Poemas :  ANOMIA POSMODERNA
Suspendido del dolor paso las horas,
ya comienza a satisfacerme esta locura:
la vivo con holgura de hambriento sin pan,
con laxitud de lascivo impertinente,
impenitente ante la norma
y despreocupado de los juicios morales.

Ya quisieran muchos saltar esta barda
donde el riesgo de obsolescerse
es proporcional a la inevitable caída.

Como las hojas
que de otoño en otoño
caen lívidas.

Como las aves
que de cielos nublados
historias tienen.

Historias que nadie considera necesarias
como este dolor
de niños mutilados, ancianos abandonados,
mujeres femicidiadas, y ustedes
que no sienten.

Las noticias seducen con sus malas nuevas:
extorsión, especulación, agiotismo,
libre mercado, anatosismo, antagonismos
somos diversos:
Vencer esta anomia es imposible sin ti
fundiéndote en un beso,
diluyéndote en un suspiro
cuando rozo tus labios con mi ideología.
Poeta

Cuentos :  El Viejo Tiempo... (Anticuento)
EL VIEJO TIEMPO

Soy tu ayer, alguien que pensó que eras una costumbre,
que desemboca invariablemente en el recuerdo.
Un personaje que puede vivir mucho, y morirse por
conseguir lo que no es, al principio solo en algunos puntos, mutando en voz baja, cuando sopla fuerte la corriente lejana,
y arriba de la pequeña ventana, frente al acantilado fuera de aquel extraño mecanismo incrustado en la pared hermética, que ensarta mariposas, en el tierno alfiler prendiendo arañas húmedas al vidrio, en sólo dos ventanas estrechas y profundas.

A lo lejos un reloj tiembla, extendiéndose, secretamente entre las manecillas que luego callaban, y alzaban los minutos espectadores en gran actividad por la casa, y el cofre labrado.
Donde había descendido, no debiendo estar en la hora cero como un objeto extraño. Sin repetir con arrogancia artera, ni difundir el odio, el rencor o maldecir la envidia multiplicándose.

Tal vez serás lo inalcanzable del horizonte, bajo montañas nevadas, o la amargura que persiste bajo la sonrisa impura, por las fechas que se alejan, y se pretende espiar los afanes del eco... Temporal.

Impaciente por llegar el viejo tiempo, se ofrecía sostenido, con empeño en la más codiciada memoria luciendo uniforme con una tela impermeable... Sordo a las vanidades de la fama en la sombra encantadora.

Él, ajeno a la posesión del espacio, colgaba de los siglos dorados la posibilidad de hablar de las desnudeces edénicas, y los errores
impuestos, para ser aprobados en las maniobras en filas cargadoras de sombras, para que nunca se extinga el incendio interior.

Sucedía que poco a poco el ancestral temor a la muerte se fue despoblando, en cierto lugar por la multitud murmurante, y la escasa
concurrencia, derramándose exasperada en el olvido. Sin llantos, sin lamentos, sin la sorpresa por las huellas borradas de los calendarios,
a quienes veían pasar traídas del otro lado del futuro perdido, preguntando por el estado de los preparativos, donde nada se mueve en el círculo vicioso exactamente.
Y los agricultores informan, que no solo tiene que ver con la miel del entusiasmo, acerca de las oportunidades, que superan los recursos disponibles al precio del bien que cambia siendo a su vez el universal tirano.

Pues se descubre, con sorpresa, y reticencia el exceso de consideraciones encaminadas a minimizar la importancia del fenómeno qué se observa en
todas partes, ante la disponibilidad de las manifestaciones más extremistas
cuando la admiración salta en el pleno sentido de la inmadurez que sobrevive de los antiguos valores, como el impulso desconocido, y fundamental en las
tensiones profundas, y relajamientos superficiales, afirmando la angustia de ser incluido en las realidades esfumadas de la época.

Yo como el ayer, sé de la sucesión imprevisible de los altibajos, y de las zonas informales del ritmo en la composición más ortodoxa, de la abstracción antropomorfa por la inmediatez irracional, y espontánea.

Así las cosas, estarías muy enfadado metiéndote al futuro hecho una mentira, ayudando al marcador de fallas pidiendo licencia por exceso de trabajo sin
digerir lo que todavía puede deshacerse.

Por eso decidí dejar todo en el mañana, y penetrar la historia por hacerse como el polvo de los archiveros en huelga sobre una papeleta blanca, en el extremo de un agujero puesto de pie con los brazos pegados desmenuzando la falta de sensibilidad razonable en las esquinas de una flor exhausta que repara la superficie quebradiza del reflejo en un lago alejado en la paciente
serenidad, y las complicidades telúricas del homenaje perverso en el abandono amenazante, con el rostro benevolente de las mil máscaras fúnebres de la belleza atroz, por el descuido del néctar del subterráneo.

Entre tanto, yo, como tu ayer, y con el viejo tiempo, quedaré bastante recuperado si y sólo sí... Están... Sin hacerme vivir a la fuerza cultivando los mismos errores, inhumanos, que dejan sin alma sus fantasmas vivientes. Y tal vez de nuevo viejo,
te veas entre los siglos, con el rostro del mejor futuro en verdad salvado.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Instantaniedades
Instantaniedades

Por allá donde la realidad se enreda
Al sol estando sang
rando embalado
Entre lágrimas prestadas
La cara cubierta de los abrigos baratos
Flotan los pañuelos i
nocencias
En los guantes importados en un bote
En la pasión de la magnolia
Novedosa novela del absurdo en vela
Un tulipán teje su nido

El barco perdido entre los focos
¿Qué a las aves viste de nuevo?.

Me dices... Sin oírme
De
Lo
¡Que congelado de pronto el pulso guarda!
En la constancia del balcón
La importancia del poco tiempo
Las amapolas son, ser
enatas fantasmales
Inaugurando las excusas equivocadas
¡Con el esplendor leonino!.
Horquillas de sorpresa, cinco min
utos
De la rima y la caoba
En la puerta qué emanan los techos
En la medianoche nácar
Las cándidas paredes enhorabuena
¡Que soñaba sus naranjas!
¡Que donaba sus limones!
¡Que adoraba el piano!

El último instante
Distante, constante, inminente.
Por aquéllo.
Del pino hojarasca ruina.
De la primera eternidad.
¡Que a los retratos ampara!.

Por
Eso
Del
¡Añejo pestañear de los castaños!.
¡Qué en la neblina se deshacen!

Como
Ladrillos caninos
Como
Amarillos caminos
Los ojos de cera el molde suplica
¡Desenlagrimando!
La inocencia de los pañuelos.
Sirviendo al agua sus colores y sabores.
Al tiempo entre las ventana.s

Pacífico progenitor del abismo estéril.
Anticipada oscilación a obscuras.
De
La
Semana trastornada en pocos mese.
¡Que se mecen trastor
nando los pañuelos opacando!.
Los anhelos vivamente acuosos.
Almacenes de precios inseguros.
Del honor exangüe.
Del temblar sereno al bas
tón.
Un tulipán.
Una magnolia.
Instantes, distantes, constantes, del antes.

¡De la realidad que enreda!.
El tiempo que al pulso guarda.
¡De pronto!
En
El
Esplendor
Rima leonina
El bastón baj
o el agua tiembla... Cada instante.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  El lector ¨X¨... (Anticuento Fantaciencia)
EL LECTOR "X"

Léase qué leía...
La música empezaba a desvestirse,
empalideció en el rincón y quedó
inmóvil, el silencio derramó la
puerta del fondo serenamente, con
las sábanas tibias de la brisa,
al
borde de los senos, enteramente dí-
ferentes al caer. Los ojos de la noche.

Había cruzado esa dimensión,
flotando temblorosa la espiral,
del cuerpo dejado atrás
como ceniza,
como una gota, arena, grano.

La tierra muda de sorpresa ya no
existía en los mapas estelares, según
la fuente de los rumores casi contra-
dictorios en la Caología Teórica de
la Metafísica Ondulatoria.

Léase que leía...
A veces, nada más para confirmar
el mantenimiento hipotético de la
humedad en los bosques de Venus,
posterior a la introducción del
valor inverso del cilindro en la
Ley Corpuscular de correspondencia.
.
El lector "X"...
Conocido en los anales de la Mecánica
Clásica de los cuerpos blandos y en
los descubrimientos termodinámicos
aplicados a superficies elásticas.

Estaba preocupado en su más reciente
experiencia, sobre todo en el campo transcibernético de transporte extracorpóreo.

Si bien, era matemáticamente probable en la
Lógica Simbólica de características sagradas,
él llegó a seberlo por cuenta propia.


En esa dimensión, los trasplantes de alma
eran una cosa sencilla, y los espíritus
podían elegirlas. Ya no eran solo rumores,
tenía evidencias subjetivamente interiorizadas,
y convenientemente materializadas para dejarle convencido de ello.
Pensaba y pensaba, letra a letra, en los diferentes lectores qu le servían
de apoyo, ópticos, lasser, biomoleculares, trans-
dérmicos, de microimpulso neuroeléctrico
y demás.
En su nuevo traje invisiblemente brillante
se llevó la cabeza a las manos y trató de
elegirse un alma apropiada, sin muchas vidas
superficiales,y de pecados abolidos,
recubierto de apariencias insubstanciales, de reproches a la gramática cuántica, se decía un tanto incómodo, entre la notable expansión desinformativa del hiperespacio.
Y la fractura dimensional en el campo transcibernético,
que hacía esencialmente
raquítico el banco almogénico sacro-celeste, en
esa dimensión de su experiencia.

Léase qué leía... El lector "X", carbonizado entre
las urnas fantasmagóricas de mercuriales cenizas
plasmogénicas y etritrocíticas
ingenuidades.
No obstante...
El eco de la voz retrocedió a la dimensión previa,
y decodificado el mensaje convenientemente, de manera objetiva significaba.
Un... "Ustedes los hombres creen qué ésto es
muy fácil, uno debe elegir su alma,
con el pasado
y el futuro fusionados, y con la esperanza limpia
de culpas, por los inframundos angustiados,
aún
después del viejo truco, y del azul celeste de su
cielo"
Pero...
Nada de dientes apretados.
Ni de llorar soles.
Entre lágrimas verdes de nubes.
Ni de cultivar sueños.
¡Aquí la realidad devora cualquier

pesadilla y no hay a quién echarle
la culpa del infortunio!.

(Los chivos expiatorios no existen y no se crean).
La causalidad es geométricamente esférica y el
espacio inmanente se calcula en la autodestrucción, programada desde lo
extracorpóreo del área vitalmente compartida.
El lector "X". Léase qué leía...
Pero en lugar de analizar el común denominador
como un poseído, leía... Y, Z, W, XXX...
Después de todo, la inercia contemplativa
construía una intimidad compacta entre

los ruidos indescifrables, rugosos y calambres,
al cerrar la puerta al mundo.

En el fondo, el lector "X", sabía que pasaría
largo tiempo renglón tras renglón, antes de
comprender los fenómenos anteriormente descritos.

Esta vez, estuvo observando sospechosamente el
sonido de aquél idioma incomprensible, a primera
vista, con giros monosilábicos y guturales
unos, y en otros graves y aglutinantes galimatías...
Por lo menos, así le parecían en la imagenología
acústica que había desarrollado, al haber cruzado
los campos dimensionales por una teleolisis trascendental. ¡Y abundantes estados alfa acumulativos en el tallo cerebral y sistema
límbico neoformado por estimulación transcraneal.!

El caso es que, él lector "X", encefalizado emotivamente, sentía pensar, abstraído en la
neumática del impulso vital, sin un
propósito
definido radicalmente, en que quedaría incorporado
finalmente al universo energético, al margen de
cualquier fantasía planeada. En X o Y...
Previamente y claramente.
Urnificado en diamantes sintéticos, y un rubí óxido, sería una seria advertencia a la transformacióndel plomo en la poliédrica inconsciencia colectiva. Leía repitiéndose dudoso.

En esa dimensión, continúa edificando el subsuelo
de los sótanos inconscientes, y tiende puentes
conceptuales para remodelar comprensivamente los cambios de irradiaciones helicoidales, en su
alma herida con metástasis demonogénicas,
esperanzado en la reconstrucción del futurismo
que profesa.


Si bien, se llevó toda la ceniza inmemorial a la
urna Z,Y,W, al paso rítmico de una quietud deliberada, quería elegir su nueva alma, pues la que tenía había enfermado irreversiblemente, y en
esa dimensión, los trasplantes de alma fueron
la mejor alternativa en los planetas agónicos.

Aunque nadie concebía que hubiera patología del alma, y mucho menos intercambios axiológicos deteriorantes hasta la misma profundidad subatómica de los neurotransmisores,los receptores ontológicos nunca habían sido reprogramables.

Así lo había evidenciado, la última tendencia de la prostituida estadística, en las encuestas de los gusanos de una enana blanca de la constelación del sombrero. Después de haber hecho el cálculo infinitesimal, con la piedad pulsátil apropiadamente diseñada para tal efecto.
Tal vez, la solución era un trasplante de alma.
Y.. Cruzó la dimensión antes de concluir
la lectura de su vida, "X", y se transformó en el lector cósmico. ¡La suprema leyenda!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Ciudad
Desde ciertas lejanías
¿espaciales, temporales?
la ciudad aparenta
una mancha luminosa
identificándose contra la oscuridad
que la ciñe.

Hablaré desde el epicentro donde
confluyen las calles junto a
desconocidos muertos.

Las casas guardan
una a una
sus propias historias almacenadas.
Sus secretos son cantados e inaudibles
sabidos de barrio en barrio.
Así se conforma el cuerpo entero
miles de rostros esparcidos.

Hay asesinatos y ultrajes,
demonios inexistentes por todos lados.
Nacimientos, amoríos y satisfacciones propias.
En común hay una espera temporal por la lluvia benéfica,
ahora estamos en las cicatrices externas.
El río que despierta destruyendo lo superfluo,
los rayos más constantes que las gotas
cayendo hiriente sobre la tierra.
Los ecos de los quehaceres naturales
son recuerdos que suenan en la palabra.


Poeta