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Ciudad, ciudad lejana, perdida en la aventura De algún ensueño heroico. Te adoro a la distancia, Y busco en el celoso confín, con vana instancia, Tus torres que se yerguen venciendo la llanura.
¡Si penetrar pudiera de nuevo en la frescura de tus herbosas calles henchidas de fragancia colonial! ¡si pudiera los sueños de la infancia juntar en tu regazo cual flores de ternura!
¡Vieja ciudad que olvidas al hijo desterrado! Tú guardas unos ojos de cuyo fondo viste Borrarse la leyenda de oro de mi pasado.
Rescátame un recuerdo no más, Canán lejana Que huyes del horizonte cuando te busca el triste Y surges más remota y azul cada mañana.
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Poeta
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Volver a verte no era sólo un ligero y constante empeño, sino anudar, dentro del alma. el hielo roto del ensueño.
Volver a verte era un oscuro presentimiento que tenía de hallarte ajena, y sin embargo seguir creyendo que eras mía.
Volver a verte era el milagro de una dulce convalecencia cuando todo,el alma desnuda vuelve más bello de la ausencia.
Volver a verte tras la noche impenetrable del abismo, era hallar en tus ojos una imagen vieja de mi mismo.
Y encontrar, en el hondo pasado, días más bellos y mejores como esta carta en cuyos pliegues se conservan algunas flores.
Volver a verte era mostrarme la pena que está congelada, como bruma de tarde hermosa, en el azul de tu mirada.
Y ya lo ves, del largo viaje regrese más puro y más fuerte
Porque dormi toda una noche en las rodillas de la muerte.
Porque yo miraba en tus ojos un cielo de cosas pasadas, como en el alma de las grutas se ven ciudades encantadas.
Y porque ví tu clara imagen entre el nimbo de luz serena como jamás a ojos mortales se apareció visión terrena.
Volver a verte era un oscuro presentimiento que tenía de hallarte ajena,y sin embargo seguir creyendo que eras mía.
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Poeta
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SEREMOS TRISTES
Oye, seremos tristes, dulce señora mía; nadie sabrá el secreto de esta suave tristeza. Tristes como ese valle que a oscurecer empieza, tristes como el crepúsculo de una estación tardía.
Tendrá nuestra tristeza un poco de ufanía no más, como ese leve carmín de tu belleza, y juntos lloraremos, sin lágrimas, la alteza de sueños que matamos estérilmente un día.
Oye, seremos tristes, con la tristeza vaga de los parques lejanos, de las muertas ciudades, de los puertos nocturnos cuyo faro se apaga.
Y así, bajo el otoño, tranquilamente unidos, tú vivirás de nuevo tus viejas vanidades y yo la gloria póstuma de mis triunfos perdidos.
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Poeta
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TU
Eres una canción. Aire ligero cernido entre las flores y los nidos. Duermen bajo tus pies campos floridos, y es tu melena un río verdadero.
Comienza en ti mi vida. Eres mi enero que asoma en horizontes presentidos; mi comarca de ríos conocidos, mi alta constelación de marinero.
Por mis manos te vas como una brisa; envuelves un jardín en un suspiro, y se abren mariposas en tu risa.
Eres la sombra toda, eres la lumbre, y yo, elevado el corazón, te aspiro como el viento que viene de una cumbre.
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Poeta
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