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Para que fui esmiuçar sobre o sentido da vida? Para que fui fuçar em coisas despercebidas?
Eu deveria fazer como muita gente que segue em frente sem se preocupar com esse negócio de "crescer espiritualmente"...
O que ganhei com isso??? Sofro, o sofrimento dos outros, morro, com a morte dos outros, sofro junto com a Natureza, ao ver a malvadeza, dos homens sobre ela...
Fico indignado com situações causadas por homens sem corações... Foi isso que eu ganhei: preocupações.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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NOS ESTÁ MIRANDO
Nos está mirando, observa cada paso, absorbe cada suspiro, regala cada sentencia. Se alimenta de recuerdos, crece de miradas, rompe la luz, acrecienta el dolor.
Sus ojos están adiestrados, sus pies idolatrados. ¿Quién asistirá a su funeral?.
Aun ahí está rondando. Sin que nadie lo sienta, manipula los zapatos blancos.
Autor: José A. Monnin Limpio-paraguay Derechos reservados. 27/04/2013 [email protected]
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Poeta
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CEMENTERIO ESPIRITUAL
Esperar tras la puerta. Encerrando ideas, matando noblezas. Sudar de frío, castigar al laberinto de húmedas tristezas. Aun el fantasma gira de miedo, y todo se torna desierto. El campo destierra, a los muertos, los huesos gritan en soledades, las alabanzas caen al suelo, como lluvia sin destino.
Los cementerios han quedado vacíos, los féretros han abierto las puertas del otro mundo. Cementerio espiritual, los necios querrán saber de la verdad, y todos al descubierto sus almas verán. Sigilosa, las sombras darán las costillas a los perros del infierno. Escarnio de cerebro marchito, la piel será testigo de tu verdadero castigo.
Mientras espero tras la puerta, cazando espectros. Las nubes anuncian su llegada, y los ojos de la serpiente brillan en los cráneos malditos de los poetas ya idos.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. 08/02/2013
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Poeta
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Estou vivendo de fugas... Não é de fuga musical. É de fuga mental, fuga sentimental, fuga espiritual...
Estou fugindo da minha realidade. Não que eu seja um covarde... Mas ela está muito séria. Ela não quer saber de pilhéria.
Ela quer que EU resolva os meus problemas. Não quer que eu me esconda atrás dos poemas, pedindo auxílio...
Ela quer que Eu a enfrente... Mas Eu não sou forte o bastante. Eu não sei lutar... Então vou fingir-me de doente... Será que consigo escapar?
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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A extrañas horas
Lo Comentan los relojes. ya serán viejos tanto minuto, segundo, en las manecillas de los jóvenes días pero ni a los meses ni a los años lo divulguemos, vagamente, que hasta, un fantasma amarga las paredes qué a lo lejos oyen.
¡Extraño los tiempos eternos!
Piensan, sienten, escriben. Las manecillas Enrelojadas En las paredes de vidrio, de arañas, móviles y dactilares...
Extrañas, extrañas...
Las horas fueron, escurridizas, jóvenes infancias corriendo, intrépidas, sonrientes pelotas en los viejos, embelesos, acordes al potente brazo, penetrante, pero sólo profunda e inefable, cortafuego, la vida, del instante inmenso, pródigo, se ha ido, quedando, rumor eterno, sagrado y espiritual, desgranando, paz nocturna, resplandeciente. En El en el espejo, triunfante, abrasador, afable, leal claridad, del razonar palpitante, del compartir real, del dar sin anunciarlo, commmo un reflejo luminoso. En el corazón del alma...
¡Sin importar lo extraño de estas horas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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E.M.P.A.P.E.L.A.D.O.
Del papel midió la espuma. Pureza del hombre y la obscuridad. Pensaba cada letra misma, que un pobre renglón alumbra. A lo lejos, el cuaderno enfría. El libro, en la mesa, sobria. De ésa casa, ésa vez, en el hombre, la espiritual carne. Sintiéndose desnuda. De papel, en la escritura. De la pluma de su mano. Cada letra. ¡Salía y se quedaba!. Salía Y Se ¡Quedaba!.
Como... ¡Cuándo en el horizonte vuela el viento del eco. En, él, renglón. Y en el cuaderno. A lo lejos. De la mesa. Aquél día. El hombre. Pensaba, escribiría. En el libro. ¡Sobre la mesa!...
Madera, color, sombra, brillo.
Agitando las ramas. ¡De las emociones!. Que...Tiemblan. Con La Tormenta.
En la obscuridad misma. Él se alumbra, viejo, la sombra, el alma, sangre y aliento.
¡En él, horizonte!. La carne desnuda. ¡Había quedado toda!. Y Todo, de la carne. Desnuda, nueva, arcilla, honor, pasión y olvido.
Del hombre y de aquéllo, qué escribió...
Desempapelándose. Algodonosos trapos. De alfileres, pergaminos y vitelas. ¡En fotográficos recuerdos!. Insensibles... A la obscuridad, del alma, bajo túneles y lino...
Bajo el papel. En la obscuridad. De las briznas frágiles en la habitación. De las velas crudas en la noche. De las novelas enceradas en la tarde. De las nebulosas, agonías en la mañana. Al amparo del invierno purpurino. Matinal frondoso por la hora imprecisa. ¡Desmielando transparentes las abejas!. Vespertinas. Fantasmagóricas. Pupilas.
Del papel. ¡Escribió sobre la vida!. ¿Cuál debe ser el hombre, cuándo, el hielo quemando encarna?. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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