Textos :  Con un jorobado.
Con un jorobado.

Me estoy acordando de un día que lo hice con un jorobado. Bueno, con alguien cargado de espaldas, jorobado lo que se dice jorobado no era, pero casi. Era la segunda o la tercera visita que yo hacía al Itaca y nada más entrar en el cuarto oscuro el jorobado empezó a perseguirme, hace veinte años de esto, y me perseguía dentro y fuera del cuarto oscuro, así que al final en el cuarto oscuro le dije: vale. No sé si lo hice con condón o sin condón, porque en aquella época tenía yo fimosis y no estaba yo aún circuncidado, yo me circuncidé con veintinueve años, creo. Tuve piedad de él, no me gustaba, pero como no dejaba de perseguirme me rendí, además no estaba tan mal y yo estaba medio borracho, y no había nadie más que me persiguiera. El caso es que el jorobado me agarró, me dijo métemela, y yo se la metí en el culo a lo bestia, lo abrí como una sandía, e inmediatamente el tío se la quitó de encima y empezó a chuparmela, y acto seguido me corrí y al final nos dimos un brutal beso en la boca. En menos de cinco minutos por que yo siempre he tenido eyaculación precoz y era el primer polvo de la noche. El caso es que después nos pusimos a hablar y el tío era medio subnormal y me mandó a tomar por culo, o me dejó escapar, y esa noche no lo hice con nadie más. Era un tío que no tenía amigos en el Itaca y se iba con el primer chavalito que veía. Joder qué pedazo de orgasmo, qué lástima que el tío fuera viejo, medio jorobado, e idiota perdido. Pero el orgasmo fue de putísima madre puta. Joder qué pedazo de orgasmo, de enculamiento, de fellatio, y de beso. Voy a intentar un poema. Además con un deslumbramiento en el cuarto oscuro de cojones. Tenéis que imaginarlo como si fuera todo rapidísimo, porque todo fue a doscientos kilómetros por hora. He tardado en hacer el poema quinientas mil veces más.

Ítaca sensual, dulce fermento,
Euforbia tropical, ascenso límite
Orfeo vió el infierno por Eurídice,
Yo contemplé la luz y su elemento.

Estuve dentro del mar, estuve dentro,
Dentro de un alfabeto y de su índice,
Con una sombra verde, antisílfide,
En el centro del mar, en todo el centro.

Había sombras y perros observando,
Y yo estaba un vino degustando
Que era verde y azul y logaritmo.

Y un beso dulce consumió su boca
Hasta que los corales de las rocas
Brillaron con luz negra en los abismos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. Vaya mierda de poema pa un polvo tan bueno.
Poeta

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