Cuentos :  Un breve cuento, de un amor para siempre
Hoy puedo admitir, que hay una edad en que se fijan comportamientos y pueden hasta tatuarse: emociones, sentimientos, escenas definitivas, contundentes… esa edad supera la cronológica, porque podrían suceder situaciones muy complejas y fuertes, en medio del proceso de gestación o desde hace mucho más atrás, en la conducta de los padres, porque los patrones de conducta son sin espacio a dudas… hereditarios.
Desde el baúl de mi memoria, sacudía hace poco las imágenes terribles, de una historia contada en una película que la miré en mi temprana niñez y que relata una historia de amor, de una pareja que trágicamente tiene que separarse… en esa despedida, casi al final de la obra, emerge la figura de un tren, que marcaba esa separación irrenunciable, amputando sueños, cortando sin más una vida de fantasías, de felicidad y toda la alegría que puede explosionar un par de amantes en la plenitud de su fusión de vida, encanto, caricias, pasión, de todos los besos, de los delirios todos…
En ese tren sin retorno, debe partir ella y él remuerde entre dientes, labios y un nudo de espinas en la garganta, toda la frustración y angustia de una casi sentencia a muerte, aquella que se aproximaba feroz, sin la ternura, formas, dulzura, cuidados y el cobijo de tentaciones y amor que solamente su mujer, podía darle…
Desde entonces, han pasado los años que debieron… y ahora hace poco, sentí que la vida confabulaba contra mi felicidad, acercando ese tren funesto a mis días, a mi amada, a la erupción de delicias compartidas, a la paz que restaña contrariedades y tensiones…
Que si es pánico esto, lo es, es que la desolación que cubrió mi espalda y ojos como imberbe espectador de aquella aparente simple película, se me venía ahora… no en imágenes, sino como un real alud, devastando todo a su paso. No imagino, nunca he querido siquiera suponer, lo que sería mi vida sin ti, vivirlo por espacios, en la certeza de volver a casa, ya ha sido difícil para superar minuto a minuto tu ausencia, para intentar con la mirada acercar las distancia de regreso a casa, para volar y sentir pronto la calidez de tus besos incendiando mi boca, para que se remuevan las raíces del volcán de pasiones que colisionamos juntos, para romper la orfandad de caricias y descargar todas las ganas de recorrerte y volver a pintar de mis tremores toda tu piel.
Tú y yo somos los protagonistas de la mejor historia de amor jamás contada, no pudo con nosotros el tiempo ni distancia alguna, no puede mi pluma, intentar describir la exquisita experiencia de amarte y de sentirme el hombre privilegiado de saberte mía, de poder tejer contigo todos los sueños y las ilusiones más utópicas.
Se equivocó de ruta ese fantasmagórico tren que atisbaba nuestro hogar, no renunciaré jamás a pelearle a la vida este espacio único en medio del universo, que juntos desde siempre en lo que reste de nuestras vidas, vamos a seguir visionando con datos ciertos, cada sueño contigo ambicionado, tú eres mi fortaleza y mi más caro aliento y voy a ser el mejor soporte para tus momentos de quiebre, de confusión, voy a estar allí mi amor, vamos a estar juntos y todo va a estar bien.
No pueden haber trenes que se lleven nuestra historia, el tiempo tiene los mejores años para construir nuestras vidas, tenemos tanto que revisar en la memoria de los años que no estuvimos juntos, hay en tus manos el bálsamo de luz y energía que necesitan mis días, mi cuerpo, la inspiración, tengo en tus ojos, el remanso de quietud y esperanza que abre alamedas de nuevos horizontes e ilusiones en nuestro futuro, siento en tu piel y desde toda tu geografía, la vibrante fuente de todo el amor con que soñamos; tienes en mi pecho todo el amor y el lecho de descanso para esos días solariegos en cualquier rincón del planeta, con tu sonrisa de cobijo, el alimento de tus besos y ningún tren que no tenga asientos para los dos.
Estamos juntos mi cielo y eso es todo lo que importa…
Poeta