Poemas :  Déjame ver su alma
Déjame ver su alma

Mujer, déjame ver sus ojos y apreciar en ellos el cerebro de su conciencia
Déjame ver su alma y contagiarme de sus energías, la vida de mi existencia
Dame sus labios y saborear en ellos, la dulzura de su hermosa presencia
Palpar su pecho y escuchar los latidos de su corazón, el pálpito de su esencia
Deja que su espíritu me arrope con su bondad y el respeto de su obediencia
Deja en sus manos, el saludo con su delicada y bella inocencia
Tocar su precioso cuerpo y adentrarme en sus fragancias, los aromas de sus esencias
Chupar el néctar de sus volcanes, el pecado y la confesión de mis indulgencias
Adentrarme en su selva virgen con pasión y emoción, el elixir de la supervivencia
Acariciar su cabellera que arrastra la suavidad y las caricias de su resistencia
Déjame caminar sobre sus pasos, que dejan la huella hacia su residencia
Y descolgar las tiras de su bata transparente y dar rienda suelta a la pasión con insistencia
Deja que los rayos de la luna alumbren la noche mágica, con brillantes y vehemencia
Y los cuerpos húmedos y sedientos, suden acalorados de emoción al fragor de las urgencias
Déjame susurrarle al oído mis poemas a la musa preciosa de mis anhelos y única referencia
Y los rayos del sol mañanero, calienten la cama y destapen con su calor, las sábanas arrugadas, dejando ver la calidez de su evidencia
Deja que el pabilo siga encendido y la llama de la emoción continúe con su exigencia
Déjame idolatrar y venerar su ardiente cuerpo y sea el infierno de mi penitencia
No dejes que el arrebato y el rubor deje espacio para el contrincante y su competencia
Deja que el frenesí y la lujuria hagan su excitación, una adorable emergencia
Déjame ver su alma buena y pura y me contagie con su felicidad, el bálsamo de su asistencia
Déjame beber la pócima de su amor en el sopor del brebaje en el vendaval de su turbulencia
Deja que me empape con su lluvia torrencial y salpique mi rostro con su inagotable efervescencia
Y nadar en su riachuelo nítido y transparente y llegar hasta su nacimiento sin escrudiñar su procedencia
Déjame subir a su barca, ser su barquero y navegante en el mar embravecido de su paciencia
Llegar a viejo y contemplarme a su lado como el primer día y descubrir los aromas de su inocencia
Déjame querer y amar su adorado corazón, sin ataduras, sin amenazas, ni advertencias
Qué la vida siga rodando y la naturaleza arrope los secretos íntimos de la confidencia
Déjame ver su alma y su ferviente corazón, sin pedir permiso, ni firmas, ni secretos para su audiencia
Deja que emanen sus perfúmenos y las fragancias de su loción y me impregnen los olores de su cuerpo y tener en ellos su dulce y agradable presencia

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga mayo 10-2022
Poeta

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