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Quiero tu voz
Desde hace mucho mi mundo se complementa contigo y entre las sensaciones infinitamente multiplicadas, que agigantan mi horizonte, la profundidad de mis sueños y ganas de vivir, me llega la dulce tesitura de tu voz, que es ternura hecha sonidos, que acaricia y cautiva, como en un hermoso sueño con pinceladas de realidad.
Me llega tu voz, inquietante y delirante también, en los gemidos que encienden aun más la hoguera serpenteante de la pasión represada, de los gritos de urgencia sin volumen, por recibir la ambrosia, en el tiempo detenido que se escapa y en los lazos que anhelantes, juntan satisfacción, suspiros y más deseos.
Me llega tu voz incluso a través de tu sonrisa, cómplice, aprobadora, inquietante, mientras tu mirada me desnuda y desarma mientras ondulante también embruja la exquisita arquitectura de tu boca, me llega tu voz en la distancia y hasta después del insomnio, para conciliar fantasías con sueños, para conciliar sueños con realidad...
Y por eso quiero tu voz ahora mismo, mientras la mía se quiebra de toda la emoción y plenitud de sentirte mía, quiero tu voz para volar, para que mi mente encuentre en su ritmo trazos que ayuden a dibujar lo que el alma siente, mientras la inspiración se fugue en el infinito y pierda noción de las proporciones, del tiempo, del espacio y la cordura… quiero tu voz aquí...
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Poeta
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Serenata distante
Te evoco ahora alondra mágica, para con tu ensoñador canto llevar mi serenata distante con coro de luna llena y el eco luminoso de la noche decorada de suspiros y estrellas, a mi muñeca-mujer, mi compañera.
A ti compañera de los mil caminos y de mis alas locas también. A ti tesorera de mis sueños, de mi fortaleza y la inspiración. A ti amiga en mis angustias, en cada aventura y hasta en la utopía. A ti muñeca-mujer, por tu ser, por tu calidez, por tu sombra.
Que se inunde el espacio con mi voz gritando cuánto te quiero, que viajen en su vibración mis ojos y corazón, para fundirse en tus pupilas y latidos, para unir nuestros pensamientos, por sobre la ya impotente odiosa distancia, y sentenciar a la espera con su pronta partida.
La noche esta rompiéndose ya! El alba camina con nosotros! En la mitad del primer destello, ella nos abrigará, su luz inundará los ojos cansados para darles alegría y vida, tu voz tarareará junto a la mía, la música se reencontrará con nosotros para extasiarnos delirante.
Finalmente podré reír otra vez en tus labios sonrientes, podremos enterrar entonces las voces fantasmas, las siluetas añoradas, para juntar las figuras al sonido y al color, a las ansias del tacto y el consuelo, al remanso de la ternura, para solamente, volver a amarnos más. New York - 1995
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Poeta
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Mariposario
Acabo de tener el privilegio de caminar extasiado, entre los senderos y espacios que la selva me permitió y allí, entre los árboles más variados, eternos, imponentes, definitivos, con matorrales, enredaderas, lianas, arbustos, por doquier con tanta exhuberancia que atrapa, allí, rompiendo a cada paso sin querer, tanta magia entrelazada, embriagado por ese universo verde, que se contorsiona y vibra, que vive e impasible muere también; allí, se fugó mi alma, para ser parte plácida del lago de nenúfares que descansan en un recodo de aquel paraíso y disfruté, de sentir cómo tanto verdor aplacaba el infierno, que vano el sol, penetrar pretendía, qué extravío más delicioso! recibir de aquel orden natural la sentencia más clara, que somos parte de la tierra y no lo contrario, que al igual que la alfombra de musgo, o los pintorescos hongos, podríamos nosotros encontrar también la parte de aquella sinfonía de vida, de belleza y equilibrio que nos permita redimirnos y crecer recibiendo la comunión de su pureza; allí, en ese marco vegetal grandioso encontré también un mundo animal diverso, rico, fabuloso y aunque los más grandes no participaron de ese paseo alejándose anónimos, desinteresados, ni las innumeras aves, que también escaparon, alzando vuelo exacto, fantástico entre aquellos espacios complejos, apretados, que les deja el inmenso, intenso y enredado mundo verde, pero sí fueron muchísimos, los pequeños habitantes que jugueteaban y mantenían delirante su pasión de vivir, demostrando casi con orgullo su bendito y mágico espacio;, allí, recibí una marea de locuaces, inquietas, bellas mariposas, en una embriagadora lluvia de tamaños, gamas y matices, adornando el paso danzarinas, con su vuelo que acaricia, que ilumina el paisaje, aunque estallen alborotados todos los grillos al unísono, tratando de ensordecer las imágenes, aunque no les llegue la caricia solar para aumentar la intensidad de sus colores, aunque no existan testigos del éxtasis maravilloso de su fugaz existencia, allí, en ese mundo único, incesante, en cada sublime instante del paseo, sentí la calidez de tu presencia, tu sonrisa dibujarse en mis labios para bendecir la ternura, que caudalosa desbordaba desde todos los sentidos, tu alegría acogedora regocijarse con mi espíritu y aún tus labios posarse sobre los míos, ligeros como brisa nomás, como vuelo de diminuta mariposa; allí percibí con diafanidad que lo hermoso sabe a ti, que amarte es una condición de vida que la llevo en la piel y que mi corazón se acongoja cuando el tuyo no late cerca para emocionarse aún más y si es preciso juntos, felices estallar.
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Poeta
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Mi tierra
No es que el paisaje sea triste, es que la nube de frailejones calla y observa impasible el vuelo señorial del viento, del cóndor, del cóndor como viento.
Es que el paisaje es profundo y amplio profundo hacia la bóveda azul donde el Chiles y el Cumbal besan con sus picos albinos su vientre inmenso e intenso; amplio como el frío que cala hasta los huesos y mantiene despierta el alma. Triste ni siquiera el Boliche que con su imagen monasteríl es una atalaya que alegra el alma, cuando nos avisa que las luces del Tulcán querido están prontas, aunque sí nos inicia en la nostalgia, cuando dejamos atrás el pueblo amado, y algo muy frío recorre nuestra espalda.
Es que el paisaje es único, es que el paisaje es nuestro, y es que comulgando con sus faldas nosotros somos el paisaje; hemos abrazado desde antes de la luz el precioso óleo serrano que creció y se agigantó ante nuestros ojos y que vibrante habita en nuestra alma.
Es que el paisaje es eterno, sus contornos cimbreantes aprisionan la escultura de un horizonte sin igual, el agua brota cantarina por doquier enjugando el vientre de sus tierras, jugueteando entre y desde sus montañas, abriendo surcos para la vida, para el espíritu para la memoria de la infancia, de la juventud, ... para la memoria de la existencia.
Tierra milenaria, paisaje bendito enraizada en lo más profundo del ser de quienes nacimos en tu seno y abrigo, de todos quienes te conocen y crecieron anidando sueños, multiplicando ilusiones, abrazando tus noches y la inspiración, amando tu vientre y el trabajo creador de las manos y el sudor colectivos.
Es que ésta es mi tierra, es mi paisaje, somos tú y yo, los nuestros, es la comunión de barro, fuego y soplo divino, es el crisol del encanto, de nuevos vuelos, centinela del coraje y la creatividad, cuna de la verdad y los nuevos retos, remanso apacible a donde llega el bruñido lucero a descansar.
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Poeta
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Compañera utopía
Quiero llamarte compañera por todos, por quienes conocí, por quienes conoceré, por quienes amo, por quienes me aman, por los que creen y los que no, por los amigos que aún no conozco, por los compañeros entrañables, por los que creen en lo posible y en lo imposible, por el coraje de enfrentar cada aurora con la esperanza de lo posible, por los que parieron la historia de nuestras raíces, por los que fecundan los gérmenes de un mañana diferente.
Eterna compañera, porque habitas en todos desde siempre, porque creces porque te renuevas, porque te siguen amasando el sudor, la sangre de los que luchan, de los idealistas, de nuestros mártires, por los que hacen suyas las esperanzas, los sueños de los desposeídos, porque te fermenta la ira de los impotentes ante la injusticia, porque te madura las infinitas ansias por la simbiosis social.
Compañera posible, cuántos ojos haz visto cerrarse anhelantes de abrazarte, cuántos puños crispados se apagaron rasgando el aire hasta el fin, cuántos pechos perforados y venas humeantes, cuántos corazones y cerebros explotar, y no serán suficientes, más, continuaremos tu persecución, porque los que ofrendaron sus vidas y sus fuerzas, sí te alcanzaron, lograron lo que antes otros soñaron, por lo que otros cayeron antes,
Compañera imposible, te quiero así lejana, difícil, así mantendrás nuestros puños en alto, la mente vigilante y el corazón desbordando, te quiero como eres utópica, astronómica, para derrumbar lo viejo y esculpir otras armas, para vencer otros demonios y pintar nuevas auroras, para no dejar de amasarte, fermentarte y madurarte, estamos haciendo la utopía de nuestros hermanos, estamos dejando nuevos retos para nuestros hijos, para que crezcan contigo.
Compañera utopía, te veo, te siento menos manchada de dolor y muerte, la solidaridad, la paz, te cercan ineluctablemente, esa es tu sentencia y nuestro legado, el raciocinio, la libertad, ponen fin a la tozudez y el atraso, al troglodita y al tirano, te siento cercana porque hemos crecido, brazos y frentes nuevas se alzan con nosotros; te veo más limpia, porque te buscamos para redimir a los que quedaron atrás, para motivar a nuestros hijos, para justificar el sacrificio, el trabajo creador de los soñadores.
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Poeta
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Todavía me queda memoria, para sentir fresco y cercano, todo aquello que llenaba mis días, cuando asido al filo de tu falda, sólo esperaba por tu mirada y un pedacito de tu sonrisa, para saber cuánto me querías, para sentir tu protección.
Cómo revuela en mi memoria, la energía infinita de tu actividad, pasando de ser nuestra aurora y parte del milagro de cada día, al lucero constante, acogedor de nuestro primer sueño.
Conque ansias rebusco en mi memoria, las charlas de ensueños y de los inagotables planes, para entender en que momento hiciste posible, que aquellos pequeños se transformen en guerreros, por tu determinación para aceptar y vencer los retos, por tu fortaleza para tratar de entender la vida, aún cuando esta se iba a veces a jirones, por todo el tesón y el coraje para jamás aceptar renunciar, para nunca bajar la frente ni los brazos.
Como catarata se vuelca en mi memoria, tu esperanza y fe en la vida, tu convicción de reeditar tantas veces el ave fénix, para volver a la magia del vuelo y no renunciar a los sueños, para mantener rastrillada en el filo de los labios, aunque moribunda, una sonrisa, para que el alma se haga fuerte, para que los ojos no se opaquen pese a la humedad de las lágrimas que broten.
Cómo te encuentra siempre mi memoria, y es que tu abnegada presencia es gigantesca, en cada rincón de lo imaginable, en cada día y cada centímetro de vida, en la continuidad de tu creatividad, en la inconformidad y la negación de aceptar la inmovilidad, en la búsqueda constante de ser mejores, en el combate eterno por ser felices.
Y porque todavía me queda memoria, me duelen los recuerdos y el alma toda, cuando poco pueden hacer mis brazos y coraje, contra la dura secuela de las enfermedades y el derroche de tus energías en tus años mozos, pero porque aún me queda memoria, es que puedo y debo mantener presente tu testimonio de vida para volver a rastrillar la sonrisa terminal, para cada día crispar los brazos y la frente, para enfrentar cualquier reto futuro, para amasar cómo tú, preciosa artesana del dulce y la ternura, la tarea infinita de alcanzar un amanecer mejor.
Qué bueno que tenga memoria, para que se solacen mis hijos de tus enseñanzas, para esculpir en ellos nuevos guerreros, que tengan la generosidad tuya y derrochen amor, para que atesoren siempre la felicidad, aquella que brota en cada pequeño detalle y está presente en los días, en el espacio de los puros de espíritu, como tú mamá, … como tú mamá, …
Sabes? Aunque duela la memoria misma, siento el consuelo grato de tu sonrisa, la confortable sensación de tu cariño y compañía, tu abrigo y aliento permanente, en la distancia y hasta en los polos del afecto, siento sobre todo, la presencia de tu imagen conminándome a ser mejor, a ser bueno, a superar lo vivido, las charlas locuaces, para buscar aún más amplios horizontes, para volar y soñar sin límites.
Y es que la memoria es diáfana, por cómo marcas mi sendero … atalaya constante, mi fiel faro vigía, con el fulgor y limpieza de tus años íntegros, de tu estatura exacta, de la ternura sin fin, más, … la memoria es sobre todo sabia, para dosificar las películas y su intensidad para mantener constante, cálida y nívea tu presencia, para permitirme ahora decirte que así te siento, que así vivirás siempre en mí … mamá.
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Poeta
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Morenito Llegaste conmigo desde siempre, en el caminar apresurado por disfrutar de la solitud, en el sueño repetitivo de volar cual ave, en el obsesivo insomnio por alcanzar un amanecer diferente, con las figuras y sonidos de toda la vida y la determinación de multiplicarlos; pasajero de mis alas seguras, compañero del aire para buscar rasgarlo sin tener cometa, solo la locura inconmensurable de soñar aprisionar al menos una de sus imágenes.
Vienes conmigo como mi reto que crece en esta tarea interminable de buscarnos, de encontrarnos y distanciarnos, como sino ser dialécticos en la necesidad de cambiar y presionar, como sino ser movimiento y ser parte de la vida, de nuestra persistencia de no olvidar que podemos y debemos soñar, del continuar emulando al Quijote, contra otros monstruos, vientos y locuras.
Vamos amigo de mi alma rebuscando y agigantando alientos, creciendo aunque necesitemos refugio y consuelo, derrochando ternura aunque el desaliento ataque, incinerando sin compasión el corazón amando siempre, aunque a cambio tengas ingratitud e indiferencia, aunque afuera caigan en tormenta el pesimismo, el desconsuelo y otros demonios.
Vamos hijo mío arriba los brazos! en guardia, vigilantes, avistando y abriendo caminos, rompiendo el viento para ampliar el horizonte; vamos hijo mío prestas las manos! para el esfuerzo que da seguridad, para la caricia que ensueña, para moldear la esperanza y esculpir el tesón, para abrigar la necesidad de refugio, para ser refugio y ser invitación a volar.
Vamos mi morenito recoge tus metáforas y los ligeros pasos, todavía tenemos que conjugar colores para atrapar y perennizar otros amaneceres, para disparar ramalazos de luz buscando en cada alba, nuevas tentaciones, otros mundos, vamos a conquistar la vida cobijando y cubriéndote de amor.
Ve pequeño, encuentra tu compañera y lucha por aprisionar la felicidad entre cuatro manos lo lograrán, si en extensión multiplican ternura si juntan miradas y latidos para romper auroras, para edificar entre besos y sueños tu propio reto que se agigante más allá de tus perspectivas y tus fantasías, para comulgar en su mirada distante la bendición de la vida, como yo puedo conseguirlo navegando libre, feliz en tus cafés pupilas.
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Poeta
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No llores más
Que no existan más lágrimas, de aquellas que laceran el alma y opacan tu mirada, que no humedezcan más su luz inquietante, que no afecten más tu alegría desbordante. Ángel mío... aquí tienes mi pecho para refugiarte, tienes mis brazos para defenderte, todos mis besos y caricias para consolarte.
Ahora llueve afuera y no quiero que perdamos la magia de las sugerentes gotas, si podemos amarnos al acorde de las dulces notas, de su torrente, del nuestro, de tu sed y mis ansias, de la certeza de querernos, de sentir explosionar nuestras almas y fundirse como escudo, para pelear con el infinito si es preciso, para hacerte feliz.
Que son las ventanas del alma tus ojos, sí, pero son también el espejo de la mía, tu congoja es mi sufrimiento, tu tristeza mi martirio, si tú lloras me ahogo y no puedo estar dentro de ti para evitarlo, mas, quiero estar en ti para liberar tu risa loca, para cubrirme de tu sonrisa mágica, para que no se quiebren las palabras en tu voz, que se libere también su cadencia que me aloca.
Que si vuelves a llorar, benditas sean las lágrimas, pero aquellas de felicidad las que lleguen estando juntos, explosionando con necedad el instante subliminal, te quiero con tus ojos claros con la mirada distante y limpia, te quiero radiante, luminosa, te quiero ahora mismo mientras llueve, te quiero más tarde cuando duermas y mañana al despertar.
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Poeta
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Libera mis manos
Suéltalas, deja que recorran la querida Geografía, que deambulen delirantes por todos tus recodos, tus valles, montañas y selvas, permanentes expedicionarias de mi sed de conocerte más, de la especial ansiedad por amarte más.
Suéltalas, cual aves ligeras que quieren perderse en tu bóveda infinita, deja que vuelen al filo de tu sonrisa, en cada pensamiento tuyo, en las vibraciones de cada sonido que broten de tus labios.
Por favor no las ates con las lianas terribles de la indiferencia, deja que estrechen al ser amado, deja que dibujen en el aire lo hermoso, lo amado, tu ternura, deja que dirijan dementes, la especial sinfonía de tus respuestas, y la grácil danza de tus delirios.
Artistas, creadoras, necesitan tu calor, el soplo divino de tu compañía, el lienzo perfecto, la gran orquesta, para adorar lo bonito, para cuidar el tesoro que anida en ti, para cultivar mi vida que habita en ti, para que vibren henchidas de felicidad.
Ellas son los instrumentos de todo mi ser, libéralas, para que tengan el premio de las caricias, de los paisajes queridos deja que sigan aprendiendo en ti, del embeleso que al tenerte extasía, deja que deambulen, que se extravíen, que busquen la mímica perfecta, el temple sincrónico, el más suave tacto.
Permite que recorran los lienzos buscando aprisionar un instante de tu belleza, déjalas que embriagadas de tú cercanía intenten escribir lo que el tacto bendito percibe, la calidez que irradia cada partícula tuya, lo acogedor de cada sitio recorrido, déjalas que exploren adictas de ti los horizontes infinitos de la cordura y la locura.
Recuerda que la mejor caricia está por recibirse así que libera mis manos por favor libéralas con el encanto mágico de tu amor, con la fuerza inconmensurable de tu pasión, con las mismas ganas que atormentan mi ser, con la dulzura con que dominas mis desvaríos, libéralas y deja que atesoren el panal de tus labios, libéralas y deja que vuelvan, porque vuelven a ti.
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Poeta
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¿Cómo darte un perfume?
Cuando me enfrenté a la primera vez de buscar o asociar un perfume para ti, pensé, que tarea tan pertinaz y se me ocurrió de todo pensando en ti, quizá como pachulí tierno que endulza hasta la tristeza, tal vez como sándalo para que nos alborote la rutina o como jazmín que embriaga tanto después de la lluvia, y recordé los azahares y las margaritas, tu especial fragancia al amanecer y la exquisita sensación que dejan tus manos cuando llegan tus caricias, ¡vaya combinación!, pero es que nuestros días han sido así, una mezcla disímil de todo, de ternura, de pasión, de compañía nomás a veces, de solidaridad, de nostalgia y a veces hasta de rabia.
Cada vez que he vuelto a cavilar sobre como encontrar un aroma especial para ti, se vuelcan alborotadas varias percepciones a la vez, con ellas una sensación única, que me habla de ti, de sentir por ejemplo revoletear en mi mente la menta, mientras mis labios rememoran los tuyos o sobre mi piel la intensidad de la verbena, cuando es mi cuerpo el que se estremece añorando el tuyo, y el anís cuando la nostalgia estremece las imágenes, hasta en el cedrón he divagado, asociando tu rica presencia con las tardes lluviosas de nuestro pueblo, que invitaban a brindarnos torrentoso el agradable abrigo.
Y se confunden las sensaciones cada nueva, hermosa y deliciosa vez que te amo, en un delirio indescriptible de sabor, de sueño, de fiebre de ti, de percibir contigo lo sublime, en el cobijo del viento fresco de medio día, en el bombardeo de la floresta al amanecer y en la marea agresiva del atardecer, en el mordisqueante frío de nuestras montañas, y en la arena tostándose bajo nuestros pies y en mi imagen feliz reflejada en tus pupilas.
Un popurrí de las más sutiles hierbas, violetas y almizcle, de exuberantes orquídeas y las eternas rosas, de gardenias, azucenas y tulipanes, quizá darían un toque aproximado a las diversas cosas, a los momentos únicos disfrutados, pero es que, por únicos tienen su particular chispa mágica, con su ambiente y colores propios, con el particular perfume de ese instante, que llega como cascada y no se repite, que se difunde diáfano y sonoro como la carcajada de tu risa feliz, y se extiende ancha y profunda como tu mirada.
Así como el paisaje tiene tantas tonalidades y continua siendo el mismo, así prefiero apreciar tu geografía y horizontes, y continuar percibiendo lo que puedan brindarme, tus rincones y tus locuras, tu alegría, nuestros miedos y la sed demente de besarnos, quiero escarbar fragancias en el ancho mundo a través de tus ojos, de tu olfato, de tu tacto, de tus labios, de lo que estremezca tu cuerpo, de lo que perturbe tu corazón y tu sensibilidad.
¿Con qué aroma relacionarte y relacionarnos?, difícil problema, tendrían que ser cientos y ni entonces serían suficientes y es que tu amor me hizo entender hace tanto, que para ser tal debemos reinventar todo: los murmullos y las caricias, las miradas y todo lenguaje, el tacto y la luz, para seguir intentando analizar la más importante sensación de nuestro olfato, de nuestra proximidad, de tu cercanía y compañía.
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Poeta
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