Cincuenta años han pasado de la muerte de Neruda el de musa testaruda, nostálgico he degustado su Poema Veinte, amado, en el que bien consciente bajo el despecho ardiente nos llevó a la febril noche de amor que entra en derroche cuando más se halla ausente.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 23 de septiembre del 2023 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Somos gritos, cegados por trenes, somos lloros, berrinches, angustias, somos dolores, tristezas, alegrías, somos efigies viviendo en las sienes.
Somos espadachines de verde manzana, somos estupores, mal tragos, destierros, ovejas sin pastor ni lana, tortugas en españoles encierros.
Somos lúgubres, incesantes labriegos, somos el luto enlutado de deseosas peloteras, somos trémulas en la voz de las antenas, somos talegos habitados por ciegos.
Somos alabastros recipientes, olvidados en las arenas el desierto, somos recodos mentales por cada palabra, beso, riña, acierto.
Somos remansos de infelicidad, disfrutando de los problemas en secreto, de un pequeño momento de felicidad incierto, cantando con la soledad a dueto.
Somos férreos, turgentes almas, livianas, intrascendentes, somos mortuorios vivientes, condenados al olvido de nuestras gentes.
Somos víctimas de la noche intempesta, bebés perdidos encontrados en la cesta, somos la lujuria, el robo, la muerte, el engaño, los pecados de Sodoma y Gomorra sin regaño.
Somos poetas de la tinta a borbotón, tercetos desvencijados de un soneto, somos, vivimos desorientados, vertiginosos, somos de la rima esclavos y esposos.
Somos piratas de agua dulce, pilotos de agua salada, somos amargos, salados, ácidos, del sabor de la fresa agridulce.
Somos llamadas, mensajes, ¡te quiero!, olvidos, ausencias, ¡te odio!, somos un dejar en visto, un like por inercia, un comentario vacío, una foto en el podio.
Somos la última hoja de la libreta, blanca, vacía, que se tira a la basura, somos corruptos, desastres, tormentas, somos tortura, perjura, locura, bravura.
Somos nuestra familia, nuestros amigos, un hola y un hasta luego, un abrazo y un a ti me entrego, una caricia y un ruego.
Somos una madre amorosa, una odiosa, un padre admirable, uno decepcionante, un hermano querido, uno cargante, una hermana cariñosa, una caprichosa.
Somos la empatía selectiva, el abandono egoísta, el engaño ambicioso, la gula insaciable.
Somos la envidia, la soberbia, la pereza, lo somos todo para nosotros, nada para los otros, polvo en el viento, ..., escarabajos en la maleza.
Buenos días, este poema esta inspirado en la canción “Más de Cien Mentiras” de Joaquín Sabina, es una de mis canciones favoritas y quería intentar componer algo así pero con mi estilo, en este caso este poema es una descripción de lo que somos como seres humanos, lo bueno y lo malo, espero que os guste.
En el bulevar de la copa de cristal se vierte un líquido retrato, en esta avenida de arte pasado se pincelan en lienzo mortal ansiedad y arrebato.
Entre cuatro esquinas y obsecuente vino derramado tremebundas historias se desparraman ante mi conmocionado.
Me duelen las corneas con presta paleta de colores, como una brújula al norte de mi hemisferio giran sin control partituras con gustos de olores.
Al pie del alma se muestra un riachuelo de turbulenta furia arremolinada entre elocuentes tartamudeos, un manto fluido de gritos, lloros y arrepentimientos que muere en un marco de madera encolerizada ante bífidos siseos.
Junto a las cientas aguas pasadas aparece una cabaña de madera de musgo en corcho con ruidos silenciosos, ruidos de niñas, figuras de fantasmas nunca sufridos que juegan con cochecitos de madera y plásticos de muñecas morriñas.
En lo alto del escenario actúan montañas de grano de arena, montañas acurrucadas en una hoguera de fuego de copo de nieve que cubre vertiginosas heridas de tostada quemada, montañas de tormentas cómico-sarcásticas de preocupación olvidada.
A lo lejos en la cola de las montañas se observa una borrosa ciudad desvirtuada, malcriada en enjambres tóxicos, devastada por nubes de lluvia que cae hacía arriba como intentando retroceder el tiempo, atesorada en rascacielos de portales nocturnos y carmín del carbón del cielo eclipsado.
Un tejido cielo de soles a lustros que no parpadean mueve el viento en la noche, en el día una luna azul y verde ronca en los aposentos del baile carnal, el sol trazado cuyos brazos salen disparados como fogones a la cacería de mi llama rosa de amor se mantiene constante al circuito del lucero polar.
Y en un último esfuerzo de visión indeseable una brisa de constrictora venenosa repta en los campos ondulando con delicada necesidad una flora gris muerta de estrés y descontrol, unos pétalos de caleidoscopio que no quieren volver a la tierra de un ciclo de vida de entonación baja bemol.
Descripción: En este poema estoy intentando expresar mi angustia y ansiedad ante el ambiente que me rodea, para ello no solo lo describo sino que lo hago intentando que el lector sienta pesadez por lo que está leyendo, juego con una descripción del entorno un tanto abstracta y pesada, un tanto excesiva y angustiosa.
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Féminas dueñas de la pluma poética, ¿por qué os llamáis poetas, si sois mujeres? ¿acaso son cosa de hombres estos quehaceres? asumo que es soberbia, no ausencia de ética.
Si hay quien aún pretenda cambiar el sustantivo, será acaso poetastro el de los versos viles y llamaréis poetastra a las coplas gentiles, llamad a él poeto y a ella poeta, me suscribo
Y lo que aquí expongo no es cosa de risas no es peyorativo, si otrora fue un estigma, ser musa de una musa, no es ningún enigma, por eso al poetizar, firmad como poetisas.®
Brincando de brincar brincando de estudar brincando de ser poeta brincando de trabalhar brincando de pai de família brincando de homem responsável brincando de ser senhor...
Enfim, brincando com a vida; brincando “de viver”.
Hoje, brinco com a morte... E se eu tiver sorte, ela ganha de mim sem eu perceber.