|
POR EL ÁPICE
Por el ápice arbitrio, abierto el cono, inverso hostil, discrepa la campana dulcemente. Al dejar caer la cautelosa contrapuertarena. ¿?. Por el oro gradual de las palomas, que se desprende del sembrar eritrocitos, y llenar con la bajeza cualquier humillación de cementerios. Por el buitre cóncavo, y glutinosidad cristal del universo. Donde hay un agrado contrariado en observar la desigualación, Donde hay arena que resbala inepta y que cernida declina. Y, que a punto de caer, argumenta azuzarse. Donde hay un amor distraído que se arremolina, Con una prisa cromosómica de gato. Con la lentitud atroz del papel. Y lo que es del todo humano. ¡Hilo por el ápice!. La arena de los siglos es la misma... ¡Desértica humanidad perdida del ahora!.
Del milenio agusanado, del siglo del escarabajo, de la década vacía. Por el quién de todos conocido Por la cualidad de la vergüenza. Por la soberbia geológica. Del milenio miel de hieles, del efímero transcurrir de los billetes.
Infinita historia sin arena, sin desierto. ¿A dónde va la sequía?. Y quién podrá plantar y sembrar, dioses alegremente. ¡Con el hilo de un ápice!. Para lograr que luego le perdonen cada grano, cada muerte, cada día. Ante las llanuras aluviales, depósitos invulnerables, carentes de consciencia, de luz mortecina, amor infrarrojo, pasión, ultravioleta. En la cibernética cicatriz de las arañas. Por la eternidad que se abisma sola.
Y no se detiene, redonda, ni cuadradamente líquida, de la nunca caída despuntada. Por El Grito De la arena que es infinito. Silencio de mar melódico.
¡Y del ápice que apila la tempestad al mástil! Donde se va la vida, el frío envidioso, el remordimiento, grácil, sin el frágil calor, la vida, el sublime dolor, el deleite embriagado de matorrales arrogante. Donde Se Va... ¡Lo qué pudo haber sido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
LÚCIDA MALEZA
Luz Y Da Mal Ésa... Irreparable certeza cortesana.
Sirena Sedante Océano de noches frías.
Hermosura de la esperanza, solo. ¡Si la verdad fuera cristalina!. Invisiblemente, inflexible, inmutable. Transparente, y como la sienten, y la piensan y la comentan y la esperan, de oro aurora, de hondo beso, de rojo estuche, insondable, minuto, astro, la maravilla de ternura pareja, sin el empedrado algodonoso, sin el alfiler endulzado, con la pasión inmensa, con la razón serena, piensan, comentan, esperan. Hilos cazadores de las caricias.
Luz hasta que oscurece, esplendor que oscurece tanto, que no pueden verse ni los cielos, ni las estrellas, con la mano delante, del sol, y de las narices, montañosas que comienzan a suspirar, por las medallas de la vida, las medallas de la vida, y de debajo de la piedra, esmaltando los metales, donde todavía está más oscuro, estremecer las cuevas, y hace más frío multiplicando fraguas ingenuas.
Antes de cualquier pero, pero, donde sin embargo nada quedó de la nada, donde, hay una paz real y calma, y no hay peligro alguno, de musas embriagadoras, fatídicos reproches de verdades ciertas, y en absoluto ni nada ni nadie que los moleste, insultando a las mentiras, y que luego lleve el desorden a las cosas.
Simultáneamente Energética Ignominia y el continuo susurro almendrando, sobre la relación de la escritura con la voz, que solo se ve brumosa campana, perdonando a las piedras tímidas, por el intermedio, de las notas breves, en las que se pone en su sitio, al desnudo pueblo de sombras, y quimeras fresas, en el aspecto de la construcción, vista en relación con el amor, fragmentario del suspiro, parabólico y mecánico, fábrica del caudal apasionado, umbral ardiente.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Deslumbrante Indiferencia
Hasta la luz, obscura, sale, entra, y se queda más débil. Por el cristal, blando y blanco de pureza, de la inconsciencia, hasta los cuerpos quedan invisibles, y queman menos transparentes, cuando son recientes en la tierra del mañana.
Las cosas, casas sin sus hogares, desfigurados, se afirman y viven, los robóticos fantasmas, dentro de ti, en cualquier otro, con menos fuerza, que vida hay eterna.
Aún quisieras. Silencio. Decir tu algo.
Danzando, pensando, sólo el camino, último, que se diga, la momentánea....Por vez primera.
Y aún propones, arpones. Sin ese diálogo, en que el otro, nunca está cerca. De lejanía lleno.
¿Es ansiedad, necesidad, añoranza, por dar la vida, recibiendo, solo ausencias yertas, o nadie intenta merecerla bajo la forma, y sin la esencia, del amor?.
Sin objeto, oro, anhelante, el frío del sentir piensas... Con un inmenso porqué siempre.
Como el frío, tranquilo y quieto, del viento de marfiles olas.
Habla, pues, con el después, y cuéntale, del nunca, al hombre del siempre, esa... Vez de vez en cuando. Una menos, aventura, imposible, para él, vieja, y probable, del irse apagando sin remedio.
En ello y sin estridencia, se cumplan solo las leyendas bellas. Y en algún modo, una aspiración ya cierta. Por muy alta y profunda, que se pronuncie, la paz del cementerio.
Al que siempre, se ve lejano, el hombre, sordo a la queja, del hermano.
Mas no se siembra, con voz del eterno silencio. Aquéllo que encuentra una palabra densa, y del mal inventa el bien, que repetido y oscuro, parece una verdad, como la de un hombre cualquiera.
Y del mundo, se hace solo sueño, del mundo, en el dormirse, tenaz y vasto, aunque en el interior pierda fuerza, toda razón humana, donde,recoge, como un fiel resumen, el catastrófico fracaso espeso, y como luz. ¡Que solo deja ciego!. ¡Que quema!. ¡Que quita todo pudor y vive lo que solo apena!.
Indi Fe Rencia.... De faz en paz sangienta. Des Lumbrante.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Espinarse otra vez...
El oro es bello encadenado. En la diadema de la espina. En la mansa indiferencia qué balan ¡Los corderos de alas rotas!. En La Resignación Con Tal de vivir. ¿Vivir?.
En La Paz Del Cementerio. Con El Dolor Olor Olvido... El propio miedo humilla ... La semilla del todo soportar ......... La campana ¡Que apenada suena! ___ Sueños vacuos ___ Y No perjura enriquecida_____ ¡De silencios! De la pobreza. De ése nadie_______¡Ignorado y asustado! De la ceniza De la vergüenza____¡Inmensa escoria!
........
Luz seca Eco de lágrimas enmudecidas Enmohecidas migajas avasalladas Sólo Alfombras de tristezas Incurables Cadavéricos hogares... Hogares cadavéricos!. ¡Opulentos polvos______ Pestilentes alegrías!. Del hambre sin fuerza. Del hombre sin trabajo. Del escarabajo lujoso.
La Paz Brutal :Hace lacayos: En Cualquier calle... Las dóciles mejillas del Ultraje Y las____ Corbatas___ ¡Del súbdito carruaje! ¡Paisaje cómodo!___ ¡Al, qué, abusa! Del Mártir... ¡Desplomado! Vagando_________ ¡Por el infinito! Adormecido y desnudo______ Escandaloso.
* + + + + + + *
La Bruma Frota Gatos Con Los Ojos En La ¡Luna de hojalata!. La rata almidona, los cristales, con los peces... En la cima de una fosa.
Una vez madrugó el cielo Por la ceja de una abeja Bajo el tropiezo del zarpazo En los manantiales de los cuervos Curvos crueles en manojos.
Exhausto____ Mece un mástil___ Hostil La Vida Enferma De La Esfera...
La...Otra...Pena...Bajo...El...Suelo. La Paz Encadenada De La Espina...
¡Hostil un mástil mece exhausto!.
En El Otra Vez Del Espinarse... ¡Espinarse de nuevo la historia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
|
Poeta
|
|
Ostra vacía
Uva vez... Ostra pez... Foca o foco. ¿¿Qué Importa El Oro Puro Si está en la mano en sangre??. Desbordante... ¡Nada vale!. Solo duras penas hace.
En la hora abrupta El silencio más+++ Profundo De Pobreza... Y del mar desierto. Una montaña. De noches incendiada. Ramas del viento, raíz del gesto. ¡De la faz agónica del gallo!. ¡Reloj seco de mañana qué duele!. En El Pudor de las campanas del fracaso. En Los párpados muertos del reposo. ¡La luz indecisa y la esperanza yerta!. Uva vez un oro puro. ¡Ahora el oro es lloro acerado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Debajo hay demasiado
En la ciudad de grandes hojas Llueven lóbregas paredes Con el rostro de camino Anochecido centinela, ladrido solitario De grandes y soñolientos ojos Llueven, llueven los mojados cementerios ¡Con el oro viejo! ¡Qué blanco se dibuja su camino! Arboles del sueño a puños, puños, puños. Pétalos medrosos de ocaso flecha ¡De bajos ojos! Bajos Ojos... Ojos.
En la ciudad qué llueven hoyos Con las flores negras del campanario En la punta de cada canario ¡El campo lleno de lamentos arañado! El verdor que traspasó El golpe seco y pálido de ayeres ¡Aldea de pájaros sin brillo! Con el rostro de pañuelos Con la tristeza de choza herida Obscuro, el grillo asoma.
¡De bajos ojos! Bajos Ojos... Ojos.
Por el huerto golondrinas y acordeones Llueven hojas, latidos, lóbregos alados Con El... Oro viejo... Y a los dioses ¡Perdonando clandestinos! Intestinos La falda sin tallo y sin raíz Alimento De las tiernas mentiras ¡Imposibles armaduras!... ¡Ojo, ojo!.
¡De bajos ojos! Bajos Ojos... Ojos
En la ciudad De grandes ojos ¡Ojos de la hojas! ¡Hojas de los otoños! Hay... Hay... ¡Demasiados!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
)CARO ORO(
Hace ya. Muchos siglos. ¡Qué por los cielos flotan!. Las nubes al besar... La verdad. Sola, sola. C A R O R O ¡Muy bien!... Me dije: Huraño. ¡Cada año, lo soñado!. Despertaba. Una danza de palabras. Siglos con los dedos suspendidos. En su música... De visiones. ¡Extrañas brisas del océano!.
De La Noche... ¡Bajo los astros!. Campos dormidos... De encanto. Y Desencanto. ¡Ensueños del olvido!. C A R O R O Hace ya. Tanto mármol... ¿Qué?. ¡Qué!. En las columnas descansa. El misterio de un viento. De Tormento... ¡Fermentado!. ¡Germen infecundo!. Flotando, en la selva, la pradera. ¡La montaña... Prolongada!. De La Pena qué sufre. El sauce... Pensaba el ermitaño.
¡Cómo los siglos habían pasado!. Habían. Pasado... ¿Y el mármol?. ¿Acaso descansaba en el viejo?. ¡Templo... Dónde audaz reposa!.
Como demora, gigante paradoja, en resolverse. C A R O R O Silenciosamente. Cruzaba inquietudes. ¡Desnuda verdad!.
Tesoro... Encarado. Encarándose.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Oro equivocado
De plata son las serpientes. Ebrio, un gran señor. Te... Ama. ¡Ornamentos de hueso!. En los ungüentos pecados. Encrucijada. De lenguas multitud. ¡Tinieblas desnudas suplicando!. Al señor. Ebrio de perdones, perla. ¡Vino, vino, vino!. Rendido. ¡Paja y paja!. Por la cerradura de una espada. ¡Qué las serpientes crucifica!. En la plata... ¡Amor, fatal!. Y en el oro, oro al dios. ¡Equivocado!. Invocando a los dioses de tinieblas. Ungüento barato. De pez. De red. ¡Riqueza!. Como pobre marioneta. ¡Geometría de carpintería!. Febril. Febril.
Febril infante de dos cajas. Del espíritu y del cuerpo. Te... Ama. El señor del ataúd. Vano símbolo del pulpo en plomo. Absurdo... ¡Borracho de timones!. Limones, limones, limones. ¡Limones enroscados!. Perlas... ¡Perlas los cerdos!. ¡Ofenden a las serpientes!. ¿Estaré equivocado?. ¡Oh, no lo sé... Sólo oro!. Oro Oro Oro y oro, nada más oro.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
EL MOMENTO SE ACERCA De la última primavera se fueron, los diminutos minerales.
De la última batalla se quedaron, los hierros desgarrados.
Ya es el momento de cobrar las manzanas a los muslos las montañas a los pies las nubes a los párpados.
Ya, ya es el momento de cada puente y diente, entre cada gota dura. ¡Anudar el fósforo en la luna!.
Nadan mecánicos.¡Los ojos !. Sin encontrar desnudos los relojes. Sin las manadas de caballos.. ¡Nadando una hoja...En cada bosque!.
Los faisanes ya no comen tigres, con las noches donde duermen. Los extraños jarabes por el cielo, cielo. Rumores. Del veneno. ¡Para muchos!.
La raíz del oro negro. ¡Aterroriza!. cada año, cada cielo, cada sueño, con quinientos algodones de testigo, y los dientes clavados en arenas.
Acerca. ¡Del después!. ¡Ya cuándo, el momento está.! Cera, será. ¡Cera, cera!. Cercado. ¡Cerca y cerca!.
El MoMeNtO sE AcErCa Ya Se AcErCa... Cerca, cerca al cerco de sus propias ceras. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
A mi sombra
Cuando Vas andando Y el sol Atrás alumbra ¿Quién mira? ¡Tu sombra!.
De diez lustros, prenda de delirio Desvelo de siglos y de oro, instantes Caramelo y flor de leche... ¿Y la sangre? Y mi martirio, de quien fue mi gloria al par.
Asombrado yo Asoleado ausente El sol alumbra.
Cuando La noche Entra Por la ventana ¡Del sueño! Sol de pronto Puertas te tocan.
De muchas telarañas De sobrecogedoras agonías De realidades ensangrentadas.
Y muchas Vidas ¡Hay, hay... En la sombra, tuya, transparencia, polvo. ¡Con aliento!. Y Desaliento Por la Tierra, de que vienes y vas ¡Pozo solitario!. Cuando Vas Andando ... Sin... Ver... Tu... ¡Sombra!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|