Poemas :  Himno de santiago de cali
Gloria siempre a Santiago de Cali,
flor y fruto de nuestro país,
mundo y patria que es cuna y es aula,
es taller, templo, estadio y jardín.

Precursora de la independencia,
fiel heraldo de la libertad.
Nuestros padres ganaron la guerra
y nosotros ganamos la paz.

Tierra madre, feraz tierra buena
que a la pena ancestral pones fin,
donde nadie es extraño ni esclavo
y es hermoso nacer y vivir.

Canta el río canciones de cuna
y alza el viento el humano pregón;
te nevamos tatuada en el pecho
con estrellas sobre el corazón.

Domadora que selva y pantano
transformaste en fabril colmenar,
abres rutas y cumples la cita
con las cumbres andinas y el mar.

La legión de tus hijos mayores
que juraron vencer o morir,
te esculpieron en piedra de siglos
y fundaron sobre el porvenir .

El paisaje se tiende a tus plantas
y te rinde sus armas el sol,
monta guardia la caña de azúcar
y es el valle lección de verdor.

Sobre el ara del Valle del Cauca
prometemos tu hazaña exaltar
y grabar en la cima tu nombre
y acrecer el legado inmortal.
Poeta

Poemas :  Tríptico conyugal
1.
Todos los días, junto a mí, lo mismo
que la luz enclaustrada en el diamante:
de día y noche amurallando instantes,
de noche y día conjurando el sismo.

Todos los días en el cataclismo
de mi ser y las horas delirantes,
hasta salvarme del humano abismo
en que se hundió mi planta itinerante.

Todos los días en el maremoto
y el naufragio. En el alba y las tinieblas
de mi lecho y el ángelus remoto…..
Y las noches que son amor o nada
porque los días con tus manos, pueblas
y entronizas la paz reconquistada.
2.
Toda mi soledad se hizo navío
para seguir tus huellas emigrantes
y la sangre también trocóse en río
y el río se hizo cuerpo del infante.

Anclada estás en cada sueño mío
desde ayer, para siempre, desde antes
que el llanto preludiara en el rocío
mi nocturna canción de navegante.

Te diste así, a mi efusión marina
en fruto y flor y pájaro en la rama
y fuego que en crepúsculo germina.

Con Helena y Ronsard el tiempo hallamos.
Somos hoguera en la infinita llama,
savia y raíz en el eterno ramo.

3.
Que he de morar en tí, y en cada rosa
que tú siembres, morir de poesía;
en el silencio y en la diaria prosa
soy el heraldo de tu profecía.

Llama que con tu incendio se desposa,
ala que se desborda en sangre mía;
hermana y madre y solidaria esposa,
compañera en la noche y en el día.
Yo te elegí entre todas las mujeres,
país de amor y huerto florecido,
lumbre del hijo en mis atardeceres.

Adelaida de luna y terciopelo:
¡en la orilla del mar desconocido,
toco en tus manos el umbral del cielo
Poeta

Poemas :  sonetos españoles
1.
¿Por qué será que en castellana tierra
yo me pongo a soñar la tierra mía,
y al centro de la mar alzo la sierra
y en la montaña azul marinería?

En paz de amor puede encender la guerra
mi corazón con tácita anarquía,
hacer la noche en la mitad del día
y ser la sed que ante la copa yerra.

Pero tengo al final de esta llanura
una palmera para la ternura
y una clara verdad que me sosiega.

El alba crece entre mi humano limo
y cuando llegue el día de la siega
me entregaré a la luz como un racimo.

2.
España, estás en mí, como una espada
sobre el costado del amor abierto,
esquife anclado en el seguro puerto
de tu sangre en mi ser multiplicada.

Llego con la sandalia desatada
a la llanura y al sellado huerto,
y el corazón se suma a tu concierto
con un clamor de herida campanada.

En mi infancia de bosques te sabía
honda lección del cielo que no pasa
y árbol de luz para la sombra mía.

Hoy que te palpo con asombro ciego
comparto el pan que se doró en tu fuego
y habito en tí, como en la propia casa.

3.
Estos campos sagrados que me ofreces
cuando miro en la noche los collados
quedan en mi recuerdo iluminados
con olivos de luna y con cipreses.

Alza las torres como lentas preces
a los cielos por tí reconquistados
y no hay villa ni alcor donde no reces
entre un vuelo de arcángeles dorados.

Cruzas por mí lo mismo que un camino
y en tu casa de amor soy el cimiento
yo, el nómada sin tierra, el peregrino.

Me posees y labras sin fatiga
y en las viñas del Cid soy un sarmiento
y en el trigal de Dios soy una espiga.

4.
Tú me colmas, España, tú me habitas.
Mi soledad con tu presencia llenas
y a tu encantada cárcel me encadenas
con tus manos que inician margaritas.

A tu abismo de luz me precipitas.
Me levantas en todas tus almenas
y me salvas, al par que me condenas,
con tus palabras en mi sueño escritas.

Tú me llevas, España, de la mano
a través de los íntimos senderos,
lazarillo del hombre americano.

Y en este agosto del solemne estío
sueltas al surtidor de tus luceros
sobre mi sed de abandonado río.

5.
Déjame recordar en las mañanas
la teologal ciudad donde yo vivo,
a Popayán donde tu nombre escribo
con un abecedario de campanas.

Déjame que recuerde sus lejanas
torres donde tu Dios está cautivo,
que vague por sus calles pensativo
intuyendo tu rostro en las ventanas,

Con un clamor de Oscuros vendavales
diga también la tempestad de oro
la verdad de mis anchos litorales.

Que yo desde tus montes inmortales
uno mi voz al infinito coro,
como las sumergidas catedrales.

España, VIII de 1954

6.
Sobre esta rada tropical añoro
tu faz, España, en el feliz verano
sumada al viento y al nocturno coro
de las profundas aguas del océano.

¡Quién pudiera volver al castellano
solar -atravesando el mar sonoro-
a sembrar con la palma de la mano
este renuevo de Castilla de Oro!

Al encinar me doy en la palmera
y al olivar en todos los manglares
que crecen en mi orilla marinera.

Tan sólo en sueños regresar yo puedo
-a través de las vías estelares-
a Santiago, a Granada y a Toledo.

Buenaventura, 1962

7.
Península inmortal de carne y hueso
por el mar de mi sangre circundada,
que yo grabé en el mapa con la espada
de Mio Cid en secular proceso.

Sobre el tórax del tiempo dibujada,
desde América siempre yo regreso
en los galeones de Don Blas de Lezo
y el corcel de Jiménez de Quesada.
Entre el vuelo de coplas y saetas
sobre la piel celtíbera de toro
pinté al azar retablos de poetas.

Retorno, España, de la mar-océana
y reintegrado al milenario coro
hablo a mi Dios en lengua castellana.
Poeta

Poemas :  Canciones fugadas sobre el viento ll
Para decirte que te amo
hay voces claras en el viento
y el resplandor de cada día
me ilumina el entendimiento.

Para decirte que te amo
tengo la música de un río,
la melodía de los pájaros,
la transparencia del rocío.

Vuelvo a decirte que te amo
porque olvidé ya la tristeza
y el corazón como la tarde
está lleno de tu belleza.

Torno a decirte que te amo
y hay un arrullo entre la voz.
Canta la noche en sus estrellas
y en tu silencio que habita Dios.
Poeta

Poemas :  Cercanía
Entre mi voz y tu silencio
está el amor como un niño dormido.
Yo te hablo dulcemente con palabras
que tienen la frescura de los lirios.
Me sonríen tus labios con la música
del agua de los ríos
y me envuelve la aurora de tus ojos
eternamente sorprendidos
del temblor de las rosas que se abren
y el júbilo amoroso de los nidos.

No me preguntas nada
porque es inútil inquirir lo mismo.
Ya sabes la verdad de mi ternura
grande como el olvido
y que mi corazón está colmado
por tí, como el racimo
de la vid con la sangre bienamada
del mancebo divino.

Desenredan tus manos en mis manos
la seda del idilio
e inclinas la cabeza sobre mi hombro
como un pájaro herido
y en el cielo se encienden las estrellas
de los días antiguos.
En este instante del amor podríamos
hallarnos por la ausencia desunidos,
podríamos estar en otros brazos,
podríamos morirnos
y ni la muerte ni el desdén podrían
desatar este nudo de prodigio!

Así cercanos al amor, en esta
exultación del corazón tranquilo,
distante la querella de los labios,
lejano el pensamiento del sentido
en tanto que la noche se apresura
por senderos distintos...

Así cercanos al amor, adviertes
lo que antes tú no habías comprendido,
mas no quieres decirlo, porque sabes
que comprendo lo mismo.
Poeta

Poemas :  El nieto
Traigo un ramo de peces de colores
para poblar el río de tu sueño
y una orquesta de pájaros marinos
en este aniversario de alma y cuerpo.

Que el niño caracol de la ribera
copie el rumor de la inicial palabra
y las raíces que el manglar sustenta
sean bosques de mástiles y de anclas.

Transplantaré la rosa de los vientos
a tu oculta floresta de corales
y con el pez martillo y el pez sierra
levantaré tu casa sobre el valle.

El pez espada montará su guardia
civil, en torno del mínimo acuario,
David Felipe, que arribaste al mundo
en la hora propicia de los salmos.

La postrera sirena de la fábula
te contará la rumorosa historia
del bisabuelo, a quien donó Medusa
una isla austral, que bautizó Gorgona.

Guarda tu prehistoria de emigrantes
el mascarón de proa del navío
que fue de Ulises y guió mi padre
sobre las grises aguas del Pacífico.

La diestra cardadora de la espuma
de las olas, ungió collar de perlas
al cuello maternal, en la vigilia
nupcial de las gaviotas y goletas.

Desde entonces hay faros en los ojos
de todas las mujeres de mi sangre
y hay redes en sus brazos pescadores
y bahías al fin de cada viaje.

Desde entonces los hombres de mi estirpe
se dan al mar en su bajel, cantando
y nacen en el vientre de un esquife
y mueren en la proa de sus barcos.

La selva virgen es madre y amante
y las islas del sur son nuestra patria
que alinderan marimbas y tambores,
en la noche que viene desde África.

Cruza el viento una ronda de hipocampos
entre el aire y el agua de diciembre,
caballitos de mar que yo enjaezo
para que tú galopes solamente.

Sembraré en tu silencio una palmera
para que con la mano de la brisa
tañas el arpa de la mar y encuentres
en Dios, la suma de las lejanías.
Poeta

Poemas :  cancion
Sabed que traigo del Océano
-peces y sal, espuma y sol-
sobre la palma de la mano
sólo un marino caracol.

No me busquéis en las corolas
de un nombre vano y musical,
llamádme sí, como las olas
nombran al tallo del coral.

Que os traigo aquí las escolleras
en el momento del tifón,
alas, palmeras y banderas
sobre el pavés del corazón.

Que os traigo un viento de veleros
-beso de yodo en el manglar-
y una elegía de luceros
que naufragaron en el mar.

Que os traigo el mar en cuyo centro
las islas son una canción,
la marejada... y más adentro
como otro islote el corazón.

Porque yo vengo del Océano
sobre el esquife de un cantar,
el caracol cabe en mi mano
y hasta su nombre me da el mar .
Poeta

Poemas :  Buenaventura
Buenaventura, novia de los vientos,
escribe con la punta de los mástiles
un mensaje amoroso de veleros.
Buenaventura negra,
ríe con la blancura
de las velas.

Puerto nocturno en donde anclan
los marinos su sed.
Yo he mirado, en el alba,
llorar una mujer
cuando los buques zarpan
o regresan tal vez.
Y en las noches, yo he visto en La Pilota,
a más de un timonel
poner su rumbo hacia el pecado,
tras un itinerario de embriaguez.

Buenaventura, labios de agua,
dientes de coco en sazón,
y una luna turista
sobre el malecón.

Proas veloces del Fling Clound,
del Río de La Plata, del Bocuyo Marú...
Unas zarpan al norte,
Otras zarpan al sur.

Fuertes braceros negros
curvados sobre bultos de café.
Quema el sol las espaldas
y la lluvia es rocío de la piel.

Guardas de aduana van tras de la pista
del contrabando de arrebol
que el crepúsculo pasa por los ojos
y que la estrella oculta en su fulgor.
En Pueblonuevo prende el berejú
su agudo son ritual
mientras que en Mjramar, un gringo ebrio
pide más whiskey and soda,
paga y murmura: Very thanks.

Pero así no te amo, yo te quiero,
Buenaventura, novia de los vientos,
cuando escribes con lápices de mástiles
tu clara antología de veleros.
Poeta

Poemas :  Pejca
Voy pejcate la luna
pa que voj pintéj la cuna
der hijo que me daráj.
Que no lo sepa tu mama,
ni tu prima, ni tu heimana,
ni er zambo de tu papá.

Voy pejcate un lucero
pa iluminate er sendero
y ar niño que ha de llegá.
Dejá abieta la ventana
pa que te alumbre la cama
cuando voj solita ejtáj.

Er día que najca mijo
pa mojtrate er regocijo
er má te voy a pejcá,
así manque te muy lejo
er só en cada reflejo
mi amor te recordará.

No creigaj que yo ejtoy loco
ni que dijvarío un poco.
Lo que rigo ej verdá.
Voya pejcate un ejtrella
pa que voj juguéj con ella
y mátej la escuridá.

No hace juarta la atarraya
que puse a secá en la playa,
a la sombra der parmá,
poique a jembra que quiera
le pejco Una tintorera
con una mano, no ma!

Er mar ej mi viejo amigo
y cuando sueño contigo
se amansa y pone a cantá.
Er mar sabe que en la proa
sin nombre de mi canoa
tu nombre voy a pintá.

Er má sabe que no miento.
Lo sabe también er viento
que er cielo te voy a dá
pa mojtrate er regocijo
er día que najca er hijo
que Dios noj va a regalá.
Poeta

Poemas :  Cristo negro
¿Por qué no te esculpen negro
si también fuiste azotado,
si estás uncido en la cruz
con los clavos del escarnio
y el desnudo cuerpo cubres
con todos nuestros harapos?
Cristo de los socavones,
peón de zafra y soldado,
galeote de las canoas,
maderero del pantano,
bracero en Buenaventura
y pescador en Tumaco!

En ébano de mis bosques
tallaría el rostro santo
y en la peana de piedra,
a manera de epitafio
escribiría con sangre:
¡Cristo, rey de los esclavos!
Poeta