Poemas :  Desmembrada complacencia
DESMEMBRADA COMPLACENCIA

Está,
donde el tejado tenaz estampa el vuelo,
inflamable escolio,
entre las olas del mayúsculo abandono,
pedestal réplica.
Del terrón abolido del inconsciente.
Intrépida prominencia.
En la invernal historia de la infamia.
Por los cangrejos del silvestre estanque.
Complacencia
Desmembrada.

Ya vendrá el mayor apocamiento del cobertizo,
al tiempo que desgarra ensangrentado,
el sonrojamiento del empalago,

en la faena de la enorme palangana,
por el absurdo minuto estéril,
y la represión de paralítica titánica,
en la respuesta paralela,
en la turbada incertidumbre.
Desmembrada.
Complacencia.

Consternada la fatalidad.
¡Qué carcome la sombra invertida!.
La seca espalda de los líquidos murmullos.
En los vagones del ayer escalofrío.

Con los mañanas sin cuerpo arrastrando.
La tristeza de la cobarde impotencia.
Apuntando los cuadernos al arco delirante.
De la memoria.
Con las náufragas esponjas exhalando.

Complacencia.
Entre los tobillos del oráculo profundo.
Desmembrada.
En la intensidad de las retinas.
Complacencia.
En las cortinas del incendio.

En la muerte ambigua de color lechuza.
En los alfileres sangrando dóciles.
Por el pobre cloroformo solitario.
En la enorme violeta corrupta.
Petrificado escrito trabado.

Intruso desecado abarquillado.
Complacencia.
Entre las bífidas lenguas del trepanado pecho,
y los quejidos suspendidos del entrecejo,

que incitan las atascadas cremalleras,
entre las noches asexuadas del retrete,
y la sutileza amarga de las desilusiones,

vespertinas.

Con la lengua del granizo en cuarentena.
Con el platino de moribunda muela.
En la lista que al arado hiere.

En la fiesta sembradora de la sombra.
Por el placer de los minutos intrascendentes.
En el camastro de los vestigios enamorados.
Va la consumación inminente.
Por el crepitar de las córneas.
Y el alivio enmascarado.

Donde la intensidad del estallido explota el gozo.
Los luceros que aturden cada cimiento.
Entre la mirada elemental del sentimiento.
Los pechos del feroz fuego.
Entre las metáforas sedientas.
Y los círculos de recónditas succiones.
Más allá de las orillas de la espuma salpicada.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta