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Luz artificial Luz amarilla que cubre todo con su grueso polvo revelador. La calle recta es una flauta con su largo costillar lleno de agujeros amarillos (resultado de las lámparas que la iluminan). Las recámaras inflaman su segundo espíritu tras encender un foco, como globos dentro de la carpa de un circo. Es este desplazamiento, que como un sacudión da la luz a las ánimas de los objetos, el que nos hace ver como una radiografía sus estructuras atemporales.
Tiempo limitado Para la vida de un hombre es suficiente, la geografía de las montañas que lo circundan permanece inalterable a pesar de las inclemencias. Se antojan divinas, pues, las tijeras que recortaron las siluetas de los volcanes. Y es por esas cambiantes nubes que extienden las figuras por instantes, que otorgamos a los cerros el sinónimo de eternidad, sin que esto sea sólo un calificativo.
La grieta No sé cuál es el atractivo de la grieta, si precisamente cada que vuelvo la encuentro más larga. "La cosa ha cambiado", me digo. Y esa es suficiente evidencia. Sin embargo, vuelvo. ¿Qué es esta sensación de la contradicción entre luz, montaña y tiempo? En el fondo es mi vértigo por las edades, una visioncita de lo que para Dios debe ser tan fijo como una estatua.
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Poeta
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Poema dedicado a mi mascota. Mí querido Odín aunque ya no estas Te siento aquí, nadie te sustituirá Pues nadie igual que tú me protegerá Siempre estuviste hay para los buenos Y malos momentos, pero tu enfermedad Nos corto el ciclo de la vida, tu protección, Tu complicidad, tu lucha hasta dónde has podido Que orgullo para mí haberte tenido conmigo 5 años, De tu vida, para dedicarte exclusivamente a mí, Quien dice que un perro, no es mejor que las Personas, pues tú has sido lo mejor para mi Recuerdo, cuando me caí en casa, tus aullidos O cuando me dio esa cruel arritmia, que Ni los de la ambulancia se podían acercarme A mí porque te creías que me iban hacer daño O aquella vez que me dio otra en el veterinario Y te tumbaste en mi pecho, sabiendo que Nos volverían a separar, solo espero que Tu alma haya, donde este me siga protegiendo. Odín falleció el 5/03/2011 de una enfermedad Llamada síndrome de addison, siempre te Recordare gran amigo te quiero bebe. te dedico tu cancion favorita, con la que aullabas.[youtube=425,350]http://www.youtube.com/watch?v=XlFOpw8tG7Y[/youtube]
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Poeta
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La espera es monótona, el calor, insoportable. Una ruidosa y descolorida televisión se ofrece como alternativa de todos modos ignorada. El lugar más bien luce vacío y un tanto silencioso, es martes y la cantidad de pasajeros se reduce al mínimo. La espera nos obliga a la inactividad, luego al deseo de hacer algo sin movernos de nuestro sitio, contar baldosas, mirar al barrendero, analizar los pocos rostros que nos rodean. De repente dejamos de ver y escuchamos lo extraordinario: cantos entre los cables bajo el techo de la central camionera, pájaros cantando. Una pandilla de cinco petirrojos ha tomado el área superior de las apagadas lámparas. Uno gorjea como notificando un descubrimiento; otro contesta desafiante, pide mesura. De repente todos olvidan la discusión cuando una ráfaga de viento les es propicia para el vuelo.
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Poeta
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invisibles campanas tañen al unísono en los cuatro puntos cardinales los gallos cantan respondiéndose a lo lejos trazando una ruta imaginaria cientos de avecillas cantan telegrafiando mensajes desconocidos esporádicos ladridos ascienden como una fuente de sonido una sola vez el canto de una paloma implota en sí mismo fácil sería encontrarla
la sinfonía total de azares recrea con sus acciones la permitida profundidad del espacio
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Poeta
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si te sientes un poquito mal, déjame ser tú en ti. y tocarme, y lamerme, y venirme con mis senos en tus manos...
y ahora déjame ahogarte en el calor de dos flacos brazos y que detrás de ti, mi frío te seduzca hasta la baja espalda y lograr que tus nalgas puntiagudas me espinen. usarte de pretexto para tocarte el interior de tus mejillas que vendrán a poblar mis lados con perfiles sonámbulos y ruidos enramados
tu nuca me veía crucificado Por la santidad de tus manos nacientes. -no hagas nada por primera vez-
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Poeta
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Ansiar las pisadas labiales a contraluz de esta muerte seca que me rodea, que llamas cuarto, que llamo en llamas: agonía completa.
tu me salvas, afónico de mis vicios de amarte en claros; y vierto en ti los lunares que dejé escasos en la azotea secar.
Busco la cárcel de tus dedos morfológicamente escasos que derrumben las luces de mis llantos como tiro al blanco, huyo de ti como de los cerros para que no me pisen, para que no me olviden.
y si lo lograses tus abismos derretirme optaría por ser el ave que controle tus orgasmos..
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Poeta
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A la hora vespertina el sol mueve sus últimos engranajes, abre imperceptiblemente el azul domo del cielo. Cuando el artificio desaparece el espacio se muestra en su totalidad más cierta. Entonces sentimos que nuestra vista es una larga mano con la que tocamos las estrellas. Acariciamos la noche como un arroyo de luz en nuestras manos. La infinitud responde con su gemela y es en el espejo de esta eternidad que nuestro presente diluye los límites que le han impuesto.
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Poeta
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Los jóvenes homosexuales y las muchachas amorosas, y las largas viudas que sufren el delirante insomnio, y las jóvenes señoras preñadas hace treinta horas, y los roncos gatos que cruzan mi jardín en tinieblas, como un collar de palpitantes ostras sexuales rodean mi residencia solitaria, como enemigos establecidos contra mi alma, como conspiradores en traje de dormitorio que cambiaran largos besos espesos por consigna.
El radiante verano conduce a los enamorados en uniformes regimientos melancólicos, hechos de gordas y flacas y alegres y tristes parejas: bajo los elegantes cocoteros, junto al océano y la luna hay una continua vida de pantalones y polleras, un rumor de medias de seda acariciadas, y senos femeninos que brillan como ojos.
El pequeño empleado, después de mucho, después del tedio semanal, y las novelas leídas de noche, en cama, ha definitivamente seducido a su vecina, y la lleva a los miserables cinematógrafos donde los héroes son potros o príncipes apasionados, y acaricia sus piernas llenas de dulce vello con sus ardientes y húmedas manos que huelen a cigarrillo.
Los atardeceres del seductor y las noches de los esposos se unen como dos sábanas sepultándome, y las horas después del almuerzo en que los jóvenes estudiantes, y los jóvenes estudiantes, y los sacerdotes se masturban, y los animales fornican directamente, y las abejas huelen a sangre, y las moscas zumban coléricas, y los primos juegan extrañamente con sus primas, y los médicos miran con furia al marido de la joven paciente, y las horas de la mañana en que el profesor, como por des- cuido, cumple con su deber conyugal, y desayuna, y, más aún, los adúlteros, que se aman con verdadero amor sobre lechos altos y largos como embarcaciones: seguramente, eternamente me rodea este gran bosque respiratorio y enredado con grandes flores como bocas y dentaduras y negras raíces en forma de uñas y zapatos.
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Poeta
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Noche fabricadora de embelecos, loca, imaginativa, quimerista, que muestras al que en ti su bien conquista, los montes llanos y los mares secos;
habitadora de celebros huecos, mecánica, filósofa, alquimista, encubridora vil, lince sin vista, espantadiza de tus mismos ecos;
la sombra, el miedo, el mal se te atribuya, solícita, poeta, enferma, fría, manos del bravo y pies del fugitivo.
Que vele o duerma, media vida es tuya; si velo, te lo pago con el día, y si duermo, no siento lo que vivo.
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Poeta
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Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡todo sucederá! Podrá la muerte Cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá apagarse La llama de tu amor.
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Poeta
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