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ESTRATAGEMA DEL ASPAVIENTO (Neosurrealista)
De los dedos del silencio, ha escapado un verso, inquietando al perdón, que vende las rodillas.
Con la descripción que concilia el ideal del hombre hecho vorágine destructiva, cruel, salvaje y rauda, degeneración, como el mortífero, fuego compasivo, de los lagartos a los cleópteros minerales codiciosos, con las virtudes que contaminan el tiempo putrefacto, en los campos de cebada y los organizados ostiones. A pesar del alboroto que fluye en las redes de topos. Porque el aire está lleno de realidades galopantes, y la suerte destruye la vida con armas angelicales
Más allá los párpados secan, al eco de las flores turbadas, en el tierno cementerio, de la consciencia hecha polvo.
Como los pronombres indefinidos más usuales en la más moderna gelatina, como los adverbios calificativos en su forma comparativa, que perfuma el absurdo con la sintaxis embriagada donde la lógica ya no se afeita, dejando la concordancia del adjetivo en la olla más vieja del sustantivo enamorado de la luna frígida. Haciendo de los verbos irregulares una bella alfombra, mandando de regalo un triptongo desnudando una tilde, porque la diéresis está peleando con las comillas en ayunas. Insurrectas las tumbas vomitan, estupefactos los espectros, por los preceptos de adorno, y las maquinaciones baratas. Al objeto de afianzar el poder, de zorras, monos y buitres, que aspiran a una fusión sincrética, no obstante el temeroso, rincón de los gusanos que oprimen al infierno sus protestas, en posición acurrucada, por los acusados fenómenos que dejan, al sol apagado entre la sacralización de la imaginación perdida, porque la gente cree en el nexo misterioso de cada palabra con la verdad que pretende portar. En los manantiales de conjuros de digitalizadas muestras infames, amuletos en oferta, y todo ese purificador latrocinio de vidas inocentes y abuso de poder.
Al circuir el parco criterio, cualquier imagen abate el seso, del pazguato arrogante feudo, dándose sopapos al saberse botarate. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ETÉREO ENTUSIASMO
Por la esquina del crepúsculo azotado va el cristal vendiendo violines perfumados entre los granos de playas, y el regazo tejedor de clavos con plumas en los techos perseguidos por incógnitas viajeras en el callejón sonoro de pestañas con espuelas bordadas con las horas y los llantos.
No temas, no, que al agua incendies, con palabras olvidadas por el suelo, ni creas, ni esperes, la orilla de una mirada que crece del huracán árido.
Etéreo entusiasmo sería. Si del desierto brotan pálidas espinas, a la sombra del lirio que lava la ceniza, junto a los claros vitrales agotados, por la quietud del duelo bajo las ramas, de los volcanes que imploran su cobijo, en la rústica e insondable aurora.
Las flores recién llegadas se esconden, como el suspiro coronado por la nieve, bajo el peso de todos los futuros riendo, entre la tarde confundida por la bruma.
Etéreo entusiasmo sería. En la cama sentada la noche infiel, espera la indulgencia del tiempo dulce, donde mueren las tinieblas sin odio, con la clemencia del ideal hecho humo, por que no tenía la menor intención, de pintar anaranjado el aire, ni al viejo entusiasmo verde azul, como el hecho menos etéreo gris, más allá del amarillo sangriento rosa.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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NOSTALGIA MINERAL
La triste montaña mira al cielo. Frío. Azul. Infinito. Frío. En la selva de las nubes. Roja es la esperanza. Sin tiempo. En el corazón del caracol. Sin sol. En la noche cansada. Sin luna.
Nostalgia. Gris. De metal. Por las costillas. Del camino. Por las alas. Del campo. Entre el martirio. De un instante. Entre el martillo. De un lirio. Noche y día. De sol y luna.
Mineral. Memoria. Del humo. Con la tristeza del caramelo. Con la sed del corazón. Sangre de luz y de sombra. Muerto el honor y el recuerdo. Frío. Amarillo. Finito. Frío.
Nostalgia. Mineral. Solo agua. Lágrimas. Joyas. Secas. Despreciadas. Arte invisible. Del aire petrificado. Porque el cielo ha quedado ciego y sordo. En la triste montaña. Mira y mira. Mudo el suelo... Inundado de sangre seca.
Arriba y abajo. La consciencia hecha polvo. La memoria está perdida. En las nubes de la selva. En las noches solitarias. La montaña es de fantasmas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESNATURALIZACIÓN
La madrugada teje la tarde. Con los hilos de la noche. En el silencio de las estrellas. Por el árbol de las nubes dulces. Sueños. Galaxias. Amores. Recuerdos. ¡Anhelos brillantes!. ¡Dolores agudos!. Los días... Se mezclan con sus ecos. En la sangre del alma.
* * * * *
Desnaturalización. Artificial. Fantasía. La carne sueña el camino verde. La música pinta el perfume rojo. El sol acaricia el viento amarillo. El lago escribe el cuento azul. Porqué la tierra recuerda a su padre el fuego. La vida, el agua, la madre, el aliento del cielo. El tiempo medita en un círculo... ¡Absorto!-
* * * * *
Porqué la humanidad no conoce. Desnaturalizada. Artificial. El principio del amor. Fantasía. Deshumanizada. El final del mal. Por la consciencia degradada de la luz. Por la inconsciencia del pelo al hueso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Lúgubre certeza
En la voz de las pestañas la tarde cobija sus recuerdos.
Mordientes, punzantes, incisivos, claros, francos, sinceros, mascando.
Ahí en el cierto momento guardando el tiempo a los relojes asustados.
Callando en las pupilas la noche desnuda sus olvidos exponiendo el espacio a los vientos paralizados.
Demacrados, enjutos, delgados. Por la parcialidad apasionada. Por el desatino garboso. Por la insensatez auténtica. Por el absurdo tendencioso.
Por Que... La esbeltez errátil anida.
En el silencio de las letras donde la tinta borra sus ausencias esculpiendo transparente el canto de la vida en la música desconocida de la muerte cierta... ¡Vetusta y vigente!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ÍNFIMO CATACLISMO
Antes de ésto, ni las piedras piensan, en ser agua que planta fuego, ni el humo ignora bajar, desconociendo la escalera, después del futuro que olvidó, en la tala de la tela de la pala, acústica, rústica y lejana.
Ínfimo... ¡Cataclismo!. En los cielos de una ausencia. En los mares de una ola. ¡Qué al sol sale solitaria!. ¡Qué la sal sube agrupada!. Por la sombra de sus obscuridades. Del pasado que lento viene. ¡En la estoica ceniza que vive!.
¡Qué vuela el vuelo sin una pluma!. ¡Qué siente lo que nunca pensó!. En el plomo perdido. En la juventud que respiraba. Tocada por el anhelo. ¡Helo allá que ni al hielo hila!. Ni al silencio las pestañas oyen. Ni huyen a ninguna parte.
¡Por ser un buen olvido que se siente!. Antes de saberlo, por no encontrarlo. Tan cerca de lo que nunca será. ¡En la verdad inexistente!. Un Ínfimo Cataclismo Antes. ínfimo, ínfimo, cataclismo real.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MEMORANDUM INGENUO
Una mirada se detuvo en el vacío, en espera de lo nuevo, lo viejo. Nadie llega, con desesperación de terminar, no fuimos ninguno, esperando ser otro. No fuimos arena, esperando ser desierto. No fuimos soledad, esperando ser tumulto.
Porqué indignos son los silencios, de ser oídos, por el pelo sordo del bolsillo, y el monedero que halague y destruya, y escape y albergue la ingratitud, cruda del hielo ebrio, diciéndome y diciéndome:
Tú, cuyas lágrimas secan el mar, en el desierto latir de la luna, y acribillas el grano del anhelo, entronado en pantanos enjoyado.
No esperes que tus recuerdos mueran, en las penas lejanas, causadas, infames.
El dolor baña éstas nubes, el sufrimiento mueve al viento, abajo y encima del suelo, mezclando pasado y presente, hasta en la miel que compras, con la hiel bajo la piel, y los escombros de la consciencia.
¡Sí, y sólo sí!. Te existió alguna vez, en algún lado.
Por eso dices que digo: Que ésto te envío...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Transmutación (Texto Neosurrealista)
Agua en la Tierra Con El Apasionado aliento Fecundó la espuma con un rayo ilusionado suave vuelo en gotas la fruta salió del paraíso... Hecha vida, dueña de su pasado en el corazón de una manzana...
Debido a la larga historia, de cambios inútiles, de sospechas inducidas, con el efecto de la mejor evidencia disponible, de sublimar los placeres, forjando del quebranto, las cadenas de la mísera existencia, por el cetro sangriento, que partió el tiempo, miles de veces, urdidos por ebrios días ¡Siervo de fuera, tirano por dentro!... Más allá de la letalidad tortuosa, con el apoyo de las peores substancias, peligrosas al planeta, intimidado.
Porqué...
El mar silencio se desnudó los pies de arena en la mirada del cristal sonriente.
Sin mucho éxito, demostrando la incapacidad para aceptar los errores, y cambiarlos a tiempo, por el infame trato dado a los ferrocarriles, en el campo de la inexperiencia, arremetiendo con vigor, a la efervescencia perjudicial, del desprecio del hogar y la familia, del dinero antiesclavista, de los piadosos pisos y paredes, de las sinceras sillas y mesas, de alegres vasos relucientes, goteando velas, en el tímido candelabro abandonado.
Porqué...
La escalera fue subiendo el secreto en los talones amarillos del otoño pasado en la nieve.
Por la intimidación y violencia de los pinos, en los caminos indefensos, en los clavos traidores de las puertas, sepultando los agravios en las nubes, con el remedio de la lluvia en la luna creciente, y la opinión de la arena, sobre el alza de las tarifas, en busca del tiempo perdido, en las semillas y raíz de la ética manufacturada... Del docto mandril del edicto brillante, y dorado, después de muchos siglos, de transitar por la vergüenza del pensar libre...
Colgando al aire del polvo conocido por la lluvia del cristal tembloroso y la herida letra...
En el libro más común, de los minutos de edad más avanzada, fabricando nebulosas con los huesos y los huecos, situados a gran distancia, de la propia luz perdida, con las figuras de las palabras, ocultas, engañosas,de las jaquecas, y la miopía del cepillo, infrarrojo y respirando. parciales, que se compran en la esquina, de las paralelas flexionadas, con el mimetismo, y el camuflaje del perdón tridimensional, y el olfato del zapato, que se aleja espeso, por el amarillo Por la ley de la desgracia envenenada la consciencia la piel del alma muere con la esencia perdida... ¡Del espíritu hecho piedra!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TEMERIDAD CONSPICUA (Neosurrealista)
Llegó. De pronto desvestida. En la noche color de olvido trajo en los ojos los recuerdos de selvas y caminos de pinos repitiendo con su aroma las ventanas.
¡Por estar forzando al fondo!. Una taberna taciturna taladrando trepando. ¡Antes que forzare la campana el silencio!. Un saqueo secular sediento sentimental. ¡Aunque fuerce suavemente latigueando!. Al jardín jovial juguete juntando juramentos.
En la puerta vigorosa de un latido sin coraza relámpago magnético lluvia láctea en los hechos y las hachas labrándome un suspiro infatigable alguna vez, profundo inmóvil envejeciendo al sol.
¡Con la mirada anaranjada en un limón!.
Arrojando marmórea las cadenas, de lujuria, por las mejillas verdes, y haya plata, en las pestañas, seca, cuando lloran al candado lascivo, los ebrios vasos, de la fe perdida. ¡Al mirar ciego al espejo!. Al caminar acostado el sol, con la nieve triste, al insensible ruego, en los extremos de lo eterno. ¡De cada instante escoltado por un momento!. ¡Por el placer indecible del mañana!.
En La Delicia Inefable Del futuro Cuando llegó. De pronto desvestida en la noche color de olvido. ¡En la temeridad... Conspicua!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ALBANEGA ESFEROIDAL
Porqué Así Se Rehilarían Los Recuerdos.
Cuan risueños están los ruiseñores. Y las señoras en sueños ríen; Ruines. Los ríos irrisorios cantan; Raudos. Los cuencos contando cuentan; Sueños. De cisne en cisne cien cenizas; Albas. Heridos hierros hechos humo; Negado.
¡Pensando que hubimos rehilado sabores!.
En las arenas del cementerio alegre. Porqué la muerte cavó su tumba. En el cielo cubierto de sangre. Por los caminos que la tinta borra. En las palabras por nadie dichas. En el límite dónde el espejo descansa.
¡Cómo si rehiláremos ilusiones nuevas!.
Donde se mastica y entrega__Tiernas ausencias. Donde se traiciona y abandona__Hojas secas. Por cuatro minutos que piden socorro solo. En el cuello de la mirada minada miserable. En el tiempo de la noche ebria embrutecida. Con las culpas que huelen a eclipse en fuga.
¡Esferoidal es... Rehilad las esperanzas albas!.
Por la estatua que cambió de piel persuasiva. En la brisa de la zozobra zarabanda que muda. De cuerpo desplomado botarate en bronce. ¡Qué pronto desgrana y desengaña el olvido!. ¡Qué al agua desnuda y siembra la sombra!. En esta albanega esferoidal... ¿Qué haremos?.
¡Sí. Rehilaos entre los sueños. Sí puedes!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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