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Nada más en la noche: un rayo de luz que sin origen ilumina sólo una parte de un cuerpo dormido, una desnuda pierna femenina, blanca, suave, larga pierna femenina; concentrando todos los atributos del deseo, como esa luz que se deja absorber sensual en esa hermosa pierna femenina.
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Poeta
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entrego el texto a los estudiosos de la lengua ahora me sé hábil y resuelvo en precisas imágenes mi poema ellos hablan en disección para hacerme ver lo certero de mis palabras luego hablan a mis espaldas pero para mí los sigo escuchando de frente creen fundar nuevas posibilidades para resaltar mi ignorancia de mecanismos que no llego a ver —y creen con ello que me han rebasado— ignoran que han moldeado en barro lógico lo que para mí era luz e impacto
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Poeta
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Noche I Cae de nuevo la noche equivocada en este espacio reducida apenas a lo que veo; necesitado de lo auténtico debo recurrir a la memoria y hacer con este grano mental la construcción del recuerdo.
Pregunta ¿Cómo puedo vivir más allá de mi nacimiento?
(respuesta x) Montañas geográficas en cuya localidad creía ver sombras de árboles nunca iguales, caminos polvozos con destino a sí mismos, nubes repetidas que aparentemente generan las estaciones, creía ver cuando en realidad almacenaba un oxigeno para respirarlo después.
(respuesta x) Tipografías borrosas de viejos libros no leídos nunca, contaban lo que no decían: mi anhelo inventaba caminos de hormigas entre los espacios de las palabras; comenzaba a surgir una forma como cayendo en bloques hacia la nada.
(respuesta x) mi madre interminablemente tejiendo punto por punto hasta terminar una obra de la que ni ella recuerda el inicio.
(respuesta x) La voz de los jornaleros, el fabricante de cueros, el mentiroso viejo ganadero, el mudo loco a mis oídos sordos, contaron aventuras en escenarios reinventados en mi ansiosa memoria heredera de aquellas existencias terminadas.
(resumen) Soledad y deseo, atributos redentores tras saberme único. Oportunidad de narrar para perdurar los tiempos otros o los míos. Confusión social que no importa mientras se logre el objetivo (certeza de que de cualquier forma todo será olvidado).
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Poeta
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cuadros blancos cuadros morados por un lado cuadros verdes cuadros blancos por otro lado barbillas en los extremos para los pies para los hombros manta que robé de la casa de mis padres que me protege ahora de este frío vieja manta olorosa a polvo que robé ayer a mis padres quienes ignoran que ahora escribo dentro de ella adormecido y solitario
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Poeta
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I no basta que la noche se cubra para mostrar su realidad
no basta dejar la ciudad y en la huida encontrar la sorpresa
no basta habitar la polvorienta casa del abuelo poblada de desconocidos recuerdos
no basta el miedo que asciende por nuestras piernas con su hormiguero invisible
nada basta
II a tropel el ladrido del perro rompe el silencio comienza el bullicio de la noche donde todo es su sonido el tren es largo como su silbato una lechuza chilla y al instante desaparece de las siluetas transeúntes llegan voces sin forma pronto sabremos que ese silencio que viene son las vibraciones de la luna
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Poeta
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el tiempo es un niño egoísta que se ha adueñado de todos los pinceles
juega en las noches pintando todo de sombras y logra hacernos creer que las cosas han cambiado
su engaño le parece divertido sonríe dentro de nosotros confundiéndonos doblemente
débiles para la introspección optamos por las imágenes externas con un malestar indeterminado
no es posible que este mundo sea el mismo de la mañana algo tiene de terrorífico por eso nos alejamos de esos edificios que ahora parecieran respirar imperceptiblemente
esas construcciones nos miran de alguna forma esperan el mejor momento de nuestra distracción segura
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Poeta
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La indiferente noche vuelve invisibles las flores de los árboles, convirtiéndolas en un puñado de hojas más --el viento mueve las ramas de tal forma que parecieran asentir a esta aseveración que acabo de escribir--
La luna llena aparece de repente cuando unas nubes se abren para dejarla ver. La luz vence las intenciones de la noche y vemos como casi sonrientes las platinadas flores dejan de ser hojas para convertirse en dispersas constelaciones en el cielo del árbol.
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Poeta
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¿Cuál es el minuto exacto en que el sol se apodera de su día? Un poco antes son todavía las sombras revueltas con una luminosidad que tampoco se decide. Le llaman penumbra, el temporal reino de la confusión. El espacio es entonces un vapor que etiqueta cada molécula del aire. Aquella sombra no desciende de este árbol, es ella quien crece de la tierra como una llama oscurecida, es un pulpo que sube sus tentáculos danzando hasta aferrarse escondiéndose en los cuerpos. Hay que saber ver y escuchar cuando el segundero del planeta se quiebra. Las sombras verdaderas se repliegan huidizas dejando como estela las otras sombras que permanecen el resto de las horas. El tiempo vulgar deja sus marcas que borran poco a poco el eslabón roto del ya eco matutino.
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Poeta
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Podría haber un árbol de altas flores rojas a mi lado.
Podría comenzar la noche y lámparas amarillas iluminar todos mis costados.
Podrían novios tímidos comenzar a besarse deseándose invisibles a sus ojos.
Podrían los últimos niños empezar a huir cansados del parque.
Sin embargo, he cerrado los ojos, y la certeza única es que no estoy solo: ha comenzado el viento y una lejana música incomprensible empieza a sonar cercana.
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Poeta
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Gradual la luz disminuye su fuerza reduciendo notoriamente su diferencia con las sombras.
Equivocados suponemos que habrá un momento de equilibrio: ante poca luz, sombras débiles.
Sorprendidos asistimos al florecimiento de la oscuridad justo cuando la última luz se apaga.
Advertimos tonalidades en lo negro, explosiones negativas por así decirlo, juegos de oscuridad creando sus propias superficies hacia abajo.
Sabemos que estamos en lo profundo de la noche cuando el último carbón dibuja su más profunda llamarada.
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Poeta
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