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Estoy enfermo, mi mal no tiene cura, adicto de tus brazos y tu dulzura ando como loco de la puerta a la cocina buscando en el recuerdo la medicina de tus labios de algodón dulce y vainilla, de tu lengua de anís y terciopelo. De tu adictivo sabor de caramelo de licor, y aunque no bebo, me embriago con destellos del recuerdo. Me enredo en tus cabellos me ensueño en tus ensueños: tus ojos son dos luceros, mariposas en la noche, luciérnagas encendidas que velan mi locura.
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Poeta
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Y se abrió el portal de sus adentros para que yo deleitara la mirada con el tierno fulgor del aposento donde mis ganas quedaron sofocadas.
Cuando se izaron dos pétalos morenos de pura tentación y suaves mimos estuve contemplando los deseos destellos de dos lirios diamantinos.
Un río de cristal fluyó impaciente en medio de la noche y su misterio entonces fue inminente aquel deseo que me hiciera sumergir en su corriente,
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Poeta
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Envuelto en wiphala de templanza Volvió el hermano desde la Argentina Ondeando su sonrisa de esperanza
Multitud de cariño y dignidad: OruroLa Paz Potosí Sacaba Riberalta Cochabamba Trinidad Alegre todo un pueblo te esperaba La Guardia Bermejo Villazón El Torno Vallegrande y Pailón Se liberó Bolivia el corazón.
Amor del grande recibes Camarada Impregnado de humildad y patriotismo Multitud que venció con gran civismo Ahora hecho millones te agasaja
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Poeta
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Cuando no hay pan ni pescado el alma se me acongoja, la barriga se me afloja. me siento apesadumbrado. Yo que siempre he profesado el cariño y el querer me ha tocado padecer dolores, susto y calambre por tener que pasar hambre, por no tener qué comer.
Es que el hambre es un martirio que azota a la humanidad y tiene la propiedad de llevarnos al delirio. Ando más blanco que un lirio, tan flaco como un alambre, mi cabeza es un enjambre de tormentos y desvanes porque los que tienen panes no se apiadan de mi hambre.
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Poeta
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Cuarto menguante delirio de tus senos en mi boca, las estrellas de tus ojos en los míos, tus manos par de palomas revolotendo en mis hombros y yo montado en tu loma para divisar la noche profunda de tus deseos. Sin importar que el gemido se nos escape o esconda, que vuelen por los tejados los suspiros de la brisa con los aromas furtivos de jazmines florecidos. Si yo me quedo dormido, si sueño que estoy durmiendo en mis sueños apareces mirando lunas con sueños menguantes sobre mis ojos es porque te estoy soñando y me deleito con verlos.
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Poeta
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Gota a gota el rocío discurre sobre las flores.
Sorbo a sorbo el colibr´las liba con desenfreno.
Así beben mis ojos los ojos tuyos cuando la luna llena los ilumina.
Noche, derrama estrellas y rocío sobre su cuerpo.
Que ternuras y cantos colocaré rendido sobre sus besos.
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Poeta
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Era por la necesidad de estar contigo que volvía cada noche a mirar desde el muelle el titilar de estrellas y el brillo de tus ojos.
Era por la ocasión de tenerte cerca sin la necesidad de un compromiso cierto que nos atara a la obligación de decirnos te quiero.
Entonces poco a poco, respiro y sonrisas se fueron juntando cuando sin proponerlo la luna se hizo tan bella en tus ojos y el viento cantaba en tu pelo un susurro de amor.
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Poeta
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Hay pesadillas de las que no deseo despertar niebla de humo en bocas excitantes neón ensordecedor y cuerpos que danzan ebrios, excitados, hilarantes
Corro tras su sombra que se disipa en la penumbra de un callejón que no tiene final perros rabiosos quieren devorar mis entrañas protejo mis genitales por instinto animal
También aúllo, rabio, jadeo y sigo la carrera a un sitio tenebroso donde crecen flores raras aromas de intimidades impregnan la brisa
Surges de la oscuridad y me devoras
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Poeta
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Haddar el hombre bueno que se volvió malo cuando tuvo palacios, mujeres, alhajas y un huerto imperial.
Quiso que su pueblo de arena levantina se edificara, que de piedra fuese. Piedra fue: inexpugnable muralla, tiendas para acampar a la sombra de estrellas en medio del desierto.
Haddar construyó bonitas casas para la gente humilde, llevaba a los hombres modestos a probar de sus manjares, aunque era el hombre malo que antes fue bueno.
Un día los que lo odiaban se volvieron peores, fueron malos también, mucho más perversos que el huracán, los tifones y maremotos juntos.
Arrasaron su pueblo, destruyeron su aposento, quemaron hasta la última palmera para destruir a Haddar, el hombre bueno que se volvió malo.
No tuvo más escapatoria que convertirse en rata de cañería para tampoco escapar.
Haddar fue cazado, martirizado, asesinado con el mayor tormento que se pudo imaginar, porque era un hombre bueno que se volvió malo.
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Poeta
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Suspendido del dolor paso las horas, ya comienza a satisfacerme esta locura: la vivo con holgura de hambriento sin pan, con laxitud de lascivo impertinente, impenitente ante la norma y despreocupado de los juicios morales.
Ya quisieran muchos saltar esta barda donde el riesgo de obsolescerse es proporcional a la inevitable caída.
Como las hojas que de otoño en otoño caen lívidas.
Como las aves que de cielos nublados historias tienen.
Historias que nadie considera necesarias como este dolor de niños mutilados, ancianos abandonados, mujeres femicidiadas, y ustedes que no sienten.
Las noticias seducen con sus malas nuevas: extorsión, especulación, agiotismo, libre mercado, anatosismo, antagonismos somos diversos: Vencer esta anomia es imposible sin ti fundiéndote en un beso, diluyéndote en un suspiro cuando rozo tus labios con mi ideología.
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Poeta
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