Poemas de naturaleza :  Al Armadillo
AL ARMADILLO

Alarma el alma el armadillo pintando.
Elefantinas hormigas culebreando,
el armadillo pinta,
el arma pacífica,
al sombrero en el meñique,
al gigante diminuto viendo.
La paja desgranarse de la tarde.
Una sonaja, un acordeón, una flauta.
¡Alarmada!.
Del armadillo pintor,
pacífico viendo su meñique.
La hormiga musical.
miel pasión del oso.
meloso amigo en soledad.
¡Culebrea elefante!.
La trompa que pinta.
El armadillo
Bajo el ombligo
Inspirado
En el sombrero
Diminuto.
Del gigante tocando una flauta
¡Una sonaja enrojecida sueña!.
El alma
Desconocida del armadillo.. Alarmado solo un poco y desarmado casi.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Flamante mirto
FLAMANTE MIRTO

Cuando
La
Misma noche duerme, cobijada por las nubes.
¡Brilla el mirto en lenta procesión!.
Príncipes marmóreos del abismo.
Con el recuerdo borroso de las tardes,
y el ocaso tormentoso de una aurora.
Cuando
Están
Escalando pórticos los tréboles,
En
La
Caña, delicia de la playa. Apagando valerosas,
ánforas. ¡Qué agujas, hermosas, parecen!.
¡Los anhelos, como sirenas y callejones incendiados!.
¡Del ensueño diamantino, en rosa pedrería!.
Flama
Ama
Amante mirto, vivo, brilla, aún en la bruma misma, aún en la mansión solo soñada.

¡Hay amor, al secreto escuchas!.
Al
Pequeñuelo
¡Del anhelo, al anhelo de lírica y de gracia!.
Al
Regazo.
¡Qué los prados prolíficos defiende!.
Al
Breve instante presuroso.
¡Tesoro, áureo, de mágica riqueza!.

Flama
Ama
Amante mirto, uno va, viene y vuelve, indemne,
al tiempo, en los iris de los caminos por andar,
en la fragua de los litorales serpentinos, anda.
Una vez, violín, guitarra y paja.
Otra vez, sombrero laudable.
¡Antes cruel destino!. ¡Filtro de las puertas!.
El amanecer recostado de las plazas,
el amor sumergido que despierta.

Ahora
En un presente, de llamaradas matinales.
¡Fuego, rumor de noches blancas!.
¡Cuál luciente y bella perla al viento!.
Aún así, así aún.
¡La flor se marchita, se marchita, marchitándose!.
Quedando, quedándose. Luego, eterna, eterna.
En
La
Memoria del perfume, esencia oleosa del sentirse.

Mirto, amante, flama, en la voz de los umbrales.
El suspiro inagotable de los clamores, flores, vive, ríe y escucha,
la tierra de los latidos, canto redondo balcón, abierto, en el corazón de los parques del ser.

Está
En el verde multicolor de la vida.
Está
En el cuerpo del mismo viento.
Y
¡Más allá de las espinas, de la muerte, prudente!.
Muere, sin duda, lo que luego renace, mejor.

Mirto, mirto, flama, ama, ante la vida.

Cruzando va y viene.___Por el pasado adverso.
Seco y sereno eco.___Entra y sale ágil.
¡Por el ágil canto, que la vida escancia!.

Flama
¡Muchas veces, donde se desdoblan los pañuelos!.
¡Donde los anhelos son unánimes en los campos!.
De ciertos escarabajos, que quieren cambiarlos.
¡Solo matando, con la lengua y por la espalda!.
Del
Pensamiento
Al sentimiento.

Flamante mirto, mirto que vivir puede. ¡Sí, sí!.
¡Se hace un sentimiento noble, honesto,
nunca antes dicho, solo hecho,
y hecho transparente sólo!.
Flama, ama, la viva fragancia, excelsa.
Del
Flamante mirto
En
Medio dúctil.
Insinuante. ¡Con la inquietud!.
Inexplorada que salpica.
Al manantial espumando.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Realidad adivinada
REALIDAD ADIVINADA

En la mano estremecida bajo el sol.
El sombrero, café, en el vaso.
Cabe.
Y cae bien______ Antes.
En la noche_____ Bajo el sol.
Tendido, césped, entre la lluvia.
Lecho, en que duerme, luz,
barniz bajo la mesa.

Tomó lentamente,
cada minuto, lágrima, recuerdo.
Bien me lo decía: El fondo dolorido.
En la fe de las palomas.
El hijo de un año sueño dentro al alma.
Todo era luz vieja. Luz del silencio, su alegría,
y color rosado azucarado.
*EnElFulgorDeLosLeños*
En la vieja, chimenea.

Esa vez, como miles de hogares.
Ni viven, ni respiran,
ni saben del tiempo alegre.
Las arpas lloraban los violines.
Las guitarras en los rincones.
Las mesas en los sillones.
¡Todo!.

Era un lugar de ausencias.
Un lugar perdido, frío y polvoriento.
Antes.
Había sido diferente, ahora,
De pronto.
¡Todo cambió para siempre!.
En el cementerio.
De los sueños, añicos de fragmentos.
¡Sola!. La pesadilla. Cesó.

La muerte muerto lo encontró.
Ya no vivía sus sueños.
En la vieja lápida.
Estaban solos.
Los huesos.
Del dios que abandonó la vida.

Dentro del cofre de Pandora.
Todo está rodeado del misterio.
¡Era sólo, la fuerza de la costumbre!.
¡Luz de la esperanza!.
Y el veneno amargo envejeció.
¡Color entre flores y latidos!.

El ponerse a salvo nada importa,
fulgor de fe descalza.
De perseguir la dicha.
¡Los años estallan desiguales!.
Leños. Bajo la chimenea.

En el desprecio absoluto. ¡De la vida!.
Las estrellas nadan en su cielo.
¡Arpas sin cuerdas, sin alma!.

Era de sangre, infortunio, del mundo.
Un perdido juicio. ¡Equívoco!.
Lugar desempleado en una quimera.
¡Alegre, solo el invierno, sin infierno!.

Había perdido aquéllo que había.
Sido y ya no era.
De pronto al caer la tarde.
Sonido, el fuego y la ceniza.
De Las mariposas, chispas.
Voces. ¡De la primavera!.

¡Cesó en la vida del dios muerto!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta