Poemas sociales :  Barrio Palomar
En el barrio porteño de “Congreso”,
(San Nicolás, exactamente) las palomas
tienden cordeles invisibles de frente a frente
de los edificios; mismos que, estoicos,
con sumisa paciencia de rumiantes,
las toleran sobre sus rebordes centenarios.

Cordeles, que luego la polución ambiente
tiñe de negro. Por tanto, creo que las palomas
son las responsables de la maraña de cables
que pende sobre las calles de ésta ciudad
y de todas las que soportan su insolente vuelo,
en tributo quizás, a tanto sueño trunco.

¡Cruzan raudas! realizando su hilandera labor.
Tornasoladas, cenicientas cual prontuarios
quemados del archivo celestial, y aun así,
guardando esa vidita que enganchan
en cualquier balcón, u ornato, para arrullarse,
acicalarse y copular a expensas del Creador.

Y desde allí resurgen borroneando el día.
Nadie como ellas disfruta el artesanal
contraste arquitectónico de este barrio,
hecho al fin y al cabo por y para nosotros.
Lástima que a muchos, el fiasco nos limitó
a nuestras letárgicas, adustas jaulas vidriadas.

Y en esa sedentaria y ‘cauta’ prevención
nos olvidamos de volar, perdiendo entonces
nuestro plumaje de utopía y hoy, en pellejo,
no nos queda otro remedio que soñar.
Soñar, y ver volar vitales, aun chamuscadas,
emancipadas de nosotros, nuestras ilusiones.


Poeta

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gus_de_las_pampas
Publicado: 25/2/2014 5:30
Incondicional
Unido: 31-5-2013
Comentarios: 3005
 Re: Barrio Palomar

Uno se pregunta, dentro tal vez de las limitaciones o la sapiencia que no le conocemos a ellas, que piensan las palomas de nosotros cuando nos miran desde el otro lado del vidrio. El palomar humano, un revoltijo de bichos sin alas, supongo.
Tu escrito lo refleja a esto con mucha mejor cadencia, muy ameno y muy, muy geográfico, tipo postal desde un noveno piso.
Un gran saludo cordial.
Gus

Juan_Oriental
Publicado: 25/2/2014 20:59
Incondicional
Unido: 19-9-2013
De: Uruguay
Comentarios: 960
 Re: Barrio Palomar

Muchas gracias, Gus, acertaste seguramente en el criterio de las palomos sobre nosotros, como en el Nº de piso desde donde justamente escribí hace unos años estos versos.
Buen fin de martes.