Poemas :  Vertigo en tres actos
Luz artificial
Luz amarilla que cubre todo con su grueso polvo revelador. La calle recta es una flauta con su largo costillar lleno de agujeros amarillos (resultado de las lámparas que la iluminan). Las recámaras inflaman su segundo espíritu tras encender un foco, como globos dentro de la carpa de un circo. Es este desplazamiento, que como un sacudión da la luz a las ánimas de los objetos, el que nos hace ver como una radiografía sus estructuras atemporales.

Tiempo limitado
Para la vida de un hombre es suficiente, la geografía de las montañas que lo circundan permanece inalterable a pesar de las inclemencias. Se antojan divinas, pues, las tijeras que recortaron las siluetas de los volcanes. Y es por esas cambiantes nubes que extienden las figuras por instantes, que otorgamos a los cerros el sinónimo de eternidad, sin que esto sea sólo un calificativo.

La grieta
No sé cuál es el atractivo de la grieta, si precisamente cada que vuelvo la encuentro más larga. "La cosa ha cambiado", me digo. Y esa es suficiente evidencia. Sin embargo, vuelvo. ¿Qué es esta sensación de la contradicción entre luz, montaña y tiempo? En el fondo es mi vértigo por las edades, una visioncita de lo que para Dios debe ser tan fijo como una estatua.
Poeta

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