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Estrellas fugaces brillan a lo lejos, muestran su cortejo a las almas libres, inundan con su existencia a las mentes perdidas y con su presencia nos muestran la salida, son efímeras, pasan por nuestra vida un solo instante, son bellísimas y cambian nuestra alma eternamente, son hijas de la luz más intensa y aun son etéreas, tanto que a muchos cautivan, conmueven corazones y hacen emanar las canciones desde nuestro interior, planta en nosotros la semilla del arte, una fotografía , un poema, un sentimiento latente.
Y estrellas fugaces somos nosotros, brillamos en cielos distantes, nos acercamos a personas diferentes, y poco a poco nos convertimos también en seres de luz y a pesar de que también conocemos la sombra es la luz la que al final nos nombra, nos acoge y nos completa, nos transforma y nos muestra nuestro verdadero ser, salimos adelante, llegamos a la cima, otros nos miran, miran como brillamos, y llega el día en que nuestra luz se termina, nuestra llama se apaga.
Dejamos detrás de nosotros un lugar vacio para que alguien más lo ocupe, para que otra persona tenga esa oportunidad que un día nos perteneció, ahora es de otra persona que brilla por lo que es, brilla por lo que piensa y por lo que siente, brilla por todo aquello que lo hace único, todo lo mágico que hay en su interior, y es por eso que luchamos, es por eso que vivimos, para encontrar en nosotros mismos la luz y poder compartirla con los demás, vivimos para subir la cuesta con nuestra verdadera fuerza, para ganarnos la oportunidad de brillar.
Algunos dicen que vivimos para dejar huella en el mundo, pero yo confió firmemente en que es otro el rumbo, porque yo vivo con el motivo de dejar mi huella en otro corazón y que antes de extinguirnos seamos eternos, porque yo vivo con el motivo de ver más estrellas fugaces, más personas brillantes, más amores latentes y todo cuanto es bueno para mí.
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Poeta
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Grises son los días, las nubes nos privan de la luz del sol y aun la oscuridad no se acerca, la lluvia cae ligera, constante, acaricia mi piel enviándome un saludo, y sonrío con agrado, poco a poco el aire dice hola también, no me extrañaban sin embargo llevaba más de 5 años lejos de la ciudad, poco había cambiado, sin embargo era menos lo que recordaba yo de ella, mi viaje suponía ser rápido pero no pude evitar quedar atrapado por la esencia de la ciudad, sus edificios, su gente y su aroma, su tranquilidad y cada otra cualidad, tras terminar con mi encargo ahí fue que me di cuenta de lo difícil que sería partir, dejar esa tranquilidad atrás para regresar al bullicio de la ciudad en que está mi hogar, regresar al ruido de las bocinas de los autos, los gritos de los vendedores, y el silencio del cielo, que, aquí me hablaba, susurraba versos a mi oído, me contaba los porvenires de la ciudad y me contaba las razones que me impulsaban a quedarme, pero no podía hacerlo, no era para mí, mi hogar llamaba y aun así jamás había sentido tan amargo sabor de boca al acercarme a la terminal, es curioso, una ciudad en la que nunca viví, en la que no había estado por más de una semana ni una sola vez me llamaba tan fuerte, y yo tan solo podía alejarme más lentamente, pero no detenerme, no, no me quedaría más que con la imagen del paseo nostálgico al salir mi autobús de la ciudad.
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Poeta
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¿Qué será de mí? ¿Fallaré de nuevo? ¿O acaso erraré al elegir el camino en que me muevo? ¿Qué será de mí si la inspiración me olvida? ¿Cómo enfrentaré a la hoja en blanco que me mira con intriga? ¿Qué será de mí si la fuerza me abandona? ¿Podré levantarme y andar? ¿O caeré sobre la lona? ¿Qué será de mí sí recuerdo tu rostro y me roban el sueño las memorias de nosotros? ¿Seré capaz de hablarte? ¿O me asfixiará el silencio? ¿Será que podré mirarte un último momento? ¿Qué será de mí si la oscuridad me abruma? ¿Podré emanar una luz? ¿O viviré en la penumbra? ¿Qué será de mí si camino sin rumbo? ¿Será que me perderé? ¿O encontraré mi lugar en el mundo? ¿Qué será de mí? Aun no puedo predecirlo, pero si camino sin dudar, llegaré a mi objetivo, si sigo siendo yo mismo, no me detendrá ningún abismo.
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Poeta
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El viento sopla a mi alrededor, el sol se oculta al ritmo en que las nubes se posan sobre mí, y sin advertencia pero con gracia comienza a llover, una gota, y otra, y otra más, poco a poco el cielo se hace una imagen de mi rostro por tacto, y las gotas recorren la vaina de mi espada hasta caer al suelo, se acumulan alrededor de mis pies, expectantes, esperan mi movimiento, se mantienen a la espera de una señal de mi parte ya que me mantengo inmóvil, pensante, en un segundo la inspiración llega, me atrapa, tomo mi espada y un segundo más tarde le ha hecho corte al viento, y viene otro, y otro, y uno más, antes de darme cuenta me he convertido en uno con mi espada, y ella conmigo, la danza comienza, mis movimientos son imperfectos, a momentos imprecisos, dignos de un entrenamiento, pero ante mis ojos son hermosos en todo momento, y por eso continúo danzando, poco a poco dejo de pensar en el siguiente corte, solo lo hago, y mi pensamiento se pierde de a poco en mi movimiento, a la misma velocidad en que olvido mis problemas, a la misma velocidad en que el filo de mi espada cruza el viento y la lluvia, de un momento a otro se convierte en pluma y el poema comienza, aun sin que lo note mi cabeza ya lo piensa, lo versa, lo recuerda, hila poco a poco las palabras que mis músculos dictan al compas de mi espada y finalmente salgo del trance, noto que ha dejado de llover y que mi espada lleva más de media hora lejos de su vaina, sintiéndose apenas un minuto, contrario a lo que siento por mi tiempo lejos del papel, y regreso a casa, donde me espera una hoja en blanco desde hace tanto, donde me espera la calidez de un cuarto, y el sabor tan dulce que me queda en los labios tras recitar mi nuevo escrito.
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Poeta
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Hoy es 4 de julio, para muchos es un miércoles común y corriente, para otros significa una boda, una primera cita, un cumpleaños, una fiesta nacional o miles de cosas más, para mí y para otros como yo significa cumplir 18 años en este mundo, sin embargo últimamente sueño a las horas en que todos viven y vivo en las horas en que todos duermen.
Vivo por la noche con la oscuridad a mí alrededor, únicamente interrumpida por la luz de mi ordenador, por el brillo del monitor, mostrándome otra victoria vacía en aquel multijugador, y me pregunto cuándo acabará este verano desolador que trajo consigo estas vacaciones que me alejaron de mis amigos y sin embargo tantas cosas me ha traído.
Pensando en esto el nuevo día me encuentra cansado, las 6 a.m. y aun no he dormido, mis ojos a la oscuridad se han acostumbrado, mi cuerpo pasa el día adormecido, pero no más, me decidí a salir, resurgir, buscar un porvenir y conseguir volver a escribir.
Es curioso, el poeta sueña pero la inspiración está en huelga y lo blanco del papel duele casi tanto como la falta de tacto en mi piel o como el silencio apoderándose de mi habitación otra vez, y reproduzco una canción y dos y tres, pero el silencio es tan denso que mi voz no lo puede romper.
Por eso fue que el lunes hui, me fui lejos para poder pensar, con viejos amigos charlar y que mi mente se pudiera despejar, quizá deba admitir que había olvidado como sonreír hasta que los vi de nuevo, y en un segundo de nuevo el mundo era bello, de nuevo estaba tranquilo, contento.
Me pongo a pensar y entiendo que no se trata de ser o no ser, pues en todo momento soy y aun cuando cuenta no me doy la inspiración siempre me rodea, pero se esconde y solo me responde cuando soy yo quien la moldea, y una palabra se hace oración, un pequeño hola se vuelve emoción y de pronto el papel ya está empapado de mí.
Vuelvo a ser libre, vuelvo a volar, y con el viento en mis alas regresa la sensación de que no hay límite en mi andar, de que nada me puede detener, y es con esa sensación que mi cumpleaños llega a su fin, pero el viento trae cosas nuevas hasta mí, y el cielo cambiante de verano me sonríe de nuevo mientras llueve y yo vuelo.
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Poeta
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Comenzó el mes, comenzó cálido pero trayendo lluvia a mi ciudad, trayendo vientos refrescantes y nubes pasajeras, que no conocerás, vino con las vacaciones, trayéndome horas de ocio y reflexión, dándome tiempo para escribir, para sentir, para pensar en ti; ¿Sabes? Es curioso, durante el día el sol no asoma, pero por la noches la luz me alcanza y pinta agridulces recuerdos en mi oscuridad, con diversos matices, algunas zonas grises y otras tantas blancas o negras, así es como retrata tu rostro, tal como lo recuerdo, tal como te conozco, pero lo cierto es que hace mucho no te veo, y aunque pensarlo no quiero, sé que habrás cambiado, y espero que para bien, sin embargo se que también has avanzado, y tan solo me pregunto ¿Hacia donde? ¿Que tanto? Me pregunto la magnitud de tu andar pues con paso firme pero ligero siempre me lograbas aventajar y quizá en el camino de la vida ya no te puedo alcanzar, pero la luz lo hace, la luz te alcanza y me trae tu imagen, el viento te acaricia y me murmura tu nombre, y yo tan tarde y tan cobarde como siempre, no hago más que sentarme frente a mi pequeño cuaderno e hilar un poema nuevo, una vez más para ti, sin embargo no lo leerás, pues hace un tiempo el puente se cayó, la comunicación se perdió, y el destino conspiró con la distancia para que la comunicación se perdiera entre tu y yo, se encargó de que se cumpliera aquel adiós, y aun así desde hace unos meses me da por ponerme a esperar, un llamada que no vendrá, una carta, un mensaje, una señal de que en algún lugar lejano de mí, de que en tu nuevo hogar en otro país aun me piensas, aun recuerdas mi voz, quizá mi rostro, quizá mi pluma, pero cuando intento recordar tu voz mi mente me hace un jugarreta y en lugar de tu voz dulce e inquieta, reproduce en mis oídos el sonido de aquel avión al levantar el vuelo, el sonido de mi voluntad cayendo al suelo y rompiéndose en mil pedazos, y aunque he seguido adelante, ciertos días cruzas mi mente, sin pensarlo, sin proponértelo, así es como apareces, así es como el cielo de un nuevo mes trae tu nombre a mis letras, y deja mis manos inquietas, ansiosas de volverte a escribir.
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Poeta
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Soy un mago de la palabra, de sentimientos un alquimista, capaz de transformar mis tristeza en hermosa alegría, capaz de transformar una lagrima en una bella sonrisa, aprendí a transmutar en ganas de avanzar esa desidia, aprendí a convertir las cadenas que me atan en los rieles sobre los que avanza mi tren, y no cualquiera podría comprender, pero no es necesario, porque para mí el escribir es mágico.
No nací con una pluma en la mano pero si con letras en el corazón y no importa el sentimiento que sea, el plasmarlo en un poema se ha vuelto mi pasión, he escrito en las noches más oscuras de mi vida, convirtiendo así mis letras en la luz que me guía y me permite avanzar, han sido mis letras apoyo cuando apenas me puedo levantar.
Y es que la poesía es parte ya de mi anatomía, es como el agua que al cansado devuelve energías, y es como el viento que te refresca la mente, y cada que llama a mi puerta esta está abierta, cada que me atrapa la inspiración dejo volar la imaginación y mi pluma plasma todo en el papel, haciéndolo tan mío que lo siento cual mi piel.
Me levanta del suelo, me lleva a elevar el vuelo y alcanzar el cielo, y nada me detiene cuando escribo y sueño, porque de mis sueños soy dueño y los moldeo para hacerlos tan hermosos como puedo, y en los días más brillantes es la sonrisa, es aquella suave brisa que te hace sonreír, y siempre me acompaña, está mi lado y es mi confidente, pues sabe de todas mis emociones desde que están latentes.
Me impulsa a seguir cuando siento que no consigo nada y si mi mirada se pierde en las lejanías es porque en mi mente está mi alma hilando poesías, a veces no son más que un par de versos, otras tantas un párrafo, una prosa, o quizás por ambos lados una hoja, pero está presente a cada día.
Está ahí si la oscuridad está al acecho y si hay dolor en mi pecho, si sonrió al ver a un amigo o si mis ojos brillan por estar con un ser querido, ya sea que me tome desprevenido o que venga porque se lo he pedido, siempre está ahí, aguardando el momento perfecto, aguardando por el instante correcto, y entonces me llena, tanto que desde mi interior se desbordan las letras, y comienzo a escribir.
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Poeta
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Mi poesía conoció el interludio, y aunque el dejar de escribir no es algo que repudio, es un tanto frustrante no poderme inspirar aun con una hoja adelante, si el corazón no encuentra esa motivación, no importa cuanta tinta, no importa si tu hoja es distinta, nada podrás escribir, y no lo puedes forzar, debes esperar a que quiera salir, de eso se trata el escribir para mí, no es sobre palabras bonitas, no es sobre letras escritas, es sobre mis sentimientos que claman por ser plasmados es, sobre mis emociones en poemas para ser escuchados, no es sobre métrica, es gramática con dulce inspiración, yo no canto, lo mío no es la canción, es tomar un cuaderno, un bolígrafo y ponerme en acción, es tomar el papel y empaparlo de quien soy,
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Poeta
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No puedo encontrar las respuestas que busco, sigo andando sobre las rodillas, doblegado por el peso de mi propia irresponsabilidad, que alguien me ayude a ver porque no puedo hacerlo solo, no busco nada y aun me pregunto si cambié, he intentado de todo pero todo se siente igual, nada se siente como cuando puedo volar, pero mis memorias destrozan mis alas haciéndome caer a una oscuridad tan profunda que mi llama nada alumbra, a un lugar tan maldito que mi voz no produce sonido y mi nombre no es pronunciado por nadie, un río en el que me aferro a mi voluntad para evitar ahogarme pero la corriente de mis recuerdos y mis errores es tan fuerte que apenas me mantengo a flote, y vuelvo a volar y vuelvo a caer, la espiral nunca termina, o no lo quiere hacer, y aun no tengo la fuerza para volver, a veces siento que solo vivo para salir de ahí, para buscar un lugar mejor, pero recuerdo que soy escritor y las letras me elevan hasta alcanzar el séptimo cielo para después bajar de nuevo, y no lo puedo evitar, cuando creo que he logrado avanzar noto que a mi alrededor hay algo familiar y me doy cuenta de que todo ha vuelto a empezar, y siento la lluvia caer sobre mí, mientras espero poder correr lejos, vivir de nuevo, llegar a viejo muy lejos de este ciclo, de esta espiral que nunca termina de recordarme que no tengo la fuerza suficiente, necesito encontrar una salida, mas no un escape, darme cuenta de que mi voluntad no está perdida, solo me desconcerté, desperdicié el tiempo como si me fuera infinito, malgaste el fruto bendito y ahora estoy maldito a volver a empezar, pero no desde cero porque el tiempo no puede regresar, y sin embargo en mi corazón hay más que fracasos, hay sonrisas y abrazos, hay amigos, hay ojos sorprendidos y alegres de verme una vez más, quizá sea por eso que no me arrepiento de todo lo perdido, porque también hay cosas que he ganado en el camino, y más de una persona a la que no quiero olvidar.
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Poeta
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Han pasado ya dos semanas desde que se fue sin decir adiós, no podría culparla, su tiempo había llegado para marcharse, a pesar de ser a edad temprana, a pesar de quien pudiera extrañarle, “somos cenizas y a las cenizas regresaremos” se cumplió para ella, y aún así fue capaz de unirse al viento, aquel a quien recito mis sentimientos, al viento infinito que conoce del mundo todos los rincones, al viento bendito, único medio para que mis palabras la alcancen, ella pidió que la cremásemos, y que sus cenizas se lanzaran al viento, ella no quería quedar bajo tierra, como podría quererlo si siempre supo volar, era un ángel y tuvo que partir, pero no se fue por completo, me quedo una reliquia de cristal, una en la cual guardo su recuerdo atesorado, su lagrima congelada, su pluma de ángel y la suavidad de su caricia, donde guardo su esencia y todo lo que me dejó cuando estuvo a mi lado, compartí mucho con ella, mi infancia, mi niñez, a ella le conté mis sueños, le conté mis secretos, le revelé quien soy, y me arrepiento de que ahora sea la primera vez que mis letras vuelan hacía ella, me arrepiento de que sea la primera vez que le escribo, pero no será la última, no será olvidada.
Pasó ya una semana, quizá más, quizá menos, no lo sé con exactitud, él tan solo se marchó, y en bocas de amigos compartidos, llego hasta mi la noticia de su adiós, una nota de suicidio y un escape de una realidad cruel, aunado un boleto para la eternidad vino un bofetón a la vida, el escogió su camino y no lo culpo, no lo reprimo, porque aunque este lo haya sacado de este mundo, no lo olvidaré ni un segundo, no permitiré que se lo lleve al olvido, no permitiré que su recuerdo se encuentre perdido, haré que quede su esencia aunque su presencia se haya extinguido, lo recordaré por ser mi amigo, lo recordaré como lo conocí, siempre listo para una sonrisa esgrimir, siempre listo para hacerme reír, siempre dispuesto a charlar, quizá no lo conocía lo suficiente como para anticipar que se marcharía, pero lo conocía lo suficiente para que me embargué la nostalgia, para que los recuerdos me roben el aliento a momentos, para pedirle al viento que le lleve mis palabras a donde sea que se encuentre, para mantener su imagen en mi mente.
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Poeta
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