Prosas poéticas :  PERFUME DE MUJER
PERFUME DE MUJER

Cada sentido tiene su cofre de recuerdos, de aquello que hemos vivido, pero pasó a la categoría de tal, cuando muerto descansa en la memoria. Mi olfato, sin duda alguna, es el que ha sacado a superficie a la mayor parte de ellos. No digo que la mayoría esten relacionedos

con los olores, ni mucho menos, digo que un olor es el que ha sido el emergente por asociación de algo que permanecía casí ignorado en un rincón y que talvéz no hubiera pasado al olvido de no ser por ese hecho fortuito, algo así como una resurrección olfátiva, no el mimo aroma, sino un aroma que me hizo recordar al que fue y me cuenta una historia.

Cada olor a me lleva a un distito escenario, olor a comida a la casa de mis padres y mi abuela, . El aroma a café a Junín, a pino el cementerio. Distintas mujeres con distintos perfumes, no podría decir que perfume usaba, es el perfume quien las convoca y trae otros recuerdos sensoriales para ayudar a corporizar la imagen. Entonces veré su cara, y su pelo, el color de sus ojos y sus labios, la forma de su cuerpo. Mis manos y mis dedos me dirán de su piel, de su tibieza, de la tersura y la forma de su pecho. Jugaran en mi oido sus palabras y el sabor de su boca y de sus besos. Pero a veces, muy pocas veces, cuando cuando la imagen y el recuerdo son muy fuertes busco el aroma que la identifica, coimo aquella que tenía un olor salvaje, que fue solo una noche y fue la noche, en que todos mis sentidos estallaron. No recuerdo su voz, no se su nombre. Se que tenía los labios ternos y los ojos grises, una piel morena deslizante, y olor a humo en su cabello negro.
Poeta

Prosas poéticas :  Mi viaje a la china
Una tarde de octubre me encontraba cogiendo café en la finca de mi madre, eran como las tres estaba claro y soleado, de repente se oscureció el cielo. Pensé, “parece que va a llover, el cielo se eta nublando” al momento se volvió a iluminar el cielo. Pero era una luz extraña, no como la del sol sino como una lámpara de alumbrado público pero nueva, alcé la mirada y vi un haz de luz pasando por en medio de los árboles. Era algo extrañamente hermoso, al instante me sentí volar, estaba flotando, me asusté tanto que comencé a patalear como cuando uno se está ahogando en un río.

Ahí mismo grite ¡Dios mío!, ¿qué está pasando? Se me hizo un nudo en la garganta, casi me como el café al abrir la boca del pánico que me sobrevino.

Estaba siendo succionado por algo, me estrellaba contra las ramas de los árboles, se rego el café de la catabra, traté de agarrarme de las ramas pero no podía, no tenía fuerzas en mi ser.
De repente me vi dentro de una habitación como en un centro de monitoreo, habían pantallas por todos lados, como de vigilancia. Me sentía golpeado y mareado, con la catabra tallándome la cintura, como si me hubiese caído a un hueco.

Me invadió un desconsuelo que comencé a llorar del miedo, como un niño cuando se pierde en medio de un museo de cera. Todo lo que veía me asustaba.

Después de un rato no sé cuánto tiempo, entraron unos seres rarísimos, parecidos a esos marcianos que pasan en las películas, con ojos grandes y caras alargadas, pensé que eran máscaras antigases de las que usan en las películas de guerra.

Fue tal el miedo que me dio, que no supe cómo les lance la catabra y le di a uno de ellos en el cuerpo, de inmediato me saque del bolsillo una navaja que tenía, y pensé abalanzarme sobre ellos pero me dio un desguance, y quedé como si me hubiesen puesto anestesia en todo el cuerpo, inmóvil por un buen tiempo. Recuerdo a ver visto que me revisaban con aparatos como cuando uno va a entrar a un lugar del gobierno que le pasan detectores de armas o algo así, esto fue antes de perder la conciencia.

Tiempo después desperté, me sentía solo y desamparado. Observé todo a mí alrededor, tratando de entender dónde me encontraba, por más que me esforzaba no comprendía lo que veía, casi no me podía mover. Pensé que estaba soñando, ore y clame a Dios que me despertara si estaba soñando y si no que me dijera que me estaba pasando, después de un tiempo me sentí más tranquilo.

Recuerdo vagamente, que pase allí bastante rato, creo que varios días. Recuerdo haber visto algo como el espacio exterior, algo así como cuando uno va al planetario. De lo que si soy consiente es que desperté y me encontraba tirado en un bosque en medio de la nada. Me levanté y me dije: carajo me quede dormido en el cafetal. Al observar con más detenimiento, no encontré ningún cafetal, ni catabra ni nada conocido, solo bosque.

Volví a sentirme como antes, desamparado y abandonado entonces volví a llorar como niño. Preguntándome ¿dónde estoy, Dios mío, que me esta pasando? Estaba todo sucio y con hambre, como cuando se pasan unos cuantos días sin comer nada de sal.

Pase horas y horas observando y analizando la situación, pellizcándome a ver si estaba dormido, pero cada vez sentía más el dolor. Después de mucho pensar no llegué a ninguna conclusión, entonces comencé a caminar, buscando por donde ir a algún lado.

Encontré algunos hongos que se veían buenos y me los comí junto con unas hierbas raras que me parecieron bonitas. Volví a quedar trabado, como dopado. Como si estuviera en un bosque encantado, veía los arboles moverse y como fantasmas me querían atrapar con sus ramas.

Al anochecer llegue a una casa campesina, grite hola, buenas tardes, nadie salió. Grité más fuerte hasta que salió un abuelo y me dijo algo así como, ni jao ma, no entendí ni pio, pero seguí hablándole, tratando de contarle mí historia, entonces el hombre me indico que entrara, seguí hablando como perdido cuando aparece, pero no entendían nada pues sus caras de asombro me lo hacían notar. Dentro de la casa había 4 personas más, una mujer, dos niños y una abuela, me miraban con cara de asombro, pero eso no me impedía seguir hablando.

Al rato me sirvieron algo de comer, era tanta el hambre que tenía que me comí todo sin preguntar, sabia raro pero no deje nada. Más tarde después de hablar y hablar me quede dormido de cansancio. Al día siguiente y ya con calma nos fuimos entendiendo por medio del lenguaje universal de las señas.

Al fin entendieron que yo no era de por allá, y me llevaron a un caserío una varias horas de camino abajo de la montaña, allí habían más personas y casas, además tenían algunas formas de comunicación más actuales. Pude darme cuenta que me encontraba en la china o corea o Tailandia o algo así pues su escritura era de ese estilo. Lo mejor fue que alguien de allí pronunciaba algunas palabras en inglés y esto me sirvió pues yo también hablaba algo de spanglish y de alguna forma me hice entender que yo era colombiano.

Recuerdo que tratando de comunicarme en chino yo pronunciaba algunas palabras que usábamos de niños para decir que hablamos chino, tales como: yoshi tomo mashato, muchiguain, cachichen y algunas otras palabras, pero nadie entendía nada. Yo les decía con entusiasmo y angustia I am Colombian, Colombian coffee, y nada.

Me prestaron un mapa del mundo y con el pude explicar que yo era colombiano y que unos extraterrestres me habían raptado y llevado allá, no sé si creyeron algo pero al otro día me llevaron hasta otro pueblo mucho más grande y allí si había quien hablara inglés y español, me dijeron que eran del consulado colombiano. Desde allí pude enviar un par de correos al email de mi familia y trate de explicarles que estaba en china, lo más agradable de allí fue que me dieron comida colombiana, cosas tan deliciosas como hacía mucho no comía.

Creo que nadie me creyó el cuento de los marcianos, pero igual, me metieron en un avión y me enviaron para Bogotá, Colombia, pues me dijeron que habían averiguado y que me estaban buscando desde hacía un mes en mi país.

Hasta el día de hoy, y después de varios meses, por más que le cuento mi cuento a todo el mundo, parece que nadie me cree ese cuento de los ovnis y menos lo de la china, pero ni modo, yo si me lo creo.

joseferchozamper
Poeta

Prosas poéticas :  OCULTA
OCULTA

Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba (escritor cruceño - boliviano)

[email protected].

Hoy e vuelvo a dibujarte en estas letras, donde te oculto en las frases y las líneas, como humo que se trepa entre la brisa y el aire cristalino, desvanecido cristal incoloro.
Meneo la cabeza como símbolo de desprecio, por el sutil encanto que borró de mis labios la sonrisa, aquella pradera donde el humeante crepúsculo se iba ocultando; incendiado fuego de verano, acostándote en su lecho de ardientes llamas donde pronto dormirías el sueño develado, de eternos suspiros y miradas interminables.
No fue ayer cuando sentí que llegabas en silencio del amanecer sereno; fue hoy al atardecer de tu partida, entre encantos y soñolientos besos de deseos, cuando te escapaste, a hurtadillas y balbuceando palabras hacia el viento; corriste sin rumbo, enloquecida prisionera, dejando huellas al pisar en el camino, con suave aroma de perfume enloquecido.
No era cierto, caminar entre nubes blanquecinas, vagar por los campos y arboledas, mirar tras el cristal de mi ventana, donde el llanto del rocío se convierte en lluvia, y los pétalos de las rosas se vuelven capullos floridos, y parece que florecen corazones inquietantes de anécdotas pasajeras de una historia fenecida.
Cabello alborotado por el viento, largos y lisos como pajas que desbaratan las fuerzas salvajes de una tormenta, cual aguacero ennegrecido de nubes febriles, que devoran la tranquilidad y la calma de un buen día. Oculta en el bullicio de tormenta, ahí estás tú. Mujer oculta, como pensamiento del recuerdo ennegrecido, por el paso de los años que a corroído el amor sublime, y destrozado la impaciente espera de tu regreso, que jamás regresarás.
Mujer ocultas en tus sienes la imprudencia, añoranza pasajera de mis días, suspiros letargados por los años que en zozobrosa pena se va dibujando ante mis ojos, y el encanto de ocultos besos del ayer me enloquecen, cual tormento de infierno colorido se mecen con pesares en el aire pavorido.
Oculta, siempre ocultas la mirada, y jamás despertarás de aquel sueño, que te dejó para siempre adormilada, donde vives el recuerdo del pasado, y presencias moradas desconocidas, cual castillos hechos en la arena. Ahí, estás tú, oculta.
Poeta

Prosas poéticas :  Estatuas Negras de Efebos para el Palacio de un Ma
Estatuas Negras de Efebos para el Palacio de un Marica.

Estatuas negras de efebos para el palacio de un marica. Pavos reales azules y verdes. Gallos rojos. Cisnes. Mirlos metálicos. Canarios timbrados españoles. Grillos en sus jaulas de alambre de níquel. Diapasones metálicos. Dulces marimbas. Exóticas lámparas modernas y brillantes. Neones fluorescentes, rosas y verdes. Collares de rubíes. Estatuas lapislázulis de efebos. Fuentes de ámbar perfumado. Danzarines desnudos con máscaras de cerdo. Senadores romanos con togas imperiales verdes, viejos, muy viejos, con el pelo canoso. Crisantemos amarillos y naranjas. Voluptuosas orquídeas. Sapos. Perlas del Adriático. Banderas rojas con el emblema de Albania, dobles águilas bicéfalas. Galgos. Copas de absenta verdísima. Caros perfumes admirables. Deliciosas especialidades de azúcar. Chocolate rosa. Esencia de azahar. Licor de pomelo. Vidrieras góticas refulgentes, rojos sublimes, verdes exquisitos. Mantos de Vírgenes. Rascacielos elevadísimos. Nueva York de noche. Cimitarras y nenúfar. Lirios violetas y lirios negros. Gardenias. Acueductos. Vampiros. Estatuas negras de efebos para el palacio de un marica. Banderas portuguesas. Cofrecillos de malaquita y tíbores de oro macizo. Vasos de tinta negra. Zafiros azules oscurísimos. Ronroneantes acordeones de vino. Jengibre y menta. Agua de Sevilla. Limpísimas transparencias cristalinas. Piscinas transparentísimas. Saunas de perfume. Topacios verdes. Esmeraldas. Jacintos. Rosas jamás podridas. Carne de lila. Belcebúes bellísimos sobre mares de fuego. Atlantes que sostienen cúpulas de oro. Santos coitos. La marca preciosísima del fuego. Escorzos de atleta. Saltos de pértiga. Escherzos de guitarra. Madreperlas. Vino. Estatuas negras de efebos para el palacio de un marica. Colección de mariposas muertas. Insectario de libélulas. Vértigo y adormidera. Jugo de opio blanco. El amor en la rama de un almendro. Luna que se asoma a un pozo sin fondo. Violencia de granates. Caballos al galope. Buitres y cucarachas. Palomas negras. Ejercicio que acaba en muerte. Hipnosis. Histeria. Iridio. Y yo vuelto penumbra y toro. Y yo vuelto penumbra. Y al fondo, como en un espejo, Siria ardiendo.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. (ozú qué frío, mi casa es la casa más fría del barrio).
Poeta

Prosas poéticas :  Hierático y vigoroso
Hierático y vigoroso

Por fin se sabe. Apareció grabada sobre la alfombra de la noche, frente al torbellino, guardado entre las cenizas labradas, que surgieron del desvelo generoso.

No fue la campiña despierta de la aurora, el dulce consuelo, en el ensueño de luz en la quimérica nevada de los párpados de seda, porque la manzana estaría seca, y sonriendo con luz serena, a pausas, como el abismo lejano, al que se teme inclinar, llevando una sorda linterna envuelta en los largos trajes de brocado con hileras de perlas finas detrás de los huertos de almendros fugitivos en la tapicería verde, como se encontró en la espléndida sala leyendo, sobre las riberas de grandes ríos, porque quería hablar frente al sol, que nace aterciopelado, amarillo, en el aire rojo, suave y sedoso, como esa vez, sobre el trigo demasiado ancho sobre la puerta pulida con las garras de bronce haciendo vibrar las viejas carretas desplegando sus melodías.

Si bien lo vemos, la curiosidad de aquellos pescadores hizo entenderlo, emplearon más de una docena de nuevas especies fósiles del agua potable
en el momento de retomar los últimos muchachos medievales su trivio, gramática, retórica y lógica, no como hoy aparece casi olvidado.

Pero fue la miseria, quién nunca escribió demasiado, presente en el siglo de la desinformación, que pretende ser una isla flotante
en este proyecto, ante la necesidad de creatividad
genuina, para explicar estas conductas sin emplear los términos de la era conceptual, tan específicamente volátil como la más sólida memoria
infectada de viejos olvidos decolorados, erotismos ingenuos, tan ausentes de las públicas audiencias, conectadas con la equitación, y los rituales en las
sensibilidades delicadas.

Porque en este caso, se trata de una persona, lo que implica vibrantes colores, al alcance de la mano, con la pasión mecánica más allá de las recetas, que se emplean en ciertas regiones, desde hace cuatro años, y cuando se trata de hablar de la dura grava, que al silencio corta, frente a las riendas del interminable desierto.

Pero no. La noche lucía sus antorchas estrelladas, sobre las calles gruesas, y pesadas ante las ventanas, ya pasado el invierno en algo menos impresionante, excepto, claro, en los casos perdidos, como había sido durante aquellos días, dejando que muriera la tarde alzando las cejas, de modo que, hasta este oasis en el desierto había quedado clausurado, como una playa sepultada entre la sonrisa de un barco que lo miró alejarse con su estilo seco, y breve, donde las mismas calles apiñadas, y empedradas tejían soles, como ríos al verse obligadas por la sombra asfixiante, recordando los suelos de mármol de simple y apresurado brillo, convertido en las escaleras de lana, ante la pequeña ventana, unidas con el riesgo de romper el espejo lo más rápidamente posible.
Pues la voz del reflejo riñendo, acusando, perdonando, alentando las hebras del sueño, inquietaban. Así que... ¡Cerró el dormitorio, y salió volando!.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Prosas poéticas :  VOLVER AL PRESENTE
VOLVER AL PRESENTE



Hoy sentí, como si alguien me tocara la espalda y me dijera,
señor se le cayó esto, y me entregara, un trozo de mi vida,
un recuerdo, que de tanto guardarlo estaba ajado, escondido en un rincón con muchos otros,
y que se escurrió por el bolsillo roto
para volverse presente en mi memoria.
Poeta

Prosas poéticas :  Todas las señales me llevan a amarte
Todas las señales me llevan a amarte.
¡Nunca debí confesarlo! ¡Así llega el maldito amor huracanado, incontrolable e imprevisto!.
Dime, ¿Cómo te envío de vuelta por el mar que te trajo justo aquí, al centro de mi alma?

Todas las señales me llevan a amarte.
Sería mejor conformarme con una confusión o una trampa del azar; pero desmientes los rumores de mi mente al son de tus miradas

Todas las señales me llevan a amarte.
Los miedos anticipan un corazón roto, un rostro encharcado, espinas en la garganta, estrellas sin promesas… y es entonces, cuando desvelas a mis noches con ruidos de magia.

Todas las señales me llevan a amarte.
La nostalgia aparece cuando sobrepasamos la línea de la amistad… ésta historia sin nombre, de incertidumbres y de quizás se empeña en no encontrar final; aun así, todas las señales me llevan a amarte.
Poeta

Prosas poéticas :  Esta noche he soñado con pájaros. Un sueño precios
Esta noche he soñado con pájaros. Un sueño precioso. Lo que sigue es el relato que me ha motivado el sueño que he tenido.


Negro, Azul, y Verde.

Negro, azul, y verde. Palomas oscuras, colibríes, pavos reales, mariposas, lilas. Mi sueño tenía un extraño ave del paraíso, de pluma deliciosa y delicada. Se elevaban palacios colosales de oro y lapislázuli, sobre cascadas de fuego negro, sobre cascadas de fuego azul, llevaban los ángeles plumas iridiscentes, el arcoíris, roto y desgajado, cascado, dejaba ver sólo sus colores más fríos, y puros, y el piano mostraba sus notas más añiles y agrias. El ave del paraíso desplegaba sus bellísimas alas negras y azules, verdes, con un antifaz de color fucsia en los ojos, y la tensión era máxima en el roce de la uña en el arpa. Los palacios tenían muros ciclópeos con las paredes grabadas por yeserías de piedra con extraños e indescifrables signos, y arbotantes y contrafuertes y pináculos de astillas de berilos, de poliedros crisoberílicos, herían el aire enigmáticos y crueles, como filos de miles de puñales lascivos de oro azul. Alguien, un loco quizás, tocaba el piano y extraía de sus entrañas de melodías azulísimas, notas de lirios y de pomelo y mandarina, agridulces y aciamargas, fresquísimas, de hielo puro, que a la luz de la luna eran zafiros y esmeraldas, y yo descendía a la sima con la esperanza de cazar ese ave del paraíso, negro, azul, y verde, de mi sueño, yo quería el ave, y yo era ese ave, y el ave huía, alzaba su vuelo sorprendente, y escapaba, envuelto en centellas azules, imposible de cazar y de tener. En la negra sima los resplandores amarillos y rojos, los rubíes más caros y preciosos, los relámpagos de níquel fantástico, los láseres de iridio, el azúcar más dulce de la tierra. Negro, azul, y verde. Así era el fantástico pájaro, y los palacios de oro azul se elevaban majestuosos sobre cascadas de fuego negro, que caían hacia el espacio insondable de la noche profunda, y miles de estrellas sobre los extraños torreones también caían como una lluvia de azules brillantes. Estaba loco, el ave se me escapaba y yo quería ser el ave porque el ave era la belleza, y en mi sueño ¡¡¡¡cuánto arcángel había de alas negras¡¡¡¡. La noche tenía olor a naranjas y a liquen, la escarcha rozaba con su tacto de muerte el filo de las hojas de los geranios, el frío tenía alfileres y agujas de cristal finísimas, y poliedros de cristal fucsia se asomaban a las corolas de las rosas. Los zigomorfos lirios violetas y amarillos, y las orquídeas fucsias estaban en mi sueño, en el ave azul y negra, en el exquisito pájaro de violetas sorprendentes. Me hubiese gustado ser cetrero. ¡¡¡¡Ven, ave enigmática de color prodigioso¡¡¡. ¡¡¡Huye, ave enigmática de mi, vuela libre, regresa¡¡¡¡¡¡¡¡. Elevada tu majestad de archiduque bellísimo. Oh rey de las aves. Me hubiese gustado ser cetrero. Para poder llevar el glamour en mi brazo. Para alzar la poderosa ave del paraíso, corales de la selva preciosa. Azul, verde, y negra. El ave era exquisita, un signo de admiración pluscuámperfecta, ¡¡¡¡¡¡cuánto arcángel había en mi sueño¡¡¡¡¡ de alas iridiscentes, hubiese querido dormir mil años, pero me desperté y habían huído. Durante un instante sonó una música venida de la sima de la belleza perfecta. ¡¡¡¡¡¡Cuánto hubiese dado por dormir mil años¡¡¡¡¡¡¡. El soberbio ave movía sus negras alas, azules y verdes, ¡¡¡¡qué fantástica belleza la del bicho¡¡¡¡. Sólo para mis ojos cerrados, en un sueño de cristales fresquísimos. ¡¡¡¡¡En el despertar estaba tan lejos de la gloria¡¡¡¡¡¡. Me hubiese gustado ser cetrero, para poseer esa belleza en mis brazos. Os juro que no había visto ave más bonita. Y era tan sólo un sueño.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( esta noche he soñado con aves del paraíso y pavos reales, un sueño superguapo, pero que ha durado poquísimo). (Joder, este relato es más largo que el sueño que he tenido, y mucho más mediocre, mi sueño era la ostia, pero ha durado poquísimo). (no creo ni que exista en la realidad de la naturaleza el Ave con el que he soñado esta noche).
Poeta

Prosas poéticas :  Feliz Navidad
Feliz Navidad
Feliz Navidad también para ti y los tuyos. Para que el año venidero te llegue cargado de Paz y de ilusión. Para que te acerques un poquito más a tus sueños. Para que puedas tocar con tus manos ese mundo maravilloso por el que tanto luchas. Para que este nuevo año que llama a tu puerta, sea un desfile de alegrías que llenen tu vida y la de tus seres queridos de música y color. Para que este nuevo año podamos seguir compartiendo, sonriendo, disfrutando...

Para que en este nuevo año nos sigamos sintiendo vivos; para que sigamos siendo y sigamos estando.

Yo deseo lo mejor para mis amigos, para los que siempre están aún cuando no los llamo.

Deseo que la sonrisa regrese a quién la vida se la arrebató.

Que la miseria y la pobreza toque insistente en la espalda del que no quiere ver.

Deseo que el trabajo llegue a quien lo necesite para vivir.

Deseo salud para los enfermos y esperanzas para sus familias y también para ellos todas las sonrisas.

Deseo que los niños lo sigan siendo.

Deseo que los únicos golpes y gritos que se den, sean al aire y para pedir justicia.

Deseo que los que tienen la responsabilidad de gobernar abran, aunque sea por una vez, los ojos.

Deseo que cuando me llames te pueda oír; y cuando no lo hagas me acuerde de preguntar por ti.

Deseo que lo que escriba sea hijo de mi corazón, y te llegue.

Deseo que seamos más los que soñamos, los que luchamos, los que sabemos, los que queremos y los que podemos.

Deseo que nuestra Naturaleza se sienta orgullosa de seguir siendo “nuestra” y seguir siendo “naturaleza”.

Deseo que la vida sea amable para aquél que con amabilidad pasa.

Deseo que nuestros ancianos vean en su vida y su sacrificio, la mayor y más bella obra de arte jamás construida: nosotros, y sean felices.

Deseo que vivamos el presente, completos; que no “vivamos” el futuro… que lo luchemos y lo ganemos.

Deseo que se vayan los que sobren y que sobren los que matan.

Deseo que regresen todos los que faltan.

Deseo que esta Navidad lo sea de Paz y de verdad.

Deseo que estas letras te lleguen envueltas en sonrisas azules, que podamos compartirlas y juntos nos sintamos bien regalándolas. Que no te olvides de mí, porque yo sí que no me olvidaré de ti. Y que cuando vengan los días grises, buscando en nuestro interior, hallemos la fuerza, la respuesta, la razón y la emoción suficiente y necesaria para seguir caminando.

Todo esto es lo que deseo y todo lo que espero, y si todo no lo puedo conseguir, si algo me faltara, solo pido un deseo… que no me falte tu mirada.



Juan A. PELLICER.

©jpellicer
Poeta

Prosas poéticas :  poeta del temor
Lo soy, soy poeta
No hablo con la boca
Sí no con puño y letra
Expresó las palabras y versos más bellos
Más, jamás me atrevo a decirle que lo quiero
Lo he deseado, besado, abrazado en mi mente
Pero realmente jamás en la vida me le he hecho presente

Cobarde soy, soy poeta
Escribo mis sentimientos sólo con mi puño y letra
No te digo lo que deseo si no te lo escribo
El temor y la inseguridad estan en mi camino

Insegura soy, soy poeta
Un juego de palabras estan en mi mesa
Te quiero, te deseo y pienso
Mas jamas te hablo y expreso lo que siento
Se que la quieres a ella
No sabes la envidia que tengo
Pensar que te tiene sin haberte pedido te mereces más que eso amor mío

Envidiosa soy, soy poeta
Me guardo todo para mi puño y letra jamás lo dejare de hacer pero te prometo que alguna vez hablaré
Poeta