Navegante que en tu pequeño barco recorres los océanos por los puertos más lejanos que jamás he oído, y aun asi regresas a veces a tu pueblo natal, y lagrimas recorren tu rostro mientras las hojas que el otoño llevo al suelo el viento las eleva una vez más al aire, miras una vez más a tu familia y no importa cuánto tiempo hayas estado fuera, tras un minuto en casa se va toda la nostalgia al tiempo que los abrazas con todas tus fuerzas, te sientes impotente al no poder prometer que no te marcharas de nuevo, pero puedes proteger seguro de ti mismo que regresaras un día de enero, para que el frio del invierno no pueda contra el abrazo de tu cuerpo con el de tus hijos alegres de que estas ahí para ellos, tu capitán de un bote pesquero que tomas el timón en busca de tierras lejanas que puedan ofrecerte una carga grande y un pronto regreso a casa, y que cuando regresas a esta con tu bote a tope y una sonrisa emocionada en tu rostro, miras al faro desde lejos y en su luz solo ves a tu familia dándote la vida una vez más, notas que es de verdad, estas aquí una vez más, ha sido un largo tiempo de espera y la ansiedad de que te espera el calor de una bella familia te pone en un estado entre llorar y reír, no sabes si prefieres oír lo que paso o contar lo que viste en tu largo viaje, y es que hoy son como aquellas hojas de otoño que el viento separa y después de algún tiempo se vuelven a encontrar gracias al lazo que compartían, te admiro a ti, marinero, que puedes hablar y escuchar todo lo que tu viaje a de contar, que puedes olvidar todo el tiempo que estuviste lejos para a los tuyos abrazar y ser de nuevo feliz, te admiro porque en un lugar sin tierra tienes tu patria y en un lugar lejano a esta tu hogar, para de esta manera hacer más soportable la espera en cualquiera de los dos, admiro tu fuerza y quiero ser tu faro tan solo para asegurarme de que regreses a casa sano una vez más
