
inteligibles a los iniciados solo confundían más.

En el corazón transgénico, así lo mostraron cientos de veces las pruebas teletransferidas
en más de diez mil galaxias, los anhelos se en-
roscaban, los enamoramientos eran un amasijo
molecular sin sabor, en los claroscuros espiri-
tualmente amorales y transtemporales. Quedaban
prácticamente como literaturas de archiveros
líquidos en nanoradicales subatómicos de emocio-
nes volátiles amargas, líquidos ycataratas en
cientos de miles de siglos luz a la redonda.

Todo el amor,y su múltiples fases, procesos, clases y divisiones, eran un asco en la reflexión
deformada de la raquítica consciencia, y sus
diversos elementos se mezclaban con viscosos
apetitos del vientre lácteo y volátil impreg
nándolo todo un sabor nostálgico de gluones,
si, de gluones, copias de la fructuosa ancestral,
del nivel molecular en su versión subatómica cor-
puscular. !En eyecciones retrógradas y vesicales!.

Es el gran dilema... ¡Un misterio, sin dejarse
autocomplacer, dijo un retrofuturo al final!.

"Aquí está toda la transgenicidad teleológica
y la especulación de aquéllos abyectos seres
qué distorsionaron la evolución bioeléctrica
en el macrocosmos, en aquél planeta, hoy desco-
nocido en los anales interestelares, más fan-
tásticos, tejidos con las infinitas falsedades
y datos qué dejaron como rastro escrito"

De unos ojos celestes caía la brisa
en una infinita lágrima
como un océano sin
comienzo detrás
de un mármol.
¡Secreto!.
En el secreto descubierto del alma noble en los
momentos más sublimes... Del alma humana, alguna
vez en su tránsito por el espacio.
Ahí estaba, en la pasión sublime de la ceniza
de los humanos recuerdos, en la frente de una
diadema, flotando en aguas y vientos, se decía,
con un ritmo melodioso al oído atento, y qué
al mismo destello estremece con el canto.

Con el canto del espacio
Espacio en la mirada
¡Qué al olvido, cautivo, cautivó, cultivándolo!
En la mirada qué inventa sueños
Y veda con frecuencia realidades.

En... El... Corazón.
Transgénico inútilmente , el ritmo la misma
noche duerme, la mirada, solo teje retinas áridas,
el aliento, concreto, realmente materializado,
seca cualquier fruta aún la prohibida y la permi-
tida involuntariamente. Y el tacto es rugoso en
la hermosura ausente de una isla abandonada.En conclusión, se dijeron:
"Nada puede hacerse en el umbral de la muerte.
La consciencia yace. Y hace telarañas¨.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta