Poemas :  Remoto rueda
*Remoto rueda*

En el alma silenciosa de un sueño,
resuena cada ruiseñor su rueda,
en la obscura alberca de una montaña.
De azucenas por la tarde,
con la voz de cien raíces,
y un águila en el corazón de un sapo.

Remoto, remoto, remoto,
rueda y rueda.

Venado fugitivo hermano de arrecifes.
Abandonada lechuza, plata y flauta.
¡Pradera de altares!.
¡Frío en la cabeza!.
Con los nietos quietos.
¡En los moribundos espectros!.

Remoto rueda, remoto rueda.

¡Amor que vuela campanas procesiones!...
Contigo, sobre agrias nubes.
Conmigo, pálidos apenas.
Follaje de sonata, valle, hierba, muro.
¡Alma devastada de novicio!.
Con
El... Bosque púrpura de lepra.
En
El pasto albergue de una oveja.

Remoto, ya rueda, remoto.

Por la espalda del recuerdo.
Hermano helado del reloj.
¡Corona mercurial con extranjeros!.
La oración de sábanas ancianas.
Sublime cedro en cejas.
Con
El
Adobe cadavérico en la frente.

Rueda, remoto, rueda.

La ciudad boca de panteones.
Himno de gusanos, atribulados, tiburones.
¡En un camello piadoso!.
¡En una tempestuosa aguja!.
La cruz de un gallo, que no funciona,
en la ejecutada cadera de una enredadera.
¡Rueda el ruiseñor perdido!.

Rueda
.....El ruiseñor
¡Perdido, rueda y rueda!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas :  Águila del aire
no hay horóscopo chino
enorme amiga voladora
que tome tu palabra de los aires
para ubicar al hombre
inmenso en su soledad

no hay magia…
o hechicería vaga
hay canto de canto azteca
hay vuelo redondo
hay quiebra
a tus cuarenta años
quiebra
de honores magnos
cuando tu pico se muere
en tus viejas garras
cuando tus garras padecen
el vacío de los cielos livianos
cuando tus plumas enrarecidas
sucumben ante el esplendor
de tu nuevo pico
de tus nuevas garras
de tu nueva pluma

¡vieja amiga de los aires nuevos!
nadie espera
tu magno retorno
las lombrices siguen lombrices
y los gorriones, gorriones

pequeñas conquistas
que han sido olvidadas
por la leyenda
querida amiga

es hora
de que cubras el cielo
con tu plumaje salvaje
y hora
de que tu garra se entierre
¡eminencia!
en la carne
destructible
Poeta