Poemas :  Ninguneadores...
NINGUNEADORES...

Ellos no hacen nada, no encuentran, intentan
menos que todos los que saben ignorándolo
al adivinarlo sin trampa, sin fallar, exactamente
polillas hormigas roedores hienas ballenas
temerosas asustadas horrorizadas
las nubes desecadas
en el fondo mucho más
que ligerillas pesadillas
pequeñas medianas grandes inmensas
pestañas y párpados... ¡plaf!
entre miles de retinas... ¡chas, chas!...


Por
ellos.
Latidas las cenizas siembran el olvido
con el tiempo
enredaderas cosechadas por el polvo
que muerde escalofríos
al hielo resbalando inconsciente
tundra encarnada estepa infame.
¡Túnel insaciable viviendo,
sonriente al aplauso comprado rastrero!.

____ Ninguneadores...

Porqué agota el estar todo el año
cada mes semana a semana
día tras día hora a hora
viendo escuchando sintiendo sabiendo
como terminan con la vida
los mismos pasados hechos presentes ausentes


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Rastreador sacrílego
RASTREADOR SACRÍLEGO

Busco, me dices: La montaña,
clandestina de los ensueños perdidos,
de los manantiales algodón,
en los arcos de plumas verdes,
que bailan rojo al embeleso,
y al cristal de las arenas.

¡Pureza en sacrilegería!.
¿Nerviosismo supernumerario acaso?.
Me dicen, dilatando lo difuso,
lo deliberado famélico,
al detractor ubicuo y carnicero,
en la irreverencia mutante, me dices.

Busco, busco, no lo niego,
el dulce motivo de las sirenas,
en la espuma de las perlas,
con la realidad de las cadenas,
una golondrina abastecida,
una palabra por inventarse, neologismos.

¡Ya abunda el incorruptible desenfreno!.
¿Afrentosa integridad honesta en ocaso?.
Me dicen, con la escrupulosidad facciosa,
ser en la veracidad con desmesura,
una desvinculación y vilipendio,
en la fornitura imprescindible, me dices.

Busco, busco, ser el mes,
hermano amigo de los años,
con el silencio justo,
que su ignorancia acepta,
con el espacio ausente,
que el tiempo cultiva grácil.

Busco, me dices, decirte...
Que la luz es más obscura.
Que la paz es simple sueño.
Por las voces apagadas del aliento.
Por los peces agresores del veneno.
¡Sacrílego y rastrero rastreador de cielos!.

Si
Solo
Soy
Aquél
Que en la insulsez del exabrupto piensa.
¿Porqué se busca regalar el engaño para salvarse?.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Un arcano heterogéneo
UN ARCANO HETEROGÉNEO

Quería volar, y se fue de leopardo vestido
con el presentimiento de que el medio
esponjoso quedaría asombrado en las retinas.
Hacía varios días que estaba muy tranquilo.
Ni él mismo sabía lo que describían los timbres
postales falsos terminados en casa.
Ni de las lágrimas petrificando sueños presos.
De vez en cuando, por un momento, el espacio
crecía y se achicaba entre resortes sorprendidos
al salir de las realidades alternas, retrasando el
destino con descuido, como la mirada de un ciprés
al cielo que ha mandado parar al sol alerta y puro.

Otras veces caminaba asido a circunstancias incandescente,
ensimismado, deslizándose en los velos despojados de la música perdida, en un claro enrejado bajo las nubes provocando un torbellino con la disciplina de las generaciones por venir,
inclinando con su peso la llanura de sus pupilas.
Quería imponerse, a fuerza de ignorar las excursiones masivas a las interioridades ajenas, abriendo y cerrando las ventanas
triangulares y sus palcos. Que caminan sobre el dorso de las olas.

__¡Lo mejor es no pensar en ello!__
Se dijo calladamente al empezar a brotarle el par de alas negociadas
en la noche por el largo camino de las nubes.

Estuvo mucho tiempo sumergido en la cabeza de la estatua colosal,
ahí donde vio dibujado su rostro con inscripciones destruidas por terremotos y mareas. Algunos las explicaban desparramando
promesas de saberlo por haber desatado misteriosas correspondencias.

Conocedor de la profundidad del absurdo, y decorado además por las nítidas paradojas rechazando amablemente la acusación de los celos
profesionales. Como los bosques ignotos bajo el cabello cano y escaso.

Los días siguientes no fueron diferentes al mes anterior, en la vorágine
incesante del espacio mínimo comprado en las calles como historias verdaderas, a los rostros anhelantes en el cementerio de los pozos.
Parecido al fruto de una huerta de casa embrujada, acompañado del tiempo sin fin, con el dulce placer del deseo todavía en espera.

Todo había andado excesivamente bien como el alfabeto fonético más
antiguo que se conozca, desde la pintura rupestre de los perturbados
caracoles marinos creados por las corpulentas bacterias sin tomar en
consideración la edad en forma de pirámide que salta evocando a los parásitos por el desconcierto de la imagen mencionada.

Pero todo ello solo duró unos minutos,
fue un vértigo verdoso en un claro de selva nadando en el aire.
Como el ritmo rotundo de múltiples piruetas, apretando en la garras un cerebro potente que electriza su espacio y maravilla la tierra.

Súbitamente, la roja luz lunar perdió mucho de su intensidad.
En ella aparecieron visiones apacibles mecedoras de penumbras en una especie de preámbulo magnánimo, representando la sonrisa doblada por los años con las llamas de la espalda a los talones.

___¡Claro qué les diré todo lo qué pasó!___
Pues los vidrios de las ventanas se han fundido liberando las
escaleras que permiten llegar al fondo del lago escondido en la piedra de la que sale la voz, y agita la luz intensa en el hervor general de la
nieve, en el inmenso territorio inacabado del resto de la vida.

Por otra parte, ya no quiero volar, y mucho menos vestido de leopardo con el par de alas baratas cinco horas después de aquel suceso
que claramente he olvidado por ver el oxígeno atómico eliminando el hollín de las pinturas de mis memorias antiguas, resultado del buen cuidado que me dan en este museo, ahora mi hogar permanente.
__¡No obstante, hablaré esta noche con Seth!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de esperanza :  Fortificante solo
Fortificante solo

En el gabinete del día de hoy,
de vigilante atavío,
hay un siglo ...acongojado,
trabajando el barro de la herradura,
en los ojos... De un árbol cada semana.
¡Fracción, fonética, informe!.
Parpadeando partituras,
el año... Utiliza mes a mes la mesa,
formalmente, lentos, los impulsos grise.,
¡Al retozar como retaco!.
Un siderúrgico sermón.
Utilizando
Las
Mejores
Ventanas... Rentando a la corrupción corrugada,
sensatez inquietante al fosfórico grabado,
y sin la piel jugosa de la córnea.

*****


Fabrica.

¡La fábrica, flexible, de gramos endurecidos,
lo mismo qué ayer la ceniza gozó!.
Como.

Un jarabe con la natación de leche,
el flujo creador, de damas y ajedrez.

Y
De pié un proceso... De canicas en un balero,
arrodillando. Urnas tibias, pelotas dulces, al
sombrero, fumando, nubes en una tortuga.

****

Fortificante
El
Noble cigarro de barro córneo.
¡Qué hace del maderaje una madeja!.
Como camella hermanable.
¡Argollas atricheradas!.


Fortificante.

Solo.
El problema era antigua metafísica,

de un teorema infantil y onírico.

En un yo, del detalle guadaña, chisporrotear.
Siendo.

¡Un simple sabor incompleto!. Dijo: De pronto.
Lleva la humanidad al mismo Caos, al blando soporte, blanco, lleno y rojo, de los anaranjados limones tristes. Alegres, vendiendo cristales de botica, al principio. ¡Trescientos plásticos sacaron sentimentales murallas!.

Los conceptos desgranando,
los conejos dudosos,
los cangrejos sentados,
los caminos del musgo. ¡Lenteja lentitud legible!.

****

¿Pero, fortificante sólo?___ Lo decía.
El flébil fósil.
Con el miedo telescópico en el trópico.
¡Sintiendo zafio cualquier yusión!.
En la patente
De la paja
Un párpado.


De madera relampaguean paralíticos los dientes,
del tigre tierno, en las sienes,
de las montañas,
dobles al azar, de los corazones en la pizarra
pintados, y la lengua de ámbar como huella de ra
tones amarillos ya, que va, en las muñecas de
cera. ¡Acero!. Bajo la cerámica de invernaderos,
en la boca perdida del espejo, que ignora ser de
los vacíos simple reflejo, y pensando entre nidos los delfines, que creía ver volar. ¡Solo fuerza!.

La fuerza omnipotente de los metálicos horrores.
Y
Luego.
¡La lira de las litisexpensas!.

Saliente salina sanguijuela.
¡Aquél panteón fue invadido del consuelo!.
Repostero réprobo reproche.

¡Aquél desgarrado y meridiano sótano
Luego.
La envidia tenue en la cabeza, blanda.

La mayor parte, antes la destilaba.

Brotes brumas bruces.
El piso helado, del cabello asombrado.
El exuberante grito bajo la puerta. Solo.


¡¿¡¿?!?!


¡Solo, fuerte, muy fortificante para el silencio!.
Del pauperismo.
Paulatino.

Del hermano, al expoliarlo, la coacción.
¡Bandolerismo de bandurria!.
Más y más.


¡Más, en la chimenea se ocultan,
las cenizas del gigantesco,

tiempo, cayendo cascabeles,
de las hojas,
hijos de

la nieve. Cónicos. Al descollar desembarcando,
las incurables columnas,
atravesando peces
un ombligo
generoso.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta