Cuentos :  Termogénico tercero
Termogénico tercero

Nada parecía distraerlo, y abandonó el planeta.
Pensó en los minutos elongados y la energía
desatada por el gránulo intermitente...
En los cuerpos en conjunto en ruinas.
En la sangre misma asustada del eclipse
por el abuso atrincherado de las armas en
las almas arrodilladas a los dioses empapelados.
De vez en cuando, vestía con luz su tercer cuerpo
en las interioridades del instante con gran nitidez
proyectando mil nimiedades en los antiguos quarks
desconcertantes. Con la humedad de los ánimos
neblinosos entre las hambrientas inconsciencias.
Esta vez, caminando por el rayo blando pronunciaba
cálidas palabras al vendedor de las mentes...
En los submundos, cruelmente invadidos por el acoso
de los disímbolos mensajes transdérmicos con los
impulsos del teledirigido temperamento hostil y al
momento de perder peso la medianoche.
___ ¡No es posible volver a la tierra!.
Y sentía cargar los depósitos de las penosas ausencias
devoradoras de la memoria nítida. Sepultadas entre
millones de palabras traicioneras y deformes ingentes.
___¡Una vez atrapado!
La culpa realmente se enroscaba y desenroscaba en los
ácidos nucléicos en forma de serpientes impacientes
con las abruptas espinas de redes subatómicas.
___Nadie lo sospechaba a cien años luz había descubierto
lo inimaginable, la desaceleración volitiva supuestamente
imposible del tiempo curvo y el espacio plano contráctil...
Lo cierto es qué había desarrollado un método infalible
de diseño plasmático con los viajes extracorporales
instantáneos, al probar individualmente los ancestrales
conocimientos de la física teórica de la humanidad degradada
en la escala axiológica más primitiva...

Fue al distribuir su energía al fondo del último agujero negro qué anteriormente lo había bloqueado indefenso.
Pero ahora...
Las cortinas impenetrables solo eran remolinos sumergidos en la penumbra del plasma íntimo acogedor pequeño de la ignorancia del pensamiento deteriorado por el instinto.

A lo lejos el espacio aparecía sombrío, el azul era el mismo engaño del cielo entre lúgubres retinas desérticas y absortas en el poder efímero de los metálicos abusos sobre los débiles.
¡Con toda la silueta de las partículas desnudas del escombro!.

___¡Ser y no ser, en el mismo espacio simultáneo!. Entre la maldad dispersa en expansión y esperar del mal obtener el bien... ¡Vaya buena inteligencia perversa!. Más aún querer aniquilar la maldad transitoria con el perdón eterno... ¡Bonita fiesta de la infinita ignorancia!.

___En fin, el espacio desaparece empalmando una cosa sobre otra, la causa y el efecto son sincrónicos e irreversibles a menos que. ¡Bueno, ya no lo haría otra vez!.
El segundo cuerpo había experimentado la extinción abiótica y el recuerdo aún dolía.

Más ahora, en la interestelar misión el contacto físico era completamente ininteligible al nivel molecular arcaico que había logrado reproducir en el sonido del cero absoluto al abolir el pensamiento.
___Dejó el primer cuerpo latente en la fantástica irrealidad inmóvil, en los párpados incubada obscuridad, en lo divino
en las fauces premonitorias de los hilos estupefactos al emerger de las profundidades aletargadas y fue un volverse diacrónico y transversal impulso prolongado extensible.
Bien lo sabía, en el mismo fondo qué callaba enquistándose, ensimismándose más allá de las estrellas tenebrosas imágenes, con la certeza de otros tiempos, dónde el abismo era incomprensible y sólo a veces traspasado por el genio iluminado del vacío real, y en el tabique de las coordenadas ficticias desintegradas.
___Pero ahora, fuera del cuerpo como explicar el mecanismo inefable por el haz de luz oculto, a la humanidad esquelética devorada casi por completo por los instintos desenfrenados.
¡Termogénico tercero!.
Repetía el eco grabado en el rostro del espacio-tiempo.
Y...
Así fue al final en el espejo infinito
la obscuridad fue reflejada más
allá de la mente y de la luz.
En
El
Venciéndose a sí mismo en los tres cuerpos.
¡Del fuego originalmente desconocido!.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Saber rehervirse
¡SABER REHERVIRSE!

En la menta sabor esperanza.
Lanza Cupido cada flecha.
Bajo humedades ardientes aterciopeladas.
Teniendo las pieles sendos latidos agudos.
¡Tan cerca de cada inmediato!.
Espacio ágil de gracias penetrado.
¡Lamenta los antes abolidos albores!.
Sabor de una sola manera.
¡A los dedos recién llegados, íntimos trípticos!.

¡Ah!.- Luz de fragancia callada.
¡Oh!.- Lienzo sin lamento.

Cánticos dramáticos íntimos.
En la conjunción de humedad silente.
¡Espejos vertidos del alma!.
Antes que los suspiros hubieren partido
Antes del entreoír los sentires.
¡Y hubiesen dejado el sabor ausente!.
Escarchas relampagueando recién llegadas.
¡Del hombre mucho más carne!.
¡Del alma mucho mayor divina!.

¡Oh!.- Tan lejos de una sola madera.
¡Ah!.- Tan cerca de un sólo clavo.

Como conturban centenares de sentires amables.
Y en el no haber tenido, se hubiesen abolido,
entre los tiempos que roen, anocheciendo,
los dramáticos más íntimos. Encendidos.
¡Con tan gran opíparo banquete!.
Envueltos recibires del néctar.
¡Nacarados de pródigos fuegos!.
Escriben, para siempre jamás el amor.
¡Qué de sobra entregan cada sorbo!.

¡Anda!.- Dictan las rosadas pestañas.
¡Pues!.- Con el estotro desbordándose.

A veces con fuerza las nieves plumean.
A la vez caricia, serena lumbre.
¡En el digno abastecer satisfecho!.
Sin que cupieren sus haberes disfrutando.
¡En hora buena de la ribera ilusiones!.
Y sin más ni más, simultáneas fusiones.
¡Avalanchas polvorientas a puertas cerradas!.
Como dátiles dúctiles de parte a parte.
¡Sin ser, humos húmedos, arrepintiéndose!.

¡Ah!.- Vibran desnudándose atardeceres.
¡Oh!.- Cántico breve y vaporoso deleite.

Así, diríamos mieles, diéramos elixires.
Para luego historiar, agradable cada futuro.
¡Con el campanear del turgente escote!.
En el torso terso del beso ileso.
En el dúctil datilear del enarenado oasis.
¡Con las esferoidales epopeyas del insomnio!.
En la pirotecnia de necrópolis ligera.
¡Sin el vulgo conjuro del yacer!.
¡En el presente, qué pide, qué escriba sin verbos!.

Un... ¡Ah!... ¡Qué vibre!.
Un... ¡Oh!...¡Renacido!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas eroticos :  Funeral y pasión
FUNERAL Y PASIÓN

¿Was bedeutet das?. ¿Qué quiere decir eso?.
Aroma ondulante guitarra.
Bajo esos desnudos lutos.
De madura sombra viuda.
Y vida, jazmín, la humedad.

¡Che cosa ne pensa lei?. ¿Qué opina usted?.
En los apetitos frescos pasados.
Del cuello, muslo y luna clara.
De vientre, cadera y lana morena.
¡Hoy del ayer curvilíneo!.

C"est une bonne place?... ¿Es buen sitio?.
Sinuosa desnudez virginal.
Deseo hasta el fondo.
Los cabellos enmielados.
El tirano de esa belleza.

Apfel, mela, pomme ¡Manzana, manzana, manzana!.
Flor en celo, velo defendido dentro.
Un mirar sin obstrucción.
¡Sed inmensa cárcel!.
Redime y saquea los insaciables.

Einen führer... bitte. ¡Un guía por favor!.
Pilares desatados.
Mañanas de brazos. Dichosas penumbras.
¡Qué de puerta!.¡Qué ventana!.

Sangloter seulement. Singhiozzare soltanto!.
Sollozo, solamente, sollozo.
Canción incendio... ¡Dolor y fuego!.
***Pasión textil de puentes pechos***


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de amor :  Solo edades
Solo edades

A solas cada latido quemaba.
Mil fuegos cada pierna.
¡Tierna humedad!.
En el diamante...

¡De líquidos pecados alados!.
De alados anhelos del vivir.
Cada gota de lluvia ardiente.
¡Apagando mares de soles!...

¡A solas, los dos, uno solo!.
Cada segundo. Despacio ondulaba.
Mil muslos en minutos.
¡Diminutos latires de sueños!...

En la pureza del alba y deseo.
El capullo en la pasión resbalando.
En el brillo de cada mañana...

El sublime recuerdo entreabierto.
En el cáliz de ternura lleno.
Con el crepúsculo húmedo.
¡Qué renace lozano!...

Los dos uno solo.
A solas los dos amores.
¡Un solo amor!.

Fuimos mañanas.
Entre cada latido.
¡Un alma mayor!.

Las dos soledades.
Un solo sol.
¡Por las edades!.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta