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Tiempos descoloridos
Por tanto rojo amarillo el azul se tornó gris. ¡Gris, gris, gris!. Tan gris que casi todo parece negro. ¡Oh, rojo suelo!. Rojo sangre. ¡Rojo cielo!.
El mismo sol azul perdió todo su brillo. Cuan amarillo verde el día eterno secó. Con las orillas moradas en una violeta. En las hojas, de madera los mil clavos.
¡Oh, el rojo y el gris del nunca más!. El verde adjunto con garras y garrapatas. Solo cada café pensaba solucionarlo. Con el oro de la fosa. Con el plata del ensueño. ¡Oh, el humo sideral de sombras!. La escoba sublime perdió el aliento. En los astros de carne y ceniza sangre.
El Laurel De infinita espina Remoja la miel verdosa Enajenado El mañana Sepulta cada higo ¡Y destruye cualquier espejo!.
¡Loado sea su esqueleto!. Con el aguijón de cada noche. De todo inmaculado origen. Y la espalda momificada del cometa. Ahonde, Sí, ¡Qué ahonde!. Cada. ¡Quién sabe!. Y dentro del ruedo lloren las vidrieras. Y cada pesadilla sea una banderilla. Y cada cual, del grupo, solo clame paz.
En los colores. Fulminantes----Han cultivado. Párpados enrojecidos, grietas en años. ¡Redes enloquecidas de gusanos!. En cada ciego retroceso. Por cataratas de polvo. En los platos transparentes. Las tragedias, las amapolas, sean las agujas.
¿Recuerdas aquélla vida?.. Cada muerte corre por las venas. Y las arterias iluminan la piel del siglo. ¿No sabes la causa?.
Es la raíz de la noche. ¡Cuándo vivías!. Hoy ya no eres, no hay tiempo, nada puedes. Los espejos murieron y la luz es metal. ¡Solo fuiste la historia de un vapor!.
Desgramaticalmente. Cada sujeto adverbia circunstancial. Hay cadenas atributivas y declarativas. Nupcias de víveres con tijeras y gafas. ¡Conjuntivitis de lunes!. Enaguas. Breve carmesí sin directriz. Los tiempos determinativos son adjetivos. Y. Los colores. Singulares. ¡Anonadados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COMERCIANDO SEDA
La seda de la gran montaña. Tejen Los caminos las sandalias. Ruedan Los caballos delante, carros. Corriendo Las aguas bajo las aves. Vuelan Los días, soles y lunas son. Iguales...
En la gran montaña. Tejidos ruedan. ¡Sandalia a sandalia!. Los caminos, los caballos. El agua bajo. Vuela igual corriendo. ¡Rueda y rueda!.
Los caminos de la ruta. Seda. Son en el comercio. Blancos cabellos. Esfuerzos, peligros. ¡Alegrías multicolores!. Recuerdos...
Sequía, lluvia, frío. Los días y noches. Siempre. Vivos. ¡Mientras viva!. El Hombre ¡Qué los vive!. Y Hace Con Su vida. ¡Subida la montaña!. ¡La seda!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¿QUIÉNES SON?
Al aire desatan las alas en manojos. Pestañas que los ecos desparraman. Y odian vibrando las sombras del agua. Pendular caricia entre tormentas. Estériles símbolos desdichados. ¡Los hombres despojos de afanes!. ¡Los cuadros veteranos en pedazos!. Redentores sangrientos plenos en ruina. La bandera sin patria destrozan. Atándose tétricos en otros manojos.
Al fuego descienden los hielos en traje. Llevándose oculto el olor moribundo. El rumor de la tarde que arde ignorada. La pena que nace y que plantan hiriendo. Los cándidos cantos de nobles cenizas. ¡Inflamadas palabras aguijón de vacíos!. ¡Incansables engendros azufre de culebra!. Reflejan espléndido al mismo desprecio. ¡Dulce emblema en túnica de puñales!. Coronados de codicia y turbia el alma.
¡Oh, hermosa tragedia en fragmentos!. Todos los ven.... ¡Menos ellos!. Nadie los quiere... ¡Ni siquiera ellos!. ¡Verdugos impunes divinos asesinos!. Muchos los huelen..... ¡Ellos nunca!. Pocos los escuchan..... ¡Sordos son!. En el ánfora de pálidos fantasmas. La luz fenece innumerables veces. Con el ritmo embalsamado. Con el alma enferma. ¡Estos tiempos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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NOCTURNAS ESCRITURAS
Escribía los mañanas con las hojas. De los ayeres papeles de barro y arena. Saludando el durazno con ropa de olivo. Por la espuma de un grandioso canasto. Por la página vegetal y menuda isla. Solo, escuchando. ¡Sabores y olores!. En las rutas sombrías del silencio.
Tuve media hora de muerte cordial. Treinta y cinco esculturas de libros. Con un archivo de anhelos y manuales. ¡Nada extraño al público de hormigas!. Y en la esquina incompleta. ¡Sin lápiz!. Una obscuridad propia y escondida. Anotando enternecido. ¡Milagros adheridos!.
Implacables asomaron los secretos. Y los fríos destellos de un placer lejano. Con su pompa de intemperie y empolvada. Cada cambio de madera y palpitando espinas. Entre un bosque de alfileres y de ausencias. Con el perfume desafiante del cajón. En el cuerpo dramático. ¡De cada realidad!.
Fui un inmenso mural de subterráneo. Túnel pintado entre inocencia y olvido. Constructor de sueños, problemas y cárcel. De finales espontáneos y remotos ídolos. Imágenes desnudas.¡Seductoras maravillas!. Amor inagotable. ¡Confianza aventurera!. ¡Ahora, que me sé, creador de mis quimeras!.
Solo sé que sueño----Al despertar. Solo sé que soy------Al compartir. Siento el dolor------De cruda crueldad. Siento el morir------De cada vida.
En el rincón de mis noches. ¡De mis noches!. Nocturnas escrituras.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Degeneración Organizada
En las manos de la tarde se desteje. El horizonte de caminos circulares. En las hojas de la noche se desata. El infinito de fragmentos presos. En las nubes de la sombra se destila. El solitario de frágiles telares.
Como tampoco ha servido enterrar los olvidos Y derramar las horas nacidas del ocaso ¡Con la esbelta sonrisa del silencio! ¡Con la estatua líquida de ensueños! Y derretir las hojas heridas del acaso ¡Cómo tampoco devorar el firmamento!.
Vamos ya enriquecidos de un letal quebranto, mascando impávidas mandíbulas. Con la faz adversa entre las uñas, con la paz inversa entre las tumbas, meciendo inflamados resplandores. Vamos ya empobrecidos a un futuro incierto.
De abundantes marañas son las mañanas. De arrogantes pañuelos son las patrañas. ¡Muchos hay tendidos bajo el suelo!. ¡Muchos son sembrados sobre el polvo!. Solo el odio y la ira relucen granos, solo cosechan amargura y corajes cautivos.
Destejido desatado destila destrucción. Las manos que deshojan las nubes. ¡Inocencias!. El horizonte infinito y solitario, abundante de fragmentos y sombras frágiles. ¡Las esqueléticas conciencias de escombros hombres!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Apasionada transparencia Inmensa Y tan invisible Eres tú Inmersa en transparencia ¡Qué adivino tu presencia! ***** Va en tu esencia mi sueño Suave, de ternura tibia Blanca, pensativa... ¡En éxtasis! ¡Cáliz breve y firme!. ***** Campana de gozo aurora Inmersa en prisma El tacto mismo es tu caricia ¡Brisa qué mañana sueño! ***** Lleva la palabra ahora un cansancio Cuál sin descanso corren rosas nubes Los amores sobre las cumbres flotan ¡Sobre la carne de oro, blanca como una pluma! ***** Tú transaprencia En éxtasis me deja ¡Cristal incendio!. ***** En cada vena Inmersa en mi sueño ¡Tan invisible!. ***** De la luz ¡Pasión y muerte! Conmigo crece La inconclusa flor qué humedeces A besar la espuma Diera el agua ¡Valor a la orilla de un río! Grano qué germinas En los invisibles ¡Soles del dormirte amante!. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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ENCIMA Y DEBAJO EXISTIMOS Encima de las noches. Ya no hay lunas de leche. ¡Solo hay alfileres desnudos!. Crudas gotas de hierbas y corrosiva pólvora. ¡Angustiada muchedumbre y nebulosa selva!.
Encima de los pañuelos. Ya no hay labios de fuego. ¡Solo hay ideas oxidadas!. Carcomidos anhelos de vida y desfiles quemados. ¡Ángeles gimiendo, y desiertas manzanas!.
Debajo de las salidas. Están las montañas de insectos. Entre las puntas de pálidos rostros. Como los baños de espinas. ¡Desgarradas ventanas de vidrios y puertas!.
Debajo de las entradas. Están millares de huesos, con áridos mañanas. Entre muelas de huecos, con ácidos recuerdos. Como himnos lastimosos, llenos de ceniza. ¡Desgranados alientos de polvos y arenas!.
Existen sirenas sin zapatos, donde los duendes se hunden mojados, por los últimos sombreros, enterrados y aceitosos. Y los paisajes terribles, con trajes de tijeras. ¡Allá escombros, acá lechugas de cementerios!.
Existen corderos con zarpas. ¡Dónde los fantasmas bailan sin cáscaras!. Últimos relojes durmiendo derretidos. Y los siglos estrangulados perecen. Allá esperanzas, acá mieles de lápida.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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REFLEJO DE VIDA
Esquivo un reflejo se vistió de luna. Anoche ingenuo con voz de cristal. Deshojado como milagro de rayo. Salido de lago fulgor extraño. ¡Oro, cobalto, indeciso, inseguro!.
Pobre reflejo gemido de tarde y desnudo. Se veía, en su pecho paja de nido. Habitante de historia inclemente. Cazador de sombras deformes. ¡Caimán, alacrán, alambre y enjambre!.
Vaya reflejo, corteza de sol y trueno. El fruto fervoroso inmortal. Arranca sin rabia sublime la luz. Del lago resplandeciente, lirio de cirios. ¡Pétalos de penas y glorias!. ¡Anoche!.
Esquivo, por los mil caminos del cielo. El reflejo fue puerta y ventana. Eclipse de marfil mariposa. Colonia de estrellas incansables. ¡Constructor desgajado del espejo!. ¡Anoche!.
Pobre reflejo, transmutado en bostezo. Se veía, vuelo fugaz patriarca de mártir. Horizonte corona de sueño suplicante. Casi prodigio, estatua transparente. ¡Catarata encendida de estrellas!. ¡Anoche!.
Vaya noche. Reflejo. Fiel esencia. De la luz. ¡Incansable de la vida!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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¿A quién y con cuántos?
¿A quién con la espada purifica la noche? Ahogando las flores desgranando capullos En la voz moribunda de helechos En la faz vinagre del bagre Ogro gris, desalmado y metálico...
¿Con cuántos cuchillos se teje un anhelo? Amanecer desgarrado de un hueso Sembrando en cenizas jarabes amargos Sembrando millones de ortigas sedientas ¡Hiel enlodada tumulto de instintos!...
¿A quién corresponde, dar ó quitar la vida? Por dentro esqueleto y por fuera ignorando su polvo.
Con la mezquina calvicie de gruta Con la esquina insólita del necio ¡Elefante de escualos chorreando!... ¿ Con cuántos cerdos se alimenta una perla? Anochecer desmembrando de un niño Entre las cavernas de cada sandalia Entre las cañadas de cada cadáver ¡Plaga de latidos podridos!
¿A quién en el fondo exterminas ignorando? ¿Con cuántos alientos se perdona una muerte? ¡Deformes se bordan los días por venir! ¡Deformes están las conciencias ahora! Enlutando cada nueva esperanza
A ¿Quién? Y Con ¿Cuántos?
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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COMERCIANDO SEDA
La seda de la gran montaña. Tejen. Los caminos las sandalias. Ruedan. Los caballos delante, carros. Corriendo. Las aguas bajo las aves. Vuelan. Los días, soles y lunas son. Iguales.
En la gran montaña. Tejidos ruedan. ¡Sandalia a sandalia!. Los caminos, los caballos. El agua bajo. Vuela igual corriendo. ¡Rueda y rueda!.
Los caminos de la ruta. Seda. Son en el comercio. Blancos cabellos. Esfuerzos, peligros. ¡Alegrías multicolores!. Recuerdos. Sequía, lluvia, frío. Los días y noches. Siempre. Vivos. ¡Mientras viva!. El. Hombre. ¡Qué los vive!. Y Hace Con Su vida. ¡Subida la montaña!. ¡La seda!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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