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BRINDO POR LA ALEGRIA Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba Email: [email protected]
Alegrémonos nosotros Los que tanto hemos sufrido Los que tanto, hemos amado Los que hemos perdonado Porque un nuevo tiempo se avecina Donde el odio y el rencor Por fin su era termina.
Y comienza un nuevo ciclo De alegrías y esperanzas ciclo de bendiciones De glorias y alabanzas Tiempo de transformaciones De energías renovadas Brindemos por la alegría.
Quien se empeñe en el mal Tendrá hiel por bebida Tendrá que volver a nacer O dejará de existir. Cantemos con alegría, Que el nuevo día aparece Para quienes vivieron en creces Para animales y peces Para toda la humanidad Brindo por un nuevo día Brindo por la alegría.
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Poeta
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Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
Palabra común que usa la gente En cada esquina se ven los rostros Que ufanan por doquier la mentira Niños y viejos proclaman mentira
Ya nadie tiene escrúpulos todos se ríen de las mentiras Sociedad bañada en mentiras aire y viento embrujado por el hechizo de la mentira.
Clamor a sangre de muerte Espantoso fantasma que une Boca y palabras dementes Sonrisas fingidas en mentiras
Cabalga jinete en mentiras Y doblega hasta el hierro cruel No existe justicia humana Que pueda detener la mentira Y hasta el juez termina mintiendo Por creer en las boberías.
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Poeta
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CON LA PALABRA EN MI BOCA AUTOR: JIMA email:[email protected]
Adormecido en este mar de agonía Camino por las calles en silencio Mirando las pisadas de tus huellas Celeste, cual firmamento infinito De pasado que se llevó el olvido.
Morir en tus brazos abnegados Cuya alma inmortal delira Esperando el amanecer del día Y escuchar tu canto hecho poesía.
Labios que hoy se oprimen Emanando silencio adormecido palabra que se queda muda Como piedra dentro de mi boca, Esperando ser liberada cual esclava del yugo de su amo.
Déjame expresarte dos palabras Déjame decirte que: ¡te amo! Es solo lo que espero expresarte Antes que marche A tierras lejanas, Y te deje sin palabras en la boca Y me lleve tus besos de recuerdo.
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Poeta
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RECUERDOS QUE NO SE OLVIDAN
Por: Juan Ignacio Macoñó Alba
Todavía queda, entre mis pupilas el paisaje exuberante de tus inolvidables siluetas unidas a tus caderas, que como montañas se elevaban hasta el cielo, quedando como testigo fiel el crepúsculo de mis ojos apagados, al atardecer de tu partida.
Monotonía que por siglos de existencia, inacabados recuerdos de la mente, que vuelven a dibujarse en el espejo de mis pensamientos subconscientes; incendiado está mi adormecido corazón, que vibra y late, en medio del universo de mi cuerpo como dando energía inagotable a cada célula que se esparce en el espacio de los incontables rincones de mi interior.
Sangre, cual pintura que hoy escribo, imborrable de escritos históricos de antaño, que se mecen en el vaivén de días tormentosos y de lucha, donde intento vencer con mano firme al enemigo que me acecha a cada instante, y devora la tranquilidad de mi alma en pena, porque aun estás presente en mis adentros. No puedo olvidarte.
Inclino mi frente ante una foto, de inmediato siento tu piel estremecida en aullidos de zozobrosa pena que ahoga mis sentimientos implacables en tristezas o quien sabe es la pena, que se ha quedado como castigo que atormenta mis viejas esperanzas, que un día vuelvas tal vez a recordarme; y afligida en tus años vividos sin sentido, te des cuenta que al fin te quedaste sola por irte tras de una vieja ilusión que se llevó el viento.
Macabra pena llena de recuerdos que no se pueden olvidar, como el día que viene al mundo, mi nacimiento, pasan años, y en cada año lo vuelvo a recordar y a veces a festejar. Fecha que uno nunca olvida mientras vive, así pasan los días, con tantas noches dormidas acompañadas de sueños que uno nunca se vuelve a despertar.
Caricias que nunca se olvidan como aquel matrimonio jurado ante el altar creyendo que el amor era eterno cuando los años pasan uno reconoce que nada dura para siempre, ni llega hasta la tumba. Todo cambia,sin embargo, hay recuerdos que no cambian y por eso no se olvidan, y a eso llamamos vida.
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Poeta
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¡¡Espanto¡¡
Escrito por Juan Ignacio Macoñó Alba Santa Cruz 05 de agosto de 2012
Caminaba a casa después de un largo día de trabajo, los pasos que iban, dibujándose en las calles arenosas, eran muestras fieles, que arrastraba los pies al caminar, cansado del arduo trabajo, que doblegaba mis ánimos e inducían mis pies a descansar. Sorpresa, desilusión o desencanto, solamente eran tres cuadras y media que tenía que recorrer a pie, al llegar al portón de metal, vi un grupo de personas paradas, en la puerta de la casa del vecino, la mayoría eran mujeres que dialogaban, en voz baja, con espanto, temor y tristeza. Me detuve por unos segundos y los observé, el presentimiento, era evidente, algo no muy grato, había pasado, en casa del vecino, apodado el Collita.
Ingresé a casa sin hacer comentario, me cambié de ropa, y me puse ropa de diario, pronto salí de mi cuarto y fui decididamente a cerciorarme sobre lo que había ocurrido, ya sabía el día anterior que un accidente, había tenido el hijo del vecino. Supuse que estaba muy grave su estado de salud.
Al llegar a integrarme al grupo de señoras, les pregunté, que había ocurrido, todas me miraron fijamente, los ojos llorosos de algunas de ellas, me hicieron saber de inmediato, que mi vecino acababa de fallecer. Pronto mi vista se dirigió al fondo de la casa y ante mis ojos apareció un ataúd, un crucifijo y unas luces fosforescentes, mi cuerpo se estremeció…, no lo podía creer. Era joven, menor en años que yo, un hijo de unos cuantos meses de nacido quedaba huérfano, y una esposa joven, enviudó a temprana edad.
Mi mente por unos minutos se bloqueó, no pude pensar, solo dije: - se adelantó al viaje, y nos dejó atrás…
Después reaccioné y dije: _¿Quién está dentro del cuarto? Una voz dijo:
_Está Bacha, sobrenombre del hermano menor del fallecido, ingresé al cuarto, una energía negativa, vino en contra de mi cuerpo y nuevamente me hizo estremecer, pero esta vez con más fuerzas. Me detuve delante del cajón, y pedí a Dios que lo tenga en su Santa Gloria. Oré por él, pues era lo único que me quedaba por hacer. No pronuncié palabras solo silencié, y mudo ante la muerte, la contemplé, los minutos eran eternos, todo estaba en el vacío, nuevamente la nada vino a ocupar su lugar y mandó una vida más al olvido. Entonces sin forzar mis ojos, cayeron unas lágrimas que venían desde lo más profundo de mi ser.
Ya no estaba, él que un día estuvo, por aquí. El joven de palabras fuertes, alegre y luchador. Dormía en el silencio de aquella tarde. Las nubes viajaban enloquecidamente, y el viento cubría de polvo hasta los rincones más pequeños de las casas.
Entonces aquella tarde, vi palidecer, el semblante inerte de aquel vecino y desde mis adentros dije, una vez más, ¡Espanto!
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CONTAR LA VIDA POR CONTAR, ES SOÑAR
Escrito por: Juan Ignacio Macoñó Alba [email protected]
Nací entre laureles y espinos, al despertar la aurora, que se mecía en medio de las nubes llorando con lágrimas de cielo, por la alegría de verme nacer.
Agigantaba mi mirada desvalida, con suspiros y respiros de aire cristalino, ante la luz tenue y pavorosa del nuevo día, dormía entre pañales de ternura y caricias de madre abnegada, llena de alegría encanto y placer, al verme nacer, en sus brazos sonreía.
Un bebé sin ideas, no sabía leer ni escribir, mucho menos decir una palabra... caricias, besos, abrazos, ternura de madre, espíritu sublime de bendición. Las horas perecían años que lentamente se desvanecían en el tiempo trepándose, por los recónditos hilos del recuerdo que se enrredaban en el olvido, de aquel vientre materno primer hogar donde empecé a soñar y a vivir mi vida.
Las flores habían despertado de un letargado sueño de mi infancia pasajera, mi cuerpo se mecía en las cuerdas imaginables de mis fantasías, así iba creciendo lentamente sin saber hasta dónde pudiese llegar, pensaba subir hasta el cielo y agarrar las estrellas, como si fuesen foquitos encendidos en la sábana azul del inmenso firmamento, así soñaba cuando era niño, nunca pensé escribir una sola poesía mucho menos un libro, creía que los que escriben libros y poemas lo hacen porque son genios que Dios ha elegido desde su trono celestial para guiar a los menos entendidos en aspectos de ciencias, artes y letras.
Ahora aquí estoy con la ardua tarea de inmaginar y escribir fantasías que se cruzan y ambulan por mi mente, las ideas me obligan a ponerlas por escrito y suspiro cada vez que no puedo escribir lo que tengo guardado en mis archivos conscientes de mi mente.
Soñar es contar la vida por contar. Es imaginar el amanecer de un nuevo día, es gritar al cielo con voz trémula de espanto porque estamos vivos, amamos, sentimos, lloramos y así vivimos.
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EN MI ANIVERSARIO Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba [email protected] Escrito el 06/06/2012
No lo puedo creer Un año más se me ha ido Tan veloz como el viento Tan intenso como el sol.
Maravillas en el universo Se han pintado por doquier Canciones, sonrisas, abrazos, Arcoíris al amanecer.
Y yo, yo, que hago aquí Boquiabierto y mal parado Contemplando el pasado Como si algo pudiese cambiar Del recuerdo ya olvidado del ayer y el pasado En el Día de mi aniversario.
Ja, jay, como el tiempo se fue volando Como, dicen por ahí: Los días pasan volando, Otro año, se me ha ido, No puedo detener el tiempo Se me escapa de las manos En menos de un suspiro, En menos de una mirada, A llegado este día: Día de mi aniversario.
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PALIDEZ y OLVIDO
AUTOR: Juan Ignacio Email: [email protected]
Mi cuerpo tiembla con suspiros Estremecida está mi alma Y congelada mis palabras Entre mis labios padece inerte Aquel respiro sin latidos.
No puedo moverme como antes Paralizado está mi cuerpo Como si estuviera ausente O tal vez presente en el silencio, De esta tenebrosa noche Del vacío.
Palidez de tus manos, Cual cadáver mundano Que yace en el sepulcro, Aquel sepulcro inhóspito, De caricias ausentes.
Nadie llora, todos murmuran Que poco valió su vida, Que poco amor sembró el pasado, No hay palabras, ni rostros tristes, Solo el silencio, el silencio eterno Con luces tenues, Pintan pálidamente el ambiente En tu último adiós, De tu último lecho, Donde dormirás el sueño eterno. Alguien, ¿se acordará de ti algún día? Tal vez, el hada, el suspiro, El amor no amado, quien escribe Estas líneas, con acento de desgano Y recuerdo de palidez. Tal vez, se acordará de ti.
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ANTE MIS OJOS
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba [email protected]
Se desliza el viento Por aquellos cabellos, de púrpura y miel, hay luces y sonidos; parpadean mis ojos en el universo de estrellas fugaces; se detiene el tiempo se escuchan las voces, de aquellos fantasmas fantasmas feroces inimaginables, que ayer se durmieron en aquel silencio de agonía perdida con triste mirada… y se desvanecen cabellos dorados sonrisas perdidas, fingiendo alegría de dolor y espanto… todo lo que pasa ocurre en instante, instante de tiempo, se pierde en el aire, ante lo invisible, del viento y del aire, aquella escena, tétrica de espanto, y ante la mirada de esos bellos ojos, se apagan las luces, se vuelve a la calma imagen soñada o imaginada que surgió ante mis ojos.
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MAÑANA TEMPRANO
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba Facebook: Juan Moreno Rodríguez. Correo: [email protected]
Mañana temprano cuando salga el sol por el horizonte, estaré contigo, para sonreír… y contarte cuentos, cuentos de hadas de dioses y ninfas que habitan el Olimpo de los rascacielos adornados de rosas jazmines y flores, suspirando cielo de Dios inmortal…
Mañana temprano volveré contigo, a pintar tus sueños en telas de aires, con color de agua, perfume, sol y miel.
Mañana temprano estaré contigo, gritaré, ¡Te quiero! Amándote tanto, dormiré en tu lecho, besaré tus labios, soñaré contigo hasta el amanecer; así despertaré y dirán mis labios tú eres la diosa, el hada, la ninfa de toda mi vida y serás mi mujer.
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