Poemas surrealistas :  Loucura da literatura
Loucura da literatura
Deixo a minha loucura
no seio da literatura.
Tanto mata, quanto cura.
Tanto corta, como fura.

Deixo a minha loucura
dentro da envergadura.
Quem passa, perde e procura.
Quem acha, reza e jura.

Deixo a literatura
no meio desta aventura:
“Água mole em pedra dura,
tanto bate até que fura”


A.J. Cardiais
Imagem: Google
Poeta

Poemas :  Carta de apresentação
Carta de apresentação
Consta nos anais da literatura,
que o poeta A. J. Cardiais,
é um homem sem cultura.
Posto que, a esta altura,
só trata de coisas banais.
Sua poesia é muito pura...
Não é como as dos intelectuais:
estudadas, rebuscadas e coisas e tais...

Pelo fato de ser
um sujeito indisciplinado,
não vou me comprometer
a analisar o seu “riscado”.
(isso para mim são riscos)

E por falar nisso,
estou correndo o risco
de ser mal interpretado,
e até amaldiçoado
por este Poeta Maldito.

Ele diz: vale o que tá escrito!
Então eu digo: muito bonito...
Mas cá no meu íntimo,
estou achando uma droga.
Mas cadê a droga do meu remédio,
para dor de cabeça?
Já estou com enxaqueca.

A “obra” deste Poeta,
metido a bosta,
me deixou uma merda...
(e ainda tem gente que gosta)

Bom, para finalizar,
não tenho nada a declarar,
só a lamentar.

A.J. Cardiais
21.08.2009
Poeta

Poemas :  ACOSTADOS EN LA CAMA
Acostados en la cama;
observo tu cuerpo de diosa de marfil
y busco en tus pliegos la respuesta.

¿Qué nos hace mantenernos unidos a la incertidumbre?

El momento posterga la razón
y envejecen los retos.

No hay más lógica que el placer
de un breve espacio de sosiego.

A plenitud,
marcan las horas
hasta tu nuevo regreso.

Furtivo pero intenso.

Tan real pero incierto.

Somos dioses retozando
en un cielo sin techo;
de fuego y metal.


Homero.
Poeta

Poemas :  CATACLISMOS
Ruego por los que cayeron y rodaron,
por los que se hundieron, por los salvados,
por los que lloraron con lágrimas de barro
la ausencia de los que duermen para siempre,
por los que buscan en los escombros
la vida arrebatada bajo el dulce seno
de la Antigua Madre que arrulla compasiva,
hastiada y abatida de su propio arrebato,
en el minuto insomne de siglos y siglos
de tanto gemir bajo autos,
autopistas y desfiles de última moda,
por los que abrieron sus fauces
como leones liberados después del juicio
y recorrieron las calles dando el golpe
de gracia a la humanidad y las buenas costumbres,
por los que, ciegos en su confianza ciega,
hicieron de pitonisos de tres al cuarto
y segaron las flores de las orillas oceánicas,
mecidas por el ulular de las aguas
que volvieron, pródigas, a saludar
a sus hijos ya sin memoria de sí mismos,
por los que hablan, por los que callan,
por los que exprimen el jugo de la desgracia
minuto a minuto y hora tras hora
en grandes titulares color sangre,
sangre de los destrozados,
de los que lloran sin consuelo para la cámara,
para los ojos del mundo,
ávidos de las emociones que la cuota
de realitys del día no les alcanza a cubrir.
En fin, por los que escriben versos
a costa de la vida y la muerte de tantos
y tantos que jamás los leerán.
Poeta

Cuentos :  POR AQUÍ PASÓ
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Del meridiano hacia abajo era asarse como pollo embutido en una olla a presión, a mil grados celcios. O esa era la sensación térmica, al menos. Le empezaba a picar todo, especialmente los rincones más oscuros del cuerpo. El traje se estrechaba más en cada parada, y su panza se inflaba monstruosamente. Y no es que no estuviera bastante inflada desde siempre, pero con el calor empeoraba la hinchazón. Además, ni siquiera había chimeneas por las que bajar. Eso no facilitaba el trabajo para nada. Las casas eran pequeñas, estrechas, algunas casi se caían a pedazos y muchos de los techos estaban llenos de baches y cuarteaduras. El más leve toque del trineo las haría derrumbarse y jojojo, feliz y última navidad.
Ni hablar de los polvos mágicos; siempre funcionaban mejor en un ambiente adecuado, o sea frío, nevado y blanco. Pero en esos parajes no había una pluma de nieve o brisa fresca, no a esa altura del año, y los polvos solían humedecerse hasta el punto que tendían a fallar en los momentos más inadecuados. Ni siquiera en las grandes casonas con chimeneas perfectas y aireadas estaba seguro en esas latitudes: una noche se había quedado atascado en una por casi dos horas. No sabía en qué momento se le había ocurrido extender su perímetro al resto del globo ni ese ritual de entrar por el techo y las chimeneas. Tenía que haber estado o muy entusiasmado o muy aburrido.

Por eso evitaba quedarse mucho tiempo en lugares como esos. Estacionaba el trineo en una ladera o una loma cercana y bajaba hasta las casas más aceptables para su peso y anchura, dejaba uno o dos regalos y partía un poco más abajo, muy rápido, más rápido cada vez a medida que el calor se hacía insoportable dentro del traje. Antes de que terminara la noche apuraba el paso para volver al norte y refrescarse con una buena bocanada de aire frío y una bebida en las rocas. Ah. Mejor. Y se dormía, agradecido de las grandes tiendas, el afán de consumo y la falta de fe, que harían menos notoria su discriminatoria negligencia.
Poeta

Poemas :  INADVERTENCIA
[img width=300]http://2.bp.blogspot.com/_Awr1bPySb4w/Sttu4xztJXI/AAAAAAAAADQ/GyC92mymmf8/s400/guayasamin_maternidad.jpg[/img]

Nadie me dijo que no viniera,
llegué porque así estaba escrito,
o porque alguien dejó un borrón
de tinta en el gran libro de la vida.
Me descolgaron de las cimas del cielo
como un pájaro herido,
como un alma que se va a pique
sin motivo aparente, sin aviso.
Luego me nombraron, fueron
abriendo mi carne y rotularon
mi sexo, mis ojos y mi boca,
mi pelo,
y tuve una fiesta que no recuerdo,
una bendición que salpicó
mi frente llena de llantos
nuevos y viejos,
de esos que aún me florecen
en los labios donde la risa
se posa cuando le dejan
espacio y se acomoda
casi a duras penas en la frágil
memoria del frío
y los inviernos.
Alguien me abrigó algún día,
me arrulló cual tórtolo
tibio que no sabe de qué va
la vida, de quién es figura,
ni cuál es su precio.
Ahora vengo y pregunto:
¿por qué
fui una brizna de polvo cósmico,
allá, en los albores del universo?,
¿de qué materia estoy hecho?
El nombre que me dieron, las risas,
los llantos, el cuerpo, las ganas
siderales de tu cuerpo,
¿por qué todo lo repudio a veces,
cuando nada me queda
más que este silencio?

Nadie me dijo que no viniera,
yo no tengo la culpa de este juego.
Nadie me dijo que ser hombre
era una nada que se va haciendo.
Poeta

Poemas :  Poemas selecionados
APELO À MISÉRIA

Quem me dera, miséria,
eu fosse parte
de um baluarte de sonho e de quimera.
Pela boca mantém-se assim o povo,
a lavagem é a comida que a si, dera.
Na vergonha de reconhecer-se porco,
ter o rosto metido na sujeira,
enlameado atrás de uma porteira
seu anseio é mantido na espera.

Quem me dera, miséria,
eu me calasse
e ocultasse o meu rosto na janela.
Meus princípios mantêm-me assim exposto.
Sou mau gosto travado na goela.
Quem engole as palavras que eu digo
traz de volta a vontade de lutar,
elas tocam a ferida no umbigo
que o conformismo já ia cicatrizar.

Quem me dera, miséria,
quem me dera,
que de ti eu pudesse me livrar.


PERSONAGENS INFANTIS

Será que o lobo é tão mal.
O lobo ama também.
Ele protege os filhotes que tem.
Caçar, para ele é natural.

A chapeuzinho, talvez,
quando crescer seja outra.
Se torne uma megera
que não gosta de criança
e perca toda a esperança
de voltar ao que era.

O caçador, o herói tão valente
que salvou a vovozinha,
costuma matar friamente a fêmea,
deixando a cria sozinha.
Ele acabou sendo preso
por caçar ilegalmente.

A vovozinha morreu.
Pois, a idade a levou.
Mas, quantas vezes brigou com a vizinha da frente.
Isso prova que a bondade e a maldade,
na verdade,
são apenas uma história diferente.


O POEMA QUE EU DEIXEI DE ESCREVER

O poema que eu deixei de escrever,
Falaria de você,
De nosso tempo,
De angústia, de tormento,
De alegria e de prazer.
Iria contradizer
Cada palavra
Que as nossas falas
Tinham pouco a dizer.

O poema que eu deixei de escrever,
Seria na verdade,
Uma ameaça.
Calaria minha boca,
Qual mordaça.
Não seria uma desgraça,
Por não ser.
Os meus versos,
Talvez fossem sem querer,
Uma ofensa
A sua crença,
Que eu acreditava
Ter.

O poema que eu deixei de escrever,
Não seria
De valia.
Sem valia,
O deixei de escrever.


SEPULTAMENTO

Os meus olhos pregados
no infinito
como os pregos nas tábuas
cravejados,
e de pontas viradas,
redobrados,
sustentados e fixos
numa curva.
No aconchego da madeira macia,
minhas costas
nos ossos da bacia
consolam meu corpo
tão curvado.
Pelo tempo que tenho acumulado,
a ferrugem do mundo
me comeu,
e a tampa que pregam
me prendeu
para sempre num rito consumado.
Por debaixo da terra
condenado
a ser parte da mesma
e não ser eu.


CANTO DE SEREIA

Como um canto de sereia
de belíssima harmonia,
letra correta, verdadeira poesia
e melodia
que eterniza nossa alma.
Por onde anda
a sereia encantada
nas profundezas desse mar de ignorância?
Letra incorreta com falta de concordância
e melodia
que nos faz perder a calma.
Só na lembrança,
o teu canto nos enleva
na emoção que tua voz nos faz sentir
e na saudade, o nosso coração desperta
pra realidade,
não há nada mais pra ouvir.


PEDESTAL DE BARRO

Revogo silêncio
ante palavra e voz.
Reato os nós
que me prendem ao medo.
Reavivo memórias
em busca de segredos
que já não interessam mais.
Reclamo por paz
em meio a intensa guerra.
Replanto a erva
que não nasce mais.
Relato as dores
de males e fome.
Repito o meu nome,
antes de dormir.
Reato os laços
que me prendem aqui,
ao pedestal de barro.


TORRE DE BABEL

O juiz do supremo,
Jeová,
se irrita e sai do sério,
quando seu filho Jesus
vai à noite, ao cemitério.

No boteco do Davi,
onde quem manda
é o Golias,
não há funda,
quem afunda
na cachaça, é o Isaías.

No salão do senhor Sansão,
quem faz o cabelo
é sua mulher Dalila.

As mulheres de Salomão,
o cafetão lá da vila,
choram e sentem solidão
quando estão de barriga.

Lúcifer anda arrasado,
o seu mundo virou trevas,
por ter visto abraçados,
Adão e a senhora Eva.

Noé, o velho barqueiro,
não gosta de animais.
No entanto, adora um peixe-frito
no barzinho lá do cais.

Essa torre de Babel
é o mundo em que vivemos,
onde não há inocência.
Se algum nome ou fato ofender,
é mera coincidência.


A MULHER DA MINHA VIDA

A mulher da minha vida,
Sempre é lida em meus versos,
De uma forma ou de outra.
É a sua voz que ecoa
Reclamando meu regresso.
É bem mais que uma amante,
Que uma amiga e companheira.
Necessária como a fonte
No deserto de areia.
A mulher da minha vida,
Entre linhas abstratas,
Põe em mim, doces palavras
E expressão de alegria.
A resumo em poesia,
Tal qual em cartas,
A saudade que nos mata
Se envia.
A mulher da minha vida
É a graça
Que um devoto em desgraça,
Alcançaria.


ETERNA SOLIDÃO

O que eu tive na vida
Além da data esquecida,
Da dor no peito, contida,
E da perdida ilusão?

O que mantenho na mão,
Já na forma cadavérica,
Senão,
A luta sem trégua
Com os germes que a terra
Colocou em meu caixão?

Os meus feitos,
Foram em vão.
Meus defeitos,
Exaltados.
Não sou de Deus nem do Diabo.
Sou um louco condenado
A eterna solidão.


ESPANTALHO MORIBUNDO

Minha alma sempre está
Num silêncio tão profundo,
Que eu chego a duvidar
Que ainda estou no mundo.

Espantalho moribundo,
Onde a morte vem pousar.
Talvez para lhe falar:
Sinto muito! Sinto muito!

Num milésimo de segundo,
Volta o corpo a respirar.
Espantalho vagabundo,
Fecha os braços para o mar,
Abre os olhos para o mundo.


FRUTO SEM CASCA

Espalhando letras
Sobre velhas páginas,
Semeei palavras
Que insatisfeitas
Deram-me em colheita
Uma grande safra
De um fruto sem casca,
A minha tristeza.

Uma fruta fresca,
Presa pela boca
Em que uma ou outra
Tenta mordiscar,
Murcha sem parar;
Se tornando feia,
Seca na areia
Quando o vento dá.

Versos pelo ar,
Lágrimas e poeira,
Solidão na mesa
Onde o fruto está
Exposto, sem par,
Sem mostrar beleza,
É minha tristeza
A me alimentar.


HOMENS DE FUMAÇA

No arrastar de minhas sandálias
Pela casa,
Tenho as lembranças arranhadas
E esquecidas.
Por onde andam as conversas conduzidas
Pelos homens de fumaça?

Se desfizeram com o tempo,
Nas costas de um tênue vento,
Pela janela escancarada.

O velho barco na distância, ainda aguarda
Pela tripulação dispersa,
Numa espera
Que parece eternizada.

Em meio a tralhas,
Depuseram suas velas.
Em meio a elas,
O seu capitão se apaga.


O FRACASSO

Eu sei que a vida me leva em trapos.
Caldeirões de barro
De bruxos modernos.
Favelas de inferno,
Diversos buracos.

São armas de ferro.
São balas de aço.
Sou eu, o fracasso
De um programa sem sucesso.

Eu sei que a morte me olha de perto;
Que chego a sentir o seu frio abraço.
Eu fumo, eu prego
Minha mão no maço
De notas sem eco.

São barras de ferro.
Algemas de aço.
Eu sei que sou o fracasso
De um programa sem sucesso.

Eu sei que caminham lado a lado,
O errado e o certo,
A ira de Deus
E a fama do diabo,
Senhores e servos,
Patrões e empregados,
Progresso e atraso.

São os mãos-de-ferro
Em torres de aço.
Sendo eu, o fracasso
De um programa sem sucesso.


OLHOS DE AZULÃO

O que busca essa mulher
Pela qual minto,
Senão
A mesma solidão
Que sinto
Quando longe de seus olhos de azulão?

Os mesmos olhos
Que me olham da gaiola
Quando eu abro a porta
E eles vêem a imensidão.


SE FOSSEM SÃOS

A rima
É mera aflição
Dos versos que me espelham
Naquilo que são.

De forma nenhuma dirão
Do que são feitos.

Meus versos
Seriam perfeitos
Se fossem sãos.
Mas nada são,
Senão
Defeitos.


QUANDO CHORO

Onde andam os meus olhos
Quando choro,
Se não consigo encontrar
As minhas lágrimas?
Nas migalhas,
Além de meus remorsos?
Nos meus ossos,
Aquém de minha alma?


A FANTASIA

Amo você
Com o mesmo ardor da juventude,
Na quietude
De minha atual idade.
Amo-a na ausência
Como num dia de saudade,
Detenho-me a cada ínfima lembrança,
Com a mesma paz
Que traz
Aquela esperança
Após uma guerra.
Amo-a em terra
Com a cabeça pelas nuvens.
Amo atitudes
Que jamais seriam minhas,
Como entre linhas,
Leio uma poesia.
Amo como se ama o alvorecer
De cada dia,
Como o sorriso
Na inocente alegria
De um bebê.
E ter você,
Ainda parece utopia.
Mas, quis a vida
Que eu vivesse a fantasia
De meu ser,
Que é para sempre,
Você.


MINHA GERAÇÃO

Essa amargura
Que me faz um homem rude,
É mera atitude
De defesa.
Odeio a pobreza
Que aos pés de Deus se ilude;
Enquanto a juventude,
Nada almeja.
Desprezo a mania de grandeza
Que o rico tem com tudo.
Não sou um carrancudo
Por frieza;
Somente faço uso
Da tristeza
De um sisudo,
Por ser fruto
De uma geração que aceita.


SONETO DA VITRINE
(Sombras & espelhos)

A vidraça estilhaçada,
Não desfaz a minha imagem,
Não subtrai da cidade,
A luz do sol ofuscada.
De pé, fiquei na calçada
Com minha mão estendida.
Exorcizei minha vida
Na pedra que arremessara.
Por um instante, escutara
O som de ossos quebrados
Da montra fragmentada.
Meu corpo feito estilhaços
Que os passantes pisavam
Entre espanto e gargalhadas.


POETAS
(Sombras & espelhos)

São tantos os poetas
Quanto estrelas,
Dispersos em bandeiras
Pelo mundo.
Eternos e profundos
Pelas letras,
Em digressões soberbas,
Em dimensões sem fundo.
São tantos os poetas
Que o planeta,
Em tinta de caneta,
É resumo.
Enorme rascunho
Em línguas estrangeiras.
A tradução perfeita
Das emoções do mundo.


MOSAICO
(Sombras & espelhos)

Em minha mão,
Mil pedaços.
Antigo quadro,
Uma mesa,
Alguém que come calado
Com discrição ou tristeza.
E lado a lado
Na mais extrema destreza,
Enfileirado
Sob a antiga nobreza,
Assenta-se o mosaico.
Sob os meus pés, o passado
Em um quadrado,
Pintado
Nesse retalho do tempo.
Breve momento
Guardado
No mais antigo mosaico
Preso à calçada,
Ao tempo.


SÓ EM TE AMAR
(Sombras & espelhos)

Só em teus lábios,
Eu encontro meus gemidos.
Só em meus gritos,
Eu consigo te encontrar.
Como enganar
A emoção de estar aflito.
Eu te preciso
Como a noite, do luar.
Só em teus passos,
Eu caminho decidido.
Surpreendido,
Tento não justificar.
Sem teus abraços,
Os meus beijos são sofridos
Como os feridos
Que não podem se curar.
Só em te amar
É que eu encontro o sentido
De tudo aquilo
Que consigo imaginar.


NUMERAL UM
(Sombras & espelhos)

Eu atribuo
Minhas palavras ao poeta.
Uma espera
Numa tarde em jejum.
Nós como dois,
Dividimos.
No que dera?
Apenas um.
Eu me situo
Nas medidas de uma régua.
A mais complexa
Ou talvez a mais comum.
Sou menos um,
Minha conta se completa
Com menos um.
Eu me anulo
Numa soma que me zera.
Um dois que nega
A existência de mais um.
Sou incomum,
Tabuada que ainda preza,
Numeral um.


CONTRACEPTIVO
(Tríptico)

Eu não sei se é o desespero
que me leva à loucura
quando o sexo estupra
a minha alma,
ou a calma
que advém do meu tormento
pelo tempo
que passou em minha palma.
Movimento anormal
de penetração moral
em sua saia,
e no cheiro da indecência,
feromônio da ciência
em uma jaula.
Uma fera excitante
que no último instante, ofegante,
cospe a vida
no seu couro de borracha.
Não há luta, nem corrida;
há uma triste despedida
de um suposto vencedor
que foi fruto de um amor
e se enforcou
com a própria cauda.


SONHOS
(Tríptico)

Os meus sonhos
são apenas fragmentos de memória,
pequenos focos de luz
como cristais dispersados
num caleidoscópio de pensamentos,
distorções esdrúxulas da realidade.
Rumores, amores e momentos,
abertos numa gaveta destrancada.
Minhas pálpebras fechadas
num caixão de quase nada.
Um quase definido como os sonhos
que são versos que componho
numa noite agitada.
Movimento involuntário dos meus olhos,
que entre risos, ainda choro
por apenas acreditar sofrer.
Entre cartas mal escritas e seladas,
vem a calma ao chegar o amanhecer.
Vem enfim, o esquecimento
desse quase fingimento
que é sonhar.


EM DEMASIA
(Tríptico)

Eu sou demasiado triste,
pelos versos que componho.
Eu sou demasiado louco,
pelo pouco
que proponho.
Não deveria o mundo ser assim,
em demasia.
Talvez não seja o mundo,
seja enfim,
minha poesia
Demasiada em meu tédio,
sem remédio,
em grafia;
em longas noites mal dormidas;
nos insultos
que eu ouvia.
Não caberia em minha mão,
toda a visão
que em mim cabia.
Eu sou demasiado em tudo,
que ironia,
demasiado em meu luto
por ser fruto
de utopia.
Em demasia são os dias
que me escapam entre os dedos
como uma teia
que é lânguida e esguia.
O mais sublime pensamento
que perde tempo
em demasia.
Demasiado, meu tormento,
pelo tanto
que eu não via.
Demasiadamente eterno,
meu inferno em agonia.
Em demasia sou
quem sou,
um astronauta que acordou
num mundo estranho
em demasia.


DISLATE
(tríptico)

Talvez minhas palavras sejam tolas,
minhas ações, inconseqüentes;
as minhas brincadeiras, ironia;
eu próprio seja falho e negligente.
O meu discurso seja sátira;
minha seriedade, uma piada.
O meu humor seja mau gosto;
o meu dislate, permanente.
Meu riso entre dentes, atimia;
a minha faina seja ociosa;
meu pranto, uma lição jocosa
e o jeito infantil, idiotia.
Talvez a minha vida seja um fracasso;
meus versos, um engodo imoral.
Em epítome, sou um gracejo nefasto.
Meu desejo, um esboço abnormal.


TURGESCÊNCIA
(Sob meus calcanhares)

Eu sinto os teus cabelos
entre meus dedos,
teus lábios comprimidos
ao meu desejo,
o arfar de teu cansaço
entre meus braços
e ouço teus gemidos.
Vejo teus olhos tolhidos
fitar meu medo
de não tê-la satisfeito ainda.
Tenho todos os sentidos
na extensão do meu leito.
E no auge da turgescência,
me torno uma larva imersa
em teus fluidos.


O RAMO
(Sob meus calcanhares)

Onde está minha alma,
que não encontro?
Onde está meu encanto,
minha calma?
São perguntas que faço,
ainda em pranto,
ao meu eu freudiano
que me cala.
Onde está este anjo
que me fala?
Um quebranto
que minha mãe me pôs.
Ouço a antiga canção
que ela compôs
em minha rede embalada.
Vejo um ramo na árvore desfolhada,
resistir ao vento,
envergado.
Nesse instante me sinto
envergonhado
pelo meu triste pranto.
Minhas lágrimas
são simplesmente água
que faz falta ao ramo.


O DIÁLOGO
(Reticências desfeitas)

- Dou-te a palavra
para principiares o diálogo.
- Fico muito grata
por ceder-me o favor.
És muito amável.
Vou falar de amor,
sentimento imensurável
que é tão natural
quanto o desabrochar da flor.
- Já vou interpor.
O que tu estás dizendo?
O amor é um invento
cultural e sem valor.
- Estou espantada.
És um homem insensível.
O amor é indizível.
É nosso maior legado.
- É soma sem resultado.
O amor não é normal.
É estóico, irracional,
nos mantêm aprisionados.
- És um homem insuportável.
Mas o que dizes é refutável.
De que vale a liberdade,
sem motivo para a saudade.
- És uma eterna sonhadora.
De que vale um sentimento
que só nos provoca medo,
fraqueza e sofrimento.
- O amor é imortal.
A mais pura poesia.
Nos fere, é natural.
Mas compensa com alegria.
- É uma simples utopia.
Inconstante, passageiro.
Quem se entrega por inteiro,
viverá em agonia.
- Vou deixar por encerrado
o nosso breve diálogo
em tua cética pessoa.
Mas eu sei
não é à toa
que nós dois somos casados.


ELA
(Quadrilátero)

Ela me leva,
me engana
e ainda me desafia.
Levou meu corpo
para a cama,
enquanto me distraía.
Deu-me o fruto do pecado,
enquanto Eva,
e compensou com redenção,
quando Maria.
Em Joana D'arc
foi Vitória,
também rainha.
Já foi de todos
e só minha.
Ela é pouco e é demais.
Como Helena,
ela foi guerra.
Como Tereza,
ela foi paz.


INDECENTE
(Quadrilátero)

Não sou um cavaleiro imaginário,
apenas um vassalo
que caminha.
Pela realidade,
um escravo
que tem a ilusão
que é livre ainda.
Não sou nenhum beato,
nem um cão.
Eu não uso sermão
e nem batina.
Meu rosto
é palidez,
enquanto expiro.
Meu sexo
sem estilo,
estupidez.


MUNDO FICTÍCIO
(Pax-vóbis)

Uma criança brincava
Com a comida, na mesa.
Corria de pés descalços,
Sem ninguém a seu encalço,
Pela ruazinha estreita.
Não enxergava a sujeira,
No seu mundo fictício,
Do real desconhecido;
Tudo era brincadeira.
Contudo, era tão bonito
Ver o mundo d’aquela maneira:
Sem ter ódio,
Ser ter vício,
Sem sombra de sacrifício,
Sem pecado
E sem tristeza.


SOMBRA DE NANQUIM
(Pax-vóbis)

Que a vida,
Mesmo frágil, continue.
Que perdure
Meu amor, além de mim.
Que não tenham fim,
Meus passos pela rua.
Que dissipe sob a lua,
Minha sombra de nanquim.


A PEQUENA D’ARC
(Olhos de guri)

A guria
não gostava de pia,
de casinha ou fogão.
Para ela,
tudo era opressão.
Ela ouvira
sua mãe reclamar
que a mulher tende a trabalhar
só com água e sabão.
Por que não
brincaria de guerra,
de doutora,
de terra na mão?
A guria,
parecia antever
que seu mundo seria
uma doce ilusão.


A SOMBRA
(Olhos de guri)

Minha sombra
que se perde no escuro,
salta o muro
quando o sol
no céu desponta.
Se arrasta no chão duro,
se encolhe,
se estica,
passa rente a dobradiça
e se perde pela casa.
Mas à noite,
minha sombra cria asa,
voa quando saio a rua.
Pela luz que vem da lua,
minha sombra me abraça.
Me divirto e acho graça
quando atravessa a fogueira.
Minha sombra, não sou eu,
mas é minha companheira.


TAMBÉM SOU
(Letras, ...)

O louco
é apenas mal ouvido.
Seu riso,
tenebrosa gargalhada.
Sua fé,
um constante, eu duvido.
Sua mente,
uma porta escancarada.
Seu pedido de ajuda
é um grito.
Seu gemido incontido,
uma dor.
Seu amor,
um abraço emotivo.
Sem motivo,
eis que louco
também sou.


A GRAÇA
(Letras, ...)

Deus me deu o fardo
para eu achar pesado
o termo ser livre.
Deus me deu o espelho
para ver se aceito
esse meu rosto triste.
Deus me deu o segredo
para pensar, eu mesmo,
o que é ser tolice.
Deus me deu a culpa
para eu pedir desculpa
por qualquer deslize.
Deus me deu a dor
para eu sentir pavor
do seu dedo em riste.
Deus não me deu nada,
eu que faço a graça
crendo que ele existe.


VERSÃO REFRATADA
(Letras, ...)

Quantas vezes eu tive
que mergulhar no sorriso
para fugir do abismo
que é o existencialismo
de mim mesmo.
Quantos pueris desejos
entre prosaicas conversas.
Quando nada interessa,
meu mundo me dá medo.
Eu sou apenas ensejo
que o acaso consagra.
Uma versão refratada
na ilusão do que vejo.
Quando não me percebo,
é sinal de que eu mesmo
sou a soma do nada.


QUEM SOU EU
(De versos, ...)

Sou um jovem ateu
Que entra na igreja
Para tomar cerveja
E beber café.
Desconheço a fé,
Mesmo na ressaca.
Rio quando a graça
É de um milagre
De ser eu, um padre
Que toma conhaque
Num cálice de vinho
E vive sozinho
Pensando que sonha
Em ser um demônio
Que se sente Deus,
Ser o próprio Deus
Se sentindo humano,
Ser um santo insano
A brincar de ateu.


DESESPERANÇA
(De versos, ...)

Quem é essa
Que me tira o sono,
Que arrebata o dono
De uma humilde casa?
Quem é essa
Louca, desvairada,
Que ao seio me prende
Sem saber se sente
A dor que a outro causa?
Lábios que procuram vida
Carne apodrecida
No envelhecimento.
Quem é essa
Que corrói por dentro
Como um veneno
Sem nenhum antídoto?
Eu sou outro,
Sou um homem dito,
Dito morto
Pela agonia.
Quem é essa
Musa e tirania,
Mistura que havia
Desde minha infância?
Quem é essa
Triste companhia?
Talvez seja a morte,
A desesperança.


O MATUTO
(Cálice)

O matuto está triste,
cabisbaixo e pensativo.
Não encontra um só motivo
para saber se existe.
Tal canário sem alpiste,
preso a uma velha gaiola,
vendo longe a aurora,
sem ter ânimo pra cantar.
Com vontade de voar
para longe, ao horizonte;
a saudade o consome
antes mesmo de partir.
O matuto fica ali,
a pensar no que seria
sem a única companhia,
a choupana em que vive.
Tal amor só visto em versos,
o matuto é regresso
de um lugar que não existe.


SEM CONDIÇÃO
(Cálice)

Seus ombros à amostra,
me deixam insinuado.
Seu corpo ainda agora,
me deixa provocado.
Seus seios contornados
pela blusa,
me fazem sinal da curva
do seu corpo ondulado.
Seu jeito comportado
não me mantém à distância.
Na sua tolerância,
encontro o meu pecado.
Seus olhos não perturbam minha paz,
além do mais,
recebem meu recado.
Seu pare, deixa disso, mais cuidado,
só fazem aumentar o meu querer.
A dúvida faz crescer
minha ilusão,
que eu terei nas mãos
a chance de fazê-la entender.
Amar é mais que ter.
É aceitar querer
sem condição.


CONVÉS
(Cálice)

Foste meu caminho sem regresso
em um verso.
Minha poesia mais bonita.
Entre as estrelas,
rabisquei um só desenho,
o seu rosto,
como eu bem queria.
Foste a derradeira flor
perdida no deserto.
Em meu universo,
um farol de guia.
Arrancaste o aviso que dizia:
“Uma saudade”.
O vazio da idade,
preenchias.
Foste o colorido
de uma tela que eu pintava.
A mão que segurava o meu filho.
O espírito de um cético
que chorava.
A paz esperada
por um homem aturdido.
Foste o barco rijo
que sustenta a onda em fúria.
O pescador que nada
à procura de si mesmo.
Para mim,
a mais incrível criatura.
A doce loucura
do desejo.
Foste na verdade,
o meu mundo.
Hoje, na saudade,
apenas és
um velho convés
com o qual afundo.


GRAMATICAL
(Cabaz)

Só em letras imprimo minha alma.
Mais do que texto
sou contexto indecifrável.
Meu sinônimo é antônimo de si mesmo.
Um sujeito indefinido
que é objeto de um erro
gramatical.
Entre modos e tempos,
triste verbo
que ecoa na forma nominal.
Orações que são subordinadas
aos meus vícios de linguagem.
Um início em letras ordenadas
e um fim
numa expressão oral.


AFLORA UM POETA
(Cabaz)

Assim se fez um poeta.
Como talhe na madeira
esculpi minha poesia.
De uma maneira fria
infundi minha alma no papel.
Nas costas de um corcel
cavalguei por entre versos;
muitas vezes sem regresso,
o poema, me tornei.
De um sono despertei
enquanto escrevia,
da caneta então fluía
as idéias que sonhei.
Quem sabe se eu errei?
Foram mais de trinta anos,
foram tantos desenganos
que poeta, me tornei.


INGÊNITO
(Cabaz)

Seguir os passos
a um lugar perdido na distância;
entrar na dança
de um ritual de acasalamento;
sentir nas mãos
o instintivo dom
que vem de dentro;
ouvir o som
de vozes ecoadas;
e nas entonações
das poesias declamadas,
revelar-se poeta.


LIAME
(Cabaz)

Sou livro
intitulado.
Um desabafo.
Sou todo
em parte.
Um lacre violado.
Sou tudo
num nada
dissipado.
És flor
dissecada
na mão aberta
em palma.
És colo e calma
na casa onde cresci;
moeda encontrada
que perdi;
o berço
em que nasceu
minh'alma.



Poeta