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Y era verano en Lima, las casas señoriales de celosía y balcones coloniales, eran testigo del bullicio y alegría del niño de la calle.
Pululaba el mercado principal, tenderos, pulperos y mercachifles a parte las calesas rimbombantes con personas estiradas, párvulos de caras sudorosas e incansables, propio de la edad.
Las calles adoquinadas no eran impedimento en el juego de bolas, las había de todos colores y más de uno pugnaba por ganarle al otro la mejor.
Y estaban los del trompo, vivaces muchachos que a empellones se acercaban al grupo más pintado, un círculo blanco delimitaba el espacio donde el trompo no debía zafar, había de espino y naranjo y el más fuerte y resistente se llevaba los demás.
Y estaban los futbolistas, de dos montículos de piedra el arco y la pelota una de trapo, con los zapatos puestos después de salir del colegio sus pantalones cortos y plomos que había dejado el hermano mayor y la camisa blanca amarillenta por los años ya transcurridos.
Y estaban las que jugaban a mamá de una caja de cartón el palacio real y unas muñecas de trapo maltrechas las reinas del lugar ! la leche ¡ ! la leche ¡ hay que darle a la bebe, se decían unas a otras, y de papel los vasos, los platos y el mantel.
Y estaba el que jugaba a la ribera de río con su barco de papel, y quizá soñaba que era un pirata que se hacía a la mar.
y estaban los que leían libros, y quien sabe quizá algún día en un escritor o un bate serian.
Y estaban los que con el rabillo del ojo miraban en su silencio conventual, de almas inocentes que no sabían de noche ni de día, ni de estudios, ni alegría sus manos callosas y de juguete una caja de caramelos y chucherías demás, aquella que les pródiga el pan.
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Poeta
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Tal vez sería mejor se terminara todo este amor florecido una madrugada, para evitar que la tristeza nos creara un abismo entre mis ojos y tu mirada.
En mí no hay llanto, solo siento sensaciones avanzando hacia un final apresurado, has cargado la esperanza con tantas desilusiones que para mi corazón se hacen demasiado.
Tal vez sería mejor comprendernos menos hasta olvidar los besos entre sueños perdidos, y así distantes para siempre aceptemos que las promesas solo son deseos incumplidos.
Sé bien que tu amor por mí ha sido sincero trayéndole dicha a un corazón acongojado, pero mi afecto hacia ti también fue verdadero, aunque hoy te parezca raro haber terminado.
Tal vez sería mejor nunca volver a vernos y dejarle al tiempo sanar las heridas, olvidarnos que éramos amantes eternos, olvidarnos que una vez fuimos dos almas unidas.
Julio Medina 21 de marzo del 2015
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m.e. a pesar de todo te quiero y te necesito por tu mirada y tu presencia por tu sed que es mi sed amor de eros amor por amor no me importa lo que digan de nos lo importante es nuestro amor espero pore vos y tu magia por tu reino del amor que es quererte tanto querewrte siempre diosa mortal vos me inspiras deseo sensualidad y sentir de amarte en es3e beso que nos libere
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Te extraño , un anhelo loco que en la actualidad no se puede la mayoría tiene en la vida.
Señorita de donde me sigue la paz de saber que saber lo feliz.
Sabelo feliz, el dolor del mundo , sentir el sabor de lo sal rollo de anhelo,
Revertir las lágrimas , tanto anhelo, sin embargo Estoy en paz .
En la paz usted! Me siento en mi ser nos reuniremos un nuevo amor en la vida!
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Superrealismo me pareció todo, en lontananza había un manantial, y era tal su verdor que podía olerse, y era tan aromática el olor del efluvio aquel. Había hadas, ninfas a su alrededor, bebiendo del dulce néctar que ofrecía, iban y venían de diversas partes y era tal el brillo que emanaban que ese pequeño oasis todo su esplendor mostraba. Superrealismo me pareció todo, y los árboles fuertes y las flores de colores vivos e intensos, y las hadas y ninfas iban y venían y en su rostro una alegría arrostraban. Me acerque y no queriendo hacer ruido marque mis pasos en el bello camino que llevaba al manantial, recorrí mi vista a mis pasos ya dados y el verdor del césped se mantenía igual. Era Cristalina y refulgente, extendí mi mano para beber de ella y al contacto de mis labios mi mente, mi alma y mí ser entero se llenó de paz y de alegría entera. Superrealismo me pareció todo, me desperté y no la vi ya no estaba ella.
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Oh amada mía, más si alguna vez tú me amaste y si tienes algún dios a quien tú te postras en rezos, mírame a los ojos y dime si aún me quieres, si aún piensas en mi cuando no estoy contigo, si tu cuerpo aún por mi pluguiese.
No quisiera que el viento en su devenir traidor y mezquino trajera a mis oídos voces que me fueran a contristar.
Y en ese instante me tomaste de la mano y muy tajante y sin rodeos me dijiste; que ni Tu mente, ni tú corazón, ni tú cuerpo por mi ya sentían algo, y guardaste silencio y a mi alrededor todo se hizo más sensible, tú aliento el aire, el sol, el río tus palabras, que más tarde recordaría.
Y a mí solo me quedo en ese momento tan triste, agachar la cabeza en modo de resignación, no dije nada retire muy suavemente sus manos de las mías, quise en un primer intento levantarme pero mi cuerpo se sintió pesado y abrumado y la respiración entrecortada.
Me levante en un segundo intento, la miré por última vez, ella no me miro, su cabello ensortijado color azabache por su rostro indiferente caían y me fui por el vergel cuya brisa perfumada de magnolias, rosas y claveles penetrantes, fuera en algún tiempo testigo de nuestro apasionado amor.
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En un instante se desmoronó, su corazón no resistió tamaña felonía. Emitió un sonido, era el llanto ahogado y prolongado. El aspecto de él era magro, comía y dormía poco, su mente en esas noches de insomnio, aquellos recuerdos le restaban su lógica. Inútilmente encontraba sosiego a terrible angustia, la soledad que volvía a lo lejos le recordaron trémulo,tiempos pasados. Y acaeció que todo se hizo silencio y hasta el silencio se dejo escuchar.
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En éste ocaso impávido del día y de mi vida con nubes bayas que en su algodón enjugan auriroja la sangre al tajo largo del horizonte como mi alma embebe mi sangre nostalgiosa al evocar de otrora atardeceres, aunque es tarde en la tarde y en mi savia, de las marrones siluetas de niños exaltados corriendo como hoy a contraluz hacia los eucaliptos, digo sin dudar que una es la mía.
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No lo sabes, Nunca lo podrías saber, Porque desde el invierno aquel Vives sumergida en algún ayer; No lo sabes, porque no lo quieres ver.
Las ideas se quedaron atrapadas En el ámbar de esas horas en la madrugada En la que sólo quisiste correr, Esas horas en las que formaste un laberinto Porque quisiste tan solo desaparecer, Te adentraste en lo más profundo sin saber porqué.
No lo sabes, pero tampoco lo quieres saber, Quedaste atrapada en algún oscuro sitio, Corriendo todas las cortinas Para que el sol nunca supiera en donde estás. Quisiera enseñarte, pero tú no quieres saber, Haz elegido un único camino, una y otra vez, Todas las palabras se han ahogado en tus oídos sordos, Luchando con promesas rotas que no podrás unir, Acariciando extintos sueños Que ya nunca volverán a nacer.
No lo sabes, porque no lo quieres saber, Pero hay más que aquellos sueños, Existen otras mil razones, Y en todo sitio la luz renace en algún momento, Pero para ello tienes que querer, Tienes que abrir los ojos para que puedas ver, Tienes que hacer conciencia para que vuelvan las ideas, Abrir el corazón para que se fulminen las espinas, Para que ese sol hermoso mitigue tu dolor Y te enseñe el camino de regreso.
Héctor Humberto García Herrera.
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Pregunten qué aromatiza todavía mi memoria y diré del pan de gloria de mi abuela campesina. Del humo, que en despedida me dejaba, como broma, con las pupilas llorosas en cuanto abuela encendía su económica cocina de astillas estrepitosas. . Pregunten qué reverdea mi memoria todavía y la fronda evocaría de dos higueras inmensas; sombra del patio de tierra. Y tunas y cina-cinas, perales y la sufrida pasión que el sauce profesa cuando al deshojarse besa la laguna distraída.
Pregunten qué melodías mi memoria oye sonando y yo diré que, trinando, discorde es la algarabía de aves que despierta el día. Diré vibración que es canto del viento en los alambrados con “tijeretas” prendidas como notas peregrinas en pentagrama acerado.
Pregunten de qué portentos mi memoria se extasía, diré de liebres furtivas y el furor de aquellos perros escarbando cual mineros si un “peludo” descubrían, de nutrias que zambullían o la astucia de los teros defendiendo nido y huevos a maniobras que despistan.
Pregunten a cuál hazaña da mi memoria resguardo y en cabriolas un "tostado" a influjo de mis andanzas diré que me acercó al aula, potro heroico imaginario, crines él, yo jopo chato por la brisa que zumbaba en mis oídos y mi alma, 'por el cielo mi Pegaso'.
Pregunten qué paradigmas en mi memoria son sellos y les diré de mis credos de un tiempo de fantasía de aquella niñez vivida que todavía guarezco, que me nutre por momentos y refresca y gratifica con la esencia campesina que gracias a Dios, conservo.
Pregunten qué invocaría mi memoria, de esos años y diré que lo nombrado más albas y atardecidas. Diré lluvia que repica sobre el lomo resignado del techo aquel de mi cuarto y diré “Las Tres Marías” guardando a la patria mía su firmamento Uruguayo.
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Glosario: Cocina económica: Cocina de hierro a leña. Tijeretas: Ave de cola como tijeras. Peludo: Armadillo, Tatú. Tostado: Color de pelo de un caballo. Teros: Aves.
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