Cuentos :  ¿Porqué nada es mejor?... (Anticuento)
¿Porqué nada es mejor?

Llueve su angustiante soledad la noche, cuando las aves no cuentan las nubes, y se van apagando.
Las flores en sus aguas al finísimo azul después
de morirse el sentido en la distancia... Nadie
tenía en el lugar la túnica del color del enebro.
Era marzo de un tirón, por más que la causa de
su oficio no dejaba lugar a dudas al año. Con el
moño el invierno puntual se tiende sin ser verde
ni admitir réplica, sin darse apenas cuenta de lo
qué hacía al miedo al verlo matar su hielo en él,
¡Sí!...En el corazón de una gota. Seca una antorcha encendió el ruido en mil pedazos incluidas las huellas con sus tintes lozanos no sin gran pesar. El vacío en su vasto territorio señalaba el camino de regreso...

Se veía el silencio moverse un paso afuera de los
hogares qué se alejaron más allá de las estrellas.
Tan cierto, cómo aquél que en el rostro dibuja la
cobardía midiéndole los pasos al olvido... Carente
de palabras en una extraña expectación.... Pusilánime y arriscada, en el vestíbulo vespral, en el ápice sinuosa con la vicisitud jaspeada, y el incienso de la genuflexión agreste, desgarbada, por la prosapia del varapalo.

¿Recuerdas el tiempo aquéllo?... Cuando nada de esto sucedía en el largo coloquio marmóreo que se reconoce de repente ahora... Y no me remonto soñando a otro... Hemisferio, como el cándido cordero en la pereza, ni a los mástiles de los rosales desnudos en el tedio de una
fofa neblina... Tú me dices que sí, y qué si sabes de la penosa y constante travesía que guarda en sus párpados sedeños la boca ingenua...
Pues verás...

El desierto acusaba a esa lluvia de ladrona dónde la humedad ahogaba las casas con las lágrimas asustadas por la elegancia de las urnas, y los minutos ocupados en el silencio menos distante, en el más llamativo, en ese que vomita su publicidad, llueve y llueve suave, sin saberse bien...

La había estado observando, veía gota a gota como trepaba entre las nubes. Reconocía la humedad sin pretextos, y guardó sus cacerolas, ollas, cubiertos todos en sus arenas llevándose los puños paños de tormentas agotadas bajo un sol de madera con la certeza del florero de cristal cortado entre las manos del me excuso ante la multitud, y hago desaparecer al primero que proteste de inmediato cumplir con el encargo de la suciedad y la incuria, como si no estuviera realmente al tanto de los propios asuntos celestes... Y del azul contravenir
al marrón indecoroso, con el atributo de viandante embaldosado, y desde el introito menospreciado preponderante...
¡Vaya umbrío caligine azaroso, el verdete vernáculo ribetea al tergiversar mismo!.
Por allá dónde la dulce lumbre, no es precisamente, dulcedumbre, ni en la cumbre se vierten los abrojos, y menos por la mañana, el lóbrego horizonte, con el ademán del puñal en la mirada, y el rojizo brocado de la esperanza mancillado...
¿Porqué nada es mejor?... Me dices, cuando, cuándo... La lluvia bebe bajo la tierra cataratas que muerden los sueños hechos polvo.... Y... Porqué llueve su soledad la noche en cada calle
.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas :  Pinta plantas dalia
Pinta plantas dalia

Con
El corazón
Pin
Tar... ¡Dipingere, peindre, malen, paint!
Con
El corazón
De flor
Es
Ta
Ba...En el alma parpadeante
Plena
...En albas lágrimas ardientes
Ese
Día... ¡Veía!
Cómo
Sentado estaba el día sobre la luna
en la puerta del dibujo qué soñaba
en la cabaña del perfume la dalia
y el canto en voz baja, del aire.

Al
Pintar
Con
El...¡Corazón!
Pintando
Con
El...¡Herz, cuore, heart!

La mañana, sutilmente brillante,
tímida y romántica,
a los pies, de las nubes desnudas,
suave alivio
de lluvia
que mira con los puros perlados
cultivos alegremente humedecidos
con bellos ojos de doncella.

¡Dalia, con el corazón de dalia!


Por el camino lúcido del corazón, natural, solemne,
dónde las ideas realistas
ríen y cantan, relampagueando allende,
por el sentir, incinerados aquende,
de todos
los enamorados.

¡Aunque nadie venga ni acompañe!
Por
Dónde hubo tormenta pronto
Malamente terminada
En el camino de lentas gotas.

Sentada estaba también a la puerta
una eléctrica noche
una entibiada tarde
una tranquila cabaña
entre sueños de paz
y auroras boreales
nubes de la vida.

El mediodía dibuja
y contempla la dalia
con sus quietos ojos.

En la floresta
dónde dorados
son los amantes.


¡A los ojos dónde pinta plantas Dalia!
Y
a lo lejos de las dalias plantadas
al
Pintar con el corazón... Dalia.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta