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Santiago, Luz de luz a medianoche da vida a la tierra soporosa, danzas en bosque luminoso tu mi flor más seductora de noche que pleno día, con tu baile la vida entonas de armonía infinita y misteriosa, enciendes mis pupilas bañadas de rocío de tus fúlgidos meneos, vestida de tul arrojas tu ardiente esplendor y serpeas tu cintura en el torrente de tus caderas sumergidas en baile bañadas por tu sedosas aguas, doncella encendida besas mi frente ardiente ahogando mi candente boca, engañas al varón hermoso simulando el candor de tu inocencia que inunda una belleza que encanta, sin denunciar mi presencia, despides con tu alegría la noche viva y bendices las rosas de la aurora nueva. ¿Cuán hermosa eres, Colombiana de mi amor?
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Poeta
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En mi insaciable copa de emociones nacen espacios de pronta armonía abiertos a la luz de tus cielos y canciones de ardiente danza, impresos en tus papeles de colores del furor invisible de tu canto majestuoso, cada aurora me atormenta la ausencia del himno que te canta imaginar tus candentes poesías sin mi pensamiento que sube y se dilata, tiemblo en aquel albor y firmamento al no escuchar tu verso sin mi acento, cada mañana ultimas mi existencia y bendices mis letras en mi dolencia.
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Poeta
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Hay versos que solo tu escribes en tu extensa primaveral tierra, das paso de la quietud de tu pluma a mis ardientes horas de espera, separadas por egoístas husos horarios, juegas con mi aparente campo paciente y adormecido, en mis ojos crece las ansias de pecado donde tus pasos resuenan en aquella lluvia abrasadora de tus versos y en la brisa de su ardor que me devora en un aire de tinta enardecida, mientras espero vagamente se alza en enervante calma mi monótona mirada sin gemido.
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Poeta
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Soñé bajo la luna menguante y su cabizbaja luz, las estrellas se lucían mientras hablabas con voz dulce en las alas de tu acento poderoso, tu moreno cabello jugaba con el viento, al estrellar la luz en tu inmensidad fecunda tu cuerpo cobró vida en movimiento y en tu danza nació mi alegre fantasía al ver temblar tus esmeraldas en tu cintura bulliciosa y turbulenta, invasora de audaz corriente de las olas de mi ardiente alma femenina.
Soy mujer frágil de tela y corazón, Colombiana me infundes vida y elevo mis plegarias suspirando el himno que cantas en el velo de tus ninfas, sin dolor trucado y el amor que mi corazón profesa.
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Poeta
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Blanco, azul y rojo, vago por el sendero monolítico de tu poesía, blanco es mi vestido, azules mis vidriosas retinas y rojas las vulgaridades que con aparente inocencia difundes.
He visto galanes a mil, algunos brillan en al azul cielo los menos dañan las finas artes pero no igualan tu trivialidad, admirada por hombres, ellos esparcen sus lumbres y traen calma a mi vida, me es grato ver sus resplandores en sus sentimientos y poesía.
No es carga femenina tu vida frágil y fugitiva, ni la ilusión desposeída reflejada en el espejo de tu canto femenino, oculto en la cava del rojo vino, alma de tu clara y odiosa misoginia.
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Poeta
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Sentí querer al varón con mi moza fe en mis primeros tiempos, sin amargos desengaños, en mis desvelos entregue el cielo de ventura y amor de blancura pura, las mías no eran ilusiones versos y sentimientos verdaderos de un alma prodigada en cariño.
Aún siento tus femeninos labios en aquel secuestrado beso, puro y celestial, descubrí las riquezas y glorias en el edén de mi amor, escrito en celeste fuego con tu pluma hermosa musa, forzoso fue tocar la realidad de desencanto de este mundo odioso que con desprecio humilla mi corazón y con dicha evapora esta verdad, aunque no será nuestro funeral muestra de mi amor sincero yace en el color de tu tintero, el dorado y luz de tu bandera, morena Colombiana.
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Poeta
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En la tela del silencio y del fiel esfuerzo, en el ardiente verano o en el crudo invierno, tu amor creció donde la esperanza llora y la engañosa ilusión nunca se evapora en tus rítmicos labios de misteriosas ráfagas de fuego, nuestras libertades femeninas en noches de velas celestes juntos a milagros de acuarela sacudieron la hoguera de un mundo en agonía , atrás quedaron esas palabras y pensamientos mudos en aquel establo, no le creas al esquivo sendero él vive de aquellos pensamientos atrapados desde el día que extravió las brisas celestiales en el fulgor de tu hermoso velo.
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Poeta
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Cuando el atardecer desmaya se alza la huella de amargura, los años mueren en mi desconsuelo y aún estás en sitios perdidos, imagino tu voz y quizás el aliento de tu ardiente boca, quisiera contemplar tus ojos de blanco esplendor, esos que fertilizan mi solitario corazón, sueño dulce amor mi alma debe llorar sus penas, cantar sus venas dichas, derramar la lágrima o vender una sonrisa, sueño sentir tu celestial encanto en el delito de nuestra unión con la humilde osadía, no es deseo que juzguen que eres mía, sino sólo ser tuya puedo mi señora adorarte quiero.
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Poeta
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Búscame en mi establo de pensamientos prohibidos, estoy sentada en la silla del jardín de manzanas esperando tu mirada a través del cristal que egoísta te separa.
Tú, coqueta dama de cabellos desbordantes y ojos de verde desteñido, eres el relámpago recién amanecido, que escarba en el silencio de los sueños mudos y escondidos, donde mis pasiones tiemblan en secreto en la hora del espejo que divide el corazón de mis reflejos.
Libérame de esta lenta agonía, soy virgen torturada por la señora de cien años con su flor de la mano, tormento de invierno y verano de mi rígido pasado.
Solo tus pasos de medianoche que no escucho ni veo, dan vida al ruido del reloj mientras siento tu amor y mis dedos sumergidos en las aguas del valor.
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Poeta
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Luz de noche te derramas en el poblado de mis marrones ojos, travesura de juvenil estancia son mis pecados los que amas, aquellos que flotan en el cielo de mis recelos y consumen esa incierta agonía, he visto tu silueta hermosa bailar bajo el rocío del cabello de la noche, Colombiana nacida entre sonrisas y cascabeles nocturnos, de morenas caderas pintadas en acuarelas risueñas, secadas en tu sedoso cuerpo despiertas mis nacientes delirios de aquellas ocultas emociones castigadas en los muros de tormento del diván, doncella de penetrante mordedura lavas la sangre de mi historia.
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Poeta
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