Poemas :  SEXTINA DE LA SEQUÍA
Pasan las nubes sin dejar las lluvias,
el hombre del campo, triste las mira.
Por falta de agua se mueren sus plantas.
Pena ninguna, las brumas se marchan.
El campesino se queda sin agua,
tendrá que regar con sangre del alma.

Viendo tanta sed se me parte el alma
Y clamo a mi Dios que lleguen las lluvias.
También la tierra clama por el agua.
No lloran los sauces, nadie los mira.
Poquito a poco los hombres se marchan.
Solas y secas se quedan las plantas.

Tristes los campos y mustias las plantas.
Por un buche de agua se vende mi alma,
grita un campesino, mientras se marchan
tras de los vientos, en pos de las lluvias.
Deja sus campos, con pena los mira.
¡Cuánto sufrimos por faltar el agua!

¡Cuántas miserias nos llegan sin agua!
Secas su raíz, perdidas las plantas.
Puñados de tierra en sus manos mira,
ve que está seca su tierra del alma.
Con tanto calor no llegan las lluvias,
una tras otra las ranas se marchan.

Campos vacíos las gentes se marchan.
¿Dónde, las nubes, te llevaste el agua?
¿Cuándo, por pena, nos darás las lluvias?
¿Cuándo, por pena, regarás las plantas?
Hombre del campo que vive sin alma,
camina en su tierra, ya ni la mira.

¡Nubes lejanas! El hombre las mira.
Llegan las gotas, las moscas se marchan.
El campesino recupera el alma,
la resucita lavando con agua.
Llegaron las brumas, ríen las plantas.
Se va la sequía, llegan las lluvias.

¡Charcos de lluvias! El niño se mira.
Vivas las plantas las dudas se marchan.
Bebamos del agua en copas del alma.

Mel
Poeta

Poemas :  Sin rostro
SIN ROSTRO

Por ese inalterable dinamismo,
en lo siempre estático.
¡Colgado de un sueño duermo!.
Por ese triste eco donde anidó el silencio.
Del rostro de alar cada mañana.
¡Sin la cara cara indiferencia!.
Equívocos del olmo calmo.
Donde

Unívocos los álamos claman.
Donde cárdenos rodantes exclaman después.
Descolgando insomnes.
¡Antes del nacer la tarde!.
Y del amarillo palabrear del aire.
Revoloteando lluvias.
Midiendo silencios.

¡Hablarle a la soledad misma callando!.
Confiada cruel cual roca fiada.
Sin rostro.
Debe al verbo beber sujeto.
Del color de versos mil alejamientos.
Por articular al dado cargando dedos.
Sin rostro.
Dudas deudos olor ardor.
En los pañuelos.
Anhelantes

¡Helo aquí!___ Está menos frío.
Aquel juego___ ¡Cuándo no arruina!.
En la sorda pestaña que los años cantan.
¡Los ausentes!... Del craneal sentir.
Por los latires apretando vientos.
Desalentados con cara cara... ¡Por lo barato sida!.

Esqueleteando...¡Aleteando!.
Como abuharía la noche el grillo.
Sin rostro.
¡Al preguntarse!.

¿Dónde abuharemos las estrellas sin cara cara ya?.
Con todo este inalterable dinamismo.
De lo siempre estático...¡Vida y muerte!.
¿Qué sería si hubiéramos abuhado la luna?.
Por estar.
Sin piel pulsando el polvo.
Revoloteando.
Lluvias.
Midiendo.
Silencios.
Sin rostro.

¡Así las hojas dirán: No abúhen las raíces!.
Sin rostro, sin rostro...
¡Duermo del sueño qué cuelgo!.
Del techo de la noche infinita.
Pues... Lo sé, creo, me dicen:
En el rostro de las tintas letras estás.
Creo...

¡Qué si bien rehilaba cada sueño!.
Sin rostro.
Cada noche hube rehilado.
Sin rastro ni lastre...
¿Dónde rehilase el dormir podré ser de otra manera?.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Meditabundo
Meditabundo

Con la melodía de sombras dulces,
y las ramas de fuego en la ddddistancia.
¡Se diluye el tttiempo!. El tiempo se evapora,
de cenizas y de siglos,
donde se escribe al vientoooo,
con plumas y con ramas.
Y los árboles saltan en la nieve,
con el mediodía de combas dunas.
Meditaba la metralla los hosannas.
Mientras se desploman los pañuelos.
Marchitas las espumas y las olas.
Meditabundas, meditabundas. ¡Abundan!.

Y
Dejan
Lejos
Al crepúsculo labriego
Al cuervo rojinegro
Al abrigo herido.

Me
Di
Ta
Bundo... ¡Abundo en meditar!.

Y
Queda
Cerca
El ropaje en llamas
El talle en lluvias
El coche en llanuras

La meditación en rebanadas
La mediación en cucharadas
La melancolía en ataduras
Abundo, abundo... Meditando.

Entre
La
Piel
Del horizonte... HHHHorizontal,
En
Donde
Ama el campo seda
Ama el canto lino
Ama el cuerpo nylon...
En-La-Bre-Ve-Dad-Vi-Vi-Da.
En
La
Dis
Tan-CiAA-Del-A-Be-To... ¡Ave que medita su vuelo!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta