Poemas de reflexíon :  De López y sus cuarenta migrantes muertos
“Más veintiocho lesionados ciertos . . .”

En Chihuahua, en Ciudad Juárez,
solo tristezas, pesares,
en el Instituto Nacional
de Migración, irracional.

La corrupta porquería
brota, aflora, día con día,
la que se ha expuesto desde antes
en relación con migrantes.

Que estaban, sí, detenidos
en tipo celdas, reunidos,
tras las rejas bien cerradas
con las llaves extraviadas.

Según los datos más ciertos
ya son cuarenta los muertos
en una estancia provisional
por un incendio anormal.

El momento fue dantesco,
el rimar esto aborrezco,
mas, tenemos que decirlo
para jamás repetirlo.

En tan crueles recovecos
murieron guatemaltecos,
infierno y fuego los dueños
de infelices hondureños.

Unos, pues, se “achicharraron”,
otros solo se asfixiaron,
¿dónde están las pinches llaves?,
¡qué estupideces tan graves!

Quedaron veintiocho heridos
por los hechos padecidos
responsable es el “gobierno”
y surge el pretexto eterno.

Acostumbrado está López
a estas tragedias tan torpes,
ya experto en dar condolencias,
mugrena es muerte, indecencias.

La detención temporal
de migrantes es inmoral
a más de inconstitucional,
tal práctica ya acabó mal.

¡Dios bendecido alabado!,
es otro crimen de estado
al que nada lo disculpa
y Andrés a los muertos culpa.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 28 de marzo del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Poeta

Poemas surrealistas :  Entre marejada impávida ...
ENTRE MAREJADA IMPÁVIDA

Por el sobresalto de la hidra,
el
sobresalto
de la hidra
que al ángel deja helado,
que se mofa de los trombones,
la hidra,
fuma del jardín melones, por las más numerosas, migraciones, sobresaltada.

En
Tre
Mar
Impávida, marejada.

La
Hidra...¡Con hidrofobia de hielo seco!.
Entronizada.
Muestra.
Los brazos de las abejas.
Los dedos de las diademas.
Pétalos, metales, sílabas pálidas, y magnéticas plumas rotas.

La
Hidra por los campos duerme con los afanes terrible.
La
Piedra impura aspira de las bestias el surco infértil.

La
Fibra tiene un ritmo imantado muy raro y multiplicado.
En
La hidra terrible, piedra infértil, vibra en lo que duerme.
En
Lo que impuro aspira.
En
Lo que imanta raro.


¡Con los afanes de las bestias multiplicando!.

Sobre un alacrán en gotas,
quemadas por los años,
entre inagotables lavanderas como enredaderas,
siglo aterrado como una fruta seca,
por el que fue ignorada copa,
por el que fue tierra fragante.

Entre
Marejada
Impávida

La muerte polvorienta del superficial pantano
que triunfaba, que carcomía, que relucía,
es aquélla voz de abismo, de verdugo.


La hidra de la piedra hierve
Fervorosamente petrificada.

Como vil reptil de añil,
sobresalto subterráneo,
de hidra, de piedra porosa dulce,
que al ángel hurtó las alas,
y al habla dejó mudando,
los retorcidos castillos,
los agitados perfumes,
los frágiles castaños,
y de la tribu,
perdió el sentido más puro, más edificio,
más avenidas fatales.
Sin
Esperar
En voz alta, audífonos ensordecidos, de patios abandonados,
lo que anunciaron del bebido conjuro, del dinero resucitado, una sepultura.

De las cálidas pupilas
una quimera teje
la negra tarde
mil mixturas
miel
con la piel de hiel
en un innoble
temblor
audaz
del mar salado, mar temido, mar herido, mar perdido por la espada,
del pez, vela, buscado, perplejo símbolo en el último adiós hidrante.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta