Poemas sociales :  Era apenas un helecho
Aprendí el lenguaje del helecho,

tartamudo verde de palabras largas,

con su penumbra tibia,

acogedor portero de mi casa

Se arrimaba al sol sin prepotencias

Me saludaba a diario, confidente,

comprendía mis treguas simplemente

Aprendí el lenguaje del helecho,

disfruté su tersura de serrucho,

en sus raíces compactas

descubrí su corazón frutoso

Aprendí el lenguaje del helecho

y sé que él supo del mío,

de mis desorientadas mañanas,

de los cobradores y sus palabras raras

Por eso lloré cuando el actuario

desparramó su cuna colgante

en el lote humillante del embargo

Lo ví aletear en treinta y cinco espacios

Lo ví despedirse del portal, sin acusarme,

comprendiendo mi desnudez escriturada

Helecho marginado del sol hasta el remate,

llegando triste, amarillo y amputado,

para que alguien, por dos centavos,

procediera a borrarlo de inventarios

Nunca más he podido

conversar con los helechos

Desde que falleció mi amigo,

por solemne hipoteca ejecutado.
Poeta

Poemas sociales :  La esperanza del pan
LA ESPERANZA DEL PAN


Buenos días, mujer

¿cómo amaneció la niña?

Voy a salir de nuevo

a recorrer mi engaño y mi rutina



Dáme tu silencio, mujer,

No te escandalices de mi rabia…

Circunda con tu beso compañero

la cotidiana desazón de mis semanas



Ya no quedan postigos,

Ya no me saluda el funcionario,

Ya no me otorgan crédito los cementos,

poco queda ya en mi inventario…



Parto a deambular mis muelles,

A formar fila en los pasillos,

a compartir prestados cigarrillos,

a reprimir una vez más mis desvaríos



Cabalgando la aurora soy ripio,

Volátil, reseco,

Errante pasajero del viento,

Extraviado en callejuelas inéditas,

Construyendo una nueva mentira.



Recobrar a mediodía la fuerza

para tejerte un cuento…

la probabilidad azul de un nuevo puesto…



En los astilleros,

En el dique nuevo

que quizás pronto

que ojalá luego…

que talvez nunca…



Buenas tardes , mujer

¿almorzó la niña?

¡Para mí? …no nada…



Me invitó un amigo

que está por instalarse…

trabajaremos juntos ¿sabes?



Y gracias mujer, por tus silencios

Suficiente es mi rabia contenida

Frente a ella, casi altiva

heroica vas siguiendo mis mentiras…

Ayudándome con esa fe sencilla…

“Mañana, si Dios quiere, será otro día…”
Poeta