Poemas surrealistas :  Descaminado
DESCAMINADO

El camino nuevo, odiado, se niega a ser nublado
debajo del otoño entre los cantos de las jaulas.

Con la esperanza del zapato entre las piedras
tristes acordeones seducidos por el polvo
que espera el fin dichoso en un recuerdo.

En la quietud del lucero en medio de la luna
o como la montaña inseparable corre verde
y escribe en cada espuela su congoja rosa
tan prematura en desengaños bajo la puerta.

Por el olvido que sucumbe ante la tumba
respirando los dolores de una lápida ligera
quedó la calle callada el domingo de descanso
sin quebrarse una costilla del florero gris sereno
el puente de púrpura vestido nieva su perfume.

Más con la soledad de los pinos penan pobres
las horas del mar que reposa en una nube roja
con el ritmo que corre a ponerse a salvo solo
como el tambor habla de la madera del barco
que piensa en la campana del campo frío
en la porcelana de la sombra de la hierba.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amistad :  La vía oniroide
LA VÍA ONIROIDE

Abajo del sueño de límites dorados.
Adelante del mundo de cielos prometidos.
Adentro del desnudo de mil ventanas.
Afuera del desfiladero de arañas tibias.
Arriba del viaje de silencios diminutos.
Atrás del mundo de huesos dichosos.

La
Vía
Oniroide.
La vía, la vía.

¡Oh, cómo hemos sobrevivido!.
¡Hay, hay. Cientos de guantes de goma!.
Y la luna resiste.
Y resiste a los corazones negros, negros.
Y los humanos hechos añicos.
¡Oh, hermanos me duelen las raíces!.

¡Tanto han cambiado, olvidando mares y cadenas!.

Cerca del girasol y las leyendas de algodón.
Debajo del amarillo y los aleluyas asesinos.
Delante de infinitas manzanas enroscadas.
Dentro escucha el mundo toda la derrota.
Detrás encarnado el espíritu perece.
Cerca del helado ambiente y mil amenes.

¡Olvidando mares y cadenas, han cambiado tanto!.

¡Quizá el aire ha perdido sus vestidos!.
Será un tal vez delante de los niños.
¡Tarde ruedan los rumores espinosos!.
Enseguida de cien licores y elefantes.
¡Puede ser una cadera sedienta y prisionera!.
Puede ser, puede ser. ¡Cualquier cosa!.

Oniroide la vía, la vida,
era vida vida,
hoy ni vía.

Tomémonos el corazón.
En cada dedo, aunque sea un instante.
En la esencia de un elixir.
En todas las arterias compartidas.
Floreciendo cualquier pétalo en mil rocíos.
¡En la mina láctea en fiesta!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta