Cuentos :  En la torre de cristal... (Ciencia ficción)
EN LA TORRE DE CRISTAL

La máquina empezó a desarmarse sola,
después innumerables intentos y de ni-
velar el verde con el rojo.
¡Nunca lo había visto!___Al anochecer,
y recostado en el sillón flotante dijo
la voz emocionada bajo la vieja gorra
de antimateria.
Hemoglobinado parecía en el cielo verde
estar contento y sorpresivamente preocu-
pado... Es algo increíble, y había pausas
en su mente de ingravidez matemática
oscilando la mirada por el techo, la torre,
por diez segundos había visto, pensaba,
sentía, a un sólo paso de cruzar el puente
vegetal, al fondo del eritrocito.
¡Maquinaria humanizada!. Mmmm.

En un nanosegundo, la emoción lo embargaba
clorofílico era cada latido un mecanismo...
¿Sería él, el primer chiquillo niquelado?
Al borde del acantilado, en su laboratorio,
el verano contemplaba, un paisaje hacía justo
diez mil años, antes, desaparecido.
El matíz del cielo era afectuoso y el tema de
la vida lo tenía absorto.
Pero... Ahora, esta nueva célula metálica
humanoide, sería el resultado de...
¡No, ni pensarlo!____Dijo, los transgénicos
tenían dos siglos prohibidos en casi todos
los planetas.... Aunque, tal vez, en ese rincón,
el hábito alimenticio de los artrópodos no
había sido observado con atención continua...
Y las nanopartículas programadas dejaron
de usarse, los resultados habían sido terribles.
En fin, no podría decirlo.
Nadie daría crédito a sus palabras.
¡Níquel qué piensa!___ No es posible,
el aceite luminoso y volátil, era sólo un óxido.
Le dirían... ¡Eres un simple chiquillo!

Y la leyenda de la torre de cristal eso había
sido durante varios milenios, archivada en
el edificio transparente, solo accesible a sus
digitales recuerdos.
El mecanismo de la vida, líquido, le corrió
entre unos arrugados lunares y la piel casi
plata en el cuello.
El camino desde las mejillas emitía un reflejo
rojiverde...En la voz del tiempo, sin historia.
Se durmió soñando en la torre de cristal.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Desprendimiento
DESPRENDIMIENTO

En la luz se sintió perdido, ninguna
otra partícula estaba ahí, y su labor
redentora, quedó paralizada.
El plomo ardía, nada sabía de los dia
mantes, menos, menos aún de la hemoglo
bina... Un poco más allá, en la última
órbita, las cargas eléctricas saltaban,
silenciosas, teñidas y caóticas.
Las condiciones cambiaban lentamente,
flotaban, ahora burbuja, mañana espuma,
¡El futuro nacía y retrocedía!.

Como el aliento un día de verano, en
alas de mariposa, encarnada chispa,
fuego divino bajo su piel, un cosmos
dentro, microcosmos individual, único,
irrepetible, pensaba, sentía, existía.

En lo más profundo, luz y sombra, fácil,
flujo del espacio elástico, esférico,
y bañado por la ola primordial del tiempo.

La realidad, era y no era, simultáneos
caos y orden, y el principio tejía finales.
Así fue registrado, de pronto, en el enorme
microscopio atómico. Y él, ciego de naci-
miento. ¡Soñaba ver!. Nada raro, con-
siderando su inusual capacidad dermo-óptica
bien desarrollada.

¡Estaba perdido!. El antiguo "Acelerador de
Hadrones" cambió su Teoría de la Vida, ahí
mismo. ¡Quién lo creyera!. Después de tantos
años, anudando moléculas, modificando genes,
trasplantando codones, y aminoácidos. Las
espirales, en partículas dobles, fotones y
quarcks, antineutrinos. ¡En fin, caos y orden!.

El día había sido, difícil, muchos alientos habían cambiado sus lugares vitales.
Pero él, en ése preciso instante, ahí mismo,
y en la intimidad de un cloroplasto...
¡Si, la intimidad de un cloroplasto, donde la luz verdosa libera vida, crea tiempo y espacio,
se reproduce y cambia!.
Sentía su piel rugosa, y la franja de un sol,
aparecía en palabras malévolas,
ruines, inolvidables, le recordaban la inmen-
sidad de la ignorancia en la chispa divina.
¡Del alma, que se apaga, y se desprende!.
Y al final, lentamente, rápido, espontaneo y
pulsátil, en el centro del espacio-tiempo.
¡Se desprendió y abandonó la materia!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Hermano mayor ...
. El Junior está tomando el sol en esa posición que es muy, estómago y extremidades alargadas, pero hoy no está en su día, algo que le quita la paz de la mañana a meditar en las consecuencias que traerán los actos de su hermano mayor.
Hermano siempre ha considerado a un amigo mucho más allá de los lazos de sangre, la sangre no siempre hablan más alto cada vez que medita sobre las relaciones familiares y los numerosos retrasos que a veces estas condiciones de transporte diferentes, concluye que muchas familias están destrozadas por la codicia excesiva y especialmente por los celos excesivos. En ella, a pesar de ser una familia desaparecida en la distancia, donde un miembro está afectado que otros responden a la llamada.
Una familia compuesta de padres de edad, dos hermanos y sus familias, y muchas tías y tíos, los derechos de algunos más que otros, que la vida condujo por los carriles dispersos, por no hablar de los primos de catrefada, la mayoría desconocidos, en su entero. Reflexiones de los tiempos modernos.
La envidia es el buitre que roe las entrañas de la envidia y la envidia de los.
La codicia excesiva la solapa que esconde el verdadero significado de la vida. Con estos pensamientos, junior buscando viajes inquietos con el paisaje circundante. Visitar la casa de la familia se dio cuenta de que, después de que su hermano no es exactamente lo que pensaba, y que todas las excusas que se reunió en los últimos años, con el fin de justificar su inacción, mientras que su capacidad de juzgar se destaca los errores de otros, fueron el resultado de un buen corazón luchando con las vicisitudes de la vida. Con esta mirada ternurento largo de las décadas, desde el momento en que eran niños hermano menor excusa de los muchos ataques contra la mala suerte que llamó a sí misma soberana.
No se ha estudiado, fue culpar a los padres que eran malos padres, especialmente su padre, los matrimonios mal que lo hizo bien eran culpa de los padres, una vida de indulgencia mostrada apariencias transitorias, fue culpa de los padres. Hasta su cuerpo deformado por la codicia precipitada, que no pudo resistirse a una vidriera de dulces, se hereda por vía materna. Júnior se disculpó con mirada de dolor, después de que su hermano era su mejor amigo. Pero algo había cambiado de la noche anterior, cuando llegó encontró a su madre y su padre abatido, le preguntó la razón para el arrepentimiento y comenzó a costar los mismos motivos que la boca del padre.
El hermano había estado en casa durante unos días, en otro conjunto de cadenas de duelo, gritó arrojando la madre - que no son nada, no puedo considerar a los padres que no hicieron nada para mí, nada de lo que siempre han vivido a la sombra de la pobreza, Odio a la gente pobre -. Poner esto los otros extremos sueltos en una maraña de las parcelas, Jr. puso en duda la existencia de su hermano, es cierto que algunos padres tienen o han tenido, somos pobres y sencillos, al igual que muchos otros pobres y sencillos, sino también Es cierto que en la casa de sus padres para comer el otro también, si un zapato para caminar, el otro también, si se había ido a trabajar a los demás la misma manera que lo eran.
Los dos hermanos continuaron creciendo la vida que quería sin que sus padres jamás pondría obstáculos, podría dar consejos, pero cada uno hace de su vida que conocen bien.
¿Cómo pueden los padres estar la causa de su su,, la mala suerte notorio, se casó cuando él quería, que se separaron cuando él sentía, se volvió a casar y desacoplar, mientras más joven y fue puesto en libertad de uno a otro matrimonio, él vivió la vida entre un bar y una discoteca, unos cuantos viajes a la playa y el cine, un montón de tiempo alimentada y financiada por los amigos cercanos, siempre fue el período cuando él se escapó de trabajar con la excusa de que no había trabajo, podría beneficiar a este tiempo de libertad de cultivar y promover armando para una educación más amplia, pero no soñaba con ser modelo fotográfico y se perdió entre las posturas más o menos insidioso que condujo a nada, pero para llenar el ego del fotógrafo alegó, entre clics y violentamente fotos en blanco y negro. Pero la culpa de una década de la derrota, y sobre todo para ser un John Doe en los ojos de la sociedad, a pesar de su estado actual se siente cómodo, entonces era de los padres.
Esta y otras preguntas siempre se han preocupado Junior, pero cuando finalmente encontró a su hermano a entrar en un trabajo permanente a través de otro matrimonio de conveniencia, que se deshizo de un vistazo, respiró hondo, su hermano finalmente encontró la paz y la reflexión de esto fue que el pasado Pronto se casó nuevamente, esta vez con una mujer a la derecha, y la vida que podría darle el nombre y características deseadas. Esto fue seguido por años suave y tranquilo para una familia desaparecida en el acercamiento de las necesidades fraternales de cada uno. Estas necesidades que ayudaron a demostrar la capacidad de convertir a su hermano a sí mismo, todos los laureles de las ayudas previstas para la primera oportunidad para hacer de este estándar, Junior también cerré los ojos toda la evidencia de que la ayuda de su hermano a los miembros de la familia llevaron a cabo varias tan sutil, siempre huyendo de las responsabilidades en que la carga era demasiado pesada, fue la eliminación de las habilidades, pero ayudó con estruendo en el fondo, en un intento ridículo para llamar la atención del mundo sobre sí mismo. Y ahora el golpe final - no son mis padres, el mejor - eran malos padres y yo soy la víctima.
Junto a esta peregrinación as y empresas dudosas en los últimos meses con su hermano volvió a distribuir su tiempo inerte, tomó el junior tomar en serio a la pregunta la que siempre tenía un amigo que la sangre. Habla con él, finalmente, decir lo que siempre en silencio, sabe que será fatal para su relación, el hermano herido en su orgullo, nunca admitirá que los errores en su vida, desde un punto fuera de su yugo, y que esto no era herencia paterna, hablar constantemente se disculpó con su envidia oscuro, cada vez que alguien de sus relaciones era evidente. Y la cosa fue tomando forma alarmante, si algún miembro de la familia se atrevió a destacar, con independencia del acto. Esta envidia, que se manifestaba sutilmente minando todo y de todos con las afirmaciones infundadas e insinuaciones. ¿Le dice que para crecer como hombres y miembros de la comunidad, tenemos que agarrar los cuernos de la vida de frente, y se seca nunca, te dicen que a pesar de que reconoce todos estos defectos, también reconoce las virtudes, que son muchos, es que estos defectos son el yugo que el hombre nace, pero no todo el mundo sabe en torno a los obstáculos que nos han proporcionado como una raza. Estamos muy conscientes de nuestras verdades no reconocemos cuando nos miramos en el espejo, siempre en nuestra mente el halo angelical que nos adornamos con comodidad. Precisamente porque somos demasiado perezosos para quitar el yugo, y llevar con ella durante el viaje por tierra en la indulgencia malsano.
También le dirá que ella lo ama, que recuerda el tiempo que un niño, recuerda la ropa pasada de moda con la que vestían, y todo porque los padres eran pobres. Por encima de todo lo que dicen y también extrañaba mucho, pero no tan alta la carga de estos errores en la parte posterior de los demás.

Júnior se levanta, estira sus piernas y camina hacia la vieja casa, esperando a que dentro del vacío, el vacío instalado desde hace veinte años, cuando un acto niega conversaciones con su hermano. Mañana volverá a acostarse. Sí el sol, se extenderá erosionado por los miembros atroces, los campos y mira que sintió la presencia de los padres antiguos, una vez más darle las gracias por haberle dado la vida, y tal vez le ayudará a llegar a corazón del hermano mayor, sólo sabe que está vivo. Por ahora las dos siguen con vida, incluso cuando usted no sabe.
Mañana dirá el hermano y se arrepiente de no haberlo tenido como amigo, que señaló los errores, los errores se vuelven más ligeros cuando alguien señala que amamos, el respeto y el amor que es, señalan los errores y virtudes en pie de igualdad. Júnior se enteró de que con los padres ancianos, los vecinos de los padres antiguos, los descalzos pobres y el alma lavada.
Júnior se pregunta cómo es posible que dos de las protestas de la misma olla se diferencian por el color de la arcilla que cubre las grietas de su uso.

Esa noche junior abrazó a los padres de edad, ahora se encuentran al lado del otro, hasta el peso de la arcilla, el aire que rodea las tumbas respira una certeza, muy cerca del principio que es el universo existencial donde la materia se convierte en polvo, el hermano menor Antiguo entender que el defecto punto de saber de antemano cuál será el camino a la separación, es el vínculo que nos hace vibrante protestas de la olla de barro igual pero diferente. Defectos y virtudes todos llevamos, por lo que tenemos la suerte de encontrar uno que identifica los valores si son virtudes, y nos ayudan a mejorar la vida mientras se encuentran defectos.

Justo en ese momento será demasiado tarde para que el hermano mayor.

Antónia Ruivo
Poeta

Cuentos :  Un día de menos... (Anticuento Fantaciencia)
UN DÍA DE MENOS

El día parecía interminable, ola tras ola, escondida la brisa en un calor doble con las palmeras en el cuadro. En la esquina la tarde reprochaba, en silencio, esa tolerancia cibernética, qué se materializó en su silla vacía, al pié de la cápsula recitada de la historia. Rumbo al pasillo, la cerradura ahora
dejaba pasar un desgarrado flujo, aire espeso, cantos y murmullos metálicos, entre los blancos y lisos muros.

En el agua, estaba atrapado, el pensamiento de la sangre derramada, deformada, olvidada, sembrada a diario, entre la voz monótona acusando sólo a los pterodáctilos y los gusanos, electrónicos y plasmáticamente teletransferidos entre los tóxicos ingeridos, por los micrófonos y las pantallas.

No podía evitarlo, nada era ya insólito, las invasiones de planetas se planeaban cruelmente, la inhumanidad tejía redes asociales.
Pero el pensar, eso sí, era como hecho insólito,
misterioso, terrible.

La historia se repetía, ahora se eliminaban los pequeños intercambios mercantiles personales, la individualidad era sólo cosa del pasado milenio, después de la destrucción imperial, en las estrellas quedaba un ambiente triste y desolado.

Menos ese día, la nave en Neptuno, él, en aquél planeta desolado y contaminado, con mutantes rabiosos, enloquecidos y metálicos millonarios,
en las pantallas extensibles, altavoces, programas holográficos, y los últimos datos de telemetría así lo indicaban.

¡Pobre madre tierra, ahora era como una viuda pobre, y la humanidad hija, la había traicionado siendo una informe filicida en toda la historia de su biología!.
Y luego, el error del terror, las inmensas falsedades de armas de destrucción masiva, no lo eran tanto, pues el azul del sultán y los imperios y tiranías se habían multiplicado, el control ya no era de humanos, sino de personajes informáticos, robóticos.

Caminaba y las planillas en sus manos se mezclaban, cómo los insectos tropicales insisten en no dejar dormir en paz. Hacía varias décadas qué lo analizaba,el contacto por la red, sólo aseguraba su presencia, en realidad inundada en aislamiento, no importa el lugar, el gobierno de la galaxia asesinaba inmpunemente, así como en la Historia de aquél Nerón en los incendios de Roma, y luego los cristianos interactuando con los leones.

En algunos lugares, muy raros, aún quedaban consciencias y sitios inaccesibles, en el fondo del alma de unos seres humanos originales, plenamente encarnados, totalmente autoconscientes y con el potencial incalculable de automodificar su código genético a velocidad vertiginosa, controlando y generando antipartículas, sin embargo en la galaxia el gobierno continuaba asfixiando con impuestos, eliminando a cualquiera qué se opusiera, en fin los pterodáctilos servían para todo, y de todo se lespodría culpar.

Y repetido millones de veces, en los miles de medios de retransmisión de la información, deformada, distorsionada, sónica, satélites, microondas, discos, fibra óptica, y los medios visuales con combinaciones sensoperceptivas dejaban prácticamente inermes a todos los individuos.

La luz de ésa luna, se interpuso entre las otras, aún así, centelleaba y alumbraba la cara del tiempo desecho. ¡Seis años luz!.
¡Completamente perdidos, las imágenes gastadas, toda la energía liberada en las infinitas almas desencarnadas, el plasma mismo cambiaba de consistencia, y el mal afectó los mismos códigos genéticos, el dolor quedó incrustado por varios siglos concéntricos a la visión termogénica!.

Así lo había estado analizando, auxiliado por algunos cientos de miles de mensajes analizados por sus equipos, biomoleculares, y los instrumentos de astrofísica, en combinación con el consejo de varios sabios semimortales, y la ciencia paralela desconocida qué contenían varias cadenas neuronales heredadas. Más ahora, y a pesar de la reciente teletransportación y las últimas inyecciones de.

¿Vale la pena?. Repetía, en su intento por rediseñar radicalmente los menores detalles de la mujer del vapor a bordo en la revista.
Las facciones holográficas eran tersas, palpables, incluso el olor desconcertaba, por lo inesperado, por los muslos y el apetito del aliento agitado. En la nave, para decirlo con franqueza, estaba una energía dañina, flotando en el ambiente, (tal vez antifotones del agujero negro de los seis tiempos detenidos).

Y se sentía como el más miserable, su incapacidad agudizada para la deshumanización progresiva le había fallado... Incluidos los fantasmas de en su viejo corazón terrestre, rejuvenecido por las radioactivas biomoléculas de su laboratorio personal de nanomedicina, se las autoaplicó el mes anterior.

Pero... Ni los ruidos eran consoladores, los reflejos multicolores deltablero alado, las noches de placer, los amigos en los otros sistemas novicios, cómo rebaños de pastores, le temían en la profundidad amistosa de tantos años...

El se decía, en voz baja, a solas... ¡No, el universo es más amplio, su expansión es reversible, hay un fuelle universal, y dentro de la antimateria las posibilidades son infinitas...
Bien lo sabía, sólo se percibe en lo profundo de la mente, en la misma raíz del no-pensamiento,
(en el shamadi, en el satori, después de aniquiliar todo ego e ilusión, con el dharma en las mismas arterias neoformadas)

Y sin embargo... Se preguntaba, ¿O quizá, sin darse cuenta, compartía la incapacidad de tolerar mutuamente, la muerte injusta y la vida involuntaria?. Hacía ejercicio, con ayuda del equipo y la vibración grabada entre sus genes, en la relatividad de la historia humana los huecos son inmensos.

Antes del colapso, los Sistemas económicos ahogaron la más mínima ética, y el exterminio fue atroz, tan veloz cómo el terror, y tan paralizante como el miedo qué asaltaba en cualquier noche. Los mismos terrestres erandesterrados, los humanoides se habían apoderado de los puestos importantes, y muchos eran rechazados, otros, arrastraban los instintos de poder y de riqueza, pero lo más peligroso, era.

La consciencia distorsionada, el lenguaje absurdo de cambiar las palabras y creer cambiar con ello los sucesos, los hechos mismos. ¡Vaya!. Más primitivos qué las últimas generaciones de antropoides del hiperespacio del centro de un agujero negro. Pues bien se sabía, desde varios siglos atrás, esto conducía al vacío, es más, lo generaba expontáneamente, conducía al espacio increado, sin dimensiones, al absurdo de las almas enfermas, y hacían qué el mal fuera contagioso.

El engendro, al amor increíble al dinero, a costa de cualquier cosa, la vida sin valor, nadie sabía qué era el honor, y toda esa fanaticada de perdones eternos a culpabilidades transitorias, temporales.

En fin, es muy largo de contar, tal vez en otra ocasión, pues el gobierno de la galaxia bien podría mandar eliminarme, y los pterodáctilos eran efectivos, y hay una energía espesa en el aire, ajena y arrogante, con características de una negación alucinante de los propios errores astronómicos... Y microscópicos bajo la piel de esas bestias informáticas recubiertas de piel humana.

Y ahí, bajo el agua, estaba el candado enorme, la mecánica del programa psíquico maestro, los códigos y métodos detallados de la gran cadena qué ata el pensamiento mismo, qué reduce la voluntad progresivamente, y con sus programas campimétricos, y qué finalmente reducen toda libertad hasta extinguirla, con el
desconcertante resultado de que casi es imposible darse cuenta de ello.

Por eso estaba su pensamiento atrapado, bajo el agua, su mirada, clavada en el sangriento candado cibernético, impenetrable.
Entró.
Entró lentamente en el teletransportador, de nuevo,
y regresó a la nave que lo esperaba en Neptuno.
Y así terminó ese día.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  A tres metros del tiempo
A tres metros del tiempo.

Aún en la persecución enervante del reloj, ese día estuvo en la luz lunar fabricando rostros, si bien nada sabía de ondas ni corpúsculos, ni nada.
Ahora, no hay salida, la brecha de tiempo se dobla, al limpiarse la frente con la mano, ahí en la transparencia brillante del asiento, pensaba en el tiempo y la distancia.
Jamás había visto algo semejante, ni adecuado para acabar a sus pies en esos aceitosos momentos. El manual nada decía, y el vaso de aquél líquido con la frase de "concentrado de experiencias de aprendizaje", le causaba un poco de ardor, y dejaba un dulce sabor, qué transformaban los sentimientos en pensamientos extraños.

¡Nada me resuelven!, el reloj sonríe, el tiempo de larga falda se detenía volcánico, con la nieve como un alambique de bronce... ¡Bonita forma de vida seleccioné del tablero!, pensaba en la luz ultravioleta al brotarle de las pupilas, a veces era una agradable diversión, pero, ahora... ¿Qué haría con ese pedazo de tiempo, la máquina dejó de funcionar, justamente hacía tres metros?.

Y la superficie de cualquier ciudad era sólo una superficie, como forastero imposible en el valle de preguntas qué latía bajo la metálica piel qué ahora le cubría, bien sé su importancia, el trabajo es reconstruir el pasado, tejer y bordar el tiempo, hacer de partículas bellas ondas, crear espacio, rodear galaxias, antes de qué mueran los recuerdos entre telescopios y microscopios.

Creía sentir.. Con nostalgia en las pestañas, los días lejanos.
Pero ahora, a tres metros, y la máquina sin funcionar, el parecía más plasma, con el piloto automático sin rumbo, y consideraba la opción de un decímetro, poco a poco, en sus cabellos, sin duda cables entrenados para sentirse humano, y escuchar como latían los segundos, péndulos, la música esférica al fin.
Dijo en voz baja, no hay oportunidad de pecar, y luego, justo en éste Agujero Negro, como haré para inventar algo y poder pedir perdón, el tiempo se agotaba, y le faltaban sólo dos volúmenes de la enciclopedia qué había bebido del vaso.
El amanecer en esa situación le inquietaba, pensaba, será qué de máquina en realidad me han hecho humano, sin ser previamente humanoide, la voz suave parecía decírselo desde la pantalla alojada en los pulpejos de metálica dureza, y del codo a la rodilla.

¡Bueno!_ Mejor muero una vez más, dejo el programa establecido, y el nitrógeno líquido en los bolsillos, así a mi clon no le causará problemas.
Y por un centímetro no se equivocaba, aunque las medidas a nivel subatómico y hablando así, eran más bien astronómicas, pero él ahora giraba en una pequeña partícula inestable, a veces fotón a veces un gluón, en fin, ya nada importaba, la máquina del tiempo dejó de funcionar, justo hacía tres metros...

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Camino nocturno
CAMINO NOCTURNO

No había una vez, más, encendería la luz y si necesitaba copiar algo, iría así no más, a la luz de una vela, de barco eran las esperanzas, como una pequeña balsa, dentro de su vida. Afuera del cuarto, bajo la ventana, no había quién opinara, en la cabeza el frío languidecía, al imaginar aquéllos incidentes. Por fin, se acercó a la jungla un viejo tigre qué le miró de frente, como en alguna infancia polvorienta en la infancia tierna del circo, acompañado de vientos, rotos los pantalones, aunque la lámpara de aquél recuerdo estaba húmeda de alegría, tal vez demasiado para vivir ahora en cualquier pantalla.

El camino nocturno del regreso de la función, el día anterior, era liso, bajo los zapatitos gastados, del correr campos verdes y cosechas.
Pensaba, del espacio llena la mirada, y en las llamas, elefantes y camellos. Nocturno en el camino del circo. Y soñaba, universos de cebras,
malabaristas, como un destello qué la memoria estremece. El circo, ahora, está en las calles, diarios, televisiones y las armas gozan viendo solo sangres. ¿Porqué debía ser así, no lo sabía?
Nocturno, nocturno, en el camino de regreso.

Y con un sonoro arrullo, honesto, el tiempo daba tibios bamboleos, con ardillas en el bolsillo estuvo feliz ese día por la tarde, luego clavó los ojos en la pared agrietada y salieron amigables las arañas, los pececillos, las canicas y en su lugar el trompo y el balero... No el yo-yo, juego de muchos en la vida. De pronto, la noche terminó por despertarse, encendió la luz, con una flama, de vela era el mismo barco, y el mismo recuerdo del camino en la luna qué vivía, y a lo lejos le decía: ¡Estás en la luna, de nuevo!. Camine y camine, de noche, nada más.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Leyendo un sueño... (Experimental)
LEYENDO UN SUEÑO

En una hoja miró a las otras.
Letras, verdes, enciclopédicas en trocitos,
leyendo las palabras parecían amontonarse
de varios siglos, debido a lo nuevo.
Esperan, tomar, del interior, las añoranzas,
sinceras, siete días a la semana.
¡Esperan!---Tocar el corazón del ser.
Amalgamando al destino con destreza,
humana, letras, sonidos, ideas.
¡Esperan!---Tonos gramaticales de colores,
múltiples, en un hermoso lenguaje, interior,
de los humanos, deseos, de unión, activo
e indicativo, amando al gerundio.
Aún al pleonasmo, considerando, abolir al
defectivo, no negando al infinitivo flexiblemente.
Esperan, tolvaneras, claro es, al sistema de
sonidos, en las hojas árbol de la vida. Verdes,
aún esperan tonificar, la razón, humana, toda.
Leyendo como sueñan.
Letras qué podían estar seguras en su riqueza
y prosperidad, murmullos comparables a montañas
reunidas al despertar del otro profundo sueño, más bien,
parecido a pesadilla continua, qué al despertar nada
entiende sino con las armas, el poder del abuso, quita
al débil lo poco qué le queda y en otros tiempos apoyó,
sin embargo, después despertó. Del sueño hablando,
entendiendo, sus rítmicos sonidos, algunos siglos después.
Leyendo, leyendo, viejas leyendas.
Cada año qué pasaba era lo mismo, el árbol el dictador

abría la boca, ahogando en sangre palabras, palabras
de otros dialectos, y léxicos adversos a sus inauditos
instintos, y a los lenguajes hacía bárbaros, terroríficos,
En otras palabras acusadas de mala fama, tratando de
sobrevivir olvidadas muchas, y escritas pocas, ya extintas
infinitas.
Y remotas.

La noche regresaba, frustrando los intentos de la luz,
luz del mismo ser qué sueña, ser, tener un solo sol sobre
una tierra hablándose a sí misma, en los múltiples alientos
de la humana arcilla.
¡Esperan!__Tocar aún la razón, más humana, sin abuso
de cañones, ni la pobreza hecha a fuerza.
Una vez, tal vez, antes de... ¡ Babel !.
Babel parecía en el ajedrez, dos enroques y un jaquemate,
perpetuo peón sacrificado, de letra, gramática, ética, en la
defensa india, siciliana y variante del dragón karo kan...
Tablero, tablero, en la hoja, se filtraban los renglones,
descansando en esos lugares qué abren puertas y descubren
los rostros del soñar, la humanidad una sola. ¡Voz en ése,
libro qué a diario, se escribe, en la tierra toda, por ahora.
¡La leyenda sigue viva!. Babel, más allá del papel vive y
respira en los cañones libremente dictadores, solidificando
subterráneos confusos. Libre, libre, de seguir fabricando,
esclavos, exterminando, confundiendo, abusando sobre infinitos
millones desempleados, tristes, desarmados, aterrados y enterrados.
Leyendo, se despierta, y se anudaban las ideas, grotescas,
las tinieblas amasaban, estatuas, lápidas, incendiando sus trabajos,
y el trabajo moría rápido, húmedos sus ojos, vacías las paredes,
¡lecho inexorable de los valores, hechos añicos!, fraternalmente,
afónicos, igualdad del fango adverbial declinación, sirvientes,
los archivos, inflexibles.

Así fue...
Ese día que leía, dormida la noche, bajo la almohada de una mañana
del futuro, desconocido, antes, de ése día.
Al tomar el libro, sus viejas esperanzas renacieron al leer:
[size=xx-small]La lumo vibras en la nobla koro Eĉ en la cindro sublima pasio humanisma Humanizes! Al la sama flash Rokenrolo la rigardo En la venteto la oceano nestoj A kosma ovo Lumo de la homa koro! De la tuta homaro ... Kiam tiu espero iĝas Kiam vi atendas reveni litmus Kiam vi atendas tuŝi la tuta homa animo Kiam vi atendas ankoraŭ multaj, multaj!.

Sueña que sueña. Sueña que sueña, ese día, esa noche, habla de también entender ésto otro.
La luz vibra en el corazón noble.
Aún en la ceniza.
Pasión sublime.
Humanístico.
¡Humaniza!.
Al mismo destello.
Estremece la mirada.
En la brisa.
El océano.
Anida.
Un huevo cósmico.
¡Luz del corazón humano!.
De la humanidad toda.

Al que esperan torne.
Al que esperan tornasol retorne.
Al que esperan toque el alma humana entera.
¡Al qué esperan todavía muchos, muchos!.


Luego, guardó su libro y durmió, soñando en una hoja ver su nombre.
En un libro de la vid
¡No éste de la muerte, y todo lo demás ya sabido!.
En un lenguaje universal.
Aunque bien lo sabía, del más allá.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Al dormirse... (Anticuento)
AL DORMIRSE
(Anticuento)

Escapó de un sueño, escuchando todo,
aquélla hermosa, trenza, dando saltos, en las direcciones de las plumas. ¡Vuela, el gusano!.
El gusano, al reptar culpable del anillo,
la muñeca. ¡Ácida extensión carente del destino,
prohibido!. ¡Liberado quedó!.

Luego...
Insultando el rostro pordiosero limpio del bolsillo, protestando, fabricando, las horas asustadas. (Lentas no duermen iguales). Por el bosque curioso, con la fila en la colina de los insectos, amontonados, impacientes después de muertos, infestados y narrando, anda ante nidos núbil, entre praderas al volar del patio joven.

Al dormir, sé, me dices del soñar saber.
De saber al dormir, sé que sueño, lo sientes,
Y ella, la almohada en los colchones piensa. Cariñosa.
La voz suave dulcemente susurraba a las paredes,
fingiendo abrir cien cerrojos el apetito frondoso,
mensajero visitante sorprendiendo fielmente las vasijas del alfarero. ¡Sueños, del barro, acero!.

El, gusano, lo sabía... En la pasión incierta.
Lo sabía, el gusano... ¡Cierto día ahí!.
En la choza. Entretenida la pobreza adornaba con cerámicas al oxidado aluminio del callejero bote del rincón no conforme aquélla, misma, tarde.
El. ¡Gusano!. Volando en la mirada cuatro paredes, en la vereda cauta, vil bebía la chusma.

Y
Luego, dobló al después, bajo el zapato, con un paquete de entonces, color de un sin embargo, y antes del saborear el no obstante.
El.¡Gusano!.
Sí, sí acaso no lo era... ¡Había dejado de serlo!. En la esencia del gusano solo.
Estuvo... ¡Justo en la mitad de ese instante!
En la orilla perfumada del olvido, del origen.
Entregando las cadenas de las escenas,
al autor popular de las trompetas,
equilibristas, las palabras por lo...menos reflejaban lo contrario. Sin vestir de lujo las galas de moda y la rapiña de las nueces en apuros.
Al
Dormir
Sé... Decía, dormiría la memoria del tiempo inmóvil.
Y...Escapaba entre las líneas de los textos, nocturnas nubes, sábanas ingenuas y sonrisas desflorando los valles que alumbran soles extintos, entre miserables castillos y las astillas hasta desfallecer, el vuelo poético de las ruinas, renovando en los duros latigazos, espinas de preguntas, coronas en torno a la garganta de los tigres, y las cosas regionales escondidas en las faldas de las bodegas, que enzarzadas chillaban.
¡No aquí, hay desperdicios de porcelana!.
Hay grandes cantidades de promesas
del torpe tedio un sexteto dibuja pendulares brumas, y de las orejas nada muerden al silencio, ausentes, más aliviadas, las brumas, dando vueltas a la enorme desgracia ignorada, que declaraba no haber, gracias a la brillantez de su infinita perfección, que se deslizaba entre los muros obscuros, temblando sin remedio de vez en cuando, acariciando al precipicio que contemplaba satisfecho, la quimera del volver a la normalidad, ala desplumada, vuelo del relámpago perenne, y luego al mismo luego dejando atrás, agradeciendo al cielo estar fuera de sí.

¡Al dormir, sé, dijo... Sé decir del sueño vígil!.

Al menos, al más inmenso ínfimo que nada ignora del sabio.
Y piensa no morir viviendo, y menos ahora, que de gusano pasó al polvo. ¡Y en el polvo los gusanos se esfumaban completamente!.
Al dormirse, fue apresado al despertarse,
hecho candado, y al dormirse. ¡Escapó!. Su sueño solo del dormirse ayer.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Psicodélica
Psicodélica

En las últimas sombras del tiempo, dejó de ser mortal.
Por el más allá, allá de los ojos grises, los días, los fa-
roles hormigueaban... Largos, temblando, alegres,
dónde la muerte, muere sola, viviendo y caducando de huesos líquidos perfumes, taladrando siglos y tumultos.
Un luz verde, emergió bajo el espeso espejo.
Justo al pestañear, la cítara, la música, el susurro resba-
lando por el viento, al olor del vibrar pesado. Esferas e-
mocionadas, centelleantes, suspiros.
Hoy, por fin había dejado de nacer, burbujeantes, las palabras no fueron necesarias. Y la mano, eterna, tibia, y sobre todo, cariñosa, alejó toda distancia.
El tiempo caía por las esquinas, incómodo, perdía infi-
nitos siglos, millares derretidos en un instante, un uni-
verso, inverso, reverso, anverso, reproduciéndose a sí,
mismo, cada segundo, primero al último al volver lo su-
ficiente... Por ello la tarde quedó plena, la noche entera,
los anhelos tiernos misterios en calma, cómo verduras
frescas, esmeradas y esmeraldinas.
¡Extraño aislamiento!... Demasiado bien alargado,
per-
ceptible, saturado, entre novedades antiquísimas, bur-
bujas ultravioletas se veía. ¡Absurdo!. - Pensaba -

¡Allá ella, acá ello, y como aquéllo, ésto otro!.

En tanto oruga, se vistió de abeja en las nubes, soñando,
su gemela, y de tan distinta y diferente tejía cada una de
las sedas en los futuros días alfombrando alados campa-
narios, vibrando, silenciosos entre pestañas hilando,
hilo a lo otro cercano y lejano, cada porvenir sin pasar.
Las hojas de madera opacaban densamente con un.
¡Perfume!. Si, cómo un perfume, árido y lejano arrullo.
¡Qué cándidos aparecían aquéllas, alas anaranjadas, almendradas, comparadas con las mortecinas flamas del horizonte!. Los encinos, en la mañana, no eran menos
qué resplandores tiernos, qué tapizaban cautelosamente
sus raices, como palmas, plantadas en oasis invisibles en los espejismos reverdeciendo. ¡Psicodélicamente, comprensible, es al final su origen desconocido sin serlo!.

Y el origen, tal vez, de ésta pequeña pero
punzante preocu-
pasión, que extrañamente ronda confusa, es la excesiva
voluntad. que a veces hay también en los humanos.
Pero... ¡Aquí!. Vestía de abeja solo.
¡Ah!--- Pero sin duda en la mariposa después de
algunas
semanas había crecido, lento, su palpitar, de verdadera oruga en el fondo.
Risueña, su naturaleza cruzó a otra dimensión, sin espacio, sin tiempo. Y de mortal vestida. ¡Tejió su eternidad!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Corazón de flor
CORAZON DE FLOR

Lo conoció, no era el mismo ya, y mucho menos,
ningún otro, el color de clorofila, entre los
latidos. Pétalos de tiempo, olor, olvidos en
espirales, ahí.
Tan cerca del círculo, pálido y triangular de lejos. Leía entre las pupilas, lilas, las lunas,
los meses, meciendo, a veces, suaves terciopelos
puntiagudos.
Y muchos soles, corrían bajo su suelo. Esa vez.
Al colgar del techo las estrellas que soñaba.
La noche, corriendo las cortinas lentamente,
adornadas, entre una montaña doblada. Florecía,
marchito del alto fondo. Palpitando.
Pero no era el mismo, y lo sabía el reflejo al
salir del agua, seco. Más, ahora, que estaba,
ausente. Solo, como una vieja sombra, fantasma, tan dulcemente ácido filtraba el color castaño.
¡Quién lo dijera!. Tras el cristal...

Esa vez. Paladeaba la tristeza, su piel, empapelada, vegetal, plástica y vieja tinta de una
memoria, que salta en la ventana de tiempos idos,
de tiempos que regresan, unos cuantos. Recuerdos,
de relojes olvidados en el tiempo amarillento, de
las tardes, anudadas en aquéllos años.
Tal vez, se soñaba jardinero, en el fondo solo
clavel, admiraba, sintiendo palpitar, en las faldas nocturnas de las almohadas, una afilada sonrisa.
No obstante, al margen, la depresión teñía, sus
hojas y las ramas escribían, los recuerdos, del
tallo, del polen, día tras día...
Pero, ahora... ¡No era lo mismo!.
¡Claro que no!...
En el cuarto, en una esquina arrugada, donde la
vieja plancha, detuvo la marcha, del calor, evaporado, al cortar las humedades, las sequías del día. Su corazón. ¡De flor!.
Redondo y superficial, el horizonte nada tenía.
El jardín de instantes era solo, ese momento, un
descanso bajo la puerta, un trabajo sobre la ventana y nada más.
De nuevo, el espacio se cerraba, deteniendo al
tiempo, al abrigo venidero de la calle.
Y él, corazón de flor, cultivó jardines en los desiertos. Y tormentas en una gota.
Esa vez, con el eco en cada pétalo, un latido un día, tal vez perdido, cuando el tiempo lo detuvo.
Y lo dejó, cristalizado. Siendo lo que era, flor del desierto. ¡Petrificada al sol!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta