Poemas :  Por Amusia...
Por Amusia...

Danzando el silencio abraza
Melódicas
Las pródigas palabras
El regazo
¡Corchea copiosa!
La piel, la vida, de violetas tulipanes
De los pueblos
¡Muesca ominosa!
De las almas
Aromas del fervor qué intercede
Leyendas afónicas monótonas
Al final de la estrofa qué ruega
La sinfonía del corrugado boscaje
Al encendido semblante suave
Por el reino de la nada sacrificada

¡Solo sonata facticia!
¡Sólo fabordón expósito!
Corchea de muesca sinfonía
Patética sordera del alma

En
Los
Caminos empedrados de las tardes dilatadas
Está
La dura pena encuadrada... ¡Ya!
¡Danza desnuda danza!.
Por entre poderosa lejanía los densos sueños
Amusia... Dónde solo ya florece
Lúgubre la música qué del ay
er fué
¡ Hoy de amusia qué al corazón desata!
La sangre de intensidad plagada, nota a nota,
Miel... Mansión... ¡De las musas invi
tadas!

Rescatadas
Del traslúcido suspirar de los caminos
En la memoria qué suspira
Al fondo delicado fósforo
Del silencio
En la estrofa dura
El regazo

En la letra suave

¡Abraza, oh, abrasa, abrazo, y brazo!
En la tierra gris de la renuncia
Patética suena la sonata del soneto inconcluso
El fuego lento paso a paso humedecido
Al final
Al cielo enredado en llamas

¡Desnudas!
Enrojeciendo los discursos del beneficio
¡Danza!
Al sendero entretejido inesperado
¡La música del silencio aislado, monótono meloso!
Iluminando

Solo a la luz qué ciega la mínima obscuridad pálida... De besos las cadenas del estanque,
de marchitas esperanzas evaporadas del engaño iletrado de palabras musicales y vana sinfonía...
Amusia
De la miel
Silencia
piel
De
Las
Golondrinas en trance ausentes

¡Del regazo de las musas qué desata!
Inspirando a los
topos el vuelo de los halcones sonrosados del boscaje muesca ominosa copiosa
la ternura eliminada
en primer término... Del...
Doremifasol
Solfamiredo
La yerta melodía del alfabeto intacta tinta
Del cuerpo hueco desalmada melodía reptante...


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Extraño réquiem... (Experimental)
EXTRAÑO RÉQUIEM

El
Final
Estaba
Atemorizado

Dudando de su propio principio lúgubre contrición
Se
Detuvo
En medio
De lo posible
En la imposibilidad acostumbrada del contraveneno
Con
El triunfo
De los vaivenes
De grandes altibajos

Atormentado estaba el infierno preso en el corazón
En
La mirada
Turbia atroz
De las viejas llamas
Húmedas de pretextos, fortalecido superfluo yerto
Ex
Tra
Ño

Quiem


¡Dónde merendaban ahí, una manada de masacres, en
las fiebres fibras del olvido, en la luz ruidosa
de la cintura de la sombra, pedestal y contorsión!.
Afuera
Por la
Rapaz
Miseria
Extraño
Requiem

Dentro extendían los brazos unas grandes zancadas
repartiéndose la basura invadida por la herrumbre
de cremas ambientales, y desodorante quitamanchas
Embaladas
Borregas
Aerosol
Asfáltico
Cohabitando
Eritrocítico.


¡Sin embargo, el final estaba finamente encuadernado, aniquilado y pulverizado!.

Extra
Ño

Quien


¡Qué debía enviarse al concurso permanente de
otros brevísimos finales en la ventana que fu-
maba haciendo gestos para los automóviles des
graciadamente frenéticos, salpicados de costumbres
lapidarias rescisión proscrita sin refrenarse!.

___No, nada le sucedería después.

Así pensaba ese final. Un poco sofocado el espacio
y detenidamente se ajustaba, las amplias vestiduras carnales, encrespándose,
flexibles los pliegues dactilares
de los cerdos, condecorados,
de la penumbra indefensa,
obstinada de la noche,
¡Enronquecida!
Al quedar,
Criptas
Frías
Olas
El
Final
Manifestó
Un desánimo suave
Caminando agradable tropelía
Con el gesto paternal recordando
Las lenguas del engendro en el paisaje
Inerte, ausente, flexionando las esquinas
Al desplomarse las rodillas temprano torciendo
¡Cualquier rincón de la mesa en paquetes dobles!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  A tres metros del tiempo
A tres metros del tiempo.

Aún en la persecución enervante del reloj, ese día estuvo en la luz lunar fabricando rostros, si bien nada sabía de ondas ni corpúsculos, ni nada.
Ahora, no hay salida, la brecha de tiempo se dobla, al limpiarse la frente con la mano, ahí en la transparencia brillante del asiento, pensaba en el tiempo y la distancia.
Jamás había visto algo semejante, ni adecuado para acabar a sus pies en esos aceitosos momentos. El manual nada decía, y el vaso de aquél líquido con la frase de "concentrado de experiencias de aprendizaje", le causaba un poco de ardor, y dejaba un dulce sabor, qué transformaban los sentimientos en pensamientos extraños.

¡Nada me resuelven!, el reloj sonríe, el tiempo de larga falda se detenía volcánico, con la nieve como un alambique de bronce... ¡Bonita forma de vida seleccioné del tablero!, pensaba en la luz ultravioleta al brotarle de las pupilas, a veces era una agradable diversión, pero, ahora... ¿Qué haría con ese pedazo de tiempo, la máquina dejó de funcionar, justamente hacía tres metros?.

Y la superficie de cualquier ciudad era sólo una superficie, como forastero imposible en el valle de preguntas qué latía bajo la metálica piel qué ahora le cubría, bien sé su importancia, el trabajo es reconstruir el pasado, tejer y bordar el tiempo, hacer de partículas bellas ondas, crear espacio, rodear galaxias, antes de qué mueran los recuerdos entre telescopios y microscopios.

Creía sentir.. Con nostalgia en las pestañas, los días lejanos.
Pero ahora, a tres metros, y la máquina sin funcionar, el parecía más plasma, con el piloto automático sin rumbo, y consideraba la opción de un decímetro, poco a poco, en sus cabellos, sin duda cables entrenados para sentirse humano, y escuchar como latían los segundos, péndulos, la música esférica al fin.
Dijo en voz baja, no hay oportunidad de pecar, y luego, justo en éste Agujero Negro, como haré para inventar algo y poder pedir perdón, el tiempo se agotaba, y le faltaban sólo dos volúmenes de la enciclopedia qué había bebido del vaso.
El amanecer en esa situación le inquietaba, pensaba, será qué de máquina en realidad me han hecho humano, sin ser previamente humanoide, la voz suave parecía decírselo desde la pantalla alojada en los pulpejos de metálica dureza, y del codo a la rodilla.

¡Bueno!_ Mejor muero una vez más, dejo el programa establecido, y el nitrógeno líquido en los bolsillos, así a mi clon no le causará problemas.
Y por un centímetro no se equivocaba, aunque las medidas a nivel subatómico y hablando así, eran más bien astronómicas, pero él ahora giraba en una pequeña partícula inestable, a veces fotón a veces un gluón, en fin, ya nada importaba, la máquina del tiempo dejó de funcionar, justo hacía tres metros...

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Más y más... (Experimental)
MÁS Y MÁS

Mas
Grulla
¡Ciclópea!.
Deja.
¡De ser!.
Impreciso.
¡Anexo!.
Más, sin saberse, un cóndor.
Una
Esperanza
Al
Doblar
La
Nada.
¡Haciendo!.

Sí, si, sacrificándose, en todo el dentro.
Solo, sin trapatiesta.
Sin ser zamborotudo.

¡Grácil espiga el alma!.
Más y más.
¡Qué una centella enamorada!.
Es como el zenit centinela.
¡Qué clausura un clavicémbalo!.
Es como el clavel clavicordio.
Más y más.
Acorde, sobrio suave, vértice.
De labrantío, cúmulo palpitante.
Más ápice sin lisonja.
Más pináculo balsámico.
Más y más.

Haciendo
Solo
Del
Vuelo
Toda
La
Esencia
Del
Viento.
Más meridiano que bullanga.
Y
Más mansión transparente.
¡Qué un pastoforio dorando!.
Menos
Mangoneador. ¡Qué basto, zafio!.
Menos
¡Derroche al desembaular!.

Más en donde las invenciones doblan,
los campanudos lanudos buques nadando,
nudo a nudo al ingreso real de algodones,
y motores tibios
que de mano de obra una pequeña avalancha árida y metalúrgica la tormenta en las cuatro
principales máquinas, veladoras, absorbentes, sin vínculos en la sombra impermeable de sombreros agotados al fondo, plásticos talleres desempleados.
Podría
Un
Más
Ser
Menos
¡Inevitable!.
Un
Más
Elixir.
¡Qué embroca!.
¡Más qué opugnar!.
La raquítica opulencia del alma.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Al dormirse... (Anticuento)
AL DORMIRSE
(Anticuento)

Escapó de un sueño, escuchando todo,
aquélla hermosa, trenza, dando saltos, en las direcciones de las plumas. ¡Vuela, el gusano!.
El gusano, al reptar culpable del anillo,
la muñeca. ¡Ácida extensión carente del destino,
prohibido!. ¡Liberado quedó!.

Luego...
Insultando el rostro pordiosero limpio del bolsillo, protestando, fabricando, las horas asustadas. (Lentas no duermen iguales). Por el bosque curioso, con la fila en la colina de los insectos, amontonados, impacientes después de muertos, infestados y narrando, anda ante nidos núbil, entre praderas al volar del patio joven.

Al dormir, sé, me dices del soñar saber.
De saber al dormir, sé que sueño, lo sientes,
Y ella, la almohada en los colchones piensa. Cariñosa.
La voz suave dulcemente susurraba a las paredes,
fingiendo abrir cien cerrojos el apetito frondoso,
mensajero visitante sorprendiendo fielmente las vasijas del alfarero. ¡Sueños, del barro, acero!.

El, gusano, lo sabía... En la pasión incierta.
Lo sabía, el gusano... ¡Cierto día ahí!.
En la choza. Entretenida la pobreza adornaba con cerámicas al oxidado aluminio del callejero bote del rincón no conforme aquélla, misma, tarde.
El. ¡Gusano!. Volando en la mirada cuatro paredes, en la vereda cauta, vil bebía la chusma.

Y
Luego, dobló al después, bajo el zapato, con un paquete de entonces, color de un sin embargo, y antes del saborear el no obstante.
El.¡Gusano!.
Sí, sí acaso no lo era... ¡Había dejado de serlo!. En la esencia del gusano solo.
Estuvo... ¡Justo en la mitad de ese instante!
En la orilla perfumada del olvido, del origen.
Entregando las cadenas de las escenas,
al autor popular de las trompetas,
equilibristas, las palabras por lo...menos reflejaban lo contrario. Sin vestir de lujo las galas de moda y la rapiña de las nueces en apuros.
Al
Dormir
Sé... Decía, dormiría la memoria del tiempo inmóvil.
Y...Escapaba entre las líneas de los textos, nocturnas nubes, sábanas ingenuas y sonrisas desflorando los valles que alumbran soles extintos, entre miserables castillos y las astillas hasta desfallecer, el vuelo poético de las ruinas, renovando en los duros latigazos, espinas de preguntas, coronas en torno a la garganta de los tigres, y las cosas regionales escondidas en las faldas de las bodegas, que enzarzadas chillaban.
¡No aquí, hay desperdicios de porcelana!.
Hay grandes cantidades de promesas
del torpe tedio un sexteto dibuja pendulares brumas, y de las orejas nada muerden al silencio, ausentes, más aliviadas, las brumas, dando vueltas a la enorme desgracia ignorada, que declaraba no haber, gracias a la brillantez de su infinita perfección, que se deslizaba entre los muros obscuros, temblando sin remedio de vez en cuando, acariciando al precipicio que contemplaba satisfecho, la quimera del volver a la normalidad, ala desplumada, vuelo del relámpago perenne, y luego al mismo luego dejando atrás, agradeciendo al cielo estar fuera de sí.

¡Al dormir, sé, dijo... Sé decir del sueño vígil!.

Al menos, al más inmenso ínfimo que nada ignora del sabio.
Y piensa no morir viviendo, y menos ahora, que de gusano pasó al polvo. ¡Y en el polvo los gusanos se esfumaban completamente!.
Al dormirse, fue apresado al despertarse,
hecho candado, y al dormirse. ¡Escapó!. Su sueño solo del dormirse ayer.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas sensuales :  Licor de durazno
LICOR DE DURAZNO

Al beber la purpúrea mano blanda.
Al sueño inspira suave.
En las alturas amorosas.
¡Quejas!...
Las caricias del pecho llamas.
En las delicias justos bienes.
Con lindas alas diestras.
Aguardando al sueño.
¡Qué vuela, benigno, tantas veces!.
No siempre, continente.
La sacudida, inspira.
El brillo, bañando, un lecho.

Con raudales, bálsamos y ungüentos.
De la piel debajo, un instante.
Del aliento la voz acierta.
¡Al corazón qué se derrite!.

Tan verde, campanear en las campiñas.
¡Cuándo las horas, pasan, evaporadas!.
Y...La...Memoria ardía.
¡Estimulando!.
La graciosa copa.
¡Del árbol, en copos blandiendo!.
La espada rosa.
¡Vestido, qué despierto, soñaba!.
Al bosque acariciando fresco.
Joven, brisa, las olas fugitivas.
¡Qué la espuma mece!...En cada burbuja.
La mano blanda y dulce.

Licor, licor, licor de durazno.

Dulce y blanda, la mano.
Mece sueños.
Al durazno.
Licor y elixir.
Huerto.
¡Vivo!.
Dentro.
¡Sobre humedecido huerto.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Ecos del tiempo
ECOS DEL TIEMPO

Añoranza
Siento tu huella dormida
Por el eco
¡Por lo que pudo ser!.
Reciente
Afable presteza y suave
El silencio del tiempo
¡Con la edad del mundo!.

Recuerdo
Catedrales sin huella
Añejos fondos y cielos
¡Oh, cielos dormidos!.

Evoco.
Y siento los ecos violetas.
Y del tiempo quererte.
Y de edad acuosa virtuosa.

Embelesado.
Como tiempo en eco.
Como ternura en libertad.
Como recordar en sueño.

Esponjoso.
Siento el tiempo capullo.
Chispas que palpitan.
Miel de cataratas.
Abrumado.
Por el eco que no fue.
Por el solo alguna vez.
Por el espejo invisible.

Intento.
Verte en las nubes bordando.
Verte en las alas del cielo.
¡Amante. Amiga. Compañera!.
Eco.
Tesoro dormido.
Ecos pasados del tiempo.
¡Siento lo que pudo ser!.

Ecos
De
Aquéllos.
¡Tiempos!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta