Poemas de amistad :  MI QUERIDA MUSA LUNAR
Sería bueno,
si pudiéramos guardar y tirar todo,
excepto lo que realmente importaba,
pero la realidad es cruel.

Cometí un error,
ahora debo pagar por ello,
quiero lo mejor para ti,
pero no se como.

En esos momentos,
te veo reír
cada vez que cierro los ojos,
cada vez que siento mi corazón en ti.

Dije cosas sin pensar,
si te lastime,
te pido perdón,
solo quiero volver a verte.
Poeta

Poemas de navidad :  NAVIDAD
¡¡¡...NAVIDAD!!!



Brindemos por… ¡la Navidad!

Con toda nuestra alegría,

Pues somos una hermandad,

Unidos todos por la poesía!.



Expresemos nuestro gozo,

También por el año entrante,

sin dejar la felicidad solo en esbozo,

sigamos todos… adelante!



Que esta Navidad,

Deje inundado de paz tu corazón,

la armonía, no tenga caducidad,

y el amor, sea de tu vida… la razón.



Claudia Alhelí Castillo
17/12/13
Poeta

Poemas :  Mi amiga
Mi amiga vale más que un millón de novias
Me aconseja y me cuida como nadie,
Es mi hermana y no lleva ni mi sangre
Pero tiene mi corazón y lo cuida como nadie.

Ella siempre ha estado conmigo, nunca me ha dejado solo
A veces ella piensa que me molesta; lo que no sabe
Es que me pierdo si ella me deja.
Recuerdo cuando la conocí, no parecía tan amable
Pero tiene su lado bueno, ella es muy especial.
A veces se enoja y te regaña como una madre, (y te mienta la madre)
yo la quiero mucho aunque a veces sea insoportable.

Como dos novios nos hemos peleado
Pero cuando se nos antoja hasta andamos de la mano,
Ella es mi mejor amiga, la cuido como de mi familia
Si la perdiera no sé lo que haría, ella es parte de mi vida.

-R-R-G-

[img width=300]https://fbcdn-sphotos-e-a.akamaihd.net/hphotos-ak-prn2/1395956_630804336978517_1860978981_n.jpg[/img]
Poeta

Poemas :  Mi princesa
No sabes lo que es una princesa hasta que conoces a una,

Yo me encuentro a una cada día, la veo y guardo su recuerdo

Para que me sonría también el día.

Ella hace que ser princesa tenga significado,

Es la persona que hacerme sonreír no le parece complicado,

Siempre tiene algo nuevo, todos los días me sorprende.

Es mitad niña, mitad mujer, su corazón es fuerte,

Aunque también sabe sufrir, yo quisiera ser su dueño,

La quiero demasiado, ella sabe que no miento.

No le ofrezco mucho, pero le doy mi corazón, quiero que sea su reino.
-R-R-G-
Poeta

Poemas de amistad :  UNA HISTORIA....
Lienzo en blanco…

es mi corazón,

Dispuesto a que tú, escribas en él,

una bella historia de amistad.



Una historia…



Que comience con una palabra…,

que le sirva de alimento.

Donde lo abrigue un abrazo…,

que le sirva de sustento.



Una historia…



Que empiece en cualquier estación o tiempo,

No importa si es a destiempo,

Se escribirá con nubes en el viento,

Y la repetirán los ecos, del manso tiempo.



Una historia…



Escrita bajo la plática amena de una alborada,

Al ritmo alegre de algún son,

Para que quede plasmada,

En el lienzo blanco…, de mi corazón.





Claudia Alhelí CastiLLO
11-07-13
Poeta

Poemas de amor :  SI EN ALGO TE OFENDI
[img width=300]http://www.poemas-del-alma.com/blog/wp-content/uploads/imagenes-poemas/6de7734.jpeg[/img]
Disculpa hoy mi amor,

si en algo te ofendí,

motivo nunca fue,

querer herirte a ti.



Disculpa hoy mi amor,

si en algo te ofendí,

yo no presentí,

esa reacción muy fuerte

que surgiría en ti a sí.



Disculpa hoy mi amor,

si en algo te ofendí

la duda se asomo,

cuando tu consiente,

escribiste lastimandome

profundamente a mí.



Fueron diferentes condiciones ,

la situación y el trato gentil

ya no fue el mismo

a lo que ambos por siempre

hubiésemos querido.



Imaginaba ,

quise caminar,

contigo de la mano,

hablar tiernamente

lo sucedido a tu lado.



De frente te ofrecí,

te quise explicar,

mi forma de sentir,

no quisiste escuchar

mi forma de expresar,

no pudiste entender,

lo importante que pudiste ser.



Yo tuve el valor

y pronto comprendí

tuve la humildad,

de decir,

disculpa hoy mi amor,

si en algo te ofendí ,

esperaba que hicieras

lo mismo tu conmigo aquí.



Evitando diferentes confusiones

lastimados los dos hoy hemos salido,

no fueron las mismas circunstancias

borrar de mi mente tus ofensas,

no he podido.



Voy a vaciar amor

todo al olvido,

voy a marchar

es lo mejor,

que quedarme aquí contigo.



Y hacer de cuenta,

que jamás,

que jamás nos conocimos.



Voy a vaciar amor

todo al olvido,

voy a marchar

es lo mejor,

que quedarme aquí contigo.



Y hacer de cuenta,

que jamás,

que jamás nos conocimos.

AUTOR .......IRMA PERIBAN VILLA.....MEXICO
Poeta

Poemas de amistad :  AMIGOS Y AMIGAS
El día de hoy, celebramos en México el día del Amor y la Amistad, es por eso, que con mucho cariño, envío una felicitación y un grandísimo abrazo de amistad sincera, a todos en general, y aprovecho para agradecer sus siempre gentiles comentarios a mis escritos.
Feliz tenerlos a todos por amigos o compañeros en este maravilloso sitio, donde siempre se respira camaradería, amistad y buenas vibras!!
Gracias Sr. TrabisdeMentia, por la oportunidad de formar parte deeste equipo.

FELIZ DIA DE SAN VALENTIN.


Saludos.
Claudia Alhelí Castillo

















































Hoy celebramos en México el día del amor y la amistad, por ese motivo, envío a todos en general, un grandísimo abrazo de sincera amistad, agradeciendo su gentileza, sus muestras de cariño, y su compañía al comentar en mis escritos.
Poeta

Poemas de amistad :  A CLAUDIA
Claudia

Delalma
01/12/2012 11:46 p.m.[/size]
Poeta

Cuentos :  EL RENACUAJO Y LA ORUGA
En un bosque tropical, de un lejano país, tenían su hogar, un pequeño renacuajo pardo y una oruga gorda de colores brillantes.
El renacuajo, vivía feliz en un charco muy grande, que se formaba en el suelo, al caer la lluvia; y ella vivía sobre una planta de hojas tiernas, de las que hacia deliciosas ensaladas, y se alimentaba todo el día de ellas.
En el lugar, vivían miles de pájaros, que hacían sus nidos en lo alto de las ramas, y ofrecían conciertos gratuitos para quien los quisiera escuchar por las mañanas.
De los troncos gruesos de los árboles, colgaban orquídeas, flores muy bellas, de colores y formas exuberantes, que saludaban a su paso a cuanto habitante pasaba por ahí, y perfumaban con sus aromas el camino.
En ese bosque, todos trabajaban, cada quien tenía asignada una tarea para que todo funcionara de maravilla. Así, para que cada especie de árbol frutícola, pudiera ofrecer sus frutos, las avispas, las mariposas, y otros insectos, se encargaban de llevar en sus patitas, el polen, que recolectaban en cada flor donde se detenían, y pasarlo a la siguiente que fueran, para que se llevara a cabo la polinización, proceso que sirve para que la flor se pueda convertir después en fruto y los utilizaran como desayuno o comida los habitantes del bosque tropical.
El renacuajo en cuestión, se llamaba Rigoberto, de cariño su mamá, le llamaba Rigo, era un tanto simple: de color negro, una gran cabeza y una larga cola, siempre en constante movimiento. La oruga se llamaba Nidia. Era una preciosa oruga, cilíndrica, de rayas blancas negras y amarillas, que iban como anillos alrededor de su brillante cuerpo. Tenía en su cabeza dos antenas largas, que cuando se reía, se movían de arriba hacia abajo. Siempre estaba comiendo hojitas, muchas hojitas.
Rigo y Nidia, asistían a la misma escuela, en un claro de la selva tropical. En el recreo, mientras el renacuajo nadaba, dentro del cáliz de una gran flor, en la que se juntaba el agua de las lluvias, Nidia se paseaba con su paraguas morado, por el borde de la flor, platicando de sus sueños a Rigo.
La oruga le contaba al renacuajo, que a ella le gustaría tener alas como las hadas del bosque, y volar muy, muy alto, que sus alas fueran como un hermoso vestido de colores, y que mientras tomara néctar de las flores, el Sol, acariciara su espalda.
Rigoberto también le platicaba sus sueños a ella, le decía, que el quería ser un príncipe, y tener por esposa a una bella dama, y, que aunque él tenía un aspecto desagradable, en su interior algo le decía que cambiaría y se le concedería ser un apuesto caballero.
Así platicaban, todos los días…..y el tiempo fue pasando rápidamente.
De repente, un día, Nidia, le dijo a Rigoberto que estaba muy cansada, y que la disculpara, pero que tenía demasiado sueño. Que necesitaba dormir, casi con los ojos cerrados, se despidió de su amigo y se fue a su rama de hojitas tiernas. Se enredó en una cobijita de color verde claro a la que amarró de la rama fuertemente para que no se cayera y se quedó dormida durante varios días.
Mientras, cuando nadaba en su estanque, a Rigo, le sucedió algo que lo espantó: ¡¡¡¡se le cayó su cola!!!
Asustado, buscó a su madre, para preguntarle que era lo que estaba sucediendo, y le dijera el porque, tanto a Nidia como a él, les estaban pasando cosas terribles!!, pues su amiguita, ya llevaba varios días dormida, envuelta en su cobijita verde, a la que el Sol, empezaba a despintar, y ya no salía a jugar con él.
La madre de Rigoberto, una rana verde, se sentó en el borde del estanque y pacientemente le explicó a Rigoberto: -lo que les pasa a ustedes, se llama “metamorfosis”, es un proceso natural, que a ciertos animales les sucede cuando dejan de ser pequeños y pasan a la edad adulta. En ese proceso, tu cuerpo de renacuajo, pierde la cola y verás que muy pronto, te saldrán patas e irás transformando tu aspecto hasta formarse el cuerpo de un apuesto sapo, como tu padre y cambiarás las branquias con que respiras en el agua, por pulmones, para respirar aire, y solo entrarás al agua a nadar o comer, no para vivir como lo hacías anteriormente. Ahora podrás dar saltos sobre la tierra y las piedras del estanque, y comerás cosas diferentes, como hormigas, y termitas. Tu amiga Nidia, también sufrirá una metamorfosis. Cuando despierte de su largo sueño, ya no será más una oruga que coma hojas tiernas todo el día y se pasee por el borde de una sola flor. Casi al final de su sueño, su “cobijita verde”, como tu la llamas, lo que en realidad se llama capullo, será transparente, por eso dices que el Sol lo está despintando, pero no es el Sol, así debe ser el proceso, y tu, podrás observar ahí a Nidia, aunque ella no te verá a ti, porque aún estará dormida, ocupada en su transformación. Cuando sea el tiempo justo, ella empezará a romper su capullo para poder salir. Primero, sacará las antenas, y las patas, después el resto del cuerpo, que se colgará hacia abajo en una ramita, para secar sus aún húmedas alas, y cuando se hayan secado y endurecido lo suficiente para estar fuertes, y poder volar, las extenderá y serán unas alas preciosas, color naranja, con venas negras y algunas manchas blancas, que adornarán con su belleza el bosque, cuando vaya de flor en flor, tomando néctar para saciar su sed.
Rigoberto escuchaba atónito, pero con mucha atención, las enseñanzas de su madre.
Después de unos días, al renacuajo, como le dijo la rana, su madre, le salieron las patas y los ojos le quedaron saltones y muy contento se iba a jugar, brincando de piedra en piedra en el charco.
Una mañana de mucho Sol, cual sería su sorpresa, cuando vió emerger del capullo a su amiga, convertida ahora en una hermosa mariposa Monarca.
Cuando Nidia después de unas horas, pudo extender sus alas, voló un poco por el lugar y regresó, y Rigo, la saludó, con su voz ronca de sapo, la mariposa, se asustó, pero Rigo, riendo le dijo que era él, convertido ahora en un apuesto sapo, y le explicó lo de la metamorfosis, y le dijo que ella lucía hermosa con sus nuevas alas, como era su sueño. Y se fueron charlando por el bosque, Rigoberto brincando de piedra en piedra, y Nidia volando de flor en flor.
Nidia estaba feliz, de ya no comer solo hojitas tiernas, sino que ahora tomaba el dulce néctar de muchas flores de colores como las Zinnias.
Y así, pasaba el tiempo, y seguían siendo buenos amigos y platicándose sus sueños mutuamente.
Pasó el tiempo, y Rigoberto, no se convirtió en príncipe del estanque, pero sí en el sapo más simpático, sobre todo por su sencillez y su alegría, y todas las noches se juntaba con sus amigos para llevar serenata a las ranas más bellas del charco.
Nidia, con el tiempo, emigró y en otro país, se casó y tuvo descendencia, y cada Primavera, cuando llegaba de nuevo al bosque tropical, iba al estanque, a visitar a su amigo Rigoberto, y juntos se contaban lo transcurrido en la vida de cada uno, durante el tiempo que dejaban de verse.

FIN

Claudia Alhelí Castillo
20-11-12
Poeta

Cuentos :  BRUNO Y AGATA
BRUNO Y ÁGATA
Vivía Ágata, en la granja, de un pueblito de calles empedradas, donde todas las casas eran blancas, con techos de tejas rojas, algunas adornadas con jaulas que tenían pajarillos y otras con enredaderas que subían por los balcones.
Ágata, era una ratoncita blanca, con grandes ojos redondos y vivarachos, color miel, a los que enmarcaban unas grandes pestañas.
Vestía faldas, que ella misma confeccionaba, con pétalos de las rosas de su jardín, y las blusas que usaba, parecían bordadas de encaje, hechas con las flores de los alhelíes aromáticos, que temprano buscaba en las praderas.
Así, su ropa siempre estaba en buen estado y con un agradable aroma fresco y natural, como las azucenas.
En el oriente de la granja, cerca de un frondoso naranjo, que cuando estaba en flor, perfumaba con sus azahares, se encontraba la casa de la ratoncita. Para poder llegar hasta la puerta, había que entrar por un caminito que siempre olía a tierra mojada, porque Ágata, salía antes que se despertara el Sol, a barrerlo y a regar las flores que a los lados, ella sembraba y daban la bienvenida a quien la fuera a visitar
Dentro, en la cocina, sobre una estufa de leña, cocinaba Ágata sus alimentos, los cuales tomaba de una gran alacena, donde los tenía almacenados. Ahí se podía encontrar una multitud diferente de semillas, divididas en cajitas, diversos vegetales, algunos trocitos de queso muy bien guardados en frascos con etiquetas, pan dulce en bolsitas, todo en su lugar, muy bien acomodado.
En la sala, había unos confortables sillones cafés y un tapete verde, tejido con musgo, que Ágata, había recogido de un bosque cercano. Del techo, colgaba un hermoso candil, que ella fabricó con cuentas transparentes de vidrio, de un collar que se encontró en la calle, y curiosamente las unió con hilos de telarañas, que le regaló su vecina Carlota, una vieja araña que vivía en un rincón del jardín. Y así, bajo la luz de ese candil, por las noches se sentaban las dos a platicar y a tomar el té, pues hacía tiempo eran muy buenas amigas.
Un frío día, Ágata, fue al campo a buscar unas zanahorias para cocinar un caldo, y encontró una muy grande, tan grande, que cuando la sacó de la tierra… ¡se fue de espaldas y cayó sentada!
Del gran agujero que dejó en el suelo, al arrancar la zanahoria, apareció Bruno, un topo gris, bigotón, sucio, empolvado, maloliente, y con gruesos anteojos.
Frunciendo el ceño, y refunfuñando, se asomó para ver quien había sacado de la tierra, su zanahoria preferida, y que con tanto esmero, había cultivado.
El señor Topo, tenía muy mal genio, decía que la vida era muy fea, siempre estaba renegando por todo, y según él estaba ciego, que no lograba ver nada, hasta usaba un bastón para esquivar los objetos a su paso y no tropezar, (quizá no veía porque vivía en túneles oscuros bajo la tierra). Pero esta vez, afuera de los túneles y con la luz del día, nunca se imaginó ver a la linda Ágata, sentada en el suelo, cubierta de polvo y aún con las hojas de la zanahoria en las manos!
Al verla, quiso soltar una carcajada, pero se contuvo y pensó que estaba mal reírse un caballero como él, de una dama tan bonita, como ella.
De prisa, salió Bruno de aquel agujero, se presentó, y ayudó a Ágata a ponerse en pie, sacudió el polvo de su ropa, (que más la manchó con sus sucias manos), y le dijo que podía llevarse la zanahoria, pero, como la ratoncita se había lastimado un tobillo al caer, no podía llevar la zanahoria y los demás vegetales que había recolectado en su canasta, hasta su casa, y entonces, el señor Topo, como todo un caballero, le ofreció su ayuda y acompañó a la ratoncita hasta su hogar.
Se sorprendió al ver una casa tan limpia y ordenada, llena de flores. Además, desde que vió a Ágata, a través de sus sucios anteojos, le pareció la ratoncita más bella que había en el campo. (A pesar de no poder ver nada… según él). Ágata, agradeció a Bruno el haberla acompañado y haber cargado la canasta con los alimentos hasta su casa y lo invitó a pasar a tomar chocolate caliente y pan, junto al fuego de la chimenea, pues hacía mucho frío.
Al día siguiente, Ágata, muy temprano sin pensar en lo acontecido del pasado día, inició sus labores cotidianas, aunque un poco adolorida de su tobillo.
Pero Bruno…, no dejaba de pensar en ella, en lo bien que olía y en su casita tan limpia y ordenada. Y rápidamente, buscó su escoba y se puso a limpiar toda su madriguera, y a ordenar sus muebles. Hizo tanto polvo, que hasta tos le dio!. Terminó más sucio de lo que ya estaba, y cuando ya estuvo toda la casa reluciente, puso toda su ropa sucia en un costal y se fue por una veredita de helechos hasta el cristalino río.
Al señor Topo, no le gustaba nada el agua, pero pensando en Ágata, y aunque hacía frío, lavó toda su ropa y después, se bañó!!, también limpió sus gruesos anteojos, con los cuales, cuando regresó del río, pudo ver muchas mariposas, unas orugas comiendo sobre unas hojas, pájaros alimentando a sus polluelos y un enorme desfile de hormigas caminando con mucha prisa., y pensó:
!!! que linda es la vida!!
Y colgó su bastón en un árbol de manzanas, pues ya no lo necesitó.
Pobre Bruno, sin saberlo, el amor lo había transformado, y sin querer, se había enamorado de Ágata!
Una tarde, se puso un pantalón azul y una camisa blanca muy limpia y se fue al bosque a buscar una bellas flores de colores , las cuales le llevó a Ágata.
Al llegar a la casa de la ratoncita, se arregló la corbata, se volvió a peinar, se acomodó el saco y tocó en la puerta. Cuando Ágata salió, no lo reconoció, por estar tan bien arreglado, y sin bastón, pero Bruno, ya con sus anteojos limpios y sin lagañas en los ojos porque se bañó, pudo ver que Ágata era más hermosa que un ángel.
Cuando la saludó, la ratoncita supo que era Bruno, y que ya limpio, era un apuesto y juvenil caballero y otra vez lo invitó a pasar a su casa. Bruno le entregó las flores y Ágata se lo agradeció y las puso en un florero en el centro de la mesa.
Platicaron hasta que empezaron a cantar los grillos y brillaron las estrellas en el cielo, se contaron sus vidas y acordaron ser buenos amigos y visitarse mutuamente.
Así, pasaron muchos días y Bruno visitaba a Ágata y Ágata iba a la casa de Bruno, la cual, ahora estaba muy limpia y ordenada y hasta él mismo, horneaba las galletas para merendar, con una receta que le pidió a su abuela Chabela.
Así pasó despacio el tiempo, y una cálida tarde de Primavera, paseando por la orilla del río, Bruno, le agradeció a Ágata, el haberlo hecho un topo alegre, limpio y ordenado y le pidió que fuera su esposa, a lo cual la ratoncita accedió feliz, y ella le agradeció por su compañía, por las bellas flores que a diario le llevaba y por quererla tanto.
Y cuando el Sol se estaba ocultando en el horizonte, sellaron su compromiso de amor… con un gran beso.

FIN

Claudia Alhelí Castillo
18-11-12
Poeta