|
no volveré a escribir tu nombre en la arena porque las olas son ingratas porque del paraíso nos desahuciaron hace siglos porque termino con los dedos chamuscados porque si hay algo seguro es que el sol quema sin clemencia porque la felicidad cierra sus piernas y los ríos no recorren su cauce invertido. me quedaré sentado, esperando el penúltimo respiro para agradecer a la vida por el brillo de tus ojos por la sombra que un día barrió una pared alquilada a la nostalgia. porque la lluvia borra los tatuajes porque el viento despeina el alma porque soy un mendigo de tus manos que tocaron un barco a punto de levitar. la soledad viene exultante a cobrar sus deudas amenazando con sus armas de sicario caro por si sonrío en mitad de la avalancha por si dejo mi corazón empeñado por un cigarro...
|
Poeta
|
|
Este artículo o categoría puede incluir contenido sensible. ¿Seguro que quieres leer?
letycia lo que fue amor hoy es desilusion porque te tuve y no te tengo porque te quiero y te pienso algo paso amor,amistad o que se yo pero ya no estas aqui todo fue no se quien fue el culpable pero ya no estas aqui ya no hacemos el amor ya no somos los de antes aqui y siempre te voy a recordar chau
|
Poeta
|
|
Ya no diré ninguna mentira más, Lo siento, no, ya no puedo, No hay nada que esperar, Todo terminó, En esta ocasión seré el que diga que no.
Fueron tantas oportunidades, Algunas veces fui quien las perdió, Y otras tú quien las desperdició, Ya no hay marcha atrás; Fueron tantas heridas Que ya no existía vendaje que pudiera ocultarlas Que ya no existía corazón que pudiera resistirlo, No, mi corazón, mi vida no pudo soportarlo Y mire extinguirse nuestro amor con el calor de la noche; Lloré y lloré hasta que ninguna lagrima mía Llevara el nombre tuyo. Deje libre toda esperanza; Permití que cada sueño de tu persona Se diluyera entre mis dedos Y se fundiera con el viento Para que partiera lejos En compañía de mi último suspiro Causado por tu belleza.
Mire todo lo que fue de ti, Todo lo tuyo que habitó un tiempo en mí; Lo mire mientras el tiempo Caminaba tan lento, todo quieto, como inmóvil Solo tu amor alejándose poco a poco, lento, Lejos de aquí, hasta que de pronto, Desapareció entre los rayos de luz de la mañana Y ya no supe más nunca de él.
Héctor Humberto García Herrera [center] [center][/center][/center]
|
Poeta
|
|
Etérea su alma linda transita el pentagrama con su robusta imagen, sus gafas renegridas y su melena gris. Meciéndose en su silla rasguea su guitarra librando melodías desde su oscuridad.
Canta con voz latina sentimental y triste, canciones que desgarran por su infelicidad: - “...sírvame, sírvame la copa rota, quiero sangrar gota a gota el veneno de su amor...”
Atrapa con su esencia al alma popular. Oculto por sus gafas sustenta en los aplausos su espíritu de seda y ciego de optimismo sonríe más allá.
Brilla su corazón rebelde a sus tinieblas y dice de un camino su última canción: -“Hoy he vuelto a pasar por aquel camino verde que por el valle se pierde con mi triste soledad...” (camino que todos ven verde cual nunca lo vio).
El hurga como nadie lo intrínseco del ser, pues tiene todo el tiempo que pierden los videntes para templar su ingenio en hondas candilejas de lumbre singular.
Etérea su alma linda transita el pentagrama con su robusta imagen, sus gafas renegridas y su melena gris. Meciéndose en su silla, rasguea su guitarra y libra melodías desde su eternidad.
Safe Creative 1404170612312
|
Poeta
|
|
Te dejaré una flor la cual será una rosa, y así recuerdes las cosas que dieron paso al amor.
Caminaré a la salida y no voltearé a mirarte, no mas quiero recordarte que aquí se acaba mi vida.
Solo fue una fantasía nacida en la imaginación, me llené de tanta ilusión hasta el punto de que lo creía.
Muy triste me encuentro ahora con este sueño desinflando, mientras sigo caminando para no ver como tu alma llora.
Julio Medina 15 de abril del 2014
|
Poeta
|
|
Cuando quise abrir los ojos ya era tarde… Demasiado tarde, y no logré seguirle el rastro al adiós anticipado que en la distancia se pierde.
Tuve una oportunidad teniéndote dentro del ámbito trastocado de alteraciones, pero no pude evitar tensar las agitaciones.
Y no es hasta que escucho la voz del silencio auscultándome los sentidos uno por uno, averiguando porque a tu querer renuncio.
Te dejé ir, así fue el descuido de importuno que me tiene arrastrando esta bohemia; los golpes que da la vida son la mejor academia.
Siento pasar veloz el viento llevándose la época sin tratar de detenerse en donde estoy parado, -quizás la visibilidad era muy poca-.
Parece ser que todavía sigo desalentado, está el barbarismo en mi recuerdo vagando; al paso lento del tiempo continúo esperando.
Julio Medina 10 de abril del 2014
|
Poeta
|
|
El vino me sabe ti... pero no tomó en este momento, tomé anoche en tu fiesta de despedida, qué no fue fiesta; las fiestas son alegres, solamente fue tu despedida, me senté frente a la ventana en la que vivirá por siempre tu reflejo y después de cada copa te veía más clara frente a mí, te bese, acaricie tus manos y cuando el vino se acabó abrir la puerta esperando que partieras y se negó tu reflejo dejarme solo, siempre lo veré ahí cuando te extrañe. pero prometí no hacerte llorar con mis palabras perdona. Lo único que no puedes llevarte es tú reflejo en mi ventana, es mío.
|
Poeta
|
|
Claro que sí, claro que te entiendo. Siempre fuiste del tipo de personas sin término medio: o todo bien o todo mal.
Eres admirable, francamente.
Y no, no me mires a la defensiva porque no te estoy ofendiendo ni recriminando ni contradiciendo; digo que eres admirable francamente por no dejar descender tu nivel de amor genuino a simple grado de compañerismo; ese vínculo tan parecido a la piedad.
Si hasta justifico ese amor lánguido tuyo de ahora, que sabido de su error, está sacando la pata del lazo como chivo despabilado que siempre fue.
Pero bien por ti, porque si yo recuperara de nuevo esos mismos: sentimiento y poder de decisión, con los cuales “te conquisté”, muy poco me oirías decir, además de preguntarte por algún avío que no encuentro para echar en la valija de tomarme los vientos.
Sí, eres admirable francamente, por haber mantenido tu amor en vigilia todo lo posible y no entregarlo así nomás a los gendarmes del fracaso, mientras yo dormía sin despertador en los laureles de la gloria de esa unión que ambos proyectáramos perenne.
Cómo no vas a ser admirable, si a pesar de “tu tiempo tan mal empleado conmigo”, tienes el ímpetu incólume de ayer.
Anda, ve, corre con tu pragmatismo y ese tipo de crueldades con las que se hizo y camina el mundo, que yo sigo sentado a la sombra del manzano de la perseverancia, esperando que madures y caigas y te pudras y te siembres en la vida como yo, porque contigo, hasta eso se me hace que sería genial.
Safe Creative: 1403220407663
|
Poeta
|
|
Aquellos, los que nos vamos sentimiento en contra de la omnipotencia que nos limita el pan y a favor de los sueños que prometen oro o por lo menos oportunidad; aquellos: los soñadores de ciudad, campo o pueblo, los extranjeros a dos puntas, los de una ida y pocas vueltas, los apátridas sociales, los añorados rompe entrañas (pobres madres) los “vendidos” los que nunca deberíamos volver a la avaricia nacional, sin haber “hecho plata”, sin tener “algo” y sin amor. Porque los amores juveniles ya no están; y si están son ajenos. Menos mal que nuestros amores, se dormirán a veces, pienso, en común reminiscencia de aquellos tiempos de besos semirobados, manotones a lo tabú tras calzón y mejillas como brasas. Y sus dueños, conocidos, ex amigos, algunos, lo saben. Pero el ser usurpadores del sentimiento ajeno, cornudos de conciencia, carroñeros del amor, poco afecta a sus intereses egoístas y rastreros.
Los amigos; algunos están, pero a medias. O a pedazos: Desmemoriados, acomplejados, casados con la de siempre o cualquiera. Y los que no, están muertos como los casados. Y sus hijos son, tan, tan jóvenes que humillan; hieren a pura presencia a quienes ayer fuimos ‘ellos’.
Los cuervos de siempre, los ‘dueños’ de ciudad, campo o pueblo, como coronación pérfida a su “hijodeputismo”, encima terminaron de triunfar. Los cuervos más viejos, algunos, se arruinaron o quedaron en el tiempo. Pero igual, trasmutados en sapos escuerzos, hinchando sus papadas, nos miran sin envidia, plácidos, sobrándonos. Es su desquite por nuestra hazaña extranjera, aventurera, liberal. Todos hemos madurado pero ellos tienen “la plata”. La que siempre superó nuestro traje en cuotas, como su auto a nuestra bicicleta. Aunque nunca a nuestra arrogancia por ilusa ni a aquella nuestra sana, gallarda, invaluable inocencia adolescente, contra la cual, “pelo a pelo, perdían como en la guerra”.
Hermano, cuando vuelvas de visita a tu pueblo, si es que vuelves, procura que esté dormido. Aun así, sentirás cómo sus luces te palpan recelosas. Transítalo en silencio; no lo despiertes porque si no te reconoce, puede morderte. O peor: puede bostezar y dormirse de nuevo, anfitrión indiferente, desilusionado del insecto reconocido.
Y tú, inseguro astronauta, forastero en tu propio mundo, como Heston en “El planeta de los simios”, oculto a la vista, de androides ahora, hostiles y sabios, tú, si no tienes el orgullo en los talones y pisándolo, te quedas solitario y resignado a la desubicación eterna, volverás a partir: con el corazón carente de pasado, mediocre de presente y corto de futuro, pero fiel; ¡puteando lo iluso de haber vuelto! Amando para siempre lo que te perdiste de ti en tu pueblo.
|
Poeta
|
|
Está bien, no tengo más qué hablar. Tu actitud no me deja más qué decir. Hartaste mis perdones y mi fe.
Se terminó, ya no puedo seguir. Me alivia reconocer, por fin, que me tenías torturada la confianza.
Me embaucó mi propio anhelo de verte cambiar, respetarme. No mentirme más, porque me amabas.
Ahora, débil, con mucho cuidado, daré oportunidad de nuevo a mi espíritu emergente de todos mis tú.
Sólo me queda esta lástima infinita; inmensa pena de perder lo perdido, de no poder perdonar lo imperdonable.
Es que estaba perdiendo yo, y me dije: Perdeme vos, que no te importa, y además, lo que te importa me supera.
Tuvimos una historia, sí, ya sé. Tranquila, queda en buenas manos. Soy quien más la defendió.
Historia linda y ultrajada; pobre inocente, que de una vez por todas, tenía que hacer que la respetes.
Sólo me queda esta manía elástica y dulce de no asumir del todo ahora, y no sé cuándo, que el amor y sus risas, se van juntos.
|
Poeta
|
|