Búscame en mi establo de pensamientos prohibidos, estoy sentada en la silla del jardín de manzanas esperando tu mirada a través del cristal que egoísta te separa.
Tú, coqueta dama de cabellos desbordantes y ojos de verde desteñido, eres el relámpago recién amanecido, que escarba en el silencio de los sueños mudos y escondidos, donde mis pasiones tiemblan en secreto en la hora del espejo que divide el corazón de mis reflejos.
Libérame de esta lenta agonía, soy virgen torturada por la señora de cien años con su flor de la mano, tormento de invierno y verano de mi rígido pasado.
Solo tus pasos de medianoche que no escucho ni veo, dan vida al ruido del reloj mientras siento tu amor y mis dedos sumergidos en las aguas del valor.
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